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Usuario:Azul Cortes/Espacialidad y Condiciones del Trabajo Sexual en Mujeres Migrantes en América Latina

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Espacialidad y Condiciones del Trabajo Sexual en Mujeres Migrantes en América Latina[editar]

Una mujer que se dedica al trabajo sexual en condiciones de migración, es aquella que se desplaza de su país de origen a otro, en este caso de América Latina, y se dedica al trabajo sexual para subsistir. Las trabajadoras sexuales migrantes en latinoamérica representan una compleja y multifacética realidad. Estás mujeres a menudo migran en la búsqueda de mejores oportunidades económicas, mejores condiciones laborales, y en el mejoramiento de la calidad de vida, lejos de la violencia y la vulnerabilidad, aunque la condición de migrantes y mujeres en sí mismas, generan una alta probabilidad de caer en explotación y abuso de diversas índoles.[1]

En América Latina, la mayoría de los países no cuentan con legislaciones que proporcionen protección adecuada para el trabajo sexual, lo que agrava la situación de vulnerabilidad de las trabajadoras migrantes que se enfrentan a distintos desafíos, como lo son el acceso servicios básicos de salud o vivienda.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), organismo intergubernamental, creado en 1951, que ayuda a garantizar una gestión humana de la migración, así como asegurar la cooperación internacional en este fenómeno y la solución práctica a problemas,  proporcionan asistencia humanitaria a los migrantes que la necesiten,  y en este caso en específico asegura que las trabajadoras sexuales migrantes están altamente expuestas a condiciones de trabajo inhumanas por parte de traficantes y proxenetas que en muchas ocasiones  les niegan el derecho a los servicios de salud pública.

Por otro lado, estas mujeres también son sometidas a la estigmatización por ser migrantes y agravado por su estatus de trabajadoras sexuales. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), destaca que la migración forzada, debido a crisis económicas o conflictos en los países de origen, es un factor determinante para muchas mujeres que terminan ejerciendo el trabajo sexual en otros países de la región, aún a pesar de las malas condiciones para hacerlo de forma segura que ya se mencionaron.

La ONU subraya una tendencia creciente a importar trabajadoras migratorias para su explotación comercial o sexual a través de matrimonios arreglados con extranjeros, o haciendo que firmen contratos de empleo que parecen tentadores, pero que rara vez reflejan su situación real. El estrés de la migración, la ruptura con las redes sociales previas, los factores culturales y religiosos, el escaso acceso a los servicios sanitarios y la discriminación en el sistema de salud, son hechos frecuentemente señalados como principales causas de la mayor vulnerabilidad que afrontan las mujeres y los niños inmigrantes​​.[2]

En la región, la organización RedTraSex trabaja activamente para visibilizar y defender los derechos de las trabajadoras sexuales migrantes. Su proyecto "El Sueño no Soñado: De Objetos de Estudio a Sujetas de Acción" ha sido fundamental para promover cambios legislativos que reconozcan sus derechos y mejoren sus condiciones laborales.

El contexto latinoamericano del trabajo sexual en mujeres migrantes.[editar]

El estatus de migrante en Latinoamérica sigue conllevando un gran estigma negativo, así como el trabajo sexual carga con el suyo propio, al juntar ambos fenómenos el tema se vuelve aún más complejo de analizar. Sin embargo, reconocer su existencia y sus complejidades es un paso importante hacia la inclusión y la equidad. Según el portal Médicos Sin Fronteras (MSF), visibilizar el trabajo sexual en mujeres migrantes es fundamental para combatir los estigmas, la discriminación y las barreras de acceso a la salud publica y de falta de derechos laborales a los que se enfrentan diariamente.

Por otro lado el reconocimiento de este trabajo también aporta a la discusión sobre la continúa violación de sus derechos humanos. Abordar su situación desde esta perspectiva es esencial para garantizar que reciban el trato justo y digno que merecen. La OIM subraya la importancia de proteger a estas trabajadoras mediante la inclusión de políticas públicas en la legislación de los países latinoamericanos. La CEPAL enfatiza la necesidad de marcos legales que abordan las realidades específicas de las trabajadoras sexuales.

Contexto Histórico y Social[editar]

La historia del trabajo sexual en América Latina está marcada por las dinámicas sociales, económicas y políticas desde la colonia en la región.

Época Colonial[editar]

Silvia M. Arrom,  proporciona una valiosa perspectiva sobre las condiciones de vida y trabajo de las mujeres en la Ciudad de México durante la época colonial. Su análisis destaca cómo la marginación económica y social empujaba a muchas mujeres a ejercer el trabajo sexual, mientras enfrentaban una fuerte estigmatización moral y social.

Arrom explica en su libro Las mujeres de la ciudad de México, 1790-1857[3]​ que durante la época colonial, la prostitución era una actividad relativamente común en la Ciudad de México y otras ciudades importantes de la región. Las mujeres que se dedicaban a este trabajo lo hacían por diversas razones, muchas veces ligadas a la necesidad económica.

Muchas mujeres indígenas, mestizas y afrodescendientes se encontraban en una posición de vulnerabilidad económica y social, debido al sistema de castas que imponía la época. Las mujeres de castas inferiores, como las indígenas y afrodescendientes, eran las más afectadas por la explotación y el estigma asociado a la prostitución. Aunque la prostitución era tolerada por las autoridades coloniales, estaba sujeta a regulaciones.

Las autoridades intentaban mantener cierto control mediante registros de zonas específicas donde esta actividad era permitida. Sin embargo, las condiciones de vida y de trabajo de las mujeres en estos contextos eran precarias. Las trabajadoras sexuales enfrentaban una fuerte estigmatización moral y social. A menudo eran vistas como una amenaza a la moral pública y a la estabilidad familiar, lo que contribuía a su marginación y a la perpetuación de su condición de vulnerabilidad.

Evolución de la migración en la región y su relación con el trabajo sexual

Siglo XIX y Principios del Siglo XX

El siglo XIX es un siglo en el que los países latinoamericanos pugnan por dejar de ser colonias y obtener su independencia de los países europeos que los habían invadido. Los cambios de estructuras sociales y económicas van a afectar inevitablemente al trabajo sexual, siendo las ciudades más grandes como Buenos Aires, Río de Janeiro y Ciudad de México por poner algunos ejemplos, que al experimentar un enorme crecimiento urbano y económico atrajo a muchas gente y con ello el trabajo sexual fue uno de los medios de subsistencia.

Industrialización y Migración[editar]

La industrialización fue crucial en la transformación de las ciudades latinoamericanas y en la vida de sus habitantes, ya que las oportunidades laborales en fábricas atrajeron una gran cantidad de personas a estos centros urbanos, pero en muchas ocasiones las mujeres no encontraron empleo en las fabricas o en el comercio, por lo que recurrieron al trabajo sexual. La migración interna y externa también jugó un papel importante en la expansión de este trabajo.

Migración Interna:  La migración interna es un fenómeno significativo durante el siglo XIX y el XX. hombres y mujeres migraban del campo a la ciudad, que con frecuencia se enfrentaban a dificultades para integrarse al mercado laboral formal, así como en el caso de las mujeres a la discriminación de género.

Migración Externa: La llegada de migrantes europeos y asiáticos también influyó en la dinámica del trabajo sexual. Muchas mujeres migrantes, especialmente aquellas que llegaban sin recursos ni redes de apoyo, se vieron forzadas a entrar en el trabajo sexual.

Regulación y Control[editar]

Debido a la creciente actividad del trabajo sexual y a su visibilización, las distintas autoridades de las ciudades más grandes de los nuevos países latinoamericanos y empezaron a implementar medidas para regular la prostitución. Estas medidas en su mayor parte fueron movidas por la preocupación de la salud pública así como por la moralidad.

Regulación Sanitaria: Las leyes de limpieza social se implementaron en varios países, por lo que las trabajadoras sexuales se registraban y se someten a controles sanitarios regulares. Por ejemplo, en Argentina, la Ley de Profilaxis Social[4]​ de 1936 buscó controlar la propagación de enfermedades venéreas mediante el registro y control sanitario de las trabajadoras sexuales.

Zonas de Tolerancia: En algunas ciudades, se crearon zonas de tolerancia donde la prostitución era permitida bajo ciertas condiciones. Estas áreas estaban generalmente localizadas en barrios específicos, alejados de las zonas residenciales y comerciales más respetables.

Factores de la Migración[editar]

Las causas por las que la migración en América Latina son diversas, algunas de ellas son:

Crisis económica: Las recesiones económicas y la falta de oportunidades laborales han llevado a muchas personas a migrar en busca de mejores condiciones de vida.

Violencia y seguridad: La violencia y los conflictos internos han forzado a muchas personas a abandonar sus hogares, buscando seguridad en otros países o regiones.

Globalización: Este fenómeno ha facilitado la movilidad de las personas, promoviendo tanto la migración interna como externa.

Migración Interna y Trabajo Sexual

La migración interna ha configurado el trabajo sexual en muchas ciudades latinoamericanas ya que la migración del campo a la ciudad aumento significativamente durante el siglo XX, por lo que en busca de empleo y la falta de oportunidades en el sector formal, el trabajo sexual fue en aumento, por lo que las Zonas de tolerancia se hicieron más comunes.  En muchas ciudades, las trabajadoras sexuales migrantes se concentraban en áreas específicas, conocidas como zonas de tolerancia, donde la prostitución era tolerada o regulada. Estas zonas se convirtieron en espacios de sobrevivencia y trabajo para muchas mujeres migrantes.

Sin embargo, el trabajo sexual también ha dado pauta a la Trata de personas y al proxenetismo;La migración internacional ha estado  asociada con estos dos delitos, por lo que las mujeres migrantes, en particular, son vulnerables a las redes de trata que operan en y entre los países latinoamericanos, por lo que es importante que políticas migratorias y las leyes que  regulan el trabajo sexual consideren dejar de criminalizar este trabajo y garantizar el acceso a sus derechos humanos y las protecciones médicas pertinentes. Sin embargo, también existen iniciativas y organizaciones que abogan por los derechos de las trabajadoras sexuales migrantes, proporcionando apoyo legal, médico y social.[5]

En otra lectura menos positiva, la migración ha demostrado ser una puerta abierta al infortunio. Elocuentes son las denuncias de la comunidad internacional respecto a las múltiples violaciones de los derechos humanos de que son víctimas las personas migrantes, y en particular las mujeres y los niños. Entre las más crueles y denigrantes violaciones se encuentran la trata de personas, el trabajo forzoso en condiciones de esclavitud, el abuso laboral, la violencia física, psicológica y sexual y la explotación sexual.[6]

Espacio Geográfico y Movilidad: Trabajo Sexual y Migración en América Latina.[editar]

La movilidad y el trabajo sexual en América Latina, están entrelazados con el espacio geográfico, ya que la migración de trabajadoras sexuales, tanto interna como internacionalmente, configura dinámicas que impactan en sus vidas personales y generan otras condiciones de trabajo. Las rutas migratorias de estás trabajadoras en la región reflejan patrones históricos y contemporáneos de movilidad, que son impulsadas por factores económicos y sociales.

Principales Rutas Migratoria

Rutas Internas:

Rural-urbana: Las principales rutas de migración y también las más comunes son las de las zonas rurales a las ciudades principales de cada país, ya que las mujeres de estás áreas rurales migran a las ciudades más grandes en la búsqueda principal de mejores condiciones de trabajo, en la búsqueda de mayor autonomía y también buscando el acceso a mejores servicios de salud y educación. Por ejemplo, de los estados del sur en México a la ciudad de México, en Brasil a São Paulo. A continuación se muestra algunas de estás rutas.

Rutas Internacionales:

Migración Sur-Sur: Las migraciones intrarregionales ocurren entre países de América Latina como por ejemplo el desplazamiento de mujeres venezolanas hacia Colombia y Perú, o de mujeres paraguayas y bolivianas hacia Argentina. Las causas de estos desplazamientos se deben a varios factores, entre los que se encuentran: Conflictos políticos, crisis económicas y falta de oportunidades en el país de origen. Así como la proximidad geográfica, ya que al encontrarse entre países vecinos, facilita la movilidad entre países vecinos ya que en la mayoría de los casos el desplazamiento conlleva menores costos y riesgos. También la existencia de comunidades establecidas de compatriotas que ofrecen apoyo y redes de trabajo es una de las grandes razones para optar por estás migraciones interregionales. Algunas de las rutas son:

Venezuela a Colombia y Perú: El de migración de venezolanos a otras regiones de América Latina, es uno de los que más ha llamado la atención en los últimos años, ya que la crisis económica severa, con hiperinflación y política con las altas tasas de desempleo por la que atraviesa Venezuela a provocado una migración masiva a países como Colombia y Perú.

En el caso de Colombia, se estima que se han recibido a cerca de más de 1.8 millones de venezolanos, según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), por su lado Perú, es el segundo destino más común para los migrantes venezolanos, con casi 800,000 migrantes registrados.

En Colombia, muchas mujeres venezolanas se  han tenido que dedicar al trabajo sexual, así como en Lima y otras ciudades importantes de Perú como Arequipa, el trabajo sexual de mujeres venezolanas ha incrementado en los últimos años. Sin embargo, aún a pesar de pertenecer al mismo continente, la xenofobia, la explotación sexual y de trabajo en condiciones insalubres, así como las injusticias por no contar con sus documentos en orden,  son uno de los mayores problemas a los que se ven enfrentadas las trabajadoras sexuales venezolanas.

La migración, en muchos casos, se convierte en una vía de escape de situaciones de violencia doméstica o extrema pobreza, pero también puede llevar a las mujeres a situaciones de explotación sexual. La falta de redes de apoyo y el estatus migratorio irregular agravan su vulnerabilidad.[7]

Paraguay y Bolivia a Argentina: Mujeres paraguayas y bolivianas migran a Buenos Aires y otras ciudades argentinas atraídas por la promesa de mejores ingresos y condiciones de vida, por las condiciones económicas en Paraguay y Bolivia así como la falta de oportunidades laborales.

Argentina ha sido históricamente un destino concurrido por  migrantes de países vecinos y por países europeos como lo fue en el siglo XIX. Buenos Aires, en particular, ha recibido una gran cantidad de trabajadoras sexuales migrantes de Paraguay y Bolivia que se enfrentan como en los casos pasados a la explotación laboral y a una fuerte estigmatización por la falta de una legislación uniforme, ya que las leyes que regulan el trabajo sexual en este país varían según cada provincia; la falta de una regulación uniforme complica la protección de los derechos de las trabajadoras sexuales migrantes, teniendo como otra de las principales barreras para acceder a la justicia, el lenguaje.

Migración Norte-Sur

Norte-Sur: Las migraciones desde América Central y el Caribe hacia Estados Unidos y Canadá han incrementado significativamente en los últimos años. Mujeres de Honduras, Guatemala y República Dominicana, por poner algunos ejemplos, frecuentemente migran hacia el norte buscando mejorar sus condiciones de vida, aunque en realidad son muchísimos más países los que están participando de estás migraciones; esto a causa de las fuertes desigualdades económicas, la violencia tanto de los estados como de los grupos delictivos que controlan las zonas y la búsqueda de un futuro con mejores oportunidades laborales, educativas y de vida, el llamado sueño americano. Siendo algunas de las principales rutas las siguientes:[8]

Principales Rutas Migratorias

Desde Centroamérica (Honduras, Guatemala y El Salvador):

  1. Ruta del Corredor Centroamericano: Las mujeres que salen de Honduras, Guatemala y El salvador, principalmente siguen una ruta terrestre que va desde sus países de origen, atraviesan todo México hasta llegar a la frontera sur de Estados Unidos, algunas veces lo hacen en el tren conocido como La Bestia, que las deja en ciudades fronterizas como Tijuana, Ciudad Juárez y Matamoros. Las violencias vividas por las mujeres migrantes en esta ruta han sido bastante documentadas y expuestas, pasando por el abuso sexual secuestro, trata de personas y la explotación por pate de los cárteles de droga y crimen organizado.
  2. Ruta Marítima y Aérea: Algunas otras mujeres optan por la ruta marítima, saliendo desde la costa de sus países de origen hacia el sur de México, continuar el viaje por el país de forma terrestre hasta las ciudades fronterizas de Tijuana, Ciudad Juárez y Matamoros. Aunque las rutas aéreas por lo general son menos riesgosas (por lo menos hasta llegar a México), suelen estar fuera del alcance económico de muchas mujeres migrantes.

Desde el Caribe (República Dominicana):

  1. Ruta Aérea: Las mujeres de la República Dominicana generalmente utilizan rutas aéreas directas hacia Estados Unidos, principalmente a través de vuelos comerciales a ciudades como Miami, Nueva York y Boston. Y aunque esta vía es la más utilizada y la más segura, el problema empieza cuando muchas de ellas no presentan documentación y visa, así como la posibilidad de ser atrapadas por alguna red de trata una vez estando en Estados Unidos
  2. Ruta Marítima: Menos común debido a las condiciones del mar Caribe y la continúa vigilancia de las autoridades marítimas, pero algunas migrantes intentan la travesía en embarcaciones desde la República Dominicana hacia Puerto Rico, desde donde buscan llegar a Estados Unidos, aunque esta ruta es la menos usada.

Marco Legal en Diferentes Países de América Latina[editar]

Los casos de Argentina, Colombia, México y Brasil[editar]

  • Regulación: En Argentina y en Colombia, el trabajo sexual en sí no es ilegal, pero sí lo es la explotación de la prostitución ajena y la trata de personas. Las leyes varían a nivel provincial y municipal, en el caso de Colombia, la legislación permite la existencia de zonas de tolerancia, donde el trabajo sexual esta permitido con algunas condiciones, mientras que en Argentina, La Ley Nacional de Profilaxis que desde 1936 junto con otras regulaciones controlan el trabajo sexual para prevenir enfermedades de transmisión sexual. Mientras que en México La Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México la que regula el trabajo sexual y busca proteger los derechos humanos y defiende el acceso a la salud publica de las trabajadoras sexuales, en el caso de Brasil, al igual que en Colombia, Argentina y México, el trabajo sexual no es ilegal, solo que aquí son las organizaciones locales, muchas de ellas de iniciativa privada las que trabajan para proteger los derechos de trabajadoras sexuales

Violaciones de Derechos Humanos y vulnerabilidades[editar]

Las trabajadoras sexuales, sobre todo las  migrantes enfrentan altos niveles de discriminación y estigmatización tanto en sus países de origen como en los países receptores, dónde ya de por sí la estigmatización sobre los migrantes pesa demasiado, pero también se enfrentan a la probabilidad de ser violentadas física y sexualmente, tanto por clientes, como por redes de trata y por los vecinos que las rodean. La falta de documentación legal es otro de los factores que pone en situaciones de vulnerabilidad a este sector de mujeres que en muchas ocasiones son amedrentadas y amenazadas por los proxenetas con deportarlas.

El imaginario social construido por mitos, ideologías, creencias, religiones, pensamientos, ideas, expectativas, se fundamenta en una oscura red de relaciones sobre la que se nutren los discursos y las prácticas sociales, construyendo representaciones de las mujeres trabajadoras sexuales, que reflejan una cultura llena de exclusiones y de inferencias, ya que son visualizadas llenas de culpas, de sentimientos y de desamparo.[9]

Esfuerzos y Movimientos por los Derechos de las Trabajadoras Sexuales[editar]

RedTraSex: Por sus siglas Red de Trabajadoras sexuales en Latinoamérica y el Caribe, es una organización regional que vela por los derechos de las trabajadoras sexuales, donde se incluyen el derecho al acceso a la salud, la protección contra la violencia y la explotación, y el reconocimiento de sus derechos laborales. Esta red también organiza campañas para la sensibilización, capacitaciones para el apoyo a nivel local y regional para el mejoramiento de las condiciones de trabajo así como la protección de los derechos humanos y de las trabajadoras sexuales.

AMMAR en Argentina: Es una asociación que lucha por los derechos laborales y humanos de las trabajadoras sexuales, sus siglas quieren decir Asociación de Mujeres Meretrices en Argentina. Esta asociación trabaja por la promoción de leyes que logren proteger a las trabajadoras sexuales, así como el acompañamiento y capacitación en cuestiones legales, también luchan por medio de campañas en sensibilizar  la población sobre el trabajo sexual.

Esfuerzos Internacionales[editar]

ONU Mujeres y OIM: Las organizaciones internacionales también se han tomado el trabajo de crear organismos que aboguen por los derechos de las mujeres, lo que abarca también a las trabajadoras sexuales, como lo es el caso de ONU mujeres y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), desde las que se han creado políticas e iniciativas para proteger los derechos de las trabajadoras sexuales migrantes y combatir la trata de personas así como la explotación sexual.

  1. Gil Everaert, Isabel (2021). Los procesos migratorios en la incidencia de la violencia contra las mujeres y niñas. Centroamérica, México y República Dominicana. p. 29. 
  2. Cortés Castellanos, Patricia (2005). Mujeres migrantes de América Latina y el Caribe: derechos humanos, mitos y duras realidades. CEPAL. 
  3. Marina Arrom, Silvia (1988). Las mujeres de la ciudad de México, 1790-1857. Siglo XXI. 
  4. «LEY 12331 - PROFILAXIS». 
  5. «La situación de las trabajadoras sexuales migrantes en la región” en, Informe sobre violencias a trabajadoras sexuales y condiciones laborales». 
  6. Cortés Castellanos,, Patricia (2005). Mujeres migrantes de América Latina y el Caribe: derechos humanos, mitos y duras realidades. CEPAL. 
  7. Roxana M., Rosberly R., & Iris R. (2012). Patriarcado y el trabajo sexual en el imaginario social de la costa rica del siglo XXI. 
  8. Martínez Pizarro, Jorge (2003). El mapa migratorio de América Latina y el Caribe, las mujeres y el género. CELADE. 
  9. Fries Monleón, Lorena (2019). Las mujeres migrantes en las legislaciones de América Latina: análisis del repositorio de normativas sobre migración internacional del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe. CEPAL.