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Tierra. Revista de economía agraria fue publicada por Tercer Mundo Editores en Bogotá entre los años 1966 y 1967. Realizada por el INCORA (Instituto Colombiano de la Reforma Agraria), fue una publicación que tuvo seis números en los cuales se expusieron los proyectos desarrollados por dicha institución desde 1962, luego de que fuera creada mediante la Ley 135 de 1961 como dependencia adscrita al Ministerio de Agricultura. El ordenamiento territorial, el buen uso y distribución de las tierras, la agricultura y ganadería intensivas, la distribución de baldíos y las luchas entre terratenientes y campesinos por los predios, son los temas más insistentes que se desarrollan a lo largo de seis números donde se observa la situación agraria en regiones del país como Tolima, Caquetá, Atlántico, Nariño y Valle del Cauca. La revista Tierra constituye una muestra del efecto de la revolución cubana en la realidad socioeconómica y política de Colombia, a partir de uno de los aspectos fundamentales en el gobierno revolucionario de Fidel Castro y sus copartidarios: la reforma agraria. Se trasluce, así mismo, una influencia de la revolución verde, tendencia agrícola proveniente de Inglaterra en la época posterior a la Segunda Guerra Mundial.

Resumen de la revista[editar]

La revista Tierra tuvo seis números, cinco de los cuales aborda cada uno una región específica de Colombia para revisar el tema de la reforma agraria allí: Tolima, Caquetá, Atlántico, Nariño y Valle del Cauca. A continuación se presenta el contenido de cada uno de esos números.

El primer número de la revista, titulado "Tolima, primer proyecto de la reforma agraria" (julio-septiembre de 1966), describe el proyecto realizado en el Valle del río Cunday, en las poblaciones de Cunday, Villarrica e Icononzo en el departamento del Tolima. Este es un territorio cafetero en una zona de poca altura (400 msnm), donde la tenencia de la tierra estaba en manos de unos pocos. La población de campesinos se veía sometida a trabajar en malas condiciones, razón por la cual se organizó el Sindicato Agrícola de Cunday, de posiciones marxistas. El equipo técnico del INCORA hizo un diagnóstico de la visión del conflicto, encontrando problemas políticos, sociales, alimenticios, de repartición de tierras, desempleo, entre otros, que hacían inminente una guerra entre los pobladores de la región.

El segundo número, titulado "Caquetá, el despertar de la selva" (octubre-diciembre de 1966), inicia con una descripción de tipo antropológico sobre la historia del Caquetá, desde la perspectiva de oposición entre el hombre y la selva. Según los testimonios de algunos historiadores, refrendados por Agustín Codazzi, la selva avanza y absorbe la tierra hacia el interior del país. En sentido contrario, la revista afirma que el hombre ha logrado domesticar a la selva para convertirla en tierra apta para cultivos. Ejemplo de ello es el departamento del Caquetá. En 1962 se crea el Proyecto Caquetá 1 del INCORA. Algunos de los problemas que se enfrentaron fueron las recesiones económicas, titulación de baldíos, el enfrentamiento con la iglesia en ese territorio, los accidentes y las enfermedades de la selva. Se logró, sin embargo, ampliar la producción de cultivos y probar nuevas especies como la palma africana que se incorporaron al plan de desarrollo.

El tercer número, titulado "Tierras para la reforma agraria" (enero-marzo de 1967), propone los elementos esenciales, desde el ámbito jurídico, para tener en cuenta en materia de colonización y reforma agraria. Define el concepto de los baldíos, extinción del dominio privado, adquisición de tierras de propiedad privada y la forma como se utilizan las tierras por parte del INCORA (adjudicación de baldíos, colonizaciones dirigidas, y parcelaciones). Aporta también toda la legislación necesaria para abordar el tema.

El cuarto número, titulado "De la lucha por la tierra al Atlántico" (abril-junio de 1967), inicia con la descripción de la liberación de unos presos forzada por una revuelta popular en una población llamada Manatí, departamento del Atlántico. La situación se desencadenó por el hacinamiento de esa población que había aumentado en gran proporción, en relación con la cantidad de viviendas. La ciénaga se estaba secando, y los campesinos y los terratenientes querían ocupar las tierras, conflicto que desencadenó el problema. En el departamento del Atlántico, gobernado por ríos, ciénagas, pantanos y el mar Caribe, la raíz del conflicto eran los gamonales y propietarios de la tierra, ganaderos de mucha tradición, contra la cual hubo que hacer un proceso de reforma agraria. Se tuvo que lidiar con la falta de agua potable que ocasionaba enfermedades y problemas de salud pública como la fiebre amarilla, paludismo, tifoidea, etc. El Atlántico se caracterizó por la formación de sindicatos agrarios que lucharon con recursos legales por recuperar sus tierras. Así mismo, con la reforma agraria en 1962, se hizo un esfuerzo por la delimitación de tierras y baldíos.

El quinto número, titulado "La reforma agraria frente al minifundio nariñense" (julio-septiembre de 1967), parte de la cifra de que el 85% del pueblo nariñense depende de la agricultura y la ganadería. El aislamiento ha sido una circunstancia histórica que ha ligado al departamento de Nariño más a Ecuador que a Colombia. El orden que imperaba en el departamento de Nariño en la década de los sesenta era considerado feudal, es decir, que la ganancia de las tierras que trabajaban los campesinos era para unos pocos. La reforma agraria vino a organizar el territorio en Nariño, mediante un proceso legal, para conseguir una parcelación y un despegue agroecológico. Se dieron en Nariño experiencias como el kibutz, adoptado de los judíos. Por otra parte, a partir de la reforma agraria se propuso la conquista de nuevas tierras para el cultivo, ya que la mayor parte de la población estaba concentrada en la parte montañosa del departamento de Nariño.

En el sexto y último número, llamado "El Valle del Cauca a la hora de su transformación agraria" (octubre-diciembre de 1967), se muestra cómo la cultura de la región se organizó a orillas del río Cauca, el segundo río más grande de Colombia después del Magdalena. Tradicionalmente, la zona baja del valle se dedicó a producir la caña de azúcar, para distribuir a gran parte del país e incluso exportar, de allí que ha alcanzado un nivel de industrialización importante, ayudado también por su cercanía al océano Pacífico en el puerto de Buenaventura. El Proyecto del Valle 1 se basó en titulación de baldíos y reforestación de tierras acabadas por erosión y monocultivo. Por esto se emprendió la diversificación de cultivos para ayudar a los terratenientes a mejorar los suelos. También se hizo ganadería intensiva en este departamento.

Contexto editorial[editar]

Tercer Mundo Editores[editar]

La editorial Tercer Mundo Ediciones, encargada de publicar la revista Tierra, se fundó en la década de los sesenta del siglo XX en Bogotá, caracterizada por tener una filiación política e ideológica contestataria y producir títulos de gran influencia en su momento. Con más de 100 títulos publicados hasta la década de los 80, el perfil de la editorial es académico e intelectual, en las áreas de cultura, política, antropología, arte y literatura. Fue una editorial que se caracterizó por contar con autores que llegarían a posiciones importantes de poder en Colombia, como es el caso de Belisario Betancur (A pesar de la pobreza, 1967[1]​), Hernando Gómez Buendía (Alfonso López Michelsen: un examen crítico de su pensamiento y de su obra de gobierno, 1978)[2]​ y Virgilio Barco (Estamos ante una revolución, 1967[3]​). La revista se imprimió en la Imprenta de Antares, ubicada en el barrio de Bosque Izquierdo, y que fue uno de los principales órganos de difusión de la cultura en la segunda mitad del siglo XX en Colombia.

Editor: Víctor Daniel Bonilla[editar]

El editor de la revista Tierra fue el filósofo y periodista Victor Daniel Bonilla, autor del libro Siervos de Dios y amos de indios. El Estado y la misión capuchina en el Putumayo[4]​, publicado por Tercer Mundo Ediciones en 1968, que generó polémica en la iglesia católica por su intervención frente a los pueblos indígenas del [[Putumayo y se constituyó como una crítica al Concordato de 1887 y el Convenio de Misiones, que habían transferido poder a los misioneros de orden religiosos para ejercer autoridades políticas y económicas en los Territorios Nacionales. Colaborador también en la construcción del Movimiento Indígena en el Cauca y otras regiones como la Sierra Nevada de Santa Marta.

Historia[editar]

Cronología[editar]

La revista Tierra se publicó entre los años 1966 y 1967 del siglo XX, abarcando un periodo de 15 meses. Tuvo una periodicidad trimestral, empezando desde junio-septiembre de 1966, hasta llegar a octubre-diciembre de 1967. Las causas de la desaparición de la revista son desconocidas.

Contexto histórico[editar]

La revista Tierra tiene su aparición en el momento de finalización del periodo presidencial de Guillermo León Valencia (1962-1966) y llegada al poder de Carlos Lleras Restrepo (1966-1970). Fue desarrollada por el INCORA (Instituto Colombiano de la Reforma Agraria), que fue creado por la Ley 135 de 1961 durante el segundo periodo presidencial de Alberto Lleras Camargo (1958-1962). El gobierno de Alberto Lleras Camargo tuvo como una de sus características destacadas la aprobación de la Ley de Reforma Agraria. Al mismo tiempo, a nivel internacional, se estableció con Estados Unidos la Alianza para el Progreso y se rompieron relaciones diplomáticas con Cuba. Dentro del país tuvo lugar un nuevo conflicto armado que tuvo como consecuencia la fundación de la República de Marquetalia. Posteriormente, la presidencia de Guillermo León Valencia se caracterizó por una lucha decidida frente al conflicto armado. Así mismo, se generó una nueva percepción del territorio nacional gracias a la instalación de líneas telefónicas automáticas para larga distancia en todo el país y la construcción de más de 60.000 viviendas por parte del Instituto de Crédito Territorial. Se creó también el plan de drogas genéricas, que permitió suministrar los medicamentos más comunes a la mayoría de la población. Durante este gobierno se crearon los departamentos de Quindío y La Guajira. Posteriormente, el gobierno de Carlos Lleras Restrepo, denominado ”de la transformación nacional”, se caracterizó por cambios económicos y la fundación de los departamentos de Risaralda, Sucre y Cesar, en una tendencia hacia la descentralización de los recursos. Todos estos gobiernos forman parte del denominado Frente Nacional, periodo en el cual los partidos políticos tradicionales, Liberal y Conservador, se turnaban el cargo presidencial cada cuatro años, gracias a un acuerdo de paz. Algunos fenómenos como la reforma agraria, el reconocimiento del territorio, la tecnología de comunicaciones y la medicina, serían importantes para el desarrollo de la revista Tierra.

Revolución cubana[editar]

En 1959, luego de derrocar al gobierno del general Fulgencio Batista, el ejército revolucionario liderado por Fidel Castro tomó el poder político de Cuba, bajo la idea de establecer un gobierno socialista. Este acontecimiento histórico se conoce como la revolución cubana, una de cuyas medidas fue la de cerrar las importaciones y exportaciones, para funcionar como un Estado autosostenible a través del fortalecimiento de la agricultura. Se propuso de esta manera una reforma agraria en la que se aprovecharon tierras hasta entonces desatendidas, con el cultivo de banano, arroz, tabaco, entre otros, que permitieron que los cubanos gozaran de soberanía alimentaria. En los países de América Latina se manifestaron las repercusiones de la revolución cubana, impulsadas por las organizaciones y partidos políticos de izquierda, con la reforma agraria como uno de sus pilares. Como consecuencia de estos acontecimientos, en Colombia se crea el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (INCORA) (Ley 135 de 1961), con el propósito de administrar baldíos, repartir las tierras, promover políticas de agricultura y ganadería y resolver conflictos de ordenamiento territorial, entre otros. Una de la tareas asignadas al INCORA fue la de “Adelantar, directamente o por medio de otras entidades públicas o privadas, un estudio metódico de las distintas zonas del país, a fin de obtener todas las informaciones necesarias para orientar su desarrollo económico, especialmente en lo que concierne a la tenencia y explotación de las tierras, uso de las aguas, recuperación de superficies inundables y lucha contra la erosión”, sitúa el problema en la falta de seguimiento y planeación, en enfoque equívoco en la tenencia de la tierra, además de las problemáticas inherentes a un país que ha estado atravesado por conflictos armados.

Referencias[editar]

  1. Betancur, Belisario (1967). A pesar de la pobreza. Ediciones Tercer Mundo. 
  2. Gómez Buendía, Hernando. Alfonso López MIchelsen: un examen crítico de su pensamiento y obre de gobierno (Primera edición). Bogotá: Ediciones Tercer Mundo. 
  3. Barco, Virgilio (1967). Estamos ante una revolución (Primera edición). Bogotá: Ediciones Tercer Mundo. 
  4. Bonilla, Victor Daniel (1968). Siervos de Dios y amos de indios. El Estado y la misión capuchina en el Putumayo (Primera edición). Bogotá: Ediciones Tercer Mundo. 

Bibliografía[editar]