Diferencia entre revisiones de «Mari (diosa)»

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===El compromiso con el diablo===
===El compromiso con el diablo===
Distintas leyendas cuentan el origen de Mari, la más conocida dice que en una familia sin descendencia la mujer deseaba como fuese tener un hijo, a pesar de que a los veinte años se le tuviese que llevar el diablo, y al fin quedó embarazada de una hermosa niña. Días antes de que la muchacha cumpliera los veinte años su madre la encerró en una caja de cristal y la vigiló día y noche, esfuerzo inútil ya que el mismo día de su cumpleaños el diablo violo primero a la madre y después rompiendo la caja se la llevó consigo a la cima del monte Amboto, donde habita desde entonces.
Distintas leyendas cuentan el origen de Mari, la más conocida dice que en una familia sin descendencia la mujer deseaba como fuese tener un hijo, a pesar de que a los veinte años se le tuviese que llevar el diablo, y al fin quedó embarazada de una hermosa niña. Días antes de que la muchacha cumpliera los veinte años su madre la encerró en una caja de cristal y la vigiló día y noche, esfuerzo inútil ya que el mismo día de su cumpleaños el diablo rompiendo la caja se la llevó consigo a la cima del monte Amboto, donde habita desde entonces.


Otra de las leyendas sobre la procedencia de Mari, de la cual existen distintas versiones, cuenta que una madre y una hija vivían juntas. Un día la madre enfadada maldijó a la muchacha diciéndola: "Ojalá te lleve el diablo". Al decir esto apareció el mismo diablo y se la llevó y la dejó vagando por los montes de la zona para siempre.
Otra de las leyendas sobre la procedencia de Mari, de la cual existen distintas versiones, cuenta que una madre y una hija vivían juntas. Un día la madre enfadada maldijó a la muchacha diciéndola: "Ojalá te lleve el diablo". Al decir esto apareció el mismo diablo y se la llevó y la dejó vagando por los montes de la zona para siempre.

Revisión del 10:20 24 may 2009

Para otros usos de este término, véase Mari.

Mari es el Numen principal de la mitología vasca pre-cristiana. Divinidad de carácter femenino que habita en todas las cumbres de las montañas vascas, recibiendo un nombre por cada montaña. La más importante de sus moradas es la cueva de la cara este del Amboto, a la que se conoce como "cueva de Mari", "Mariyen Koba" o "Mariurrika Kobea", que atribuye a Mari el nombre de "Mari de Amboto" o "Dama de Amboto".

Representación de Mari


Descripción

Entrada de Mariurrika Kobea en Amboto, morada principal de Mari.

Mari, personificación de la madre tierra, es reina de la naturaleza y de todos los elementos que la componen. Generalmente se presenta con cuerpo y rostro de mujer, elegantemente vestida (generalmente de verde), pudiendo aparecer también en forma híbrida de árbol y de mujer con patas de cabra y garras de ave rapaz, o como una mujer de fuego un arco iris inflamado o un caballo que arrastra las nubes. En su forma de mujer aparece con abundante cabellera rubia que peina, al sol, con un peine de oro.

Su consorte es Maju o Sugar, sus asistentes las sorginas, y tiene dos hijos: Mikelatz o Mikelats y Atarrabi o Atagorri, que están siempre enfrentados, una representación paleocristiana del bien y del mal (Bat-arra-bi es la versión sugerida por Jorge Oteiza, en El Libro Blanco del Preindoeuropeo, para solucionar el sonema que falta en la etimología que propone).

Habita en cuevas en diferentes montes, aunque su morada principal se sitúa en la cueva ubicada en la impresionante pared vertical este del Amboto, justo bajo la cumbre. En estas cuevas recibe a sus fieles, los cuales deben guardar un estricto protocolo:

  • Se le debe tutear.
  • Hay que salir de la cueva de la misma forma que se entró.
  • No hay que sentarse nunca, incluso recibiendo la invitación de hacerlo, mientras se habla con ella.

Mari es la señora de la tierra y los meteoros. Tiene el dominio de las fuerzas del clima y del interior de la tierra. Entre sus misiones esta el castigar la mentira, el robo y el orgullo. De ella vienen los bienes de la tierra y el agua de los manantiales.

Con los hombres se comporta de de forma tiránica, o todo lo contrario, los llega a enamorar mostrándose como una mujer dócil y trabajadora, pero siempre con fin de impartir justicia por medio de la regla del no: si mientes, negando que posees algo que sí es tuyo, Mari te lo quita. Así, efectivamente, ya no lo tienes, y se produce la justicia. Presagia las tormentas y determina el clima además se la conoce por su capacidad para volar. Cuando esta en su morada de Amboto, la cumbre esta entre nubes, esto es la manifestación de su presencia.

Aunque todas estas leyendas en que se basa la tradición de Mari son posteriores al cristianismo, Mari se asemeja más a Gea, ya que vive en las cuevas, y a todas las diosas de la fertilidad y del amor, por el mismo motivo, y porque proporciona frutos y regalos.

Sin embargo no todos los investigadores están de acuerdo con esta identificación. Para la antropóloga Anuntzi Arana, Mari tiene más similitudes con los dioses supremos celestes Zeus o Jupiter, ya que, al igual que éstos, gobierna los fenómenos metereológicos e imparte justicia.

Leyendas

Son muchas las leyendas, tantas como pueblos, que existen sobre Mari. En cada sitio existe una historia, una leyenda, que habla de su origen (en muchos casos con elementos posteriores al cristianismo, como el demonio, el bautizo, etc).

El clima según en que morada esté

Aunque su morada principal está en Anboto, las cumbres del Oiz y del Aketegi (es conocida también como la "Dama del Aketegi" o "Aketegiko dama") son también de importancia para ella, junto con otras como el Murumendi o el Txindoki. Dicen que cada siete años cambia de morada, y en ese cambio se le puede ver surcar los cielos en un carro de fuego; dependiendo de la cumbre que habite, así será el tiempo que haga, lluvioso o seco. Otra característica es su larga cabellera rubia y la costumbre de peinarla al sol con un peine de oro a la entrada de su cueva.

Una de las leyendas más importantes es la que nos cuenta por qué Mari habita y es vista en todos los Montes vascos. Mari es la encargada de llevar el buen y el mal tiempo de un lado a otro en el País Vasco y se dice que cuando Mari está en Amboto llueve, cuando está en Aloña hay sequía y cuando está Supelegor las cosechas son abundantes.

La semejanza en la montaña

Su presencia se hace incluso visible para el que observa el efecto del perfil de las montañas que se asemeja a una dama tumbada: la nariz de la dama (el Alluitz), el cuello (el llamado paso del diablo o puente del infierno (infernuko zubia) y los pies (el Amboto).

El compromiso con el diablo

Distintas leyendas cuentan el origen de Mari, la más conocida dice que en una familia sin descendencia la mujer deseaba como fuese tener un hijo, a pesar de que a los veinte años se le tuviese que llevar el diablo, y al fin quedó embarazada de una hermosa niña. Días antes de que la muchacha cumpliera los veinte años su madre la encerró en una caja de cristal y la vigiló día y noche, esfuerzo inútil ya que el mismo día de su cumpleaños el diablo rompiendo la caja se la llevó consigo a la cima del monte Amboto, donde habita desde entonces.

Otra de las leyendas sobre la procedencia de Mari, de la cual existen distintas versiones, cuenta que una madre y una hija vivían juntas. Un día la madre enfadada maldijó a la muchacha diciéndola: "Ojalá te lleve el diablo". Al decir esto apareció el mismo diablo y se la llevó y la dejó vagando por los montes de la zona para siempre.

En otras versiones de esta leyenda la maldición de la madre es distinta "Ojalá vueles por los aires tantos años como granos tiene una fanega de alubias rojas".

La mala mujer

Existe aún otra leyenda de Ataun, con sus correspondientes variantes, que refiere el origen de Mari de otra manera. Según esta leyenda, había una mujer muy mala, (tengamos en cuenta que el hecho de "ser mala" se refiere a que es precristiana y a que toma decisiones por si misma, desobedeciendo a su marido) casada con un buen cristiano y madre de cinco hijos, que vivía en un caserío de Beasain (Guipúzcoa). Como no quería que los niños fuesen bautizados, el padre los subió a un carro, ató a él a la madre, y se encaminaron hacia la iglesia en busca de bautismo para los pequeños. Pero por el camino la mujer se envolvió en llamas, quemó las ligaduras que la ataban al carro, y volando por los aires, gritó: "Mis hijos para el cielo y yo ahora para Muru". Y hacia el Murumendi se dirigió, donde desde entonces está. En ocasiones ha sido vista cerca de una sima existente en aquel monte, sentada al sol, peinándose su caballera rubia con un peine de oro. Leyenda de similares características es conocida en Arano.

Emparentada con los Señores de Vizcaya

Frecuentemente se ha asociado a la "Dama" con personajes de la historia de Vizcaya, creando una simbiosis entre mitología e historia, dando lugar a leyendas con diversas versiones:

Una de las leyendas cuenta cómo Doña Urraca, hija del rey de Navarra, se casó con Pedro Ruiz, señor de la casa de Muntsaratz de Abadiano. El hijo mayor, Ibon, era el destinado para ser el heredero de tan noble estirpe y odiado por su hermana menor: Mariurrika. Un día en el que se encontraban en el Amboto mientras el hermano dormía, después de comer, movida por el odio y la envidia arrojó a su hermano, con la ayuda de una criada, por las verticales paredes de la montaña. A su regreso dijo que su hermano se había despeñado. Acosada por la conciencia, una noche se presentaron en Muntsarantz los Ximelgorris o genios diabólicos. Desde entonces ha desaparecido y se dice que habita en las cuevas de Amboto.

También se le vincula con el primer señor histórico del territorio, Diego López de Haro, al que se supone casada. Al casarse le hizo prometer que nunca se santiguaría en el interior de la casa, pero un día éste incumplió su promesa y Mari, inmediatamente, salió de la casa volando con su hija. Esta leyenda muy bien puede hacer referencia a los pactos alcanzados para mantener a Vizcaya dentro de Castilla y a la traición que los señores de Vizcaya realizaron cristianizando el país (y rompiendo el pacto con Mari). Esta leyenda es similar a la que narra la maldición de Melusina. Debido a la maldición que su madre le echa, Melusina está obigada a convertirse los sábados por la noche en mitad serpiente, cosa que ocultó a su marido hasta que éste la descubrió, lo que provocó que ésta huyera volando.

Etimología

Hay dos teorías. Una sugiere que es una adaptación del nombre cristiano de María, aunque evidentemente aplicado a un personaje esencialmente diferente y más antiguo. Resulta más verosímil asociar el origen del nombre a la propia lengua vasca. Dentro de esta segunda teoría se barajan dos posibilidades, que el nombre proceda de la elimininación de la primera vocal de una palabra, siendo posiblemente su origen "Amari" (Ama+ari), es decir el oficio de ser madre, o bien "Emari" (Eman+ari): don, regalo; la segunda posibilidad asocia el origen del nombre con los Maire o Maide (genios que habitan en los montes y amantes de las lamias) o Maidi (almas de los antepasados).

La morada de Amboto

De las muchas moradas que mari tiene por los montes de Euskal Herria la principal se encuentra en el Amboto. La llamada Mariurrika kobea o Mariyen kobia se encuentra a 1.200m de altitud debajo justo de la cumbre de este monte. Su entrada se ubica en la impresionante verticalidad de la pared este, que forma con la oeste del Azkilar la impresionante canal de Artaungo sakona.

La cueva tiene una gran entrada, en altura, que abre un corredor hacia una sala iluminada por una apertura al abismo. Esta "ventana" es visible desde abajo, mientras que la entrada queda oculta por estar situada en un chaflán de la roca. A su lado cae un chorretón de agua, gotas en verano, de cual hay que beber si se pretende que el deseo que se le ha pedido a la diosa bruja se haga realidad. De la sala iluminada pare otro corredor hacia el interior del monte. Sobre el mismo hay una formación natural que recuerda a la cara de una mujer en la que algunos creen ver a Mari. Este corredor acaba en una sima de 70 m de profundidad. A la derecha, pasando por una pequeña apertura, se accede a otra sima menor.

Para llegar a Mariurrika Kobea, hay que subir hasta el collado de Aguindi, que se conforma entre la cubre del Amboto y el espolón de Failea Atxa y de allí seguir el pequeño sendero dirección este que nos conduce, bajo la cumbre, hasta la pared vertical en la que se ubica la cabidad. Cuando llegamos al borde de la misma un túnel natural nos permite acceder al acantilado.

Véase también

Bibliografia

  • La primitiva religión de los vascos, José Dueso, Orain, 1996. ISBN 84-89077-56-8.
  • Euskal Mitologia Konparatua, Juan Ignacio Hartsuaga, Kriseilu, 1987.
  • Mito hurbilak, Euskal mitologia jendeen bizitzan, Anuntxi Arana, Katuzain, 2000. ISBN 2-913842-04-6.

Enlaces externos