Angélica Mendoza de Ascarza

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Angélica Mendoza de Ascarza

Mendoza de Ascarza en el museo del ANFASEP observando fotos de jóvenes desaparecidos (la segunda foto de la línea de la derecha es de Arquímedes Mendoza, el hijo desaparecido hasta la actualidad).
Información personal
Nombre de nacimiento Angélica Remigia Mendoza Almeida
Nacimiento 1 de octubre de 1929[1]
Ayacucho, República Peruana
Fallecimiento 28 de agosto de 2017 (88 años)
Bandera de Perú Ayacucho, Perú
Causa de muerte Diabetes mellitus Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Peruana
Etnia Quechua
Información profesional
Ocupación Activista de los derechos humanos
Años activa 1983-2017
Conocida por Defender los derechos de las personas desaparecidas durante la época del terror en el Perú
Empresa ANFASEP
Distinciones Medalla de la Defensoría del Pueblo

Angélica Mendoza de Ascarza (Ayacucho, 1 de octubre de 1929-ib., 28 de agosto de 2017), más conocida con el seudónimo mamá Angélica o mamacha Angélica, fue una campesina y activista peruana de los derechos humanos, considerada un símbolo de los activistas de los derechos de las víctimas de terrorismo generalizado durante la época de 1980 a 2000 en plena guerra interna peruana.

Biografía

De ascendencia quechua, vivió toda su niñez en los campos de cultivo de los andes centrales. Ya adulta, el 7 de junio de 1964 concibió a su hijo Arquímedes Mendoza, con el cual vivió hasta los 19 años en pleno inicio de los ataques de guerrillas comunistas que se declaraban en guerra contra el Estado peruano.[2]

Enfermedad y defunción

En 2016 familiares de Mendoza comunicaron que Angélica se encontraba en un estado grave de salud, por su estado elevado de azúcar que le había ocasionado una cetoacidosis diabética tanto así que no podía mantenerse en pie por los fuertes dolores que tenía, por lo que se mantenía postrada en cama.[3]​ El lunes 28 de agosto de 2017, en las horas de la tarde, Mendoza fallecería en su casa a los 88 años.[4]

Contexto histórico

Los insurgentes de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga terminaría formando el Partido Comunista del Perú - Sendero Luminoso con su líder Abimael Guzmán (en la foto con la bandera) que se declararía enemigo del estado.

En el Perú, entre los años 1980 y 1990, se desarrolló un conflicto armado interno[5]​ entre el grupo alzado en armas, Sendero Luminoso y el Estado peruano. Fue el conflicto más intenso, extenso y prolongado de toda su historia.[5]​ Ayacucho fue la región donde el Partico Comunista del Perú-Sendero Luminoso (PCP-SL) inició su lucha armada contra el Estado peruano. Cerca del 40% de los desaparecidos y muertos de todo el conflicto fueron de esa región.[5]​ Es en la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, donde Abimael Guzmán Reynoso, fundador y líder del PCP_SL, desarrolló su proyecto político, de características fundamentalistas y terroristas contra el Estado. Entre los años 1980 y 1985, administraba el Estado, a través de su segundo gobierno, Fernando Belaúnde. Desde el año 1982, el Ejército del Perú asumió la conducción político militar de Ayacucho. Durante ese periodo, específicamente en los años 1983-1984 se cometieron masivas violaciones a los derechos humanos por parte del Estado en Ayacucho, convirtiendo esos años los más letales[5]​ del conflicto. En Huamanga, capital del distrito de Ayacucho, el Ejército estableció como una de sus bases de operaciones, en el cuartel N 51 "Los Cabitos". En ese lugar, la Comisión de la Verdad y Reconciliación, registró 138 testimonios de familiares de personas, entre ellas jóvenes, niños, niñas, mujeres y hombres, secuestradas, torturadas y desaparecidas.

Hechos

Secuestro y desaparición forzada de su hijo Arquímedes

En la noche del 3 de julio de 1983 a las 00:00 horas, tropas del ejército y de la policía de investigaciones del estado peruano irrumpieron en la casa de los Mendoza, ubicada en el Asentamiento Humano Ciudad Libertad de las Américas (Huamanga), destruyendo sus pertenecencias y amenazando a la familia mientras buscaban a Arquímedes. Durante el allanamiento, los militares amenazaron de muerte a Angélica, a su hija Ana María y a su esposo Estanislao, apuntándoles con armas y ubicándolos contra la pared, mientras otros militares sacaron a Arquímedes de su habitación y lo arrastraron hasta un vehículo ubicado fuera del domicilio.

En posteriores declaraciones[6]​ a la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), Estanislao describió a quienes habían ingresado a su domicilio a la fuerza:

...habían unos que estaban vestidos con uniforme de militar, color verde, galones en el hombro y pasamontañas. Otros vestían pantalón verde, chompa negra y pasamontañas. Todos llevaban botas de color negro y armas tipo metralletas, revólveres, palos en el cinto. Algunos llevaban armas colgadas al hombro y otros nos apuntaban con ellas...

Después de subirlo al camión donde se encontraban otros detenidos, fue llevado hasta el Cuartel Los Cabitos —lugar donde los militares torturaban y eliminaban a insurgentes o sospechosos de serlo.[7]​ Según el testimonio[8]​ de Angélica Mendoza en las Audiencias Públicas en Ayacucho de la CVR, uno de los militares que sustrajo a Arquímedes le indicó expresamente que podría buscar a su hijo en el Cuartel Los Cabitos al día siguiente, y que se lo llevaban para tomarle unas declaraciones.

Angélica acudió al cuartel, donde le prometieron que su hijo iba a ser liberado al día siguiente, cosa que no sucedió y, al contrario, le fue comunicado que los militares del cuartel junto a los detenidos se fueron a un sitio desconocido. Desesperada, comienza a buscar a su hijo por toda la ciudad de Ayacucho, al igual que en otros pueblos y ciudades de la región.

Angélica y su familia no vieron nunca más a su hijo Arquímedes. La última comunicación con él fue tres días luego de su detención. El 15 de julio, Arquímedes envió una nota a Angélica, a través de un suboficial del ejército, donde le decía lo siguiente:

Mamá por favor, conseguir abogado y buscar los modos posibles de que me pasen al Juzgado porque mi situación está bien complicada. Yo me encuentro bien, no se preocupen, pero de todas maneras insistan diario al cuartel para que me pasen al Juzgado o hablar con alguien a conseguir dinero. Chau. Arquímedes.

El conflicto interno había estallado en una guerra civil híbrida ante la aparición de Sendero Luminoso y el MRTA, que complicaron más las cosas para el estado peruano; esto provocaría que los militares miraran a todo campesino como potencial aliado de los insurgentes y que evitaran tener relaciones con ellos. Ante este problema, Angélica, junto a otras madres, crean la Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del Perú (ANFASEP), cuyo principal objetivo al principio era que el estado no los viera como insurgentes, para que de esta forma pudieran buscar a sus familiares en todas las prisiones o fosas que las fuerzas armadas utilizaban para deshacerse de los cuerpos de insurgentes o posibles insurgentes.[9]

La creación de la asociación provocó que el estado, durante el Fujimorato, la acusara de formar parte de los insurgentes, cosa que comprobaron que era falso.

Proceso de la búsqueda de Arquímedes y los demás desaparecidos

Fundación de ANFASEP

Local de la Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del Perú.

En Ayacucho, un 2 de septiembre de 1983, Angélica Mendoza con otras mujeres quechuahablantes, fundan la primera organización de familiares de las víctimas de violaciones a los derechos humanos del Perú, denominada Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecido del Perú (ANFASEP). Angélica Mendoza fue elegida presidenta. Mendoza contó con el apoyo de la alcaldesa de la Municipalidad Provincial de Huamanga, Leonor Zamora, (1983-1986) para organizar la búsqueda de sus familiares desaparecidos. En 1985, el Papa Juan Pablo II visitó Ayacucho. Desde esa fecha, una cruz de madera con la inscripción de "No Matar[10]​" será el símbolo de ANFASEP. En 1985, ANFASEP logró realizar la primera marcha pública por la Plaza de Armas de Ayacucho acompañados por el Premio Nobel de la Paz (1980), Adolfo Pérez Esquivel. Este hecho es considerado como un hito[10]​ en la historia de ANFASEP.

Testimonio en la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR)

Angélica Mendoza testificó sobre la detención y desaparición de su hijo efectuado en la madrugada del 12 de julio de 1983.

Ejecutado por ex miembros del Ejército Peruano en el segundo gobierno de Fernando Belaúnde Terry. Fueron responsables de 53 casos de un total de 138 por estas desapariciones forzadas en el cuartel Los Cabitos, el coronel Paz Avendaño, para quien se dictaminó 23 años de cárcel, fue jefe del destacamento de inteligencia conocido como la ‘Casa Rosada’. Por su parte, para el coronel Humberto Orbegozo Talavera, ex jefe del cuartel, se ordenó 30 años de prisión.[11]

Ella indica en su testimonio, que su hijo estudiante de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga, quién no tenía ningún vínculo con el profesor Abimael Guzmán Reynoso, fue secuestrado por estos ex militares sin prueba alguna y que hasta ahora no se ha encontrado los restos.

Caso Los Cabitos

En agosto de 2017 la corte suprema del Perú dicta prisión para 53 personas involucradas en los arrestos masivos y de los que en la mayoría no se volvió a tener rastro alguno.[12]

Las familias han conseguido un poco de justicia, hay culpables declarados, sin embargo, debemos seguir atentos para que está se consolide y siente un precedente para nuestra memoria, para nuestra lucha, para la paz y justicia para las familias de Ayacucho y del Perú. Muchas gracias quienes estuvieron con las familias hasta el final de este largo proceso.
Mendoza de Ascarza declarando sobre el fin del Caso Los Cabitos 18 de agosto de 2017[13]

Después de la guerra interna peruana

Mendoza enseñando las pertenencias de unos desaparecidos.

Posteriormente, al finalizar la guerra interna, había varios muertos y miles de desaparecidos, de los cuales sus familias pedían su búsqueda, por lo que el presidente provisional Valentín Paniagua crea la Comisión de la Verdad y Reconciliación para lograr atender las demandas que los ciudadanos hacían. Angélica Mendoza brindó sus declaraciones. Aun así, el nuevo gobierno poco le pudo ayudar, ya que por temas de burocracia su caso se estancó. Mendoza siguió liderando el ANFASEP, que seguía activo hasta ese tiempo.[14]

Premios ganados

Véase también

Referencias

Enlaces externos