La oveja gris afilada

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La astuta oveja gris o La oveja gris de cuernos afilados es un cuento de hadas escocés recopilado por John Francis Campbell en Cuentos populares de las tierras altas del oeste, y enumera a su informante como John Dewar, trabajador, de Glendaruail, Cowal.

Es Aarne-Thompson tipo 510A. Véase también Rushen Coatie, una versión escocesa casi idéntica del cuento de Cenicienta.

Un rey y una reina tuvieron una hija, pero la reina murió y el rey se casó con otra. La madrastra fue cruel con la princesa y la envió a cuidar las ovejas sin enviarle suficiente comida para sobrevivir. Una astuta oveja gris (con cuernos) la ayudó llevándole comida. La madrastra, sabiendo que la pricesa no obtenía suficiente comida para sobrevivir, acudió la encargada de las gallinas, dicha encargada mandó a su propia hija como espía. La princesa le dijo a la hija de la encargada que apoyara la cabeza sobre sus rodillas y que ella le peinaría; La hija de la encargada quedó dormida y la oveja vino a ayudar a la princesa. La hija de la encargada tenía un ojo en la nuca que no dormía; ella lo miró y le dijo a su madre.

Al enterarse de que la oveja la estaba ayudando, la madrastra ordenó matarla. La oveja le dijo a la princesa que juntara sus huesos y pezuñas en la piel y que ésta regresaría con ella. La princesa lo hizo, pero se olvidó de las pequeñas pezuñas, por lo que la oveja quedó coja, pero aún así la mantenía alimentada.

Un príncipe vio a la princesa y preguntó por ella. La hija de la encargada se lo contó a su madre, y la encargada le advirtió a la reina. Por lo tanto, la reina trajo a su hijastra a su lado para que trabajara en la casa y envió a su propia hija a cuidar las ovejas.

Un día, cuando la hijastra salió, el príncipe le regaló un par de botas doradas. Él quería verla en la iglesia, pero su madrastra no la dejaba ir, así que fue en secreto, se sentó donde el príncipe pudiera verla y se fue rápidamente antes de que su madrastra pudiera espiarla allí. Sin embargo, la princesa perdió su zapato en el barro y el príncipe declaró que se casaría con quien le quedara el zapato.

La reina consiguió que el pie de su hija encajara cortándole los dedos, pero un pájaro le mostró la sangre al príncipe. El príncipe finalmente encontró a la princesa y se casó con ella.

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