Diferencia entre revisiones de «Parasitismo»

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El '''parasitismo''' es una [[interacción biológica]] entre dos organismos, en la que uno de ellos(el [[parásito]]) consigue la mayor parte del beneficio de una relación estrecha con otro, el [[Huésped (biología)|huésped]] u hospedador.Es clasificado como una relación interespecífica catabiótica.
El '''parasitismo''' es una [[interacción biológica]] entre dos organismos, en la que uno de los organismos (el [[parásito]]) consigue la mayor parte del beneficio de una relación estrecha con otro, el [[Huésped (biología)|huésped]] u hospedador. El parasitismo puede ser considerado un caso particular de [[Depredación|predación]] o, para usar un término menos equívoco, de consumo. Los parásitos que viven dentro del huésped u organismo hospedador se llaman [[endoparásito]]s y aquellos que viven fuera, reciben el nombre de [[ectoparásito]]s. Un parásito que mata al organismo donde se hospeda es llamado [[parasitoide]]. Algunos parásitos son '''parásitos sociales''', obteniendo ventaja de interacciones con miembros de una especie social, como son los [[Aphididae|áfidos]], las [[hormiga]]s o las [[termita]]s.

El parasitismo es un proceso por el cual una especie amplía su capacidad de supervivencia utilizando a otras especies para que cubran sus necesidades básicas y vitales, que no tienen porque referirse necesariamente a cuestiones nutricionales, y pueden cubrir funciones como la dispersión de propágulos o ventajas para la reproducción de la especie parásita, etc.Las especies explotadas normalmente no obtienen un beneficio por los servicios prestados, y se ven generalmente perjudicadas por la relación, viendo menoscabada su viabilidad.

El parasitismo puede ser considerado un caso particular de [[Depredación|predación]] o, para usar un término menos equívoco, de consumo.La diferencia entre depredación y parasitismo es que el parásito no mata a su víctima para devorarla, sino que la utiliza del único modo que le es útil, es decir, viva. Entre los parásitos se considera a los virus, bacterias, protozoos, hongos, plantas y animales; entre sus huéspedes se pueden incluir todas las especies de organismos, excepto los virus. Muchos parásitos utilizan dos o más huéspedes en sus ciclos de vida: un huésped final o definitivo y unos huéspedes intermedios en los que desarrollan una parte de su ciclo vital. Los vectores son huéspedes intermedios, que transmiten de forma activa a los parásitos de un huésped final a otro.

Los parásitos que viven dentro del huésped u organismo hospedador se llaman [[endoparásito]]s y aquellos que viven fuera, reciben el nombre de [[ectoparásito]]s. Un parásito que mata al organismo donde se hospeda es llamado [[parasitoide]]. Algunos parásitos son '''parásitos sociales''', obteniendo ventaja de interacciones con miembros de una especie social, como son los [[Aphididae|áfidos]], las [[hormiga]]s o las [[termita]]s.


El parasitismo es un proceso por el cual una especie amplía su capacidad de supervivencia utilizando a otras especies para que cubran sus necesidades básicas y vitales, que no tienen porque referirse necesariamente a cuestiones nutricionales, y pueden cubrir funciones como la dispersión de propágulos o ventajas para la reproducción de la especie parásita, etc. Las especies explotadas normalmente no obtienen un beneficio por los servicios prestados, y se ven generalmente perjudicadas por la relación, viendo menoscabada su viabilidad.


La especie que lleva a cabo el proceso se denomina [[parásito]] y la especie parasitada se llama hospedador o, más a menudo, huésped. Este último uso contraviene el que la palabra ha llegado a adquirir en el lenguaje común, donde suele significar el hospedado, pero está sólidamente establecido en el lenguaje biológico.


El parasitismo puede darse a lo largo de todas las fases de la vida de un organismo o sólo en periodos concretos de su vida. Una vez que el proceso supone una ventaja apreciable para la especie, queda establecido mediante selección natural y suele ser un proceso irreversible que desemboca a lo largo de las generaciones en profundas transformaciones fisiológicas y morfológicas de la especie parásita.
El parasitismo puede darse a lo largo de todas las fases de la vida de un organismo o sólo en periodos concretos de su vida. Una vez que el proceso supone una ventaja apreciable para la especie, queda establecido mediante selección natural y suele ser un proceso irreversible que desemboca a lo largo de las generaciones en profundas transformaciones fisiológicas y morfológicas de la especie parásita.
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Como todo parásito sigue siendo un organismo, puede verse convertido a su vez en hospedador de una tercera especie. Al parásito que parasita a otro parásito se le suele denominar [[hiperparásito]]. Razones de productividad ecológica limiten el número de niveles de parasitismo a unos pocos.
Como todo parásito sigue siendo un organismo, puede verse convertido a su vez en hospedador de una tercera especie. Al parásito que parasita a otro parásito se le suele denominar [[hiperparásito]]. Razones de productividad ecológica limiten el número de niveles de parasitismo a unos pocos.


Muchos endoparásitos obtienen beneficio de los organismos huéspedes mediante mecanismos pasivos, como por ejemplo el [[nematodo]], ''[[Ascaris lumbricoides]]'' un [[endoparásito]] que vive en el [[intestino]] de los seres [[humano]]s. ''Ascaris lumbricoides'' produce un gran número de [[zigoto|huevos]], que son transportados desde el tramo digestivo hasta el medio externo, dependiendo de los humanos el ser ingeridos en lugares que no tengan una buena [[salubridad]]. Los ectoparásitos (parásitos externos), a menudo tienen elaborados mecanismos y estrategias para encontrar organismos hospedadores. Algunas [[sanguijuela]]s acuáticas, por ejemplo, localizan organismos con sensores de movimiento y confirman su identidad registrando las sustancias químicas antes de fijarse a la piel.
Los efectos del parasitismo son muy variados:Obstrucción o compresión de determinados conductos y órganos, destrucción de tejidos(incluida la savia y la sangre), expoliación de productos de los cuales se alimenta el parásito, intoxicación por la producción de toxinas (caso de las bacterias), transmisión de microbios patógenos (mosquito de la malaria)entre otros.Muchos parásitos producen sólo pequeños daños en sus huéspedes pero otros son patógenos graves. Entre los patógenos de plantas se incluyen plantas superiores, como el muérdago y la cuscuta; hongos, como las royas y los tizones; y gusanos filamentosos, que atacan a árboles y a cultivos. Los parásitos de animales, entre ellos los de la especie humana, son aún más importantes ya que se calcula que más de la mitad de los seres humanos hospedan a una o más especies de parásitos, sobre todo en los trópicos. Las pérdidas sociales y económicas, en cuanto a muertes y enfermedades, son incalculables. Los parásitos de la malaria afectan a 350 millones de personas y matan entre 2 y 3 millones cada año. Los tripanosomas causan la enfermedad del sueño en África y la enfermedad de Chagas en América del Sur, y ambas afectan a casi 20 millones de personas. Los gusanos filamentosos infectan a más de 1.500 millones. Las filarias, que provocan las notables deformaciones conocidas como elefantiasis, afectan a unos 100 millones. Otros protozoos, como Coccidia, causan estragos en granjas de cría de aves de corral y la fiebre de las costas del este de África mata a millones de vacas cada año. Además, las enfermedades que causan los gusanos reducen, de forma drástica, la productividad de vacas, ovejas y cerdos, y hacen que millones de toneladas de carne resulten no aptas para el consumo. Algunos ectoparásitos, como las garrapatas, las pulgas, los ácaros, los piojos y las sanguijuelas, no sólo causan irritaciones y heridas sino que también pueden transmitir enfermedades. La peste, por ejemplo, es trasmitida por las pulgas. Otra gran variedad de parásitos afecta a muchos animales de interés comercial, como gusanos de seda, peces de cría y los mariscos.

Gran parte de los endoparásitos obtienen beneficio de los organismos huéspedes mediante mecanismos pasivos, como por ejemplo el [[nematodo]], ''[[Ascaris lumbricoides]]'' un [[endoparásito]] que vive en el [[intestino]] de los seres [[humano]]s. ''Ascaris lumbricoides'' produce un gran número de [[zigoto|huevos]], que son transportados desde el tramo digestivo hasta el medio externo, dependiendo de los humanos el ser ingeridos en lugares que no tengan una buena [[salubridad]]. Los ectoparásitos (parásitos externos), a menudo tienen elaborados mecanismos y estrategias para encontrar organismos hospedadores. Algunas [[sanguijuela]]s acuáticas, por ejemplo, localizan organismos con sensores de movimiento y confirman su identidad registrando las sustancias químicas antes de fijarse a la piel.

Es muy común que los organismos huéspedes también hayan desarrollado mecanismos de defensa. Las [[plantas]] a menudo producen [[toxina]]s, por ejemplo, que desalientan a los [[hongos]] parásitos, a [[bacteria]]s, así como también a los [[herbívoro]]s. Aun así,los parásitos desarrollan estrategias para evitar los mecanismos de defensa de sus huéspedes y muchos han conseguido ser resistentes a los medicamentos e insecticidas que se aplican para su control. Existen vacunas que pueden ser usadas contra muchos virus y bacterias, pero no hay vacunas realmente eficaces contra ningún protozoo parásito, gusanos helmínticos, ni hongos. Por lo tanto, los parásitos representan una amenaza constante, en particular muchos que apenas se conocían o se pensaba que eran inofensivos, como aquellos que provocan la pneumocistosis y la criptosporidiosis y que en la actualidad se reconocen como causantes de muertes en pacientes con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).


El [[sistema inmunológico]] de los [[vertebrado]]s puede ser objetivo de la mayoría de los parásitos a través del contacto con fluidos corporales. Muchos parásitos, particularmente los [[microorganismo]]s, se han adaptado evolutivamente a especies huéspedes en concreto; en tales interacciones las dos especies han evolucionado cada una por su lado dentro de una relación relativamente estable, que no mata al huésped de manera rápida -lo que también sería perjudicial para el parásito-. La mayor parte de los [[patógeno]]s están destinados a convertirse evolutivamente en parásitos.
Es muy común que los organismos huéspedes también hayan desarrollado mecanismos de defensa. Las [[plantas]] a menudo producen [[toxina]]s, por ejemplo, que desalientan a los [[hongos]] parásitos, a [[bacteria]]s, así como también a los [[herbívoro]]s. El [[sistema inmunológico]] de los [[vertebrado]]s puede ser objetivo de la mayoría de los parásitos a través del contacto con fluidos corporales. Muchos parásitos, particularmente los [[microorganismo]]s, se han adaptado evolutivamente a especies huéspedes en concreto; en tales interacciones las dos especies han evolucionado cada una por su lado dentro de una relación relativamente estable, que no mata al huésped de manera rápida -lo que también sería perjudicial para el parásito-. La mayor parte de los [[patógeno]]s están destinados a convertirse evolutivamente en parásitos.


A veces, la [[filogenia]] (historia evolutiva) de los parásitos nos explica la de sus huéspedes. Por ejemplo, hay una disputa antigua acerca de si el parentesco de los flamencos, orden ''[[Phoenicopteriformes]]'' es mayor con las cigüeñas (orden ''[[Ciconiiformes]]'') o con los patos (orden ''[[Anseriformes]]''). Se encuentran parásitos comunes entre pelícanos y gansos como el [[piojo]] llamado ''[[Anaticola phoenicopteri]]'' (literalmente ''Anaticola'' significa “que habita sobre los patos”; y ''phoenicopteri'' quiere decir “de los flamencos”), lo que viene a responder al interrogante, ya que esto indica que los [[flamenco (animal)|flamencos]]" comparten un género de parásitos de piojos, (generalmente muy [[especificidad|específicos]] para su [[hospedador]]) con los [[pato]]s y los [[ganso]]s, pero no con las [[cigüeña]]s. Es una prueba de una relación filogenética más íntima con las '[[Anseriformes]]''.
A veces, la [[filogenia]] (historia evolutiva) de los parásitos nos explica la de sus huéspedes. Por ejemplo, hay una disputa antigua acerca de si el parentesco de los flamencos, orden ''[[Phoenicopteriformes]]'' es mayor con las cigüeñas (orden ''[[Ciconiiformes]]'') o con los patos (orden ''[[Anseriformes]]''). Se encuentran parásitos comunes entre pelícanos y gansos como el [[piojo]] llamado ''[[Anaticola phoenicopteri]]'' (literalmente ''Anaticola'' significa “que habita sobre los patos”; y ''phoenicopteri'' quiere decir “de los flamencos”), lo que viene a responder al interrogante, ya que esto indica que los [[flamenco (animal)|flamencos]]" comparten un género de parásitos de piojos, (generalmente muy [[especificidad|específicos]] para su [[hospedador]]) con los [[pato]]s y los [[ganso]]s, pero no con las [[cigüeña]]s. Es una prueba de una relación filogenética más íntima con las '[[Anseriformes]]''.
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* [[Enfermedad parasitaria]]
* [[Enfermedad parasitaria]]


== Bibliografía- Webgrafía==
== Bibliografía ==
* Zimmer, Carl. 2001. ''Parasite Rex''. Free Press. ISBN
* Zimmer, Carl. 2001. ''Parasite Rex''. Free Press. ISBN
Barone,Luis Roberto. 1999 " Todo ciencias". Clasa. Cultural librera americana
Cuerda, José. "Enciclopedia Oceano de la ecología". Oceano grupo editorial
"Parasitismo",Enciclopedia Microsoft® Encarta® Online 2009


[[Categoría:Relaciones biológicas interespecíficas]]
[[Categoría:Relaciones biológicas interespecíficas]]

Revisión del 00:43 23 ago 2009

Mosquito, un parásito hematófago, infestado a su vez por ácaros parásitos

El parasitismo es una interacción biológica entre dos organismos, en la que uno de los organismos (el parásito) consigue la mayor parte del beneficio de una relación estrecha con otro, el huésped u hospedador. El parasitismo puede ser considerado un caso particular de predación o, para usar un término menos equívoco, de consumo. Los parásitos que viven dentro del huésped u organismo hospedador se llaman endoparásitos y aquellos que viven fuera, reciben el nombre de ectoparásitos. Un parásito que mata al organismo donde se hospeda es llamado parasitoide. Algunos parásitos son parásitos sociales, obteniendo ventaja de interacciones con miembros de una especie social, como son los áfidos, las hormigas o las termitas.

El parasitismo es un proceso por el cual una especie amplía su capacidad de supervivencia utilizando a otras especies para que cubran sus necesidades básicas y vitales, que no tienen porque referirse necesariamente a cuestiones nutricionales, y pueden cubrir funciones como la dispersión de propágulos o ventajas para la reproducción de la especie parásita, etc. Las especies explotadas normalmente no obtienen un beneficio por los servicios prestados, y se ven generalmente perjudicadas por la relación, viendo menoscabada su viabilidad.

La especie que lleva a cabo el proceso se denomina parásito y la especie parasitada se llama hospedador o, más a menudo, huésped. Este último uso contraviene el que la palabra ha llegado a adquirir en el lenguaje común, donde suele significar el hospedado, pero está sólidamente establecido en el lenguaje biológico.

El parasitismo puede darse a lo largo de todas las fases de la vida de un organismo o sólo en periodos concretos de su vida. Una vez que el proceso supone una ventaja apreciable para la especie, queda establecido mediante selección natural y suele ser un proceso irreversible que desemboca a lo largo de las generaciones en profundas transformaciones fisiológicas y morfológicas de la especie parásita.

Como todo parásito sigue siendo un organismo, puede verse convertido a su vez en hospedador de una tercera especie. Al parásito que parasita a otro parásito se le suele denominar hiperparásito. Razones de productividad ecológica limiten el número de niveles de parasitismo a unos pocos.

Muchos endoparásitos obtienen beneficio de los organismos huéspedes mediante mecanismos pasivos, como por ejemplo el nematodo, Ascaris lumbricoides un endoparásito que vive en el intestino de los seres humanos. Ascaris lumbricoides produce un gran número de huevos, que son transportados desde el tramo digestivo hasta el medio externo, dependiendo de los humanos el ser ingeridos en lugares que no tengan una buena salubridad. Los ectoparásitos (parásitos externos), a menudo tienen elaborados mecanismos y estrategias para encontrar organismos hospedadores. Algunas sanguijuelas acuáticas, por ejemplo, localizan organismos con sensores de movimiento y confirman su identidad registrando las sustancias químicas antes de fijarse a la piel.

Es muy común que los organismos huéspedes también hayan desarrollado mecanismos de defensa. Las plantas a menudo producen toxinas, por ejemplo, que desalientan a los hongos parásitos, a bacterias, así como también a los herbívoros. El sistema inmunológico de los vertebrados puede ser objetivo de la mayoría de los parásitos a través del contacto con fluidos corporales. Muchos parásitos, particularmente los microorganismos, se han adaptado evolutivamente a especies huéspedes en concreto; en tales interacciones las dos especies han evolucionado cada una por su lado dentro de una relación relativamente estable, que no mata al huésped de manera rápida -lo que también sería perjudicial para el parásito-. La mayor parte de los patógenos están destinados a convertirse evolutivamente en parásitos.

A veces, la filogenia (historia evolutiva) de los parásitos nos explica la de sus huéspedes. Por ejemplo, hay una disputa antigua acerca de si el parentesco de los flamencos, orden Phoenicopteriformes es mayor con las cigüeñas (orden Ciconiiformes) o con los patos (orden Anseriformes). Se encuentran parásitos comunes entre pelícanos y gansos como el piojo llamado Anaticola phoenicopteri (literalmente Anaticola significa “que habita sobre los patos”; y phoenicopteri quiere decir “de los flamencos”), lo que viene a responder al interrogante, ya que esto indica que los flamencos" comparten un género de parásitos de piojos, (generalmente muy específicos para su hospedador) con los patos y los gansos, pero no con las cigüeñas. Es una prueba de una relación filogenética más íntima con las 'Anseriformes.

La estrecha correspondencia entre las evoluciones de parásitos y huéspedes tiene mucho que ver con la especificidad del parasitismo. Los parásitos son generalmente muy selectivos con respecto a sus hospedadores, llegando en un elevado porcentaje de casos a ser exclusivos de una especie. De hecho, no hay apenas especie de planta o animal de cierto tamaño, o incluso microscópica, que no cuente con algún parásito propio y no compartido. Esto, junto con el hecho de que algunos parásitos también puedan ser hospedadores de otros párásitos, hace que la proporción de parásitos en la biota global sea notablemente alta.

Interacción simbiótica de hormigas con áfidos parásitos sobre capullos de adelfa

En los grupos que evolucionan en el parasitismo es común que se produzca una fuerte simplificación o reducción orgánica, a veces tan drástica que hace sus afinidades irreconocibles. Se piensa por ejemplo que los mixosporidios, considerados tradicionalmente protistas parásitos, son en realidad formas muy reducidas de animales emparentados con los corales. Un ejemplo menos exagerado lo ofrece la pérdida de las alas en moscas parásitas del ganado, pérdida que representa una fase inicial de la misma trayectoria evolutiva que hizo derivar a las pulgas (orden Siphonaptera) precisamente de ciertas moscas (orden Diptera).

Véase también

Bibliografía

  • Zimmer, Carl. 2001. Parasite Rex. Free Press. ISBN