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La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad o dolencia.

Historia[editar]

El filósofo Hipócrates en el siglo IV a.c., tipificaba algunas enfermedades que se originaban en medios laborales mineros; y poco antes de la llegada de Cristo, Plinio "El viejo" denunciaba la toxicidad del azufre. El propio Galeno en el siglo I y Agrícola y Paracelso, en los siglos XV y XVI relacionaban el ambiente con la salud

Edad Media[editar]

En el siglo II d.c., los romanos crearon instalaciones sanitarias y una sólida estructura de salud púlbica. Había médicos castrenses (militares) para ricos y médicos para pobres. Galeno, un médico de esa época, fue durante siglos una autoridad indiscutible en la Medicina. Tras la caída del Imperio Romano, Europa entra en una etapa de ignorancia —donde la gente no aprendía ni a leer ni a escribir— y recurre a la hechicería para explicar las cuestiones relativas a la salud.

Las explicaciones sobre el origen de las enfermedades giraron en torno de la voluntad de los dioses hasta después de la Edad Media. Tanto es así que, hasta la edad moderna, las salas de los hospitales tenían forma de nave de Iglesia con un altar en el fondo; los pacientes solían acostarse en las naves en espera de una cura milagrosa. En esta época se adjudicó un peso relevante al pecado, y la enfermedad y la muerte se vincularon con la conducta de las personas. No se tenía idea alguna repecto de la existencia de los microbios y se consideraba que si una persona enfermaba, era a causa del aire envenenado que la rodeaba; esto provocó que la gente huyera de los enfermos, quienes muchas veces morían, por no tener alguien que los atendiera. Una de las explicaciones sobre el origen de la lepra, por ejemplo, lo vinculaba con el hecho de haber mantenido relaciones sexuales con mujeres durante el período menstrual.

Las creencias de la época contribuyeron, junto con las precarias condiciones de higiene de las ciudades, a rodear de un halo misterioso pero nada científico los problemas de salud: antes de llamar un médico se privilegiaba la presencia de un religioso o sacerdote, ya que un alma pecadora no podría curarse ni siquiera con la asistencia de un especialista. Un libro de medicina de la época decía: "de todos los animales, el Hombre es el más feo cuando se presenta desnudo, el más horrible de todos". La observación de un cuerpo desnudo no sólo era desagradable sino además inmoral. Por esta razón, los médicos hacían sus diagnósticos observando la orina del paciente. El estudio de la orina permitía deducir el estado de los humores orgánicos. Según la teoría de los humores, los individuos podían clasificarse en: coléricos, melancólicos y sanguíneos.

Cuando un médico trataba a una persona sanguínea (exaltada y enérgica) se le practicaba una sangría (se le sacaba sangre), ya que se consideraba que su exceso era lo que causaba el humor en cuestión.

Por otra parte, la revisación nde los enfermos hubiera sido de poca ayuda, porque el conocimiento que se tenía del cuerpo humano era muy vago y la Iglesia se oponía a las disecciones de cadáveres, en parte por respeto a los muertos y en parte por la creencia en la resurrección. Algunas universidades tenían permiso para realizar dos disecciones por año, aunque no las realizaba un médico sino un aficionado.

El tratamiento no mágico de las enfermedades produjo avances en Medicina, y por lo tanto en la salud, y fue en gran parte la consecuencia de superar el oscurantismo y la ignorancia dominantes durante la Edad Media.

Pensamiento mágico y salud[editar]

Es impórtante destacar cómo en la Edad Media, la ignorancia y las creencias mágico religiosas acercaron a los seres humanos a la hechicería (curanderismo, en la actualidad) y a la adoración divina desmesurada para explicar el origen de las enfermedades y atender los problemas de salud, despreciando el conocimiento científico. En aquél momento regía la prphiobicón de las disecciones para el estudio del cuerpo humano, se despreciaba a los médicos y se prefería a los religiosos para la cura de enfermedades. Por lo tanto, durante mucho tiempo se dejí de lado el pensamiento científico para solucionar problemas de salud y se abogó por un tipo de pensamiento que diera soluciones rápidas y fáciles a esos problemas. A esto se lo llamó pensamiento mágico.

Este tipo de pensamiento, que tuvo su origen probablemente en la Edad Media, se extendió hasta el presente y no sólo en los problemas de salud sino que abarca todas las áreas de acción del ser humano. Esto se observa en publicidades televisivas, radio, gráfica, que ofertan productos que dan soluciones rápidas y fáciles a problemas de salud de difícil resolución en el corto plazo, según el conocimiento científico actual, o los programas religiosos que ofrecen soluciones milagrosas a enfermos terminales, para darse cuenta de que el pensamiento mágico persiste en el siglo XXI. Eso sí, con un formato moderno y atractivo dirigido hacia un consumidor cansado de tratamientos prolongados, de soluciones que impliquen esfuerzos y una voluntad persistente para lograr un objetivo relacionado con la salud o con cualquier otro área del conocimiento humano.

Como conclusión, el ser humano, con niveles mayores o menores de ignorancia, es propenso al pensamiento mágico debido a que una solución rápida y fácil de un problema es preferible a una solución prolongada y dificultosa. El inconveniente reside en que la solución de muchos de los problemas de salud dependen del conocimiento científico, de tiempo y perseverancia para arribar a una solución definitva.

Por lo general, cuando el pensamiento mágico prevalece por sobre el conocimiento científico, los problemas de salud tienden a a empeorarse o agravarse.

Evolución del concepto de salud[editar]

Tiempo Definición y descripción.
Hasta 1946 Se consideraba que una persona gozaba de salud si la enfermedad estaba ausente o si no padecía ninguna discapacidad. Esta definición resultó insuficiente cuando se intentó precisar que se entendía por salud y por enfermedad
1946-1976 La Constitución de OMS (Organización Mundial de la Salud) definió salud del siguiente modo: "Estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfemedades". Esta concepción de salud tiene en cuenta al individuo de una forma holística, es decir de manera integral, en relación con todos los aspectos de su desarrollo y no sólo con el físico.
1976 Durante el X Congreso de Médicos y Psicólogos Catalanes, se definió a la salud en estos términos: "Aquella manera de vivir que es autónoma, solidaria y gozosa". Claramente, esta definición también concibe al ser humano en sus aspectos físicos, psíquicos y sociales; pero ni ésta ni la acuñada por la OMS hacen explícita la relación de las personas con el ambiente.
Actualidad Propuesto por la Organización Panamericana de la Salud, reúne los aspectos individuales (físicos y psicológicos), sociales y ambientales, al definirla así: "la salud es el estado de adaptación diferencial de los individuos al ambiente en que se encuentran"

Las condiciones del medio, tales como la calidad del agua para consumo, la presencia de parásitos, la calidad y la cantidad de los alimentos, las radiaciones, el desempleo, la pobreza, la discriminación y otros aspectos característicos de las sociedades actuales son todos considerados por esta última definición. También contempla que un individuo con una minusvalía o discapacidad puede lograr un equilibrio entre su falencia y el desarrollo de actividades que le posibiliten una adaptación al ambiente, tal vez distinta de la de sus pares pero igual de eficiente. Por este motivo la OPS agrega el adjetivo diferencial. Es decir, la adaptación de cada persona a su ambiente puede ser diferente a la adaptación que hagan otros, pero es eficiente de todos modos.

Esta visión de la salud incluye todos los aspectos del ambiente: físico, químico, biológico y social.

Ecología[editar]

El hombre, que es naturaeza con conciencia de sí misma, se relaciona con la naturaleza no humana, o sea con los componentes bióticos y abitóticos de los espacios edáfilos, acuáticos y aéreos, transformando esos componentes naturales según sus necesidades y originando un ambiente, que se caracteriza por ser una unidad difertente y más compleja natural-social-cultural

En este ambiente constituido por el hombre, se manifiesta la salud o la enfermedad. Por lo tanto comprendemos el concepto de salud como la relación de equilibrio dinámico entre el hombre y el ambiente.

En medicina, lo normal es sinónimo de salud, y un valor normal corresponde a variaciones más o menos finas alrededor de un promedio característico para una población dada en su ambiente específico. Lenta o bruscamente se pasa de lo normal a lo anormal sin que exista una frontera nítida.

La variación del concepto de salud está ligada íntimamente al contexto. A veces sucede que lo que es considerado normal en un lugar puede ser anormal en otro diferente. Aún más, lo que puede ser normal para una comunidad o para una persona no lo es para otra. Por ejemplo, la tasa de normalidad de glóbulos blancos se da diferente en La Paz, Bolivia, a 4000 metros de altura, que en Buenos Aires, Argentina (nivel del mar). Esto también puede observarse entre grupos de una misma comunidad que viven en ambientes diferentes (por ejemplo poblaciones rurales y urbanas), y aún entre individuos del mismo grupo, debido a que las interacciones son complejas porque se refieren a las características individuales del huésped, del agente y de los factores condicionantes del ambiente.

Cuanto más complejo es el organismo vivo, más compleja es su relación con el ambiente y resulta mpas complejo establecer la diferencia entre lo considerado normal y anormal. La complejidad máxima se encuentra en la especie humana. La normalidad corresponde

  • Desde el punto de vista biológico, a las exigencias y necesidades de la fisiología humana.
  • Desde el punto de vista psicosociológico, la anormalidad aparece como un valor mucho más relativo y variable.

Así, es preciso clarificar el campo en que se definen y aplican los conceptos de normalidad-anormalidad, como así los de salud-enfermedad. Considerar a la salud como un estado biológico y social estático, no es realista. La noción de salud implica ideas de variación y de adapatación continua, tanto como de la enfermedad implica variación y desadaptación. El paso de la salud a la enfermedad

  1. Comienza con un período silencioso de incubación. El proceso es activo pero no se cuenta técnicamente con la posibilidad de evidenciarlo.
  2. Puede ya diagnosticarse, si el hombre, la persona, el paciente se sometiera a controles periódicos de salud
  3. Ya hay síntomas que el paciente puede o no dar importancia y que el médico puede o no descubrir.
  4. Por último, en la etapa final, la desadaptación, el desequilibrio, provoca la reacción orgánica de tal forma que el proceso patológico anormal, interfiere con la actividad normal del organismo.

La salud enfermedad es, entonces, la resultante del éxito o fracaso para adaptarse física, mental y socialmente a las condiciones de nuestro ambiente. Se trata de un estado orgánico de equilibrio entre el medio interno y el medio externo de la persona, estado que toma en cuenta tanto las diferencias genéticas entre los individuos y las diferencias en sus condiciones de vida.

Considerada de esta forma la salud no es un hecho inevitable que la recibamos o no por herencia. Lo que recibimos por herencia es una estructura biológica que se relaciona con los múltiples factores favorables y desfavorables del ambiente en que vivimos. Según esta concepción, la noción de salud puede ser reemplazada por la de estado compensado, o de equilibrio dinámico o de salud-enfermedad relativo. En el estado de compensación (equilibrio) el organismo puede ser objeto de una agresión externa y responder a ella de tal forma que la agresión no alcance a provocar un desequilibrio percibido como enfermedad por la persona. De esta manera la noción de salud es también el reflejo de capacidades orgánicas de tolerancia, de compensación, de adaptación, en definitiva de una tendencia hacia el equilibrio. En resumen, la concepción de la normalidad-anormalidad y de la salud-enfermedad implica un conjunto complejo de nociones en el que se integran la biología, la sociología, la psicología, la economía, etcétera.

Condiciones ambientales insalubres[editar]

Actualmente, el concepto de Ecología y ambiente en relación a la salud y calidad de vida se ha complejizado significativamente, incorporando relaciones tales como: los ingresos reducidos, la educación limitada, el empleo incierto, la desocupación estructural, la vivienda inadecuada, el hacinamiento, la falta de instalaciones sanitarias básicas, la promiscuidad, la exposición a diferentes organismos patógenos y contaminantes. El riesgo de accidentes y situaciones de violencia generan condiciones que fomentan la alienación, el desequilibrio psíquico y la injusticia social.

La deficiente conciencia y acción personal y social, la falta de responsabilidad de los sectores gubernamentales y del Estado para proteger el bien común, agudizan la crisis ecológica y los problemas de salud de la población.

La contaminación ambiental biológica, química y física del aire, del suelo, de los alimentos en general y del agua da lugar a un espectro amplio de problemas de salud.

  • La vivienda adecuada protege la salud: La insuficiencia de viviendas y de servicios básicos afecta negativamente la salud.
  • La falta de alimentación suficiente origina dietas inadecuadas para millones de seres humanos; desnutrición en grandes sectores de la población que refleja en nacimientos con un peso debajo de lo normal; nutrición marginal que afecta la resistencia a las infecciones, incrementa las enfermedades y atenta contra el crecimiento y desarrollo de millones de niños; y se generan estados de inanición en situaciones de catástrofes provocando hambrunas. Por otra parte importa destacar que la contaminación biológica y química de los alimentos, es un grave problema de salud a nivel mundial. Los biocontaminantes (bacterias patógenas, virus, parásitos y biotoxinas) causan enfermedades diarreicas y son transmitidas por alimentos contaminados o tóxicos. Sus secuelas, como la deficiencia digestiva y la mala absorción de nutrientes, llevan a la malnutrición y dejan al organismo suscetible a otras enfermedades infecciosas, especialmente entre los jóvenes, ancianos e inmunodeficientes.
  • La contaminación del aire en las ciudades debido al incremento del polvo, partículas, monóxido de carbono, dióxido de azufre y óxido de nitrógeno causan enfermedades del sistema respiratorio agudas y crónicas, cardiopatías, cáncer, daños neurológicos en los niños. Los índices más altos de alteración de la composición gaseosa normal de la atmósfera se registran en las grandes urbes, los efectos más negativos por la polución atmosférica se verifican en las zonas de clima tropical. Más de mil millones de personas en el mundo sufren un inadmisible estado de contaminación del aire. La cocina y la calefacción realizada con carbón en casas precarias, mal ventiladas, la falta de información sobre los problemas que la combustión incompleta en estas condiciones origina, afecta principalmente a jóvenes, mujeres y ancianos de poblaciones pobres urbanas y rurales.
  • La contaminación de los suelos por efluentes líquidos y sólidos industriales crean graves problemas ambientales y de salud. El manejo inadecuado de los mismos causa una exposición aguda y a lo largo plazo sobre las poblaciones. Cada año más de un millón de personas muere o queda discapacitada por esponerse a productos tóxicos. Los principales problemas consiten en la falta de controles y evaluación de riesgos en los procesos de rápida industrialización, en el uso de producto químicos nuevos no controlados, en la descargfa de efluentes clandestinos, en el movimiento transfronterizo de desechos hacia los países periféricos
  • La contaminación ocupacional se refiere a los riesgos químicos y físicos asociados a tecnología, materiales y características industriales que amenazan a los trabajadores (pérdida de audición por efecto del ruido, infecciones, enfermedades crónicas por exposición al polvo, metales, solventes, etc.)
  • La contaminación de las aguas superficiales y subterráneas, junto a la escasez progresiva, que ya es crítica en zonas áridas y semiáridas, ejerce importantísimos efectos sobre la salud. Se registran por año millones de muertes de lactantes debido a la diarrea por [[contaminación de agua e infecciones parasitarias por la misma razón. En los próximos años la necesdidad de agua potable aumentará y el acceso a ella libre de contaminación no está asegurado. El suministro de agua a la población debe administrarse y sus fuentes deben ser protegidas, siendo esta una responsabilidad del Estado en beneficio del bien común.

En resumen y por lo expuesto anteriormente la relación salud-enfermedad no depende solamente de la exposición a los agentes patógenos específicos tales como virus, bacterias, parásitos, etc; sino que está subordinada a aspectos sociales económicos, biológicos y culturales que inciden directa o indirectamente sobre el ser humano.

Es por ello que se reconoce un ciclo vicioso, difícil de romper para las sociedades actuales, que describe de manera clara la relación entre la economía, lo social y la enfermedad, denominado ciclo económico de la enfermedad.

El ambiente como promotor de la Salud[editar]

El ambiente promueve la salud cuando los recursos que ofrece:

  • satisfacen las necesidades humanas.
  • No presenta gérmenes patógenos y/o contaminantes.
  • No genera situaciones de violencias, derivadas tanto expectativas laborales deficientes como de ofertas escasas para el descanso, la diversión, etc.

Así resulta que la responsabilidad en la promoción de la salud excede a los profesionales de la salud (médicos, enfermeros, etc). También los docentes, los urbanistas, los industriales, las organizaciones vecinales y la familia misma tienen importante participación y responsabilidad acerca de la salud individual y comunitaria.

La conservación del estado de salud tiene una relación directa con el tipo de desarrollo que cada país posee y con el impacto que ese desarrollo impone sobre el ambiente, es decir, con el nivel de utilización de los recursos naturales y la producción y el destino final de los residuos.

La salud de los pueblos depende entonces del modo en que las actividades humanas impactan en el ambiente, o sea, depende de las diferentes formas en que se utilizan los recursos naturales.

El ambiente, actuando como un todo sobre la población humana, con sus aspectos físico-químicos, biológicos y sociales, determina una influencia fundamental en el estado de la salud. Para comprender la relación entre ambiente y salud, hay que situar la actividad humana dentro de esa relación. De lo contrario, se corre el riesgo de aceptar una suerte de «catastrofismo», por el cual el ambiente se vuelve «mágicamente» en contra del ser humano: inundaciónes, proliferación de mosquitos en zonas pantanosas, aumento de las tasas de cáncer, por citar algunos casos, serían entonces hechos inevitables causados por la «ira divina». A pesar de esto rara vez se explicita la relación ambiente-salud.