Génesis 1:5

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Génesis 1:5

Dios distingue entre luz y oscuridad, día y noche (vidrieras de la Iglesia de Sainte-Madeleine, en Troyes).
Libro Libro de Génesis (Bereshit)
Parte de Biblia
Orden Tanaj (Antiguo Testamento)
Categoría Torá (Pentateuco)
Precedido por Génesis 1:4
Sucedido por Génesis 1:6

Génesis 1:5 es el quinto versículo del primer capítulo del Libro de Génesis. En este versículo, Dios nombra el día y la noche recién creados. La interpretación de este pasaje depende de la interpretación del versículo anterior. «Tarde y mañana» cierra la narración del primer día de la Creación, y también hay múltiples interpretaciones de esta frase.

Texto hebreo[editar]

  • Vocalizado: ויקרא אלהים לאור יום ולחשך קרא לילה ויהי ערב ויהי בקר יום אחד
  • Transliterado: Wayyiqərā’ ’ĕlōhîm lā’ôr "yômm" wəlaḥōšeḵ qārā’ "lāyəlāh". Wayəhî-‘ereḇ wayəhî-ḇōqer, yôm ’eḥāḏ.

Interpretaciones[editar]

Día y noche[editar]

El comentarista Paul Kissling escribe que, al nombrar el día y la noche, Dios revela su poder soberano sobre ellos,[1]​ considerando a la luz y la oscuridad aquí como puramente físicas. En el Antiguo Cercano Oriente, «el acto de dar un nombre significaba, sobre todo, el ejercicio de un derecho soberano».[2]​ Galia Patt-Shamir señala que el «poder de los nombres y la denominación» se muestra aquí, pero que más adelante en la narrativa este poder de denominación también se le otorga a Adán, el primer ser humano.[3]

Según Juan Calvino, Dios está instituyendo aquí «una vicisitud regular de días y noches».[4]

El Zohar, por otro lado, interpreta el versículo como la descripción de una emanación que sería «la raíz fundamental de la vida universal».[5]

Tarde y mañana[editar]

El versículo termina con una referencia a la tarde y la mañana, que ponen fin al primer día de la Creación. Esto plantea la cuestión de cómo es posible la tarde y la mañana en ausencia del sol aún por crear.

Agustín de Hipona, en La ciudad de Dios, escribe «nuestros días ordinarios no tienen tarde sino por la puesta, y no hay mañana sino por la salida del sol; pero los primeros tres días de todos pasaron sin sol, ya que está escrito que fue hecho el cuarto día».[6]​ Explica el dilema interpretando la tarde y la mañana en un sentido metafórico.[6][7]

Franz Delitzsch considera que la tarde y la mañana marcan el final de un «día» que tiene una duración de eones,[8]​ mientras que otros lo interpretan como un día literal de 24 horas.[9]​ La evolución teísta[10]​ y el creacionismo día-era siguen la primera interpretación,[11]​ mientras que el creacionismo de la Tierra joven sigue la segunda.[12]​ Aún otros dan una interpretación literaria, en la que el proceso de Creación se describe en términos humanos, usando la analogía de la semana laboral.[13]

En la tradición judía, el hecho de que la tarde esté en primer lugar aquí ha llevado a la idea de que el día comienza al atardecer.[14]

Apéndice[editar]

Traducción Texto
Reina-Valera Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día.
La Biblia de las Américas Y llamó Dios a la luz día, y a las tinieblas llamó noche. Y fue la tarde y fue la mañana: un día.
La Biblia del Siglo de Oro Llamó a la luz «Día», y a las tinieblas llamó «Noche». Y fue la tarde y la mañana del primer día.
Nueva Versión Internacional A la luz la llamó «día», y a las tinieblas, «noche». Y vino la noche, y llegó la mañana: ese fue el primer día.
Nueva Traducción Viviente Dios llamó a la luz «día» y a la oscuridad «noche». Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el primer día.
La Palabra (España) llamando a la luz “día” y a las tinieblas, “noche”. Vino la noche, llegó la mañana: ese fue el primer día.
La Palabra (Hispanoamérica) llamando a la luz “día” y a las tinieblas, “noche”. Vino la noche, llegó la mañana: ese fue el primer día.
Biblia de Jerusalén y llamó Dios a la luz «día», y a la oscuridad la llamó «noche». Y atardeció y amaneció: día primero.
Biblia Latinoamericana Dios llamó a la luz "Día" y a las tinieblas "Noche". Atardeció y amaneció: fue el día Primero.
El Libro del Pueblo de Dios y llamó Día a la luz y Noche a las tinieblas. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el primer día.
Dios Habla Hoy y la llamó «día», y a la oscuridad la llamó «noche». De este modo se completó el primer día.
Traducción en Lenguaje Actual y le puso por nombre «día». A la oscuridad la llamó «noche». Y cayó la noche, y llegó la mañana. Ese fue el primer día.

Referencias[editar]

  1. Kissling, Paul J. (2004). Genesis, Volume 1. College Press. p. 101. ISBN 0-89900-875-5. 
  2. von Rad, Gerhard (1973). Genesis: A Commentary. Westminster John Knox Press. p. 53. ISBN 0664227457. 
  3. Patt-Shamir, Galia (2006). To Broaden the Way: A Confucian-Jewish Dialogue. Lexington Books. p. 128. ISBN 0739111914. 
  4. Juan Calvino. Comentario sobre Génesis. Volumen 1.
  5. de Manhar, Nurho (ed.). Zohar, Bereshith to Lekh Lekha: Or, Book of Light. Forgotten Books. pp. 89-90. ISBN 1-60506-746-6. 
  6. a b Agustín de Hipona. La ciudad de Dios. Libro XI, capítulo 7.
  7. MacDonald, Nathan; Elliott, Mark W.; Macaskill, Grant (2012). Genesis and Christian Theology. Eerdmans. p. 124. 
  8. Delitzsch, Franz (1888). A New Commentary on Genesis. T&T Clark. p. 84. 
  9. Berkhof, Louis (1996). Systematic Theology. Eerdmans. p. 155. ISBN 0-8028-3820-0. 
  10. Kissling, Paul J. (2004). Genesis, Volume 1. College Press. p. 38. ISBN 0-89900-875-5. 
  11. Allison, Gregg (2011). Historical Theology: An Introduction to Christian Doctrine. Zondervan. p. 273. ISBN 0-310-23013-6. 
  12. Merrill, Eugene H.; Rooker, Mark; Grisanti, Michael A. (2011). The World and the Word: An Introduction to the Old Testament. B&H Publishing Group. p. 181. ISBN 0805440313. 
  13. Hamilton, Victor P. (1990). The Book of Genesis: Chapters 1-17 (7ª edición). Eerdmans. pp. 55-56. ISBN 0802825214. 
  14. Frojimovics, Kinga; Komoróczy, Géza (1999). Jewish Budapest: Monuments, Rites, History. Central European University Press. p. 305. ISBN 9639116378.