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Pedro Guajardo Eguiluz
Información personal
Apodo El Púnico
Otros nombres Guajardo
Nacimiento 15 de abril de 1928
Zaragoza, España Bandera de España
Fallecimiento 19 de marzo de 2004(76 años)
Madrid, España Bandera de España
Nacionalidad Española
Familia
Cónyuge Concepción Torres
Hijos Pedro y Salome
Información profesional
Ocupación pintor
Movimiento Contemporáneo Español
Artistas relacionados

Santiago de Santiago

Dora Martinéz
Triunfos Campeón de España fueraborda Turismo ET 1963
Distinciones Trofeo ST Michael's 1980 [1]
Firma

Pedro Guajardo Eguiluz (1928-2004) fue un pintor contemporáneo español. Investigó y recreó una técnica antigua de pintura denominada cera púnica, [2][3]​cuya fórmula se había perdido. Esta técnica presenta ciertas similitudes con otra que sí ha llegado hasta nuestros días: la encáustica.

Biografía[editar]

Pedro Guajardo Eguiluz nació el 15 de abril de 1928 en el barrio del Torrero en Zaragoza, en Aragón, España. [4]​En abril de 1939, su familia se trasladó a Madrid, cerca del Parque del Retiro. Desde joven, mostró interés por la pintura y el dibujo, optando por un camino autodidacta, [5]​que se fundamento en su libro favorito, "Los materiales de pintura y su empleo en el arte" [6]​ de Max Doerner, [7]​y sus innumerables visitas al Museo del Prado, donde estudió minuciosamente a los grandes maestros clásicos.[8]

En 1952, Guajardo entró en contacto con un restaurador alemán que estaba encargado de la colección de iconos de Sergio Otzoup[9]​. Este le informó sobre una técnica muy antigua conocida como encáustica, que él creía que era un "pálido reflejo" de una técnica perdida llamada pintura púnica. En ese mismo año, el comerciante de arte Erick Kiriacopoulos adquirió la totalidad de su obra para venderla en el extranjero.

Gracias a esta estabilidad económica, viajó a París. Durante su estancia, visitó asiduamente el Louvre, mostrando un gran interés en el área de egiptología y las referencias existentes a la encáustica. A partir de ese momento, comenzó a experimentar y desarrollar sus propios disolventes y pigmentos, generando la mayoría de los materiales que utilizaría en su búsqueda de la técnica perdida.

Guajardo logró combinar su pasión por la pintura con su afición por la motonáutica. En junio de 1963, se proclamó campeón de España. [10]​ En agosto del mismo año, fue invitado a La Coruña, donde fue reconocido tanto por sus habilidades en la motonáutica como por su arte. Durante este evento, alcanzó un notable segundo puesto [11]​ en la competición, y todas sus pinturas expuestas en el ayuntamiento fueron adquiridas por distintas personalidades, entre las que se encontraba Manuel Fraga y el Conde de Fenosa. [12]​ Decidió dejar de lado su afición deportiva para enfocarse y centrar todos sus esfuerzos en sus investigaciones, proceso que se extendió por 18 años.

Durante estos años, el artista basó su producción en óleos con temas sencillos y figurativos. Aunque experimentó con la abstracción geométrica, el triangulismo [13]​ y la escultopintura, optó por no incorporar a su pintura ciertos elementos o materiales que consideraba ajenos a las características intrínsecas de un "pintor de verdad". Pensando que sus lienzos aún no reflejaban sus posibilidades, solía no firmarlos, o lo hacía utilizando el seudónimo Trazos o su segundo apellido, Eguiluz.

El año 1970 marcó un punto de inflexión en su carrera. Tras casi dos décadas de experimentación, comenzó finalmente a vislumbrar la fórmula perdida de la pintura púnica. Los colores que había estado buscando durante tantos años comenzaron a aparecer. No obstante, su amigo y marchante de arte, de origen greco-canadiense, falleció en un accidente aéreo, perdiendo también en el mar quince de sus cuadros. Este revés lo impulsó a una nueva fase en su carrera artística, abandonó la pintura al óleo para concentrarse en la técnica recién descubierta y empezó a firmar sus lienzos con el nombre de Guajardo.

El Marqués de Lozoya y Pedro Guajardo en galería Bell-Art

En esta nueva etapa, Guajardo sintió la necesidad de revelar al mundo los resultados de su trabajo: colores resistentes, luminosos, puros y perdurables, fruto de sus investigaciones sobre la pintura púnica. Preparó una importante serie de cuadros que fueron presentadas el 25 de febrero de 1972 en la Galería Aurelia-Villares[14]​ de Madrid. La exposición fue bien recibida entre críticos, aficionados y neófitos.

Un detalle a destacar es que el Marqués de Lozoya mostró su aprecio por su pintura y se comprometió a presentarla personalmente.[15]

Después de la exposición, surgió un interés creciente en su trabajo, generando numerosas solicitudes para presentar su trabajo en otras galerías, finalmente expuso en Cádiz, en la Galería Monigry,[16]​ donde los resultados fueron similares a los anteriores. El público mostró interés en sucesivas ocasiones, por lo que parecía se había captado el sentido de su pintura.

El 6 de noviembre de 1972 se inauguró la galería de arte Bell-Art en Madrid. Esta se convirtió en su exposición permanente, y fue aquí donde finalmente el Marqués de Lozoya presentó su obra.

El interés por su trabajo se intensificó y recibió múltiples solicitudes para exponerlo a nivel nacional e internacional. Hizo ruedas de prensa, entre ellas una para corresponsales extranjeros en la Embajada Americana. El interés en los medios nacionales[a]​ también fue notable, recibiendo elogios en Radio Intercontinental, Radio España, Radio Juventud, Radio Ceuta, así como programas dedicados en RNE y en la Agencia EFE,[17]​lo que indica el reconocimiento de su trabajo como pintor.

En marzo de 1973, a propuesta del escultor Santiago de Santiago, se llevó a cabo una exposición conjunta[18]​en la galería Bell-Art. A partir de este momento se va gestando la posibilidad de salir a exponer en Francia, reduce su actividad en la galería y a principios de ese de año centró todos sus esfuerzos en preparar una nueva exposición. Esta exposición se inauguró el 11 de junio de 1974 en la galería Claude Jory[19]​de París donde pasó varios meses antes de regresar y volver a renovar la exposición en la galería Bell-Art, momento en el que comienza a exponer conjuntamente con la escultora Dora Martínez González. Tras su regreso de Francia el Ministerio de Información y Turismo le encargó la creación del cartel para los Festivales de España 1975[b]​y del cartel para el XII festival de Opera de Madrid.[20]

En la temporada de 1976, el Marqués de Lozoya volvió a presentar la exposición renovada de Guajardo en la galería Bell-Art. Al siguiente año, se publicó una monografía[15]​ sobre el artista, a cargo del MEC. En honor a Manuel de Falla, Guajardo destinó un espacio especial en la galería Bell-Art, y también colaboró con la sala Passagali.[21]

En 1978, la Galería Goya[22]​de Zaragoza fue escenario de una exposición organizada por Guajardo. Esta reprodujo la experiencia multimedia ofrecida en la galería Bell-Art, combinando sus pinturas con música, poesías narradas y escritas, y la singularidad de su pintura púnica bajo diversas iluminaciones.

Hasta 1980, la galería Bell-Art siguió siendo el principal espacio de exposición del trabajo de Guajardo. Ocho años más tarde, en 1988, hubo una exposición en la que las obras de Guajardo se mostraron simultáneamente en Madrid y en la galería Velázquez de Valladolid.

Aunque Guajardo seguía siendo mencionado en los medios, incluyendo diarios internacionales,[23]​su presencia en la prensa comenzó a disminuir gradualmente. Esta reducción mediática se debió, en parte, a la necesidad constante de soledad de Guajardo, quien se sumergía en profundidad no solo en su proceso creativo pictórico, sino también en la redacción de textos poéticos, ensayos y reflexiones filosóficas que abordaban tanto su propia experiencia artística como temas generales del arte y vivencias personales. Así, su universo creativo quedó predominantemente centrado entre su estudio en la calle Silva, a unos 250 metros de la galería Bell-Art de Madrid.

En 1990, una remodelación en el edificio donde se ubicaba Bell-Art obligó a desalojar la galería, lo que impactó en la visibilidad y accesibilidad de la obra de Guajardo al público general.

Tras aproximadamente una década sin presentar exposiciones destacadas de Guajardo, en 1999 la Fundación Concha Márquez organizó un evento en su honor en el Instituto Egipcio de Estudios Islámicos. Durante esta celebración, se mostraron obras del pintor, que estuvieron acompañadas por una selección de esculturas de Damián Gironés, quien respaldó la iniciativa.[24]

Diciembre de 2001 vio la última exposición en vida de Guajardo, realizada en la Fundación Gregorio Sánchez,[25]​en la que se presentó trabajo renovado del artista.

El 19 de marzo de 2004, Pedro Guajardo falleció en Madrid, la capital de España.

Técnica Pictórica[editar]

La pintura al óleo, si no se conserva en condiciones ideales de luz, humedad y temperatura, puede experimentar degradación de color y desarrollo de grietas. Las obras creadas con la técnica de encáustica muestran resistencia a estos factores. Esta resistencia es evidente en piezas milenarias conservadas en museos de ciudades como París, Londres y El Cairo.

No obstante, la encáustica también tiene sus desafíos. Los colores pueden volverse turbios y la naturaleza fusible de la técnica restringe su tiempo y forma de aplicación. Además, como parte de sus limitaciones, es necesario utilizar herramientas especialmente diseñadas para la aplicación de la cera, como espátulas, pinceles y paletas metálicas que deben poder ser calentadas. Estas restricciones, si bien existen, pueden ser atenuadas con el uso de cera púnica. La riqueza de color y la durabilidad de este método pictórico fueron las cualidades que motivaron a Guajardo a redescubrir y emplear esta técnica antigua en su obra. [3][26]

Antecedentes[editar]

Las técnicas de pintura encáustica, que implican una fusión de cera y pigmento aplicada en caliente, se originaron en la antigua civilización egipcia, célebre por su maestría en el manejo de materiales naturales y la longevidad de sus producciones artísticas. Los egipcios, que también dominaban el uso de la cera para procesos de embalsamamientos, podrían haber desarrollado las primeras técnicas encáusticas y de cera púnica. Estas técnicas, que utilizan cera para conservar el color y proteger las obras de los elementos, fueron empleadas posteriormente por los antiguos griegos y romanos[27]​. Los fenicios, reconocidos como grandes marinos y comerciantes, podrían haber contribuido a la difusión de estas técnicas a través del Mediterráneo. La cera púnica, utilizada especialmente por los cartagineses, mejoró la técnica permitiendo colores más puros y una mayor durabilidad. Muchos estudios contemporáneos sobre la pintura con cera se basan en las referencias que Plinio aporta sobre los tres métodos existentes.[6][15][26][28]

Procedimiento y aplicación[editar]

La Pintura Púnica de Pedro Guajardo

A partir de 1972, Pedro Guajardo se especializó en estas técnicas, eligiendo la cera púnica como base de su trabajo. En su enfoque personal, los pigmentos y la cera se transforman en un cuerpo distinto y homogéneo. Utilizaba hasta 64 ingredientes naturales y no elementos individuales de la tabla periódica, fusionados con cera de abejas virgen, incorporando agua del Mar Menor y sales, como sal de acederas y oxalato de potasa, para mejorar la durabilidad y la pureza de los colores.

El meticuloso proceso de creación de Guajardo requiere tres fusiones, en las cuales el compuesto se transforma de una mezcla a una combinación. La tercera fusión es crucial para la perfecta conjunción de los pigmentos con la cera, y la precisión en la temperatura y el tiempo es esencial para evitar alteraciones.

Elaborar una obra empleando la distintiva técnica desarrollada por Guajardo puede ser más compleja y llevar hasta seis veces más tiempo que con técnicas tradicionales. Sin embargo, sus obras se destacan por la viveza y la intensidad del color, así como por la durabilidad. Se prepara una gama de colores fríos y cálidos, agregando elementos catalizadores. El método ofrece escaso margen para la corrección debido a la rápida solidificación de la cera y requiere alternar entre el uso de espátula y pincel. [15]

Su Obra[editar]

La pintura de Guajardo ha pasado por dos etapas claramente diferenciadas en cuanto a técnicas, propósitos y realidades. La primera etapa, que va desde 1952 a 1970, se caracteriza por su pintura al óleo sobre lienzo, mostrando una estética de claroscuros y principalmente figurativa. Explora la representación de costumbres, ruralismo y naturaleza. Sin embargo, Guajardo veía esta etapa más como una expresión de oficio que como el ideal al que aspiraba.

A principios de los años 1970, culminó sus estudios sobre la fórmula de la pintura púnica y ya nunca más empleó otra técnica. Ahora, sus pinturas, presentan una nueva luminosidad y variedad cromática. La paleta de colores cambia, resultando en tonalidades que pueden percibirse como más vivas y luminosas en comparación con las obtenidas con el óleo. La técnica descubierta proporciona fluidez y transparencia, y no presenta la decoloración que puede ser causada por el aceite, especialmente en tonos como el azul. En la obra de Guajardo, tras la adopción de su solución a la pintura púnica, se observa la integración de elementos provenientes de su visión personal y reflexiones internas que no estaban presentes en el periodo anterior. Esta integración se manifiesta en una diversidad de colores, formas y representaciones simbólicas. En sus piezas se identifican temas recurrentes que aluden a conceptos como lo efímero y lo eterno, lo divino y lo terrenal, así como reflexiones sobre lo espiritual y lo metafísico. Esta gama de temas se representan mediante contrastes visuales y juegos con la luz y las sombras. [15]

Temáticas tratadas[editar]

Al analizar el conjunto de sus obras, es posible entender por qué críticos como José Antonio Torreblanca[15] la describen como "temática dispar y antípoda" o Ángel Azpeitia[29]​ que llega a calificarla de "batiburrillo".

Con el objetivo de proporcionar una estructura que facilite su comprensión, es posible clasificar su obra en cuatro temáticas principales que muestran cierta homogeneidad. Además, como orientación de la obra, se añaden los títulos de algunos de los cuadros:

  1. Visiones Místicas y Revelaciones: Esta categoría engloba obras con orientación mística, teológica, filosófica y mitológica. Algunos ejemplos de títulos son "Alma en Tránsito", "Diluvio de Fuego" y "Umbral de Lágrimas". Un cuadro representativo es "Creando al hombre", que, de acuerdo con las interpretaciones, muestra la formación del primer ser humano en una representación teológica y mística.
  2. Visiones de lo Inalcanzable: El artista se enfoca en el cosmos y las profundidades marinas. Obras como "Antimateria" y "Más allá de la Atlántida" se incluyen en esta categoría. El poema "Mundo Errante" complementa esta temática aludiendo a la búsqueda de sentido en el vasto universo.
  3. Entre lo Real y lo Alegórico: Obras que combinan representaciones de la naturaleza con un toque alegórico. "Alma del Bosque" y "Balada de Otoño" son ejemplos de esta categoría. La obra "Cascada de Luz para 7 Amigos" enfatiza la relación entre la naturaleza y la humanidad, y su descripción brinda detalles sobre el espectro de la luz y su relación con el arte.
  4. Mosaico de Momentos: Esta categoría comprende obras que retratan momentos y emociones específicos del artista. Ejemplos de títulos son "Adolescente Bailarina" y "Gernikako Arbola".

Parapsicopintura[editar]

Una vez que comenzó a utilizar la cera púnica para pintar sus cuadros, en gran parte de ellos se observa que no se limitaba meramente a pintar. Para él era un acto de intuición y reflexión que se extendía tanto a la filosofía como a la técnica. Manifestaba su pretensión de trascender el plano físico y según sus palabras:

"El espíritu dormita en la materia, sueña en la planta, se despereza en el hombre y cuando éste despierta será sin angustia en eterno pálpito de destellante luz."

En su visión, cuando el hombre despierte, lo hará sin miedo y en una eterna vibración de luz brillante.

Se autodefinió como un místico y manifestaba que en el momento de ejecutar sus obras se sumergía en un estado de éxtasis. Sugería que lo que emergía en su lienzo no era fruto de su conciencia, sino producto de su habilidad para ir más allá de la pintura a través de la "intui-captación".

Esta visión personal es lo que definía como "parapsicopintura”. Es lo que trasciende al arte de pintar y deriva de la energía vital o el fluido cósmico que emerge y embriaga al artista, llevándolo a un estado de euforia e hipersensibilidad que supera lo racional. [28][30]

Escritos poéticos[editar]

Tal y como manifiesta el propio Guajardo:

Incapacidad de Crear

"En los muy diversos momentos de, sentirme incapaz de crear plásticamente, y sin la plena inspiración de mi celeste musa, nacieron estos escritos poéticos.
Con ellos, fui llenando con pasión y poesía, los infecundos baches del caminar pictórico, en mi marcha de vivir libre con alegría.
Y..., ¡de caminero alerta!, explano mi ruta de existencia cada día, viviendo recónditos senderos, aprendiendo en mis encuentros, esencias puras de la vida."

Incapacidad de Crear

La estrategia adoptada por el artista le ayudó a superar episodios de bloqueo creativo en su pintura y, al mismo tiempo, le facilitó el análisis de sus propias obras. Como resultado, existen escritos que hacen referencia a ciertas piezas artísticas que pueden servir como guías interpretativas para comprender su intención original.

Además de estas guías interpretativas, el autor dejó reflexiones escritas sobre su visión del arte, su percepción del universo y del mundo. Y unos relatos cortos vinculados a su proceso de investigación en la pintura púnica.

En sus textos y poemas, es posible identificar una serie de expresiones de cuño propio que empleaba para articular su comprensión del mundo, tales como: "presta-dado", "intui-captación", "Toding", "cosmo-evolutivo", "razo-navegantes", "cuerdicomios", "arterápia", entre otras.

El pintor ante la crítica[editar]

Pedro Guajardo ha consolidado su legado en el mundo del arte con una obra que ha fascinado y desafiado a críticos y admiradores por igual. Reconocido por la originalidad de su técnica, especialmente su empleo de la cera púnica milenaria, Guajardo ocupa un espacio singular en el arte contemporáneo. Su habilidad para navegar por el amplio espectro cromático ha suscitado elogios y comparaciones con los ilustres maestros del quattrocento. A pesar de la aclamación que ha recibido por su profundo enfoque filosófico y técnico, no ha sido inmune a críticas. La perspectiva de Ángel Azpeitia se destaca como una voz disidente que ha expresado reservas sobre la amalgama de estilos en el trabajo de Guajardo. Aunque los comentarios aquí presentados brindan una visión parcial del diálogo crítico en torno a Guajardo, existen numerosas opiniones de figuras igualmente influyentes que no se han incluido. Sin embargo, esta selección busca ofrecer una muestra representativa de la recepción crítica de su obra.

  • José Antonio Torreblanca (1911—1970) fue Premio Luca de Tena, director de RNE, magistrado del Tribunal Supremo. Escribió: "...temática dispar y antípoda, de un purísimo colorido hechizante, como si de un mago se tratara, que refleja la enigmática constante de su espíritu inquieto y el dominio del espectro." [15]
  • Carlos Areán (1921—1976) fue historiador de Arte, director del MEAC, editor de mas de 600 monografías de artistas de todo el mundo. Escribió: "...obtiene Guajardo toda clase de veladuras, gradaciones y degradaciones con las que su mundo de interpenetraciones cromáticas muy variadas y puras adquieren un aire continuo de evasión..." Artículo completo.
  • Marqués de Lozoya (1893—1978) realizó la presentación de la monografía de Guajardo[15]escribiendo: "...ha heredado el espíritu de artista-artesano de los grandes pintores del quattrocento en Siena y en Florencia: los que realizaban en sus retablos tanto una tarea de orfebrería como una labor de pintura..." Texto completo.
  • Antonio Cobos Soto (1908—2001) fue ilustrador, decano de la crítica de arte española, crítico de arte del diario Ya. Escribió: "...su técnica pictórica, sea de estirpe egipcia, púnica, griega o romana, parece que fue inventada para realzar, no más, las creaciones del mismo." [31]
  • Diego Bardón (1941), llamado "El torero surrealista", fue articulista de Informaciones, Cambio 16 y Diario 16 Escribió: "...al parecer, el único, que emplea la técnica milenaria de la cera púnica, lo que le otorga una capacidad única para trabajar, epatar, confundir, entusiasmar y soliviantar a cuantos se acercan a él con ideas preconcebidas." [32]
  • Francisco José León Tello (1924—2021) fue pianista, musicólogo y teórico de Arte y la Estética española. Escribió: "Guajardo no sólo pinta: intuye y reflexiona. Sus indagaciones se dirigen en una doble dirección, filosófica y técnica. Le preocupa el origen y el desarrollo del cosmos y de la vida." [28]
  • Ángel Azpeitia (1933—2019) fue historiador y crítico de arte, fue responsable de arte para Heraldo de Aragón. Escribió: "Guajardo mezcla mito y poesía, mística y sincretismo religioso, símbolos y expresividad. Batiburrillo legítimable desde luego como búsqueda personal; pero impropio a mi entender para su plástica" [29]
  • Victorino De Carolis. (1914—1974) fue un poeta argentino creador de Los sofosonetos. Escribió: "Uno de los grandes artistas que he podido contemplar en Europa ha sido el español Guajardo, un verdadero genio, para mi propia colección de genios, que está formada por aquellos que además de valer como autores de una obra valen también por la dimensión humana de que son dueños" [33]

Exposiciones[editar]

  • 1972: Galería Aurelia-Villarés, Madrid.[34][35]
  • 1972: Galería Monigry, Cádiz.[16]
  • 1972 - 1990: Galería Bell-Art (exposición permanente).[36][37]
  • 1972: Exposición Nacional de Arte Contemporáneo 1972.[38]
  • 1974: Galerie Claude Jory, París.[19]
  • 1975: Cartel para los Festivales de España.[39][b]
  • 1975: Cartel del XII Festival de la Ópera de Madrid.[20]
  • 1976: Colabora con Galería Passagali[21]​homenaje a Manuel de Falla.
  • 1979: Galería Goya, Zaragoza.[22]
  • 1980—1982: Trayectorias 80, [40]​exposición itinerante París, Londres, Dublín, Copenhague, Múnich, Viena, Estambul, Ankara, Nápoles, Atenas, Amman, Seúl, Bangkok, Nueva Delhi, Camberra. Organizada por la Dirección General de Relaciones Culturales.
  • 1982: 3er Salón de la Danza (París).[41][42]
  • 1986: Egipto por la Cultura y la Paz.
  • 1988: Galería Velázquez, Valladolid.[43]
  • 1999: Instituto Egipcio de Estudios Islámicos y el Comité por la Paz y la Cooperación. 50 aniversario de la creación del Instituto Egipcio de Estudios Islámicos, Madrid.[24]
  • 2001: Fundación Gregorio Sanchez, exposición homenaje.[25]
  • 2017: Universo Guajardo, exposición homenaje.[44]

Véase También[editar]

Anexo: Ampliación sobre "Temáticas tratadas"

Notas[editar]

  1. Sanz Bermejo (1 de noviembre de 1973). «La exposición de la semana». ABC (Madrid). p. 129. incorpora literalmente opiniones declaradas por el Marqués de Lozoya, Carlos Areán, Raúl Chavarri y José Antonio Pérez Torreblanca
  2. a b En 1954, el recién creado Ministerio de Información y Turismo inauguró la Estrategia Nacional de Festivales de España, un proyecto político y una medida gubernamental destinada a propagar la cultura artística, incluyendo teatro, música y danza, por todas las regiones del país. Inspirándose en los festivales que se habían llevado a cabo en Santander en 1952, el objetivo primordial de este plan era fomentar la creación de una red de Festivales Artístico-Populares a nivel nacional. Con la aprobación de esta estrategia, se sentaron las bases para una nueva etapa de difusión cultural en todo el territorio español. Ferrer Cayón, Jesús (08/11/2013). «De los primeros festivales artístico-populares a los festivales de España: el festival internacional de Santander (FIS), 1948-1956». Quodlibet. ISSN 1134-8615. Consultado el 22 de julio de 2023. 

Referencias[editar]

  1. ABC. Madrid, 05-11-1980, página 99
  2. Doerner, Max. «Las Técnicas Pictóricas». Los materiales de pintura y su empleo en el arte. pp. 252-259. Consultado el 30 de junio de 2023. 
  3. a b Marín Marín, F. Javier (1995). «Pintura a la encáustica». Tesis Doctoral. Consultado el 21 de agosto de 2023. 
  4. Olmos Vicente, 1977, p. 12.
  5. Olmos Vicente, 1977, pp. 16-17.
  6. a b Doerner, Max (1998). Los materiales de pintura y su empleo en el arte. Reverte. ISBN 978-84-291-1423-2. Consultado el 08-07-2023. 
  7. Olmos Vicente, 1977, p. 17.
  8. Olmos Vicente, 1977, p. 18.
  9. «Sergio Otzoup (varios)». europeana. Consultado el 7 de enero de 2023. 
  10. ABC. Madrid, España, 30-06-1963, página 82
  11. Hoja del Lunes. A Coruña, España, 05-08-1963, página 8
  12. «Homenaje a Guajardo en ayuntamiento de A Coruña». 
  13. «Pedro Delso Rupérez». Real Academia de la Historia. Consultado el 8 de junio de 2023. 
  14. ABC. Madrid, España, 25-02-1972, página 44
  15. a b c d e f g h Olmos Vicente, Ignacio (1977). Servicio de Publicaciones del Ministerio de Educación y Ciencia, ed. Guajardo, Artistas Españoles Contemporáneos. Madrid: Servicios de Publicaciones del Ministerio de Educación y Ciencia. pp. 12-83. ISBN 84-369 - 0542- 3. Consultado el 06-06-2023. 
  16. a b «Sala Monigry ´6/6/1972, Cádiz, España». 
  17. Alvarez, Daniel (1975). «Pedro Guajardo, un artista que pinta con la técnica de los pintores de los faraones». Agencia EFE. 
  18. ABC. Madrid, España, 13-03-1973, página 61
  19. a b «Guajardo en Galerie Claude Jory, París, Francia». 
  20. a b «Cartel XII Festival de la Opera de Madrid». 
  21. a b ABC. Madrid, España, 10-10-1976, página 103
  22. a b Zapater, Alfonso (16 de octubre de 1979). «Guajardo, el Pintor de la cera púnica». Heraldo de Aragón (España). 
  23. Espinosa Soto, Alejandro (18 de marzo de 1984). «Un español revive la pintura púnica». El Sur (Chile, Concepción). 
  24. a b Tinte, Juan Antonio (3-9/diciembre/1999). «Homenaje a Pedro Guajardo». El Punto de las Artes (España). ISSN 1130-0361. 
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  26. a b González González, Joaquín (2000). «Pintura a la cera: encáustica y derivados en frío». Monografías de arte: 1999-2000. Consultado el 23 de julio de 2023. 
  27. «¿Pintaban con cera los romanos?». Cuaderno de Cultura Cientifica. 
  28. a b c León Tello, Francisco Jose (Julio - Agosto 1981). «Crónica de exposiciones». Goya Revista de Arte (España) (163). 
  29. a b Azpeitia, Angel; García Bandres, Luis J. (21 de octubre de 1979). «Galería Goya: Pedro Guajardo». Heraldo de Aragón (Suplemento) (Zaragoza, España). 
  30. Bardon, Diego (12/07/1975). «Guajardo, Pintor Púnico». Diario Informaciones (España). ISSN 2487-7867. Consultado el 30 de julio de 2023. 
  31. Cobos Soto, Antonio (03/11/1973). «Galería Bell-Art, Pinturas de Guajardo». Diario Ya (España). 
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  34. ABC. Madrid, España, 18-04-1972, página 60
  35. «Presentación en Galería Aurelia». 
  36. ABC. Madrid, España, 06-11-1972, página 70
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  38. Comisaría General de Exposiciones, Ministerio de Educación y Ciencia, D.L. 1972, ed. (1972). Exposición Nacional de Arte Contemporáneo 1972. Madrid. Consultado el 10/06/2023. 
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  41. 3ème salon de la danse (Paris)
  42. «Artistas expositores en el 3º salón de la danza en Paris, 1982». 
  43. «Guajardo en Valladolid». La revista Crónica 3 Las Artes. Abril 1988. ISSN 1988-5180. 
  44. «Universo Guajardo - ‘Pintura Púnica’». Consultado el 24 de julio de 2023. 

Enlaces Externos[editar]


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