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Instituto Internacional de Madrid

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El Instituto Internacional de Madrid fue fundado en 1903, por Alice Gordon Gulick (1847-1903), que no lo vería en su nuevo emplazamiento, ya que antes estaría ubicado en Santander, San Sebastián y Biarritz, Francia.[1]

La Constitución española de 1869 proclamó la libertad de cultos para España. Animados por esta nueva ley, grupos de misioneros protestantes vinieron a España. Entre ellos, el matrimonio norteamericano William Gulick y su esposa Alice Gordon Gulick. Llegaron en 1871 y fundaron en Santander una misión con muchas dificultades pues, a pesar de la nueva ley, los prejuicios religiosos todavía dominaban en las provincias españolas, como escribe Benito Pérez Galdós en su novela Doña Perfecta, del año 1876.

En un primer momento, Alice Gordon Gulick fundó un pequeño internado para chicas en su propia casa. Así sembró la semilla que más tarde fructificaría en el Instituto Internacional, institución que inscribió en el Commonwealth de Massachusetts como una asociación benéfico docente sin ánimo de lucro. La incorporación oficial del Instituto en 1892, coincidió con el cuarto centenario del descubrimiento de América.[2]

En 1892 el colegio de los Gulick se trasladó a San Sebastián con el nombre de Colegio Norteamericano donde permaneció durante quince años, hasta que la guerra entre España y los Estados Unidos interrumpió temporalmente sus actividades en esa ciudad.

Durante sus años en San Sebastián el colegio recibió alumnas de toda la Península, así como de otros países. Para sus actividades contó con la cooperación de profesoras graduadas en colleges femeninos del este de los Estados Unidos, principalmente de Smith, Mount Holyoke y Wellesley.

Alumnas preparadas en el Colegio Norteamericano empezaron a presentarse por libre a los exámenes en el Instituto de Guipúzcoa en San Sebastián, y obtener su título de bachiller. Dos de estas alumnas se prepararon para examinarse por libre en la Universidad de Madrid para obtener la Licenciatura en Filosofía y Letras. En 1897, después de los exámenes reglamentarios, recibieron el título de licenciadas. Sorprendidos los catedráticos al notar la sólida preparación de las dos muchachas, les preguntaron quién las había preparado.[3]

El matrimonio Gulick había establecido relación con D. Gumersindo Azcárate, con D. Francisco Giner de los Ríos y con el D. Manuel Cossío, tres educadores que admiraban los métodos de enseñanza del Colegio, muchos más modernos que los de la España de entonces y similares a los que la Institución Libre de Enseñanza había implantado. Admiraban así mismo la tolerancia que permitía que niñas católicas y protestantes se albergaran bajo el mismo techo y estudiaran juntas. Fueron estos señores los que persuadieron a los Gulick que se establecieran en Madrid.

Por motivo de la guerra Hispano-Americana que empezó en abril de 1898, y por consejo del Cónsul de los Estados Unidos, se trasladó el Colegio Norteamericano a Biarritz. Ninguno de los padres de las alumnas solicitó que sus hijas regresaran a España. El Colegio permaneció en Francia hasta el otoño de 1903.[4]

En 1901 los Gulick hicieron su primer viaje a Madrid y adquirieron, aconsejados por Azcárate, su abogado y consejero, el hotelito en la esquina del Paseo del Obelisco (hoy Martínez Campos) con la calle Fortuny, local ocupado hoy por la Fundación Ortega y Gasset. Para 1903 la casa de Fortuny ya estaba restaurada, el Colegio del Instituto pudo trasladarse a Madrid desde Biarritz. En septiembre de ese mismo año moría en Inglaterra Alice Gordon Gulick y la casa de Fortuny se inauguró con su funeral.

En enero de 1903 se había celebrado en la Old South Church de Boston una reunión para reunir fondos para la construcción de un segundo edificio, con amplias salas de clase, laboratorios y biblioteca. Estos fondos se destinaron para construir el presente edificio en Miguel Angel, 8. Se terminó la construcción en 1910, año en que se le encargó la dirección del Instituto a Susan Huntington, graduada de Wellesley.

En los años 20 y 30 se convirtió en uno de los centros culturales más importantes de Madrid, sirviendo de modelo y colaborando estrechamente con la Junta para Ampliación de Estudios en dos proyectos pioneros de la renovación pedagógica en España: la Residencia de Señoritas y Instituto-Escuela.

Susan Huntington transformó el Instituto: amplió sus programas y llegó a abarcar desde el kindergarten hasta el fin del bachillerato. Preparaba a las alumnas para la Normal y para el Conservatorio de música. Poco a poco fue atrayendo la atención de intelectuales y educadores. Figuras como José Ortega y Gasset, Rafael Altamira, Juan Ramón Jiménez, Manuel Gómez Moreno, Ramón Menéndez Pidal, entre otros, pronunciaron conferencias en su Paraninfo. En 1914, la joven educadora María de Maeztu entró a formar parte del profesorado del Instituto.[5]

El Instituto permaneció fiel al nombre con que se inscribió originalmente en Boston el año de 1892. Para 1916, sus 25 alumnas internas eran españolas, peruanas, puertorriqueñas, húngaras, portuguesas, francesas y norteamericanas.

En 1907, por la influencia de los educadores de la Institución Libre de Enseñanza, se creó la Junta para la Ampliación de Estudios, centro oficial que inició su labor con la creación del patronato de pensiones y la continuó con la fundación de la Residencia de Estudiantes, inicialmente establecida en 1910 en la calle Fortuny y más tarde trasladada a su presente local en la calle del Pinar.

D. José Castillejo, secretario de la Junta, pidió la cooperación del Instituto para dar alojamiento a las estudiantes de los cursos de verano para extranjeros creados por la Junta.

En 1917, quizá impulsada por la dificultad de conseguir fondos en los Estados Unidos para la educación de las jóvenes españolas debido a la Gran Guerra del 14, se inició una íntima colaboración con la Junta que continuó hasta 1936. El Instituto le alquiló sus locales por una suma nominal. En esos locales funcionaron la Residencia de Señoritas y, a partir de 1918, en Miguel Angel, 8, el recién creado Instituto-Escuela.

La colaboración del Instituto Internacional con la Junta no se limitó a la utilización de sus locales. El Instituto se encargó del internado de niñas del Instituto-Escuela, así como de las clases de inglés.

El Instituto Internacional y la Residencia de Señoritas trataban de llenar los vacíos que dejaba la universidad. Bajo la dirección de Mary Loise Foster, de Smith College, se organizaron cursos de laboratorio de química, ya que a las mujeres no se les permitía asistir a los de la universidad.

En 1920, María de Maeztu organizó en la biblioteca de Miguel Angel, 8, el primer club de mujeres, el Lyceum Club, en el que se agruparían las mujeres intelectuales y profesionales de Madrid.

En 1925 se estableció una residencia para mujeres que venían a Madrid a estudiar, casi enfrente del Instituto, en la calle Fortuny. María de Maeztu fue su directora.

En 1930, el primer grupo de estudiantes norteamericanos del tercer año (juniors) de un college norteamericano llegó al Instituto para estudiar y perfeccionar la lengua española y para estudiar la cultura e Historia de España.

El Instituto, siempre alerta a los vacíos en la educación española, organizó los primeros cursos de biblioteconomía para preparar bibliotecarias y archiveras que sirviesen al público lector e investigador. Se enseñó el método de catalogación de Dewey.

Los años de la República fueron de constante expansión de la educación en todos los niveles. Se dio un nuevo impulso a la educación de la mujer y se multiplicaron las graduadas universitarias en todas las Facultades. Este impulso renovador se vio truncado al iniciarse en España la guerra civil en 1936.

Para evitar que sus propiedades fuesen confiscadas por la Falange, que ya había utilizado algunas para alojar un grupo de chicas de la Juventud Hitleriana, el Embajador de los Estados Unidos, Carlton Hayes,[6]​ alquiló Miguel Angel, 8, para utilizarlo como archivo. El contrato por tres años se renovó por otros tres.

Al caducar el contrato en 1950, la Corporación, que rige al Instituto Internacional desde Boston, tuvo que decidir cómo iba a utilizar el edificio de Miguel Angel, 8.

Desde 1940 funcionaba en Madrid un centro, el Colegio Estudio, fundado por tres profesoras del Instituto-Escuela: Jimena Menéndez Pidal, Ángeles Gasset, y Carmen García del Diestro. Estudio trataba de mantener en Madrid un refugio para la educación liberal en consonancia con la tradición y los principios del Instituto-Escuela. Necesitaba más espacio, pero no contaba con los fondos necesarios para alquilarlo. El Instituto, siembre dispuesto a ayudar proyectos educativos de valor, puso a disposición de Estudio la mitad del edificio. No se les cobraba alquiler. Solamente tenían que pagar la mitad de los gastos de mantenimiento de la casa. Hasta hace muy poco, los cursos de COU del Colegio Estudio se enseñaron en Miguel Angel, 8.

Numerosos profesores que habían perdido su cátedra por razones políticas, encontraron cabida en la enseñanza de asignaturas para los grupos norteamericanos que utilizaban Miguel Angel, 8 como su sede.

Superada la crisis de los años 70, cuando la Corporación votó clausurar el Instituto por falta de fondos, la década de los 80 vio renacer viejos programas y aparecer otros nuevos.

A partir de los años 80, el Instituto Internacional se ha convertido en uno de los centros más importantes de Madrid donde acuden cientos de alumnos norteamericanos a estudiar la lengua española, historia y cultura de España, literaturas hispánicas y muchas otras asignaturas relacionadas con este país. En el Instituto Internacional recibimos alumnos de siete universidades y colleges de los Estados Unidos.

El Instituto Internacional en España continúa favoreciendo sus dos objetivos fundamentales: el intercambio cultural entre España y los Estados Unidos de América y la educación de la mujer.

Su misión consiste en mantener y desarrollar una Biblioteca que refleja su interés en la cultura española y norteamericana. Organiza y patrocina actividades culturales tales como coloquios, conciertos, seminarios y ciclos de cine que abarcan disciplinas como las artes, humanidades, pedagogía, ciencias, tecnología, y ciencias sociales. También ofrece un Programa de Lengua y Cultura Norteamericana. A través de iniciativas como la Beca Ruth Lee Kennedy, el Instituto apoya la investigación en campos relacionados con su misión.

Referencias

Enlaces externos