Diferencia entre revisiones de «Escipión el Africano»

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Publio Cornelio Escipión
Archivo:Scipio Africanus the Elder.png
Información personal
Nombre en latín P. Cornelius P.f.L.n. Scipio Africanus Ver y modificar los datos en Wikidata
Apodo El Africano
Nacimiento c. 235 a. C. Ver y modificar los datos en Wikidata
Antigua Roma Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 183 a. C. Ver y modificar los datos en Wikidata
Liternum (Italia) Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
Familia Cornelios Escipiones Ver y modificar los datos en Wikidata
Padres Publio Cornelio Escipión Ver y modificar los datos en Wikidata
Pomponia Ver y modificar los datos en Wikidata
Cónyuge Emilia Tercia Ver y modificar los datos en Wikidata
Hijos
Información profesional
Ocupación Político de la Antigua Roma y militar de la Antigua Roma Ver y modificar los datos en Wikidata
Cargos ocupados
Lealtad República Romana
Rango militar Procónsul
General
Senador
Conflictos

Segunda Guerra Púnica

Título Busto de Escipión como Senador de Roma

No confundir con Publio Cornelio Escipión.

Publio Cornelio Escipión Africano Major (latín: P·CORNELIVS·P·F·L·N·SCIPIO·AFRICANVS¹) (Roma, 20 de junio de 236 a. C. – Villa de Liternum, Campania, 3 de diciembre de 183 a. C.) fue un importante político de la República Romana que sirvió como general durante la Segunda Guerra Púnica. Su fama se debe al hecho de ser el único general romano capaz de derrotar a Aníbal, gesta que le valió la adhesión a su nombre del agnomen de Africano. El hecho de que el pueblo romano le apodara el Aníbal Romano demuestra que fue uno de los mejores generales de la Edad Antigua, el general más destacado de la historia de Roma antigua anterior a Cayo Mario y Julio César. Es descrito por las fuentes antiguas como un hombre de carácter benévolo, de ideología liberal, afable y magnánimo. Su genio militar se debió a la perspicacia y al ingenio, haciendo creer a sus legiones en varias ocasiones que actuaba bajo la protección divina de los dioses del panteón romano.

Inicios de su carrera militar

Nacido en la familia patricia de los Escipiones, Publio comenzó su carrera militar bajo los auspicios de su padre, del mismo nombre.

Siendo joven todavía, le sorprendió la invasión de Italia por los ejércitos cartagineses de Aníbal Barca y tuvo su primer encuentro con el mismo en la Batalla del Ticino. Acompañaba entonces a su padre, por entonces cónsul, y se le había asignado el mando de una fuerza de caballería en la retaguardia, alejada del peligro. Durante la lucha, su padre fue herido y Publio, que entonces tenía 17 años, ordenó a sus hombres que lo siguiesen para rescatarlo. Viéndolos vacilar, cargó sólo, haciendo avergonzar a los soldados que tenía a cargo y que no tuvieron más opción que participar. Finalmente un grupo de jinetes rodeó al cónsul, que logró ser rescatado. Más tarde el padre quiso recompensarlo con la corona cívica pero éste la rechazó aduciendo que la acción en sí ya era una recompensa. Hay versiones que indican que en realidad fue un esclavo ligur quien rescató al padre de Escipión. Sin embargo la actitud de rescatar y rechazar el homenaje encaja con la personalidad del futuro general. También participó en la Batalla de Cannas, la mayor derrota militar romana hasta la batalla de Arausio. Se destacó luego de la derrota, cuando algunos patricios romanos, totalmente desalentados y viendo un futuro sombrío para Roma, quisieron desertar y ofrecer sus servicios en el extranjero. Quedaron en realizar una reunión para debatir el asunto. Escipión, al enterarse, interrumpió la junta y los instó a usar esa energía por el bien de Roma. Los obligó a jurar lealtad a su patria bajo pena de matar a quien no lo hiciera. Todos lo hicieron, uno por uno, temerosos y avergonzados de sus actos.

Luego de Cannas, la situación llegó a su punto crítico cuando los ejércitos romanos enviados por el Senado a Hispania, con el objetivo de acabar con las bases cartaginesas en la región, fueron aniquilados por Asdrúbal Barca, hermano de Aníbal, muriendo en dichos combates Publio y Cneo Cornelio Escipión, padre y tío, respectivamente, de Escipión el Africano, a causa de la traición de los íberos. Cuando se decidió nombrar al sucesor para ocupar el puesto de los fallecidos, nadie se animó a tomar la posta. Fue entonces cuando Escipión aprovechó la oportunidad. A pesar de que no tenía edad para ocupar dicho puesto, fue elegido por unanimidad, siendo una excepción a la regla y tolerado por la precaria situación de Roma. Luego de la votación mucha gente se preguntó si había votado correctamente, ya que el muchacho carecía de experiencia militar y aún se encontraba de luto. Pero a Publio le bastó con un discurso para calmar los ánimos.

Así, en el año 211 a. C. fue nombrado procónsul y enviado a Hispania con un nuevo ejército. Tenía sólo 25 años, carecía de suficiente experiencia militar y nunca había ejercido ningún cargo importante en la República. Su ascenso se debía principalmente a la simpatía que causaba en el pueblo por su juventud, oratoria y por la desgracia de su familia.

La campaña de Hispania

Al llegar a Hispania, los romanos controlaban tan sólo la costa nororiental, territorio que coincide actualmente más o menos con la zona de Cataluña. Además, el ejército estaba desmoralizado por las derrotas y en clara inferioridad numérica frente al ejército de Asdrúbal y sus aliados íberos.

Aunque tenía órdenes de permanecer a la defensiva, las desobedece y prepara la invasión de la Iberia cartaginesa. Ordena que la flota romana cargue con el equipo y las provisiones, mientras sus soldados avanzan rápidamente por la costa. Se dice que recorrió con todo el ejército, en una semana, el territorio comprendido entre sus bases en la actual Cataluña y la capital cartaginesa en España, Cartago Nova, la actual Cartagena.

El ejército cartaginés, que desconocía la marcha de Escipión hacia su capital, fue incapaz de llegar a tiempo para levantar el sitio. Cartago Nova cae en el 209 a. C. tras un brevísimo asedio. Escipión, dando muestras de una magnanimidad y moderación impropia de su época, prohíbe el saqueo de la ciudad y respeta la vida de sus ciudadanos.

Muchos historiadores consideran la caída de Cartago Nova como el punto de inflexión de la Segunda Guerra Púnica. No en vano, Cartago no sólo había perdido su capital en Hispania, su principal base naval, sino gran cantidad de víveres y armas almacenadas e incluso a los prisioneros con los que se aseguraban la lealtad de los pueblos sometidos.

Poco a poco, los íberos desertan del bando cartaginés, atraídos por el carisma y la humanidad de Escipión. Reforzado con sus nuevos aliados, el ejército romano avanza con rapidez por el sur. En el año 208 a. C. se enfrentan en Hispania Asdrúbal y Escipión en la Batalla de Baecula, terminando con la victoria de los romanos. Sin embargo, el cartaginés logra escapar con parte de sus tropas y marcha hacia Italia para encontrarse con su hermano Aníbal.

Escipión aprovecha para realizar la conquista del valle del Guadalquivir, llamado Betis por los romanos. En el 206 a. C. se produce la última gran batalla en suelo hispano, enfrentándose cartagineses y romanos en la Batalla de Ilipa. Escipión volvió a triunfar, y el ejército cartaginés queda definitivamente destruido. Las últimas bases de Cartago en Hispania caen rápidamente. La última ciudad púnica en Hispania, Gadir (la actual Cádiz), se rinde ese mismo año. Durante la campaña, Escipión funda una nueva ciudad para asentar a sus veteranos, Itálica, en la actual Santiponce, cerca de la moderna Sevilla.

Tras estas hazañas, Publio Cornelio Escipión vuelve a Italia.

Escipión en Italia

La situación en la República Romana había cambiado profundamente durante su ausencia. Aníbal no sólo no había vuelto a derrotar a las legiones, sino que había perdido casi todos sus apoyos: las principales bases rebeldes (Capua, Tarento, Siracusa, etc.) habían caído y sus habitantes reducidos a la esclavitud. Asdrúbal, cuyo ejército había cruzado los Alpes y se preparaba para reunirse con Aníbal, fue derrotado por los romanos en la Batalla del Metauro, en el 207 a. C.

De nuevo en Roma, Escipión es elegido cónsul en el 205 a. C. Poco después es nombrado procónsul y enviado como gobernador a Sicilia. Su objetivo era preparar un ejército con el que desembarcar en África, amenazando a Cartago en su propio territorio y forzando así la marcha de Aníbal de Italia.

Invasión romana del Norte de África

Una vez desembarcado en África sin oposición de la flota cartaginesa, los romanos encontraron un aliado que a la postre resultaría decisivo: Masinissa, rey nominal de Numidia Oriental, despojado de su trono por su rival, Sifax, rey de Numidia Occidental y aliado de Cartago. Escipión pone sitio a Útica, ciudad ubicada en la costa mediterránea de África, pero la llegada de los ejércitos unidos de Sifax y Cartago le obligan a retirarse. Escipión decide entrar en negociaciones de paz, pero con el secreto fin de averiguar todo lo necesario para atacar por sorpresa a sus enemigos.

En la primavera de 203 a. C., los romanos llevaron a cabo su ataque y causaron ingentes pérdidas a los cartagineses y los númidas, lo que les permitió poner sitio a la ciudad de Útica. Los cartagineses y los númidas reunieron sus últimas reservas (incluyendo mercenarios hispanos) para enfrentarse a Escipión. La consiguiente Batalla de los Grandes Campos culminó con la completa victoria romana, expulsando a Sifax del trono de Numidia y obligando a Cartago a entablar negociaciones de paz. Aníbal fue llamado para que regresara de Italia.

Cartago y Roma acuerdan que la paz se restablecerá mediante la pérdida de Cartago de cualquier posesión no africana, entrega de toda la flota de guerra, con excepción de unas cuantas naves, y el pago de un tributo, así como el reconocimiento de Masinissa como rey independiente de Numidia. Sin embargo, al llegar las tropas cartaginesas de Aníbal y Magón a África, se decidió romper el acuerdo mediante la agresión a unas naves romanas que buscaron refugio de una tormenta cerca de Túnez. La guerra volvió a empezar, pero la situación era ahora muy diferente.

Escipión desembarcó de nuevo en África y se puso en contacto con Masinissa, quien le proporcionó 4.000 jinetes y 6.000 infantes. Aníbal, informado de su llegada, movilizó a su ejército, pero antes de entrar en batalla trató de negociar con Escipión. No habiendo llegado a acuerdos, se dispusieron a la lucha.

El 19 de octubre del 202 a. C. se produce el enfrentamiento entre los ejércitos de Aníbal y Escipión en la Batalla de Zama, que termina con una gran victoria para los romanos y sus aliados. En honor a esta victoria, Publio Cornelio Escipión tomaría el nombre con el que se ha hecho célebre: "el Africano".

El propio Aníbal decide llevar a cabo las negociaciones de paz con Roma, pues comprende que es inútil seguir resistiendo. Las duras condiciones impuestas por Roma son: pérdidas de todas las posesiones de Cartago fuera del continente africano; prohibición de declarar nuevas guerras sin el permiso del pueblo romano; obligación de entregar toda la flota militar; reconocimiento de Masinissa como rey de Numidia y aceptación de las fronteras entre Numidia y Cartago que éste determinase; pago de 10.000 talentos de plata (aproximadamente 260.000 kg) en 50 años; mantenimiento de las tropas romanas de ocupación en África durante tres meses; entrega de 100 rehenes escogidos por Escipión, como garantía del cumplimiento del tratado.

Aníbal aceptó las condiciones, a fin de que los romanos le dejaran en paz mientras ayudaba a Cartago a reconstituir su poderío. El tratado fue ratificado por ambos senados, el cartaginés y el romano, en el año 201 a. C.

Senador de Roma

Tras regresar a la capital y celebrar sus triunfos sobre Cartago, Escipión ocupa un puesto en el Senado de Roma. Tenía entonces 35 años. En 199 a. C., Escipión fue elegido censor, y durante unos años después vivió sin tomar parte en política.

Escipión fue testigo en el senado del recrudecimiento de los conflictos externos que amenazaban a la república.

Roma tuvo que enfrentarse, presionada por los griegos, con el rey de Macedonia Filipo V, antiguo aliado de Aníbal. Este rey, que según algunos historiadores había enviado refuerzos a Cartago durante la batalla de Zama, se había coaligado ahora con Antíoco III, el rey de Siria.

Mientras, en Hispania se producían constantes sublevaciones contra Roma, debido, principalmente, a la avaricia y crueldad de los gobernadores romanos.

En la propia Cartago se recrudecían los conflictos. Aníbal, elegido sufete, se enfrentaba a la oligarquía púnica. Estos lo acusaron de preparar una nueva guerra contra Roma y pretendieron entregarle al senado romano para que lo ejecutaran. Sin embargo, Aníbal escapó de Cartago y se refugió en la corte de Antioco III de Siria, ofreciéndosele como asesor militar.

Ocaso de Escipión el Africano

Retrato de Publio Cornelio Escipión el Africano como senador romano

Mientras Catón el Censor reprimía las sublevaciones en Hispania, Roma vencía a Filipo V en la batalla de Cinoscéfalos.

El hermano de Escipión, Lucio Cornelio Escipión, fue nombrado general del ejército que debía desembarcar en Asia Menor (Turquía) y enfrentarse con Antioco III. Publio marchó con él como su legado, aunque muchos historiadores consideran que era él quien dirigía realmente el ejército.

Los ejércitos romanos y sus aliados de Pérgamo se enfrentaron con las tropas sirias en la Batalla de Magnesia, en el 190 a. C. Una vez más, Aníbal fue incapaz de vencer a Escipión, y Roma logró una gran victoria.

Antíoco III tuvo que ceder tierras a los aliados de Roma y pagar un fuerte tributo. Aníbal huyó al saber que iba a ser entregado a los romanos, refugiándose en la corte del rey de Bitinia, donde se suicidó en el 183 a. C. Lucio Cornelio Escipión recibió el sobrenombre de "el Asiático".

Publio volvió a Roma y se presentó ante el Senado para dar cuentas de sus gastos en las campañas de Oriente, pero, irritado, destruyó sus informes delante de los senadores.

Se retiró de la política y se fue a pasar sus últimos años en su villa de la Campania, donde murió en el año 183 a. C., meses después de enterarse de la muerte de Aníbal.

Publio Cornelio Escipión en la literatura, la pintura y la música

La clemencia de Escipión. Cuadro de Sebastiano Ricci en la Royal Art Colection de Londres

La legendaria toma de la ciudad de Cartago Nova por el general Escipión fue narrada por primera vez por el historiador Polibio en un texto del siglo II a. C.. Posteriormente, fue ampliada, enriquecida y glorificada por Tito Livio en su "ab urbe condita" (narración de la historia de Roma desde sus orígenes).

La toma de la ciudad de Cartago Nova se convirtió en un mito y pasó a la literatura, el arte y la música bajo el título de La clemencia de Escipión, y se convirtió en uno de los temas históricos preferidos de la poesía, la pintura, la escultura y la ópera de los siglos XV al XVIII.


Faltar pudo a Scipión Roma opulenta,
mas a Roma Scipión faltar no pudo;
sea Blasón de su envidia que mi escudo,
que del Mundo triunfó, cede a su afrenta.

(Inicio de un soneto de Quevedo)

Véase también

Bibliografía

Fuentes Primarias
Fuentes secundarias
  • H. H. Scullard, Scipio Africanus: Soldier and Politician, Thames and Hudson, London, 1970. ISBN 0-500-40012-1
  • H. H. Scullard, Scipio Africanus in the Second Punic War Thirlwall Prize Essay (University Press, Cambridge, 1930)
Literatura

Enlaces externos


Predecesor:
Quinto Cecilio Metelo y Lucio Veturio Filón
Cónsul de la República Romana
junto con Publio Licinio Craso Dives

205 a. C.
Sucesor:
Marco Cornelio Cetego y Publio Sempronio Tuditano
Predecesor:
Marco Porcio Catón y Lucio Valerio Flaco
Cónsul de la República Romana
junto con Tiberio Sempronio Longo

194 a. C.
Sucesor:
Lucio Cornelio Merula y Aulo Minucio Termo
Predecesor:
Cayo Claudio Nerón y Marco Livio Salinator
Censor de la República Romana
junto con Publio Elio Peto

199 a. C.
Sucesor:
Cayo Cornelio Cetego y Sexto Elio Peto Cato