Diferencia entre revisiones de «Pedro Álvarez Holguín»

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El conquistador Pedro Alvarez Holguín (Cáceres (España) 1490-1542, Chupas (Perú)) fue un capitán extremeño que participó en la Conquista del Perú , ya que, aunque la amistad lo condicionó, al principio, a romper moldes estando ofuscado, o dudando de militar en uno u otro bando, reaccionó a su debido tiempo y supo guardar el equilibrio entre la palabra de honor empeñada, los principios morales que le ligaban con sus compañeros de armas y la obligación de obedecer y respetar los postulados que, como militar, le vinculaban al Poder Real.

Biografía

El capitán Pedro Álvarez Holguín nació en la ciudad extremeña de Cáceres en 1490, y murió en la batalla de Chupas (Perú) el 16 de septiembre de 1542. Era hijo de Pedro Alvarez Holguín y de doña Constanza Martínez de Aldana. Con Hernán Cortés participó en la conquista de México, después se avecindó en Panamá, y en 1536 pasaba al Perú cuando Francisco Pizarro pidió auxilios a las demás regiones centro y sudamericanas para reprimir la gran rebelión que había impulsado el Inca Manco Cápac

Alvarez Holguín era pariente cercano de Hernán Cortés, Francisco Pizarro, Francisco de Orellana, Ñuflo de Chaves, Lorenzo de Aldana y el Adelantado Juan de Sanabria. Nunca se casó pero se había amancebado en Perú con la princesa incaica Beatriz Tupac Yupanqui, descendiente de la familia de Atahualpa, con la que tuvo tres hijos: Hernán, Constanza y María.

Disensiones entre ambos bandos

El territorio peruano, desde los inicios de la conquista, andaba revuelto por las diferencias y enfrentamientos entre Diego de Almagro y Francisco Pizarro, y estas discrepancias presagiaban la guerra entre los partidarios de ambos bandos. A todo esto, algunos soldados y capitanes, aunque tenían sus preferencias, no sabían que partido tomar ni a que bando arrimarse. Para intentar un acuerdo amistoso Almagro y Pizarro habían celebrado una reunión, pero ninguno de los dos quedó satisfecho de lo pactado, y como ambos no fueron sinceros, empeoró la situación desembocando en un inevitable enfrentamiento.

En 1537 Pedro Álvarez Holguín, aparece como destacado militar en la escena conquistadora, cuando a las órdenes de Francisco Pizarro, y bajo el [[mando del general Alonso de Alvarado, marchaban hacia el Cuzco y se detiene en Abancay, donde las fuerzas de Diego de Almagro]], recién llegado de Chile, se apoderaba del Cuzco, En esta ocasión, el 13 de julio de 1537, un pelotón de Almagro apresaba a Alonso de Alvarado, a Holguín y a todos sus hombres y los llevaban detenidos al Cuzco.

Aunque Holguín estaba al servicio de Francisco Pizarro, había jurado fidelidad a la causa de Almagro. De todas formas los de Pizarro, fueron liberados por Lorenzo de Aldana (que entonces también pertenecía al bando de los Almagro), y era primo de Holguín; pero éste avergonzado por faltar a su palabra, se escondió en el monte y regresó nuevamente al Cuzco y se reintegraba en el ejército almagrista. En la batalla de las Salinas, celebrada el 6 de abril de 1538, y en el puesto asignado, Holguín combatió con el ejército almagrista. En esta batalla fue vencido Almagro y lo encerraron en la prisión del Cuzco, y tres meses después era ejecutado por orden de los Pizarro.

Intervención real

El que Álvarez Holguín militara temporalmente en el bando almagrista, no fue impedimento para que nuevamente, y a principios de 1541, Francisco Pizarro le encomendara la conquista del país de los “chunchos” en la actual Bolivia. Esta deferencia que tuvo Pizarro con Holguín, sirvió para que éste reconsiderara su posición y abrazara la causa pizarrista, porque desaprobó que cuando los partidarios almagristas asesinaron a Francisco Pizarro, el hijo de Almagro, autoritariamente se proclamó gobernador de Perú, y Álvarez Holguín, desempeñando la misión de los “chunchos” que le encargara Pizarro, no aceptando esta arbitrariedad, juró vengar la muerte del caudillo pizarrista.

Ya desde Cuzco, Gómez de Tordoya y otros capitanes le había enviado aviso a Holguín para que dejara su cometido conquistador en las tierras bolivianas y volviera para que provisionalmente se hiciera cargo, como capitán general, de las tropas leales a la Corona. En aquellas fechas, ya había llegado a Quito el licenciado Cristóbal Vaca de Castro, que venía con instrucciones para hacer cumplir las Leyes Nuevas, averiguar las causas de los desagradables acontecimientos y poner remedio a las revuelvas del Perú, además de hacerse cargo del gobierno en el caso de faltar Pizarro. El enviado real escribió a Holguín y a otros militares para que abrazaran la causa real y contribuyeran a sofocar la anarquía.

Pero Holguín no fue equilibrado al principio ya que se tomó en serio lo de su nombramiento como capitán general, y después que pensó desconocer la autoridad de Vaca de Castro, de indisponerse con Alonso de Alvarado, Gómez de Tordoya y su primo Lorenzo de Aldana, al fin se convenció de que estaba usurpando un poder que le habían dado provisional y circunstancialmente. Como hombre prudente, reconsideró su autoritaria determinación decidiendo presentarse ante Vaca de Castro, el 08 de junio de 1942, en su cuartel localizado en la ciudad de Yungay, donde le entregó el ejército que había reunido, se puso a sus órdenes y éste perdonó sus ligerezas.

Batalla de Chupas

La muerte de Diego de Almagro y posteriormente la de Francisco Pizarro habían agravado los enfrentamientos hegemónicos que se presentaron al principio y como ambos bandos pugnaban por hacerse con el control del territorio, la Corona tuvo que tomar cartas en el asunto enviando un emisario real que averiguara los pormenores e intentara solucionar pacíficamente el clima de enfrentamientos que se había suscitado. Mientras los partidarios de Pizarro se plegaron a la obediencia real, los de Almagro optaron por declararse en rebeldía e imponer sus fueros por la fuerza.

No teniendo otra opción, Vaca de Castro ayudado por los partidarios de Pizarro, presentaban batalla a los de Almagro y el 16 de septiembre de 1542 en una altiplanicie, cerca de Huamanga, se libraba la batalla de Chupas. En esa batalla morían los capitanes Pedro Alvarez Holguín y Gómez de Tordoya que serían enterrados, con todos los honores, en la iglesia de San Cristobal de Huamanga. El joven Diego de Almagro, al verse perdido abandonó el campo de batalla con la intención de buscar refugio entre los indios rebeldes de Vilcabamba, pero fue capturado y ejecutado en el Cuzco.

Bibliografía

  • ”Historia General de las Indias” Francisco López de Gómara, Editorial Iberia, ISBN 84-7530-974-7
  • ”Epopeya de la raza extremeña en Indias” Vicente Navarro del Castillo, ISBN 84-400-5359-2