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Anexo:Personajes de En terapia

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Lista de los personajes de la serie de televisión argentina En terapia.

Guillermo Montes (representado por el actor Diego Peretti)

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Es psicoanalista, tiene 50 años y es considerado uno de los mejores terapeutas del país. Tiene un perfil bajo. Como producto del éxito en su profesión disfruta de un buen pasar económico y desde hace 17 años atiende en su consultorio privado ―una dependencia de su propia casa familiar― en un barrio de la ciudad de Buenos Aires (Argentina).

Tiene un lado agresivo e impulsivo. Él es consciente de esto y trata de manejarlo. A menudo, es más franco de lo aceptado socialmente, es impaciente y elige los caminos más cortos. En el mejor de los casos, es parte de su temperamento terapéutico ―también la razón de su fama― y en el peor de los casos, con menor frecuencia puede ser dañino. Cuando está angustiado puede ser problemático.

Guillermo está casado con Sabrina. Ella es enfermera, tiene 45 años, y se conocieron hace muchos años en el hospital donde trabajaban juntos. En ese entonces, él era serio y tímido, y se enamoró de la espontaneidad, la desinhibición, la sexualidad y la experiencia rebosante de Sabrina. Ella se enamoró de la profundidad emocional, de la capacidad de empatía, de la responsabilidad y del lado protector y terapéutico de Guillermo. Se mudaron juntos y al poco tiempo se casaron. Tienen tres hijos: Camilo de 21 años, un adulto que está estudiando en el sur; Catalina, de 16 años, una adolescente que está en la escuela secundaria; y Benjamín, de 8 años, un chico muy inteligente que su madre quiere mandar a un colegio especial para niños superdotados al que Guillermo se opone. La relación de pareja está en crisis. Sabrina nunca hizo terapia y siente que Guillermo no escucha sus reclamos sobre la desatención familiar por parte de él y sobre el rol de terapeuta que no abandona ni siquiera con su propia familia.

Lucía Aranda (Norma Aleandro)

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Fue la supervisora de Guillermo hasta hace ocho años. Le lleva una década y pertenece a las corrientes psicológicas más tradicionales. Es muy conservadora y astuta. Lo ha visto todo. En su opinión, los límites en la terapia son los cimientos de todo. Se burla de los enfoques más modernos ―como el de Guillermo― y a menudo es crítica de lo que ella percibe como un desdibujamiento de los límites y un alejamiento del rol tradicional entre el terapeuta y el paciente.

Lucía es viuda y no tiene hijos. Su esposo, Darío, era científico. Ella dejó de atender pacientes fijos hace un par de años ―salvo algunos casos excepcionales― y actualmente está intentando escribir una novela.

Guillermo llega a ella nuevamente porque siente que su vida está por colapsar. Lucía cuenta con la autoridad, el sentimiento maternal ―o fraternal― y el conocimiento íntimo de quién es él verdaderamente.

Marina Generis (Julieta Cardinali)

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Es médica, tiene 36 años y trabaja como residente en un importante hospital de Buenos Aires. Tiene dos hermanos, su padre es un hombre mayor y su madre murió hace varios años atrás.

Está en pareja con Andrés desde hace dos años. Justamente, Marina llega a hacer terapia por su temor a sabotear la relación con su actual novio. Ella siempre termina sus relaciones abruptamente en el momento en que comienza a sentirse presionada por el compromiso, y siente que eso está a punto de ocurrir con Andrés. Él mismo le recomendó que hiciera terapia con Guillermo, del cual es paciente desde hace un año. Desde el primer episodio, Andrés la enfrenta con un dilema terrible: o se casan o se separan. Por un lado, ella es feliz con él, pero no lo ama. Está enamorada de alguien más: de Guillermo.

Durante el tratamiento, se descubrirán las experiencias pasadas de Marina que hacen que actúe de la manera en que lo hace.

Gastón Ramírez (Germán Palacios)

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Es un hombre de 40 años que integra el GEOF (Grupo Especial de Operaciones Federales) de la Policía Federal ―un cuerpo de élite que trabaja contra el narcotráfico, la trata de personas y el terrorismo―, en donde su especialidad son los explosivos.

Gastón ha estado casado desde hace muchos años con Micaela, y viven junto a sus tres hijos en un barrio cerrado del sur de la ciudad. Micaela es odontóloga y trabaja muchas horas por día. El matrimonio entre Micaela y Gastón está fragmentado y él se siente emocionalmente muerto. Por primera vez en su vida va a empezar a luchar contra esta muerte de sí mismo.

Hace dos meses, por órdenes del fiscal general de la Nación, Gastón participó de un operativo contra el narcotráfico en una zona cercana a Ciudad del Este (Paraguay), en la Triple frontera. El objetivo era interceptar una importante carga de cocaína y a un importante narcotraficante que llegaba al país para cerrar la operación. Dentro del operativo, Gastón fue el encargado de colocar los explosivos para atrapar a los narcotraficantes. Pero en el lugar donde se escondían no sólo se encontraban los narcos, también se albergaban sus familias. Los explosivos que activó Gastón produjeron una reacción en cadena que hizo estallar todo por los aires, provocando la muerte de varios niños y mujeres. Ante el episodio, el jefe de los narcos, desde la prisión, hizo circular por internet un identiquit de Gastón donde se lo acusa de esta masacre y se pone precio a su cabeza.

A partir de esta situación, Gastón es separado de su cargo y procesado, hasta que el juez lo absuelve por considerar que no hubo intención de matar. Al liberarse de los cargos, Gastón sufre un ataque al corazón. Como resultado, se lo consideró incapacitado y fue suspendido de su unidad hasta nuevo aviso. Él niega la relación entre los episodios de las muertes y su suspensión por incapacidad, pero desea volver a la escena del crimen por “simple curiosidad”.

Tras la primera sesión, Guillermo considera el proyecto de Gastón como temerario y peligroso. Sin embargo, Gastón hará caso omiso a estas recomendaciones.

Clara Salinas (Ailín Salas)

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Es una adolescente de 17 años que comienza su terapia luego de un terrible accidente automovilístico y a pedido de la compañía aseguradora, con el fin de verificar la posibilidad de tendencias suicidas. Clara cree, realmente, que es una suicida, y un intento suicida del pasado aparece como una prueba de eso. Ella afirma que no va a llegar a cumplir los 17 años.

Clara es hija única de padres divorciados. Su madre es ama de casa y su padre trabaja como fotógrafo de modas especializado en desnudos femeninos. Después del divorcio, Clara se muda con su madre, pero rápidamente encuentra un hogar alternativo: sus vecinos Ariel, Mónica y su pequeña hija Sandra. Allí le brindan mucho amor y cariño y, más importante todavía, la calidez de un hogar.

A Clara le gusta el ballet, pero resulta que este gusto no es del todo inocente. Está relacionado con un padre autoritario que la presiona haciendo caso omiso a sus intereses. Esto se demuestra en su pequeño cuerpo entrenado, andrógino, que de alguna manera niega su femineidad, que trae aparejada una anorexia nerviosa, un retraso en el desarrollo hormonal y una soledad terrible. Su lucha por volver a la actividad luego del accidente y llegar a integrar el elenco estable del teatro en el que baila está en conflicto con el alto precio que está pagando para realizarse en esta carrera.

Ariel, el vecino, es también su maestro de ballet. Clara crea un vínculo secreto con él: mientras Mónica, su mujer, está fuera del país, Clara ayuda a Ariel a cuidar a Sandra. Así comienza la relación prohibida. Cuando Mónica regresa, Clara debe dejar la casa, y es ahí cuando ocurre el terrible accidente automovilístico.

Martín Pineda (Leonardo Sbaraglia) y Ana Irigoyen (Dolores Fonzi)

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Martín y Ana son el arquetipo del hombre anticuado y de la mujer moderna. Él es rudo, terco, callado, autónomo, un poco necio y un tanto machista. Ella es libre, neurótica, abierta, seductora y ambiciosa.

Martín y Ana componen un matrimonio desde hace 10 años. Empiezan la terapia con Guillermo por un problema que les surge como pareja: un embarazo no planificado. A Martín le encanta la idea de tener un hijo, pero Ana quiere abortar y ya ha averiguado el modo de llevarlo a cabo. Este desacuerdo tiene un plus de conflictividad: Ana y Martín han estado bajo tratamientos de fertilidad durante cinco años. Cuando dejaron de intentarlo, ella quedó embarazada.