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Callas combinaba una impecable técnica del ''bel canto'' con un gran talento dramático, cualidades que le hicieron la más famosa actriz-cantante de aquella época. Era extraordinariamente versátil, ya que su repertorio iba desde la [[ópera seria]] clásica, como ''La Vestale'' de [[Gaspare Spontini]], hasta las óperas de [[Giuseppe Verdi]], o [[Giacomo Puccini]]. Sus estudios del ''[[bel canto]]'' le permitieron cantar papeles tan diferentes, pero este esfuerzo aceleró el deterioro de su voz y le acarreó múltiples críticas.
Callas combinaba una impecable técnica del ''bel canto'' con un gran talento dramático, cualidades que le hicieron la más famosa actriz-cantante de aquella época. Era extraordinariamente versátil, ya que su repertorio iba desde la [[ópera seria]] clásica, como ''La Vestale'' de [[Gaspare Spontini]], hasta las óperas de [[Giuseppe Verdi]], o [[Giacomo Puccini]]. Sus estudios del ''[[bel canto]]'' le permitieron cantar papeles tan diferentes, pero este esfuerzo aceleró el deterioro de su voz y le acarreó múltiples críticas.
Sin duda, como todos los críticos coinciden, fue la mejor cantante de opera del siglo XX.


== Biografía ==
== Biografía ==

Revisión del 19:22 25 jul 2009

Maria Callas
Archivo:Callas.jpg
Información personal
Nombre de nacimiento Maria Anna Cecilia Sofia Kalogeropoulou y Μαρία Άννα Καικιλία Σοφία Ver y modificar los datos en Wikidata
Nombre en griego Μαρία Κάλλας Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 2 de diciembre de 1923
Bandera de Estados Unidos Estados Unidos, New York
Fallecimiento 16 de septiembre de 1977 53 años
Bandera de Francia Francia, París
Causa de muerte Infarto agudo de miocardio Ver y modificar los datos en Wikidata
Sepultura Mar Egeo Ver y modificar los datos en Wikidata
Residencia Nueva York, Atenas, París e Italia Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad griega
Familia
Padres Evangelia Dimitriadis y George Kalogeropoulos
Cónyuge Giovanni Meneghini (-1959)
Pareja Aristóteles Onásis (1959-1968) Ver y modificar los datos en Wikidata
Educación
Educada en
Alumna de Elvira de Hidalgo Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Soprano lírica
Años activa 1942-1974
Empleador Escuela Juilliard Ver y modificar los datos en Wikidata
Género Ópera Ver y modificar los datos en Wikidata
Instrumento Voz Ver y modificar los datos en Wikidata
Tipo de voz Soprano dramática de agilidad Ver y modificar los datos en Wikidata
Discográfica EMI Ver y modificar los datos en Wikidata
Sitio web www.maria-callas.com/en Ver y modificar los datos en Wikidata
Distinciones

Maria Anna Cecilia Sophia Kalogeropoulos (Nueva York, 2 de diciembre de 1923 - París, 16 de septiembre de 1977), conocida como Maria Callas, fue una soprano estadounidense de origen griego.

Callas combinaba una impecable técnica del bel canto con un gran talento dramático, cualidades que le hicieron la más famosa actriz-cantante de aquella época. Era extraordinariamente versátil, ya que su repertorio iba desde la ópera seria clásica, como La Vestale de Gaspare Spontini, hasta las óperas de Giuseppe Verdi, o Giacomo Puccini. Sus estudios del bel canto le permitieron cantar papeles tan diferentes, pero este esfuerzo aceleró el deterioro de su voz y le acarreó múltiples críticas.

Biografía

Nacimiento y primeros pasos

Era hija de Evangelia Dimitriadis y George Kalogeropoulos, una pareja de emigrantes griegos que llegaron a Estados Unidos en agosto de 1923, asentando su domicilio en la ciudad de Nueva York.

En 1929 George Kalogeropoulos, farmacéutico de profesión, abrió un negocio familiar en un barrio griego de Manhattan y por la complejidad del apellido lo cambió por Callas.

Tras la separación de sus padres, María viajó a Grecia en 1937 con su madre y hermana, volviendo a adoptar su apellido original Kalogeropoulos. Comenzó su formación en el Conservatorio Nacional de Atenas, y para inscribirse tuvo que falsear la edad ya que no tenía los 16 años mínimos. Estudió con la soprano Maria Trivella, y después bel canto con Elvira de Hidalgo.

La relación entre María y su madre era difícil. La madre presionaba a María con sus clases, solicitando a sus profesores que le informasen de todos sus avances; y por otro lado comparaba a María con su otra hija, calificándola de «gorda», poco agraciada y únicamente atractiva por su voz. Años después, María confesaría a la prensa que su madre la apoyó solamente para tener algún sustento económico y que si bien admiraba su fortaleza y agradecía ese apoyo, nunca se había sentido querida por ella.

El debut de María fue en 1941, en el Teatro Lírico Nacional de Atenas con la opereta Boccaccio. El primer éxito lo tendría en 1942 con Tosca en la Ópera de Atenas. Pronto cantó Fidelio, Tiefland y Cavalleria Rusticana, también en Atenas. En 1944, durante los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas ocupantes pierden el control de Grecia y la flota británica llega al puerto de El Pireo. Maria Kalogeropoulos decide volver a los Estados Unidos para encontrarse con su padre.

Sus éxitos no fueron muchos hasta que la quiso escuchar Edward Johnson, el director general del Metropolitan Opera House, quien le ofreció inmediatamente los principales papeles en dos producciones en las temporadas de 1946-1947: Fidelio de Ludwig van Beethoven, y Madama Butterfly de Giacomo Puccini. Para sorpresa de Johnson, María rechazó los papeles: no quería cantar Fidelio en inglés, y consideraba que el rol de "Butterfly" no era el mejor para su debut en America.

Encontró trabajo en 1946, pero continuó practicando con vigor para perfeccionar su técnica. Tomó como agente a Eddie Bagarozy y aceptó cantar la ópera Turandot en Chicago en enero de 1947 con un reparto de cantantes europeos célebres, en una compañía que fue fundada por Bagarozy y Ottavio Scotto, un empresario italiano.

María Callas mostró tener un carácter muy fuerte y determinante en sus decisiones, que se evidenciaría en el trato con su madre y más tarde con Aristóteles Onassis. Su voz en los pianos era bellísima, pero acusaba un timbre metálico que no sabía anular con técnica. En sus tiempos ella fue llamada una "soprano assoluta" o "soprano sfogato". La rapida perdida de peso en la mitad de su carrera, el cambio constante de repertorio tan variado y a la vez sus problemas personales, son citados como posibles causas de el deterioro de su voz.

Consolidación y plenitud

María conoció en Nueva York al tenor italiano Giovanni Zenatello, director de la Arena de Verona quien la contrató para cantar La Gioconda de Ponchielli en ese anfiteatro. Viajó entonces a Italia en compañía de la esposa de Bagarozy, Louise, y allí conoció a su primer esposo: un acaudalado industrial de la construcción llamado Giovanni Battista Meneghini, 30 años mayor que ella y quien fue decisivo en la gestión de la incipiente carrera de la soprano.

Su debut en la Arena de Verona fue en 1947, bajo la batuta de Tullio Serafin. Su trabajo en la ópera de Ponchielli fue un éxito agradable pero no se reflejó inmediatamente en nuevos contratos. Así, Callas se encontró nuevamente sin empleo, pero gracias al apoyo brindado por Meneghini logró continuar con sus estudios privados de canto, haciendo luego una audición para Serafin en el difícil papel protagonista de Tristan e Isolda de Richard Wagner, que se iba a presentar en el teatro La Fenice de Venecia en la siguiente temporada. Logró el papel y debutó en el teatro veneciano obteniendo un clamoroso éxito que le permitió cantar posteriormente Turandot de Puccini y el papel de Brünnhilde en Die Walküre (La walkiria), con Tullio, las temporadas de 1948-1949. Ese año debutó en el Teatro Colón de Buenos Aires como Turandot, Aída y Norma dirigidas por Tullio Serafin.

En Venecia se iba a representar la ópera I Puritani de Vincenzo Bellini (el llamado «Chopin de la ópera») con Margherita Carosio en el papel de Elvira. Una tarde María se había cansado de hacer el papel de Brünnhilde y comenzó a leer la música del personaje de Elvira. Cuando la esposa de Serafin la escuchó, se lo dijo a éste y pidió a María que lo cantase. Además la Carosio estaba enferma y era necesario sustituirla. La mañana siguiente María cantó para el Director Musical del teatro, quien decidió que ella sería la mejor elección como Elvira. Se le dio una semana para aprender la ópera entera, una semana que además incluía tres representaciones de Die Walküre. Después de la primera representación de I Puritani el 19 de enero de 1949, María Callas se convirtió en «la voz de Italia».

Después de su Elvira en Venecia, María se convirtió en una celebridad en Italia, pero todavía no se le había ofrecido un papel en el teatro más importante del país: La Scala de Milán. Finalmente se le ofreció un papel en la Aida de Giuseppe Verdi que Renata Tebaldi no podía realizar. Maria y Meneghini esperaban un gran éxito, pero cuando comenzaron las representaciones de Aída el 12 de abril de 1950, la acogida del público italiano fue fría, situación que la Callas notó al concluir el segundo acto, y en un arrebato de cólera dejó la obra inconclusa. Para la segunda presentación el 7 de diciembre de 1950, La Scala se rindió a María Callas, un éxito que dio origen a su seudónimo «La Divina». La temporada del 1950-1951 inició con I vespri siciliani, de Giuseppe Verdi, siendo una de las actuaciones más aclamadas y recordadas de la soprano.

El 23 de mayo de 1950 debuta en el Palacio de Bellas Artes (Ciudad de México), cantando Norma, y es en ese mismo escenario donde canta el famoso Mi bemol al final del segundo acto de Aida y en donde cantaría las dos únicas funciones de Rigoletto a lo largo de su vida.

En julio de 1952 Callas firmó un contrato de grabación exclusiva con Walter Legge, productor musical de EMI. Pocos días después Legge y su mujer, la soprano alemana Elisabeth Schwarzkopf, fueron a verla en La Traviata en la Arena de Verona. Tras la representación, la Schwarzkopf ofreció uno de los tributos más conmovedores: viéndose superada por María, no cantaría nunca más La Traviata. Cuando se le pidió una explicación la Schwarzkopf respondió: «¿Cuál sería el sentido de hacerlo si otra artista lo puede hacer perfecto?».

El 17 de noviembre de 1955, al término de la presentación de Madame Butterfly en el Lyric Opera de Chicago, María Callas celebraba su triunfo. La audiencia continuaba aplaudiendo cuando se acercó el oficial de justicia Stanley Pringle, que le presentó un requerimiento judicial por haber sido demandada por su anterior representante: Eddie Bagarozy, quien esgrimía un contrato de 1947 que le designaba como único representante. Aunque no habían tenido contacto durante muchos años, Bagarozy reclamó que él tenía un porcentaje de los honorarios de Callas y que con los gastos pagados por él sumaban 300.000 dólares. El caso fue dirimido en el juzgado el 7 de noviembre de 1957 según unos términos que no se hicieron públicos.

Finalmente María hizo su debut en el Metropolitan Opera House el 28 de octubre de 1956 como Norma, en la ópera del mismo nombre de Vincenzo Bellini.

Un año legendario: 1958

La siguiente vez que María provocó titulares por un escándalo fue por una representación de Norma en el Teatro de Ópera de Roma el 2 de enero de 1958. La actuación era en honor del Presidente de Italia, Giovanni Gronchi, y su esposa.

Desgraciadamente María contrajo un resfriado esa semana y se informó al teatro de que se le debía substituir, pero La Scala se negaba a sustituirla. María, contra las órdenes de los médicos, salió a escena pero tuvo claro desde la primera nota que su voz estaba en mala condicion. Al final del primer acto, media audiencia le gritaba con burlas. María huyó rápidamente por una puerta trasera, y anunció que lo había hecho porque no estaba a la altura del público milanés. Al avisar al teatro de su situación vocal, el teatro había respondido: «Nessuno può sostituire la Callas» («Nadie puede sustituir a la Callas»), lo que enfureció al público milanés. El público estaba rabioso pero María fue excusada cuando recibió la llamada de la Señora Gronchi, quie le aseguró que ni ella ni su marido se habían ofendido.

Tres meses después, María representaría junto con Alfredo Kraus en Lisboa una de las representaciones más aclamadas de La Traviata de Verdi. Esta función orquestada por Franco Ghione el 27 de marzo de 1958 es ahora considerada como la mejor grabación de esta ópera en el siglo XX.

Ese mismo año su arte llegó a distintos lugares del mundo: Chicago, Berlín, Viena, Filadelfia, Washington, Dallas (donde se presentó con la ópera Medea), Colonia, Edimburgo. A mediados de dicho año, María Callas ofreció distintas funciones en el Covent Garden de Londres, de las que cabe destacar la representación de La Traviata con Cesare Valetti. Por si fuera poco María cerró este especial año con un recital en directo desde la Ópera Garnier de París, el 19 de diciembre, que fue transmitido a más de una docena de países en Europa.

Relación con Onassis y declive

El 3 de noviembre de 1959, María Callas dejó a su marido Giovanni Meneghini por el magnate griego Aristóteles Onassis, un idilio que la prensa de la época difundió exhaustivamente. Esta tortuosa relación sentimental se convertiría en una «tragedia griega» para la propia Callas.

La soprano se retiró durante un breve tiempo mientras duraba su relación con Onassis, y en su regreso a nadie se le escapó que su voz había perdido fuerza y evidenciaba los primeros signos de decadencia.

Por aquel tiempo (1961) Maria representaba Medea en La Scala. No tenía buena voz y el 11 de septiembre de 1961, durante el primer acto en el dueto con Jasón (personaje interpretado por Jon Vickers), la audiencia comenzó a pitar. María ignoró el alboroto hasta que llegó la escena donde ella denuncia a Jasón con la palabra «Crudel!» («¡Cruel!»). Después del primer «Crudel!» paró de cantar; miró al público y le dirigió su segundo «Crudel!»; hizo una pausa y comenzó otra vez con las palabras: «Ho dato tutto a te» («Te lo he dado todo») haciendo un gesto como si amenazara con el puño a la galería; la audiencia paró de silbar, y María recibió un fuerte aplauso al final.

En mayo de 1965 la voz de Callas volvió a ser objeto de disputas. Estaba representando Norma en la Ópera de París con Fiorenza Cossotto como Adalgisa. Cossotto sabía que María estaba extenuada y que su voz era débil, por lo que decidió derrotarla en escena. La noche de la última representación de Norma, el 29 de mayo, María estaba más débil y Cossotto se ensañó con ella e hizo del gran dueto un duelo entre ambas. Al final, cuando el telón cayó, María se hundió y fue llevada inconsciente a su camerino.

En 1965 la Callas realizó su última representación de ópera con Tosca en el Covent Garden londinense. Tenía 41 años. En 1966 renuncia a la ciudadanía estadounidense y toma la nacionalidad griega. De esta manera técnicamente anula su matrimonio con Meneghini. Tenía la esperanza de que Onassis, a quien en verdad amaba, le propusiese matrimonio, pero Onassis nunca la complació bajo diversos pretextos.

El 20 de octubre de 1968 Onassis abandonó abruptamente a Callas para casarse con Jacqueline Kennedy, la viuda del presidente norteamericano John Fitzgerald Kennedy, asesinado en Dallas. Callas, herida en lo más profundo de su orgullo, nunca pudo superar el mal trance por el abandono de Onassis y jamás se lo perdonó.

En junio de 1969, María empezó a trabajar en el film Medea, no inspirado en la ópera de Cherubini ni la tragedia de Eurípides, sino en el mito de Medea según la visión de Pier Paolo Pasolini. Cantaba penosamente, pero todavía trabajaba duramente, tan duro que un día se desmayó después de correr en una escena bajo el intenso sol. Este film pasó a la historia como uno de los mejores de Pasolini, y contó con amplia difusión a nivel internacional.

Hacia 1970 la carrera de María como cantante tuvo una interrupción repentina. El 25 de mayo tuvo que acudir corriendo al hospital y se anunció que había querido suicidarse con una sobredosis de barbitúricos. Por aquel tiempo tomaba más somníferos para dormir, y más barbitúricos para encontrar paz.

Últimas actuaciones, retiro y muerte

María Callas volvió a los escenarios en 1973 con Giuseppe di Stefano. Por primera vez en ocho años volvía a cantar en público. A principios de enero de 1973, Alexander, el hijo favorito de Aristóteles, fallece en un accidente. Además el matrimonio de Onassis con Jackie iba de mal en peor. Él intentó reconquistar a Callas a pesar de estar todavía casado con Jackie Kennedy, pero ella no quiso (o al menos no intentó) volver con él y lo rechazó cuando se encontraron en octubre de 1973, en París, donde ella residía.

Quedó claro desde el primer concierto en Hamburgo, el 25 de octubre, que la gira sería un desastre artísticamente. Callas y Di Stefano tenían como acompañamiento al piano al anciano Ivor Newton, que llevaba bastante bien sus ochenta años. Newton comenzó a tener vértigos en la calle y a hacer conjeturas sobre su muerte. Una vez dijo a Robert Sutherland, quien pasaba las páginas de sus partituras: «Si tengo un ataque de corazón mientras María está cantando una nota alta, tienes que dar un empujón fuerte a mi banqueta y continuar tú como si nada hubiera pasado». María rechazó discutir con Newton, temiendo que lo podía matar con la tensión. Sutherland en ocasiones les acompañó cuando la gira viajó a los Estados Unidos. El concierto final tuvo lugar el 11 de noviembre de 1974 en Sapporo. Era el último lugar del planeta donde se escucharía cantar a María Callas.

En los últimos años de su vida, María Callas impartió algunas clases en la Juilliard School de Nueva York (que inspirarían el drama teatral Master Class), y se instaló definitivamente en París en la más completa soledad hasta su muerte a los 53 años. Esta etapa sería recreada en la película Callas Forever, dirigida por su amigo Franco Zeffirelli.

Tumba de Maria Callas

El 16 de septiembre de 1977 María se despertó en su casa de París. Desayunó en la cama y fue hacia el cuarto de baño. Tenía un dolor punzante en el costado izquierdo y se desmayó. Fue llevada otra vez a la cama y bebió un café fuerte. Reclamaron la presencia del médico del mayordomo, que salió inmediatamente hacia la residencia de Maria, quien murió antes de que llegara. Su funeral tuvo lugar el 20 de septiembre y su cuerpo fue incinerado en el cementerio parisino de Père Lachaise. Las razones de su muerte quedan poco claras: oficialmente se trató de una «crisis cardíaca», pero no se descarta que se suicidara ingiriendo una dosis masiva de tranquilizantes. Las prisas con las que fue incinerada, el robo de su urna fúnebre (que se encontró unos días más tarde) y la dispersión de sus cenizas en el Mar Egeo en la primavera del 1979 hicieron imposible una autopsia.

Importancia de Callas como artista. Una de las grandes sopranos de la historia.

Con una tesitura de soprano, afrontó una amplia gama de papeles desde el bel canto al de soprano dramática, siendo su tipología vocal muy peculiar y difícil de clasificar tanto por su particular timbre de voz (que no era bello según los cánones de belleza de la época) como por sus agudos a veces chillones y sus graves ásperos. Pero tenía una sorprendente capacidad de matizar, lo que ha llevado a algunos críticos a considerarla como soprano sfogato, una voz capaz de alternar entre registros de soprano aguda como de contralto con gran agilidad, siendo heredera directa de Giuditta Pasta, la musa de Vincenzo Bellini.

Permanece en el recuerdo como una de las mayores cantantes del siglo XX, por su capacidad de dotar de vida a los personajes que interpretaba de forma magistral siendo muy atractiva en escena, muy magnética. Callas no fue sólo una gran soprano con dotes vocales que conmovían, sino también una gran actriz dramática que supo a través de la interpretación de los personajes contarnos una historia de un modo único. Como todo gran artista, su sensibilidad respecto a todo lo que la rodeaba le permitió transmitir la música como pocos han sabido hacerlo, pero también determinó en ella el final de su carrera y la sumergió en una gran depresión.

María Callas es sin ninguna duda la más famosa cantante de la segunda mitad del siglo XX, y su reputación no obedece sólo a razones artísticas. Su vida privada y su relación con Aristóteles Onassis hicieron que ocupara portadas de la prensa rosa cuando su carrera estaba prácticamente terminada. En realidad, después de iniciar su relación con Onassis su carrera entró en una etapa de declive. Más allá de anécdotas sin interés, se olvida todo lo que había aportado al género lírico en una época en la que el público empezaba a alejarse de los espectáculos convencionales y rutinarios. Verdaderamente, los grandes éxitos de su carrera, que le garantizan uno de los lugares más importantes en la historia de la ópera, tuvieron lugar antes de su relación con Onassis. Su técnica, trascendente, le permitió abordar estilos tan distintos como los de:

Sus grandes creaciones, sin duda, fueron los papeles principales de Norma, Medea, Carmen, La Traviata, Lucía, Tosca, Lady Macbeth, La Gioconda, Il Trovatore, La Sonnambula, Anna Bolena y Armida. No se libraba a un virtuosismo gratuito sino que trataba de hacer la música más expresiva y restituir a las partituras su verdad musical y su verosimilitud dramática utilizando cualidades y defectos de un timbre sumamente personal. Fue una de las primeras que demostró que en la Ópera se podía hacer una interpretación como en el teatro o en el cine, y utilizar el físico y el cuerpo. De los dos papeles que ha marcado para siempre, Norma y La Traviata, hizo auténticas recreaciones. Y todo ello gracias a una intuición artística infalible, que se apoyó en un gran trabajo.

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