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Bandera de Cataluña

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La Bandera de Cataluña o Señera de Cataluña es la tradicional del Rey de Aragón y Conde de Barcelona, que era antiguamente usada únicamente por el Rey, como expresiva de su soberanía.

De acuerdo con lo establecido en su Estatuto de Autonomía, la Bandera de Cataluña es la tradicional de las cuatro barras rojas horizontales sobre fondo amarillo.


Sello de Ramón Berenguer IV, con el escudo barrado s. XII
Archivo:Berenguer-ripoll.jpg
Tumba de Ramón Berenguer III
Archivo:Normal Escutjau.jpg
Escudo barrado de Jaime I s. XV
Antiguo dibujo de un soldado de la época con el escudo barrado
Archivo:Segell cera JaumeI 2.jpg
Sello de Jaime II con el escudo barrado
Archivo:Segell Marti Huma.jpg
Sello de Martín el Humano con el escudo barrado s.XIV

Historia de la bandera según la versión catalana

La Bandera de Cataluña o Señera de Cataluña es la tradicional de los Reyes de Aragón, que era antiguamente usada únicamente por el Rey, como expresiva de su soberanía.

Existe documentación que prueba fehacientemente que la misma fue usada desde los tiempos de Alfonso II, siendo universalmente conocidas como «de Aragón».

Son elementos comunes de la Bandera y el Escudo los «palos de gules» o «barras de Aragón», elemento histórico común de las actuales cuatro comunidades autónomas que en su día estuvieron integradas en la Corona de Aragón, en cuya emblemática se encuentran todavía, y que en su representación se incorporaron al Escudo de España.

De acuerdo con lo establecido en su Estatuto de Autonomía, la Bandera de Cataluña es la tradicional de las cuatro barras rojas horizontales sobre fondo amarillo.


El escudo de Cataluña es muy conocido por la leyenda, que se le atribuye a Carlos "el Calvo", rey de Francia (875-877), que para premiar el valor del conde de Barcelona, Wilfredo "el Velloso" (873-898), mojó cuatro dedos de la mano en la sangre del guerrero y los marcó en el escudo de éste.


Bandera del Antiguo Reino de Aragón Bandera del Antiguo Reino de Sicilia

Desde el año 1096, bajo el reinado de Pedro I, se utilizó un estandarte en plata con la cruz de San Jorge. En cada espacio libre, una cabeza negra diademada de blanco y en la frente una venda andada atrás. Las cuatro cabezas representaban los cuatro reyes moros derrotados por Pedro I en la batalla de Acoraz (1905).


La simbología del escudo catalán define el origen de este, no como palos de gules sobre campo dorado, sino como bastones, bastones de mando, de oro sobre fondo rojo; basándonos en que Ramón Berenguer III "el Grande" (1097-1131) usaba en sus sellos tres palos, razonablemente por haber reunido los condados de Barcelona, Besalú y Provenza; al unirse Cataluña con Aragón por el matrimonio de la princesa Petronila, hija de Ramiro el Monje, con del conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV "el Santo" (1131-1162), las primitivas armas de Aragón, cruceta de plata, la cruz de san Jorge y cuatro cabezas de moro, cedieron lugar preferente a las de la casa real catalana y los bastones de oro representarían al monarca como rey de Aragón, conde de Barcelona y señor de Montpellier.

Existe otra posible versión para el uso de las barras como divisa de Aragón, y es que dado que los reyes de Aragón eran feudatarios de la Santa Sede, debieron usar en sus escritos cintas de los colores de Roma, rojo y amarillo, como muestra de protección papa, y que con el tiempo pasaron al escudo y la bandera.


Señera coronada valenciana (1365) Pendón de la conquista de Valencia (1238)

Hasta el año 1137, Aragón no desarrollo su marina.

El Pendón de la Conquista (Penó de la Conquesta), reproducción fiel de La Señera Real de Jaime I se le concede a la Ciudad y Reino de Valencia por este rey hacia fines de 1238, probablemente cuando ya se había añadido un quinto bastón dorado que simbolizaba a Valencia. La inscripción en latín: "Año-1-2-3-8" que figura en la parte superior de las barras amarillas, fué con seguridad añadida mucho después.

La Señera Valenciana o Señera coronada es la tadicional "Senyera", sus colores simbólicos los forman cuatro barras de gules sobre fondo de oro, coronadas sobre franja transversal azul junto al asta adornada con lambrequines, esta bandera contiene franjas rojas sobre fondo amarillo porque en su día Valencia perteneció a la Corona de Aragón, y fue concedida a la ciudad de Valencia por Pedro IV el Ceremonioso, como reconocimiento a la resistencia opuesta por esta ciudad a Pedro I el Cruel de Castilla, durante la Guerra de los dos Pedros (1356-1365), por lo que inicialmente podría haberse tratado de una señal heráldica que fue evolucionando hasta adoptar la forma de una bandera, con una corona sobre las barras de los reyes de la Corona de Aragón, convirtiéndose con el paso del tiempo y en la actualidad en la bandera de la Comunidad Valenciana. En la moharra, sobre el yelmo, un "rat penat", ó murciélago. Esta enseña tiene honores de Capitán General con mando en plaza.


Bandera del reino de Aragón (1229-finales siglo XIII) Al extender sus dominios Jaime I "el Conquistador" (1213-1276) iría sumando bastones de oro a su escudo, como parece desprenderse del estudio de los sellos posteriores a 1241, ya que para entonces sería soberano de Aragón, Mallorca y Valencia, conde de Barcelona y señor del Rosellón. Otra muestra que corrobora este dato puede ser las banderas reales que este rey enarboló en la conquista de Mallorca, donde pueden contarse cinco y ocho listas amarillas.

Cuando en Aragón reinaba Jaime I, el Batallador y Conquistador, junto con uno de sus Almirantes, Roger de Lauria, y con sus almogávares, consiguió tantas victorias y poder en el Mediterráneo que se decía:

"Ni galera ni otra armada alguna se atreviera a andar sobre la mar sin salvoconducto del Rey de Aragón, y no solamente ni nave ni otro bajel, pero ni los peces osaban levantar cabeza en ella sin llevar un escudo con las armas de Aragón ..."

Pedro III "el Grande" (1276-1285) heredó sólo los reinos de Aragón y Valencia y el condado de Cataluña, pero pudo añadir el cuarto palo por el reino de Sicilia.


Bandera de la Marina de Aragón (1263-1516) Juan II (1458-1479), primero que introduce los palos en las monedas, representa el escudo con seis bastones salientes, razón que puede encontrarse en que el monarca tuvo bajo su cetro a Navarra, Aragón, Sicilia, Valencia, Mallorca y los condados de Barcelona, Urgel y Rosellón, entre los tres equivalentes a un reino.


Historia de la bandera según la versión aragonesa

Existe documentación que prueba fehacientemente que la misma fue usada desde los tiempos de Alfonso II, siendo universalmente conocidas como «de Aragón».

Son elementos comunes de la Bandera y el Escudo los «palos de gules» o «barras de Aragón», elemento histórico común de las actuales cuatro comunidades autónomas que en su día estuvieron integradas en la Corona de Aragón, en cuya emblemática se encuentran todavía, y que en su representación se incorporaron al Escudo de España.

No se ha documentado ninguna referencia documental hasta el 1150 apareciendo como escudo preheráldico en un sello de Ramón Berenguer IV, aunque la escasa nitidez del sello, y su monocromía, hacen dudosa la atribución, pues el escudo palado y blocado refleja los habituales refuerzos defensivos de los escudos de mediados del siglo XII, por lo que este no sería un signo de linaje, sino el mero escudo de tablas almendrado que simbolizaba el poder real. El primer testimonio seguro son los sellos de la cancillería de Alfonso II, datados a partir de 1167.

Es falsa la prueba de su vinculación a la casa condal barcelonesa en un sarcófago de 1082 de Ramón Berenguer II donde aparecen 15 palos de oro y gules, lo que ha llevado a pensar a algunos heraldistas (Fluvià) que este es el origen de las cuatro barras; pero no puede ser una prueba de la antigüedad del emblema asociado al linaje condal puesto que esta es una decoración impostada con motivo de su traslado en 1385 al interior de la Catedral de Gerona por iniciativa de Pedro IV de Aragón, por lo tanto, la pintura aludida sería 300 años posterior, ya que en su emplazamiento original a la intemperie durante tres siglos es imposible que el sarcófago conservara la pintura del siglo XI, como demuestra convincentemente Alberto Montaner Frutos en El señal del rey de Aragón: historia y significado (1995).

Otros historiadores (Guillermo Fatás y Guillermo Redondo) refuerzan con amplia erudición y documentación medieval el argumento de que el emblema de las barras de gules en campo de oro proviene de la temprana vinculación del Reino de Aragón con la Santa Sede. En todo caso, el linaje de los reyes de Aragón es el único linaje que podía detentar los mentados palos de gules en campo dorado, puesto que Alfonso II lo hereda del derecho sucesorio que le concede un lugar como miembro de la Casa de Aragón, y lo heredan sus hijos como dignidad familiar y siempre vinculado al título principal de Rey de Aragón (en el derecho aragonés medieval conocido como "Matrimonio en Casa"), linaje al que accede por el matrimonio con la heredera de la casa, Petronila de Aragón, al haberse cortado la posibilidad sucesoria por vía masculina.

Bandera de Murviedro del s. XVI que se conserva en el Ayto. de Sagunto (prov. Valencia)

El señal de la Casa de Aragón son unas armas cuyo origen probable este inspirado por el viaje de Sancho Ramírez (1064-1094) a Roma en 1068 para consolidar el joven Reino de Aragón ofreciéndose en vasallaje al Papa, vasallaje documentado incluso en la cuantía del tributo de 600 marcos de oro al año. De ahí que se haya aducido que Alfonso II, conocedor de ese viaje, tomara como emblema del vínculo vasallático las conocidas barras rojas y oro, inspirado en los colores propios de la Santa Sede, que eran bien conocidos y están bien documentados en las cintas de lemnisco de los sellos de la Santa Sede, y son visibles hoy todavía en la umbrella Vaticana.

Hay que decir que en la segunda mitad del s. XII, el señal de la Casa de Aragón era un mero distintivo familiar, y no territorial, de manera que no era posible la identificación con él de sus súbditos, que lo reconocerían solo como atributo de su rey o de la autoridad de él emanada. La confusión sobre su origen condal es debida a la manipulación que la Renaixença hizo en el s. XIX de estos símbolos, utilizando historiografía del s. XVI y apoyada en la creencia de que Pedro IV tenía conocimientos heráldicos rigurosos en el siglo XIV. Pedro IV pensó que eran esas las armas de su linaje, pues ya olvidó el derecho por el que se regulaba el uso de esas armas de linaje en el documento matrimonial del enlace entre Petronila y Ramón Berenguer.

Además, Pedro IV usó con profusión otros símbolos, ya caballerescos en el sentido que cobrarían en el siglo XV, ceremoniales y ornamentales, y los adoptó por primera vez (por ejemplo la llamada Cruz de Íñigo Arista) en la creencia de que era el señal de los antiguos reyes de Aragón. Evidentemente Pedro IV se equivocaba, pues fue a su linaje, y no al revés, al que se le transfirió el señal de los cuatro palos. También fue introducida por él la cruz de San Jorge, incluso fundó una orden de caballería valenciana caracterizada por estas armas. Asimismo, fue él quien usó una cimera con un dragón (probablemente emblema parlante: D'Aragón=dragón) y de ahí el entramado que hizo a San Jorge patrón de Aragón, por serlo de su rey, y con ello de todos los reinos (Valencia, Mallorca, Sicilia) y condados (Barcelona) que componían la Corona de Aragón. De ese dragón en cimera debió surgir, por deformación, el murciélago de de Valencia.

La designación de la documentación medieval es "El senyal real del Rei d'Aragón", sin que aparezca como sustantivo la denominación de "señera". En ningún caso se documente el presunto linaje de los "Condes-Reyes", ambas denominaciones surgidas en la historiografía decimonónica al amparo del nacionalismo catalán. Por otra parte, rey de Aragón es el título principal de esta Casa, que utilizaron todos los reyes de Aragón arriba mencionados, incluso Martín I El Humano o Alfonso V El Magnánimo. Solo si se consignaba el título completo aparecía el de "Conde de Barcelona", que es la única denominación posible en la Edad Media.

La leyenda catalana atribuye su origen al conde Wifredo el Velloso (Guifré el Pilós), en el siglo IX. Wifredo el Velloso era hijo de Seniofré de Urgel, y reunió bajo su gobierno los condados de Barcelona, Urgel, Cerdaña, Besalú y Gerona; reconquistó Montserrat, fundó el monasterio de San Juan de las Abadesas y vivificó el de Ripoll. Repobló todo el centro de Cataluña y con esto consolidó su unidad interior. Inició la casa de Barcelona, la dinastía catalana que se subordinaría, con la firma del "Matrimonio en Casa" con Petronila de Aragón desde 1150, a la Casa de Aragón. Esta explicación legendaria, presente en otros lugares de Europa, incluida una anécdota de la Castilla del siglo XIII, refiere que en una de sus gestas decidió, con sus seguidores, una victoria de los francos sobre los normandos. El premio que habría recibido por ello, sería un escudo con fondo de oro de manos del rey Carlos II el Calvo. Explica la leyenda que el mismo rey pintó, con los dedos manchados de sangre de las heridas del conde, las cuatro barras rojas.

Fluvià propone como apoyo documental una inicial miniada de la versión catalana de la Crónica de San Juan de la Peña donde aparece el conde Guifredo (no su hijo, Guifredo el Velloso) rindiendo vasallaje al emperador Carlomagno, pero los escudos que portan son apócrifos. El de Carlomagno, que nunca usó, es claramente legendario. El de Guifredo sería fruto del hecho de que la Crónica fue compuesta en el taller de Pedro IV en la segunda mitad del siglo XIV. Como vemos la labor de rearme emblemático y heráldico de Pedro IV, que necesitaba hacer prevalecer su dignidad frente a la nobleza en la crisis de la sociedad estamental del S. XIV, fue ingente.

Fuentes

FATÁS, Guillermo, y REDONDO, Guillermo, La bandera de Aragón, Zaragoza, Guara, (Colección Básica Aragonesa, 3), 1978.

FATÁS, Guillermo Y REDONDO, Guillermo Blasón de Aragón : el escudo y la bandera Zaragoza, Diputación General de Aragón, D.L. 1995

FLUVIÀ I ESCORSA, Armand de, Els quatre pals: l'escut dels comtes de Barcelona, Barcelona, Rafael Dalmau (Episodis de la Història, 300), 1994.

MENÉNDEZ PIDAL DE NAVASCUÉS, Faustino, "Palos de oro y gules", 1991, en Studia in Honorem Prof. M. de Riquer, Barcelona, Jaume Vallcorba (Quaderns Crema), vol. IV pp. 669-704

MONTANER FRUTOS, Alberto, El señal real del rey de Aragón: historia y significado. Zaragoza, Institución "Fernando el Católico", 1995.

La Generalidad y la bandera de Cataluña

La Generalidad adoptó la bandera de la Cruz de San Jorge en 1359 bajo el reinado de Pedro IV por considerar éste a la Cruz de San Jorge "las antiguas armas de Barcelona". Ésto se debe a que eran las armas del brazo eclesiástico de la Generalidad, es decir, el escudo de la diócesis de Barcelona por correspondencia a San Jorge, el patrón de ésta.

El historiador español Lluís Domènec i Montaner así lo testifica:

"Bruniquer, el sabi arxiver de la ciutat en el segle XVII, reivindica com propi senyal a Barcelona, la creu...la Diputació de la Generalitat de Catalunya que va ser erigida i començada l'any 1.359 fa per armes la sola Creu com armes antigues de Barcelona, és a dir Catalunya" (el "és a dir Catalunya" tal vez pueda parecer un anacronismo pero ello se debe a que los condados catalanes antes de la denominación de Catalunya se solian representar con la Creu de Sant Jordi."

Años después, en 1701 adopta las llamadas barras de Aragón. Durante la Segunda República española, después de reinstaurado el autogobierno, se siguen adoptando como símbolo, que sigue siendo el utilizado en la actualidad.

Véase también

Banderas similares


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