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<br>''- "No, señor, no es una rebelión, es una revolución."'' respondió el duque.<ref>ROJAS OSORIO, Carlos; [http://www.uprh.edu/humanidades/libromania/FilosofiaDeLaCiencia.pdf ''Invitación a la Filosofía de la Ciencia'']; Revista de Filosofía de la Universidad de Costa Rica, 2005.</ref>}}
<br>''- "No, señor, no es una rebelión, es una revolución."'' respondió el duque.<ref>ROJAS OSORIO, Carlos; [http://www.uprh.edu/humanidades/libromania/FilosofiaDeLaCiencia.pdf ''Invitación a la Filosofía de la Ciencia'']; Revista de Filosofía de la Universidad de Costa Rica, 2005.</ref>}}

Mientras, la ciudadanía de París, esperando un contraataque, atrincheró las calles, levantó barricadas construidas con adoquines y se armó, lo mejor que pudieron, sobre todo con picas improvisadas. En Versalles, la Asamblea permaneció ignorante a la mayoría de los acontecimientos parisinos, pero sumamente consciente, el mariscal de Broglie estuvo a punto de provocar un golpe de estado promonárquico para forzar a la Asamblea a adoptar la solicitud de disolución<ref>[http://sourcebook.fsc.edu/history/seance.html Petición de disolución de la Asamblea Nacional] {{en}}</ref> de Luis XVI del [[23 de junio]].


== Notas ==
== Notas ==

Revisión del 02:25 14 sep 2007

Plantilla:Infobox conflicto militar La toma de la Bastilla en París se produjo el 14 de julio de 1789. A pesar de que la fortaleza medieval conocida como la Bastilla sólo custodiaba a siete prisioneros, su caída supuso efectivamente el fin del Antiguo Régimen y el punto inicial de la Revolución Francesa. La rendición de la prisión, símbolo del despotismo de la monarquía francesa, supuso un auténtico seísmo tanto en Francia como en el resto de Europa, llegando sus ecos hasta la lejana Rusia.

Fortaleza del secreto, y lugar sin justicia, la Bastilla fue la primera cita de la Revolución.[1]

Cada 14 de julio, el aniversario de este hecho es conmemorado en Francia como Día de la Fiesta Nacional.

Antecedentes

Durante el reinado de Luis XVI, Francia tuvo que confrontar una grave crisis financiera originada por los altos gastos de la intervención en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos y exacerbada por un desigual sistema tributario. El 5 de mayo de 1789, los Estados Generales convinieron tratar este tema, pero dicha discusión fue retenida por el arcaico protocolo y el conservadurismo del Segundo Estado. El 17 de junio de 1789, los representantes del Tercer Estado se constituyeron como Asamblea Nacional, una institución cuyo propósito era la creación de una constitución para el país. El rey inicialmente se opuso a esta idea, pero fue forzado a reconocer la autoridad de la Asamblea, que el 9 de julio se autonombró Asamblea Nacional Constituyente.

Tras esto, se produjo la toma de la Bastilla el 14 de julio de 1789 y la Revolución Francesa comenzó a extenderse. La rendición de este bastión real podría considerarse como el tercer detonante de la Revolución. El primero habría sido la revuelta de la nobleza, negándose a ayudar a Luis XVI mediante el pago de impuestos. El segundo detonante fue la formación de la Asamblea Nacional y el Juramento del Juego de Pelota. Con la rebelión del pueblo de París, surge el tercer motivo, manifestados en la toma de la Bastilla y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.

Las clases medias parisinas habían formado la llamada Guardia Nacional, cuya insignia era roja, blanca y azul. Estos tres colores se convirtieron en el emblema de la revolución. El Gran Miedo se extendió por las zonas rurales basado en el rumor del complot aristocrático que pretendía acabar con la Revolución mediante la especulación con los cereales y ataques a las cosechas de trigo.

París, cada vez más cercano a la insurreción, y el palabras de François Mignet "intoxicado con la libertad y el entusiasmo"[2]​, mostró un amplio apoyo a la Asamblea. La prensa publicaba diariamente los debates de la Asamblea y las discusiones políticas sobrepasaron el ámbito parlamentario para salir a las calles y plazas de la ciudad. El Palais Royal y sus inmediaciones se convirtieron en lugar de reunión. La muchedumbre, enfervorecida por el asalto al Palacio Real, tomó la prisión de la Abadía para reclutar granaderos para la Guardia Nacional. La Asamblea recomendó al rey el indulto de la guardia de la prisión como responsables de la toma. Los mandos y tropas de los regimientos, antes considerados dignos de toda confianza, fueron inclinándose cada vez más por la causa popular.

El detonante: la destitución de Necker

El 11 de julio, con tropas en Versalles, Sèvres, el Campo de Marte y Saint-Denis, Luis XVI, actuando por consejo de los nobles que formaban su camarilla personal, cesó a su ministro de finanzas Jacques Necker, el cual tenía cierta comprensión hacia el Tercer Estado, además de haber reconstruido completamente el ministerio. El mariscal conde de Broglie, el marqués de La Galissonière, el duque de la Vauguyon, el barón Louis de Breteuil y el intendente Foullon tomaron posesión sustituyendo al conde de Puységur, al conde de Montmorin Saint-Hérem, al cardenal La Luzerne, al conde de Saint-Priest y a Necker.

Las noticias de la destitución de Necker llegaron a París en la tarde del domingo 12 de julio. Los parisinos supusieron en general que la destitución marcaba el inicio de un golpe de estado por parte de los elementos más conservadores. Los liberales temieron que la concentración de tropas reales llevadas a Versalles provenientes las guarniciones de la frontera intentarían clausurar la Asamblea Nacional Constituyente (que se reunía en Versalles). Las masas se arremolinaron por todo París, llegando a juntarse 10000 personas en torno al Palais Royal. Camille Desmoulins, conocido francmasón de la logia de las Nueve Hermanas, según Mignet[2]​ , concentró a una gran muchedumbre, subido a una mesa y con una pistola en la mano, al grito de:

¡Ciudadanos, no hay tiempo que perder; el cese de Necker es la señal de la Noche de San Bartolomé para los patriotas! ¡Esta noche, batallones de suizos y alemanes tomarán el Campo de Marte para masacrarnos; sólo queda una solución: tomar las armas!

Los regimientos suizos y alemanes a los que se refería eran en realidad tropas mercenarias extranjeras que constituían una parte significativa del ejército real prerrevolucionario. Fueron tomados como hostiles por su condición extranjera para eludir la existencia de tropas de soldados regulares franceses. Aproximadamente la mitad de los 25000 soldados regulares concentrados en París y Versalles a comienzos de julio de 1789 pertenecían a estos regimientos extranjeros. A primera hora de la noche del 12 de julio, el barón de Besenval, a la cabeza de las tropas instaladas en París, da la orden a los regimientos suizos acantonados en el Campo de Marte de intervenir.

El conflicto armado

Primeros momentos

12 julio de 1789

El 12 de julio, una multitud creciente, blandiendo bustos de Necker y el duque de Orleans, cruzó las calles hacia la Plaza Vendôme, donde había un destacamento de Royal-Allemand Cavalerie (fuerte regimiento de caballería en la germanofona Alsacia), con el que lucharon con una lluvia de piedras. En la Plaza Luis XV, la caballería comandada por el príncipe de Lambesc, disparó al porteador de uno de los bustos y un soldado murió. Lambesc y sus tropas cargaron contra la muchedumbre y un civil, según los informes, fue muerto.

El regimiento de Gardes Françaises (Guardia Francesa) formaba la guarnición permanente de París que con muchos vínculos locales era favorable a la causa popular. Este regimiento fue confinado en sus cuarteles durante los primeros altercados de mediados de julio. Con París convertido en un polvorín, Lambesc, que no confiaba en que este regimiento obedeciera sus ordenes, colocó a sesenta hombres a caballo para vigilarlos frente a su sede en la calle Chaussée d'Antin. Una vez más, la medida que tenía la intención de refrenar sólo sirvió para provocar. La Guardia Francesa hizo frente a la caballería, matando a dos e hiriendo a tres más, a pesar de que los oficiales de la Guardias Francesa hicieron tentativas inútiles de reunir a sus hombres. La revuelta ciudadana tuvo entonces a su servicio a un contingente militar experimentado, que acampó en el Campo de Marte para contrarrestar a los esperados regimientos mercenarios. El futuro "Rey ciudadano" Luis Felipe de Orleans fue testigo de estos hechos como joven oficial de la guardia. En su opinión los soldados hubieran obedecido si hubieran podido. Según él, los oficiales abandonaron sus responsabilidades en este momento previo al levantamiento, cediendo el control a los suboficiales. La autoridad incierta del barón de Besenval, jefe de la Guardia Francesa, supuso una abdicación virtual por parte de los encargados de controlar el centro de París.

13 de julio de 1789

A la una de la mañana del 13 de julio, cuarenta de los cincuenta puestos de control que permiten la entrada a París fueron incendiados. La muchedumbre amotinada exigía la bajada del precio de trigo y del pan que jamás habían alcanzado tal precio en el curso del siglo. Un rumor circulaba por París: en el convento de Saint-Lazare sería almacenado el trigo; éste fue tomado a las seis de la tarde.

Mientras, desde las 2 de la tarde, los manifestantes se reunieron en torno al Ayuntamiento de París y cundió la alarma. El recelo existente entre los electores, representantes de los Estados Generales, congregados dentro del edificio y las masas en el exterior fue empeorado por el error o inhabilidad de los primeros en proveer de armas a estos últimos. Entre la insurrección política y el saqueo oportunista, París estalló en el caos. En Versalles, la Asamblea se reunió en sesión continua para evitar que, una vez más, fuera privada de un lugar para reunirse[3]​. Los electores dirigidos por Jacques de Flesselles decidieron formar un "comité permanente" y tomaron la decisión de crear una "milicia burguesa" de 48000 hombres, con el fin de limitar los desórdenes. Cada hombre llevará como marca distintiva una escarapela de los colores de París, rojo y azul. Para pretechar esta milicia, los amotinados saquean el Garde-Meuble donde son almacenadas las armas, pero también la colección de antigüedades. Por orden de Jacques de Flesselles 50.000 picas fueron forjadas. A las 5 de la tarde, una delegación de Ayuntamiento se dirigió a Los Inválidos para reclamar las armas almacenadas allí. El gobernador se niega, mientras la Corte no reacciona. La muchedumbre, que parece obedecer a las órdenes que provenían del Palais Royal, hablaba ya de tomar la Bastilla.

La toma: 14 de julio de 1789

Los Inválidos

A las 10 de la mañana y a pesar de la negativa del día anterior, un gentío de manifestantes (entre 40.000 o 50.000) invadieron el Hôtel des Invalides para reunir armas (entre 29.000 y 32.000 mosquetes sin pólvora o munición, 12 cañones y un mortero) y entonces atacaron la Bastilla. Los Inválidos estaban protegidos por cañones pero la toma fue sencilla, porque parecían no dispuestos a abrir fuego sobre los parisinos. A sólo unos cientos de metros, varios regimientos de caballería, de infantería y de artillería acampaban sobre la explanada de Campo de Marte, bajo el mando de barón de Besenval. Éste reunió a los jefes de los cuerpos para saber si sus soldados marcharían sobre los amotinados. Unánimemente, respondieron que no. Este acontecimiento capital pudo haber cambiado el día.

Asedio a la Bastilla

En ese momento, la Bastilla estaba casi vacía de prisioneros, sólo siete: cuatro falsificadores, dos "lunáticos" y un noble "desviado", el conde de Solages (el marqués de Sade, ilustre prisionero de la fortaleza, había sido trasladado sólo días días antes). El coste que suponía el mantenimiento de un bastión medieval con su guarnición para una función tan limitada había provocado que se decidiera clausurar, justo antes de que comenzaran los disturbios. La prisión, sin embargo, seguía siendo un símbolo de la tiranía real.

Los atacantes buscaban principalmente apoderarse de la gran cantidad de armas y munición almacenadas allí -el día 14 había 13.600 kg (30.000 lb) de pólvora. La guarnición regular consistía en 82 inválidos (soldados veteranos no apropiados para el servicio de combate). A pesar de ello, la Bastilla había sido reforzada el 7 de julio con 32 granaderos del regimiento suizo Salis-Samade provenientes del campamento del Campo de Marte. Los muros estaban protegidos por 18 cañones de 8 libras cada uno y 12 de menor tamaño. El alcaide era Bernard-René de Launay, hijo del anterior alcaide, que había nacido en la misma fortaleza.

La lista de "vainqueurs de la Bastille" (vencedores de la Bastilla) tuvo alrededor de 600 nombres y el total de asaltantes sería probablemente de menos del millar. La multitud se reunió en el exterior hacia media mañana, pidiendo la rendición de la prisión, la retirada de los cañones y la entrega de las armas y la pólvora. A las 10:30, dos representantes de los amotinados fueron invitados con amabilidad a la fortaleza y las negociaciones para la cesión del armamento comenzaron. A las 11:30, una segunda delegación compuesta por Jacques Alexis Hamard Thuriot y Louis Ethis de Corny se les unió con las demandas definitivas. El esfuerzo negociador se fue alargando mientras los ánimos de la masa armada llegada de Los Inválidos iban impacientándose.

Alrededor de las 13:30 la muchedumbre entró en el patio externo y las cadenas sobre el puente levadizo al patio interior fueron cortadas, aplastando a un desafortunado "vainqueur". En este momento comenzó el fuego cruzado, aunque nunca podrá dilucidarse qué bando comenzó primero. Los asaltantes comprobaron que la fortaleza era una ratonera y la lucha se hizo más violenta e intensa, mientras las tentativas por parte de las autoridades para dictar un alto el fuego no fueron tenidas en cuenta.

A las 14:00 una tercera delegación, en la que toma parte Claude Fauchet, hizo incursión en el interior de la Bastilla. El tiroteo prosiguió y hacia las 15:00 una cuarta delegación llegó a la Bastilla encabezada de nuevo por Louis Ethis de Corny pero no obtuvo nada. A las 15:30 los atacantes se vieron reforzados por 61 "gardes françaises" amotinados y otros desertores de las tropas regulares, bajo el mando de Pierre-Augustin Hulin, antiguo sargento en Guardia Suiza. Portaban las armas tomadas en Los Inválidos anteriormente y entre dos y cinco cañones. Estos son colocados en batería contra las puertas y el puente levadizo de la fortaleza.

Capitulación

Debido a la inminencia de una masacre mutua, el alcaide de Launay ordenó cesar el fuego a las 17:00. Una carta con los términos de la rendición fue pegada por un hueco en las puertas interiores e inmediatamente rescatada por los asaltantes. La guarnición de la Bastilla rindió las armas, bajo promesa de los amotinados de que ninguna ejecución se efectuaría si se producía la capitulación. Las demandas exigidas fueron rechazadas pero de Launay rindió la plaza porque comprendió que sus tropas no podían resistir mucho más tiempo en esa situación y abrieron las puertas del patio interior y los "vainqueurs" tomaron la fortaleza hacia las 17:30. Liberaron a los siete prisioneros encarcelados allí y se apoderaron de la pólvora y la munición.

La guarnición de la Bastilla fue apresada y llevada al Ayuntamiento de París. En el camino, Bernard-René Jordan de Launay fue apuñalado, su cabeza aserrada y pinchada en una pica para ser exhibida por las calles. Tres oficiales de la guarnición permanente de la Bastilla también fueron matados por la muchedumbre durante el trayecto. Éstos y dos guardias suizos fueron asesinados ya que el resto de guarnición fueron protegidos por la Guardia Francesa para que más tarde o más temprano fueran liberados para volver a sus regimientos. En el Ayuntamiento, la muchedumbre acusó a Jacques de Flesselles de traición; se improvisó un juicio aparente en el Palais Royal y fue ejecutado.

El teniente Louis de Flue escribió un informe detallado sobre la defensa de la Bastilla que fue incorporado al diario del regimiento Salis-Samade y aún se conserva[4]​. Es (quizás injustamente) crítico con el malogrado marqués de Launay, quien de Flue acusó ejercer el mando con debilidad e indecisión. La culpa de la caída de la Bastilla pudiera buscarse en la actitud de los comandantes de la fuerza principal de las tropas reales acampadas en el Campo de Marte, que no hizo ningún esfuerzo para intervenir ni en el saqueo de Los Inválidos ni en la toma de la Bastilla.

Además de los presos, la fortaleza albergaba los archivos de la Lieutenant général de police de París que fueron sometidos a un pillaje sistemático. Es sólo al cabo de dos días que son tomadas medidas por las autoridades con el fin de conservar los restos de este archivo. El mismo Beaumarchais, cuya casa está situada justo enfrente de la fortaleza, no vaciló en apoderarse de documentos. Denunciado, tuvo que restituirlos posteriormente.

A las 18:00, ignorando la caída de la Bastilla, Luis XVI dio orden a las tropas de evacuar la capital. Esta orden llegó al Ayuntamiento a las 2:00 del día siguiente.

Consecuencias

A las 8 de la mañana del 15 de julio de 1789, en el Palacio de Versalles, en el momento de su despertar, el duque de Rochefoucauld-Liancourt informó a Luis XVI de la toma de la Bastilla.

- "Pero ¿es una rebelión?" preguntó Luis XVI.
- "No, señor, no es una rebelión, es una revolución." respondió el duque.[5]

Mientras, la ciudadanía de París, esperando un contraataque, atrincheró las calles, levantó barricadas construidas con adoquines y se armó, lo mejor que pudieron, sobre todo con picas improvisadas. En Versalles, la Asamblea permaneció ignorante a la mayoría de los acontecimientos parisinos, pero sumamente consciente, el mariscal de Broglie estuvo a punto de provocar un golpe de estado promonárquico para forzar a la Asamblea a adoptar la solicitud de disolución[6]​ de Luis XVI del 23 de junio.

Notas

  1. Arlette Farge, La Bastille, mythe et réalités, dirigido por Michel Vovelle, L'État de la France pendant la Révolution, 1789 - 1799, La Découverte, 1988.
  2. a b MIGNET, François; Histoire de la Révolution française; París, 1824.
  3. La Revolución Francesa 2002
  4. FLUE, Louis de; Rélation de la prise de la Bastille le 14 juillet 1789 par un de ses défenseurs; Paris, M. J. Taschereau, 1834.
  5. ROJAS OSORIO, Carlos; Invitación a la Filosofía de la Ciencia; Revista de Filosofía de la Universidad de Costa Rica, 2005.
  6. Petición de disolución de la Asamblea Nacional (en inglés)

Enlaces externos