Leandro Antonio Alén

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Esta es una versión antigua de esta página, editada a las 23:32 27 ago 2014 por Fertejol (discusión · contribs.). La dirección URL es un enlace permanente a esta versión, que puede ser diferente de la versión actual.

Plantilla:Ficha de senador Leandro Antonio Alen (Buenos Aires, 12 de marzo de 1795ibídem, 29 de diciembre de 1853) fue un pulpero y militar argentino, padre de Leandro Alem e integrante de la Sociedad Popular Restauradora (más conocida como Mazorca) que tuvo un rol importante en el esquema de las fuerzas armadas que respondían a Juan Manuel de Rosas. Fue Alférez de Milicia durante la gobernación de Manuel Dorrego y Vigilante de Regimientos a Caballo en la de Rosas. Fue fusilado en 1853 luego de que fracasase el Sitio de Buenos Aires. Su nieto Hipólito Yrigoyen fue presidente de la República.

Primeros Años

Nace en 1795 como resultado de la relación del gallego Francisco Alén y de la porteña María Isabel Ferrer. Desde joven se suma a la causa federal y en 1827 es nombrado Alférez de Milicia por Manuel Dorrego, cuando éste se convierte en Gobernador de Buenos Aires en ese mismo año.

El 30 de septiembre de 1825 se casa con Tomasa Ponce Gigena, una mujer bella y joven de antepasados indígenas.

Entre 1826 y 1852 nacieron sus hijos José Gregorio, Marcelina Antonia, José Severino, Luisa, Diego Hipólito, Leandro, Tomasa y Lucio.

Durante el rosismo

En 1829 es destituido de su cargo de Alférez por el recientemente asumido gobernador Juan José Viamonte. Sin embargo, el 8 de diciembre de ese mismo año, Viamonte es remplazado por Juan Manuel de Rosas, que lo nombra Vigilante de Regimientos a Caballo.

A mediados de la década de 1830 comienza a sufrir algunos problemas psicológicos que lo alejan temporalmente de la policía y lo llevan a dedicarse a su pulpería en Balvanera.

En la década de 1840, con el poder de Rosas desgastado y con un tenso clima social, ingresa a la La Mazorca, la fuerza parapolicial de la Sociedad Popular Restauradora, e integra la división policial encabezada por Ciriaco Cuitiño.

Hacia finales de esa década vuelve a tener problemas de estabilidad emocional, lo que lo lleva a cometer una serie de incidentes por los cuales es procesado y puesto en prisión.

Rosas lo indulta, pero Alen queda definitivamente afuera de la policía. De todas formas, Cuitiño, que se había hecho su amigo, le sigue garantizando un sueldo.

Luego de esto, vuelve a ocuparse de su pulpería.

Caída de Rosas

En febrero de 1852 se libra la batalla de Caseros, donde Rosas es derrotado por una coalición anti-porteña e inicia su camino al exilio. Justo José de Urquiza entra en Buenos Aires sin ensañarse con los partidarios del régimen depuesto, sino que por el contrario, resaltando su condición de federal y luciendo una cinta rojo punzó.

Esto genera la paradójica situación que muchos ex-rosistas terminan alineándose con el federalismo de Urquiza, entre ellos el propio Alen.

Sitio de Buenos Aires

En 1852 se suma a las tropas del coronel rosista Hilario Lagos en la campaña para tomar definitivamente la Ciudad de Buenos Aires, en manos de los unitarios.

Tras la victoria unitaria en 1853, Cuitiño y Alen, al igual que varios integrantes del ejército de Lagos, se presentan a las autoridades porteñas con la certeza de que solo recibirían una pena leve, pero fueron inmediatamente encarcelados y condenados a muerte.

Muerte

Tras permanecer casi 6 meses en prisión, en diciembre de 1853 es trasladado a Plaza de Mayo (por entonces Plaza Monzerrat) junto a otros prisioneros para ser ejecutado.

La siguiente es una descripción de la ejecución realizada por el fallecido historiador radical Félix Luna:

Cuitiño se muestra altanero, cambiando insulto por insulto, mirando de frente, como cuando era el jefe de policía del Restaurador. Leandro Antonio está quebrado, al borde del desmayo o de uno de esos traidores ataques que tanto lo habían perturbado en su vida. Colocan los banquillos cerca del foso, frente a la calle sucio y sin empedrado. Un oficial da órdenes a un pelotón desaliñado con tono monocorde, como si lo trágico fuero banal en esa Buenos Aires de mediados de siglo. Preparen, apunten, fuego: las armas se descargan sobre los pechos de los condenados, la sangre se mezcla en la tierra seca de la plaza.

El cuerpo de Alen es colgado en la horca para las cuatro horas de exposición pública que ordenaba la sentencia judicial.

Su hijo de 11 años, Leandro Alen, observa todo desde la plaza. Ese recuerdo lo perseguirá por el resto de su vida y lo llevará a cambiar la última letra de su apellido, pasándose a llamar Leandro Alem.

Luego de la muerte de Alen, solo sobrevivirán –en la pobreza– sus hijos Leandro y Lucio, sus hijas Marcelina, Luisa y Tomasa, y su esposa, que desde ese momento se dedicará a fabricar pasteles para mantener a lo que había quedado de la familia.

Bibliografía

Chávez, Fermín (1970). Iconografía de Rosas y de la Federación. Buenos Aires. 
Cutolo, Vicente Osvaldo (1985). Nuevo Diccionario Biográfico Argentino. Buenos Aires. 
Turone, Gabriel O. El Ultimo Mazorquero de la Santa Federación. 
Luna, Félix (2004). Yrigoyen. Buenos Aires.