María Ana de Braganza, Gran duquesa de Luxemburgo

María Ana de Braganza
	; María Ana de Braganza, Gran duquesa de Luxemburgo.
Gran Duquesa consorte de Luxemburgo
	17 de noviembre de 1905 – ; 25 de febrero de 1912; (6 años)
Predecesor	Adelaida María de Anhalt-Dessau
Sucesor	Félix de Borbón-Parma
Información personal
Otros títulos	Infanta de Portugal
Nacimiento	13 de julio de 1861; Bronnbach, Württemberg
Fallecimiento	31 de julio de 1942; (81 años); Nueva York, Nueva York,; Estados Unidos
Sepultura	Catedral de Santa María de Luxemburgo
Religión	Catolicismo
Familia
Casa real	Casa de Braganza; Casa de Nassau; (Por matrimonio)
Padre	Miguel I de Portugal
Madre	Adelaida de Löwenstein-Wertheim-Rosenberg
Cónyuge	Guillermo IV de Luxemburgo
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Infanta María Ana de Portugal (13 de julio de 1861 - 31 de julio de 1942) fue una Infanta de Portugal, y la Gran Duquesa consorte de Luxemburgo y su regente. Ella fue miembro de la Casa de Braganza.

Nacida en el Castillo de Bronnbach, Wertheim am Main, Reino de Württemberg, la Infanta María Ana fue el quinto hijo del depuesto rey Miguel I de Portugal y de su esposa, la princesa Adelaida de Löwenstein-Wertheim-Rosenberg. Como tal, fue titulada desde su nacimiento como Infanta de Portugal. En el momento de su nacimiento, su padre había sido exiliado, y la familia vivía en calidad de invitados en el Imperio austro-húngaro.

A pesar de las circunstancias difíciles, todas las hijas de Miguel hicieron buenos matrimonios, algunos con monarcas reinantes y depuestos.

Antes de su matrimonio con Guillermo IV, Gran Duque de Luxemburgo, fue considerada por el emperador Francisco José I de Austria como una novia adecuada a su único hijo y heredero Rodolfo, el príncipe heredero de Austria, pero no se gustaron, y ella permanecería soltera los años venideros. La Infanta María Ana se casó el 21 de junio de 1893 en el Castillo de Fischhorn, Zell am See, con Guillermo, Gran Duque Heredero de Luxemburgo, el hijo mayor y heredero de Adolfo, Gran Duque de Luxemburgo, Jefe de la Casa de Nassau. Guillermo era de confesión protestante, pero se convino en que las niñas se criasen en la fe católica de su madre, porque esa era la religión de la gran mayoría de la población de Luxemburgo.