Castillo: Original del siglo X, construido con motivo de la repoblación, con Fernán González; fue reformado completamente en el siglo XV. Se levanta airoso vigilando la villa; la torre del homenaje inmutable destaca sobre los restos de muralla. Desde la altura hay una magnífica vista del caserío sobre el que se levanta imponente la silueta de la iglesia Santa Ana; y, al fondo, de la vega del Arandilla.
Muralla: Se conservan dos de las tres puertas de la muralla que se construyó en el siglo XV
Palacio de Avellaneda: Construido en el siglo XVI por encargo de don Francisco de Zúñiga y Avellaneda y en el que, según se cree, pudo trabajar Francisco de Colonia. La portada luce el escudo de los Zúñiga entre tenantes y en su interior, traspasando el zaguán de entrada, se abre un elegante patio señorial con galería doble, desde el que se accede a las habitaciones nobles bellamente decoradas con espléndidos artesonados. En el Salón de Embajadores preside una elegante chimenea de estucos y destaca ahí por su originalidad una galería para los músicos. Vecina al palacio preside, en el centro, la plaza una picota o rollo jurisdiccional de elegantes líneas góticas.
Iglesia: Ex Colegiata de Santa Ana, comenzada en 1540 presenta portada barroca, en el interior retablo neoclásico presenta en altorrelieve a la santa titular, obra de Alfonso Bergaz y coro tallado en nogal. En su portada cuenta con tres bustos romanos de Clunia.
Convento: De San José del Carmen, fue levantado en el siglo XVI
Botica: Farmacia de los Jimeno del siglo XVII que cuenta con museo. Hoy en día sigue en funcionamiento, es una de las más antiguas de España.