Título nobiliario

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Un título nobiliario es un privilegio legal concedido desde antiguo, que distingue a los miembros de la nobleza.

Según Nicolás Maquiavelo, en su 'Historia de Florencia', Libro primero, lo que inició el uso de los títulos que hoy se conocen como 'nobiliarios', fue que, muerto Justiniano, le sucedió su hijo Justino, quien por consejo de su mujer, Sofía, hizo salir de Italia al eunuco Narsés, y en su lugar envió a Longinos, que habitó en Rávena, y dio una nueva organización a Italia: no nombró gobernadores, como habían hecho los godos, que ya estaban fuera de Italia, sino que en todas las ciudades y territorios de alguna importancia puso autoridades a los que llamó 'duques', y puso a Roma bajo el mando de un duque que enviaban cada año desde Rávena. Fue papa Pascual I, en cuyo tiempo los párrocos de Roma comenzaron a llamarse cardenales, y se arrogaron tanta autoridad, sobre todo desde que ellos mismos excluyeron al pueblo de la elección del Pontífice, que raras veces el elegido dejaba de ser uno de ellos. A la muerte de Pascual, fue nombrado papa Eugenio II, del título de santa Sabina. Italia, desde que pasó a manos de los franceses, cambió en parte de forma y de organización, por haber adquirido el papa más autoridad en lo temporal, y por haber introducido ellos el título de condes y de marqueses, lo mismo que antes Longinos, exarca de Rávena, había introducido el de duques.

En Hispania, además de éstos, existieron los títulos denominados 'señoríos', y algunos menos conocidos como 'palanca', o los 'infanzones' que en Aragón equivalían a los 'hidalgos' castellanos, pero esto fue posterior.

Los privilegios otorgados por la nobleza son hoy casi exclusivamente protocolares, e incluso en España deben abonarse derechos para la sucesión hereditaria de un título, habría hoy unos 2850 'títulos nobiliarios', pero durante la Edad Media constituyeron la base del sistema feudal, que tuvo diversas organizaciones y uso del poder en unos y otros países y regiones, y aún dentro de un mismo país, organizando la posesión de la tierra, [a título comparativo, y según declaraciones de uno de sus miembros, el total de propiedades de la casa de Alba hacia el año 2008 era de 24.000 (veinticuatro mil) hectáreas] y las relaciones de vasallaje. Hoy sobreviven únicamente en los países de régimen monárquico: Bélgica, Dinamarca, España, Liechtenstein, Luxemburgo, Mónaco, Noruega, Países Bajos, Reino Unido y Suecia, así como en la Santa Sede.

Los títulos nobiliarios tienen, en su mayor parte, carácter hereditario. La sucesión recae en el hijo o hija primogénito del anterior poseedor y su uso se extiende a los consortes legítimos y a los cónyuges viudos mientras no contraigan nuevas nupcias.

En la mayoría de los países que mantienen una legislación nobiliaria en vigor, como España o Reino Unido, los títulos no pueden ser objeto de transacciones comerciales y su uso indebido o usurpación están penalizados por la Ley.

Abolición de la nobleza

El Perú, al haber sido durante más de doscientos años el virreinato más grande de Sudamérica, era el país que más títulos nobiliarios tenia. El Libertador Don José de San Martín propuso cambiar los títulos de Castilla por los denominados "Títulos del Perú" para la nobleza en el Perú, pero su proyecto fracasó al elegir el país el sistema republicano. Luego Simón Bolívar[1]​ abolió de hecho todos los títulos nobiliarios peruanos que ya habían sido cuestionados por el Congreso Peruano el 11 de noviembre de 1823, mientras todavía el poder español tenía el control de la mayor parte del territorio peruano.

En Argentina, los títulos nobiliarios fueron abolidos por la Asamblea del Año XIII (1813) y en Chile, el Libertador Bernardo O'Higgins decretó la abolición de todos los títulos de nobleza y la destrucción de los escudos de armas de las fachadas de las casas e insignias el 22 de marzo de 1817.

Muchos países europeos tienen legalmente abolida la nobleza. Así no existe en Portugal desde 1910 tras la Revolución del 5 de octubre de 1910 y en Rusia desde 1917 tras la Revolución rusa. Tampoco en los países derrotados en la Primera Guerra Mundial: los resultantes del disuelto Imperio austrohúngaro en 1919,[2][3]​ del alemán también desde 1919 y del otomano en 1923 con el nacimiento de la República de Turquía. Se da la excepción de Hungría que continuó teniendo estatus de Reino, por lo que no se abolieron los títulos hasta 1947 tras la Segunda Guerra Mundial y su conversión en una República.[4][5]​ Posteriormente al conflicto finalizó la nobleza en Italia, desde 1947[6]​ o en Grecia, desde 1974, tras el referéndum que dio paso a la República y promulgación de una nueva constitución.[7]​ En dichos países los títulos nobiliarios quedaron abolidos y su uso no es reconocido por ninguna institución de dichos estados, estando en algunos casos legalmente prohibido su uso como en Austria, incluyendo los títulos de países extranjeros,[8][9]​ mientras que en otros como Alemania el título pasó a convertirse en el apellido con la partícula "Von".

En España los títulos nobiliarios fueron legalmente abolidos durante la II República, mediante la Constitución aprobada el 9 de diciembre de 1931. En el artículo 25 decía "El Estado no reconoce distinciones y títulos nobiliarios"[10]​ Esta abolición finalizó de facto en 1939 si bien no se hizo efectiva hasta la promulgación de nuevas leyes franquistas en 1947. La vigente Constitución Española de 1978, reconoce al rey el derecho a otorgar honores con arreglo a las leyes, en este marco se encuadra la actual legislación nobiliaria española. Los poseedores de títulos nobiliarios así como sus consortes legales y los cónyuges viudos pueden hacer uso de sus títulos y defenderlos frente a terceros sin más privilegio que el tratamiento protocolario de excelentísimos señores a los Grandes de España y de ilustrísimos señores al resto de la nobleza titulada.

En Francia fueron abolidos en varias ocasiones y restaurados posteriormente desde la Revolución francesa hasta la III República en 1870. Actualmente, pese a no tener ningún privilegio, son legales algunos títulos y están regulados desde 1986 por el Ministerio de Justicia a través de la Oficina de Derecho Civil General (Bureau du droit civil général).

Véase también

Referencias