High Frequency Active Auroral Research Program

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Vista aérea del HAARP
Antenas del HAARP

El High Frequency Active Auroral Research Program o HAARP (programa de investigación de aurora activa de alta frecuencia) es un programa ionosférico, financiado por la Fuerza Aérea y la Marina de los Estados Unidos, la Defense Advanced Research Projects Agency (DARPA) y la Universidad de Alaska.[1]​Su objetivo es estudiar las propiedades de la ionosfera y potenciar los avances tecnológicos que permitan mejorar su capacidad para favorecer las radiocomunicaciones y los sistemas de vigilancia (tales como la detección de misiles).[2]

Las actividades del programa se realizan en la Estación de Investigación de HAARP (en inglés, HAARP Research Station), una instalación situada cerca de Gakona, en Alaska.

El principal dispositivo de la Estación HAARP es el instrumento de investigación ionosférica (IRI, acrónimo en inglés), un potente radiotransmisor de alta frecuencia que se emplea para modificar las propiedades en una zona limitada de la ionósfera. Los procesos que ocurren en dicha zona son analizados mediante otros instrumentos, tales como radares UHF, VHF y de sondeo digital, y magnetómetros de saturación y de inducción.

La Estación HAARP empezó a funcionar en 1993. El IRI actual opera desde el año 2007 y su contratista principal fue BAE Advanced Technologies. Hasta 2008, HAARP había gastado aproximadamente 250 millones de dólares, financiados con impuestos para su construcción y costos operacionales.[3]

El proyecto ha sido culpado por teóricos de la conspiración como causante de una amplia gama de eventos, incluyendo numerosos desastres naturales. Sin embargo, varios científicos y académicos han comentado que el HAARP es un blanco atractivo para dichos conspiracionistas debido a que, en palabras del investigador informático David Naiditch, "su finalidad parece enigmática para los que tienen poco conocimiento científico".[4]

Generalidades

Las instalaciones del proyecto HAARP consiste de 180 antenas en alrededor de 35 acres (0,14 km2; 14 hectáreas).

El sistema transmisor de alta frecuencia es capaz de producir aproximadamente 3,6 megavatios (MW)de potencia de radiofrecuencia. Para lograr ese grado de linealidad, los transmisores operan a una eficiencia de sólo aproximadamente 45%. Además, los generadores diesel deben suministrar energía a otro equipo utilizado por las emisoras, incluyendo el sistema de refrigeración y las estaciones de bajo nivel de amplificación. Como resultado, aproximadamente 10 MW de energía principal se requiere cuando el sistema transmisor está funcionando a plena potencia.

La investigación desarrollada por parte del proyecto HAARP se divide principalmente en dos ramas:

  1. El estudio de los procesos básicos naturales que se producen en la ionosfera bajo la influencia natural. Incluyendo el estudio de cómo la ionosfera natural afecta a las señales de radio, esto con el objetivo de desarrollar tecnología que permita mitigar estos efectos para mejorar la fiabilidad y/o el rendimiento de la comunicación y los sistemas de navegación.
  2. Desarrollo de tecnología para utilizar los efectos producidos por las interacciones ionosféricas.

La importancia de la investigación ionosférica en la actualidad

Aunque nuestra sociedad ha aprendido a usar las propiedades de la ionosfera a su favor durante el siglo pasado, todavía hay mucho que aprender acerca de su física, su composición química, y su respuesta dinámica a la influencia solar. Gran parte del estudio actual se basa en la observación del efecto de la ionosfera sobre sistemas de comunicación.

La ionosfera afecta a nuestra sociedad en muchos aspectos:

  • Emisoras internacionales como la Voz de América (VOA) y la British Broadcasting Corporation (BBC) todavía utilizan la ionosfera para reflejar las señales de radio hacia la Tierra para que sus programas puede ser escuchados en todo el mundo. La ionosfera provee capacidades de largo alcance para comerciales de buque a costa de los enlaces de comunicaciones, aviones transoceánicos y para la comunicación militar y sistemas de vigilancia.
  • Las señales transmitidas hacia y desde satélites para la comunicación y la navegación debe pasar a través de la ionosfera. Irregularidades ionosféricas pueden tener un impacto importante en el rendimiento de los sistemas y su fiabilidad.
  • Recientemente, se ha hecho posible producir simulaciones por computadora de los procesos ionosféricos. El desarrollo de estas visualizaciones nos han permitido ver y apreciar la enorme variabilidad y la turbulencia que se produce en la ionosfera durante una tormenta geomagnética solar mayor y los efectos resultantes que pueden afectar a las comunicaciones de radio y sistemas de navegación.

Teorías de conspiración

Este proyecto ha sido objeto de críticas por numerosas teorías de conspiración, acusándosele de ocultar su verdadero propósito. A mediados de los años 1990 fue objeto de controversia debido a la hipótesis de que las antenas de la Estación podrían usarse como armamento. En agosto de 2002, la tecnología HAARP tuvo una mención como tema crítico en la Duma (parlamento) de Rusia. La Duma elaboró un comunicado de prensa sobre el programa HAARP, escrito por los comités de defensa y asuntos internacionales, firmado por 90 representantes y presentado al entonces presidente Vladímir Putin. El comunicado de prensa indicaba lo siguiente:

"Los Estados Unidos están creando nuevas armas integrales de carácter geofísico que puede influir en la tropósfera con ondas de radio de baja frecuencia... La importancia de este salto cualitativo es comparable a la transición de las armas blancas a las armas de fuego, o de las armas convencionales a las armas nucleares. Este nuevo tipo de armas difiere de las de cualquier otro tipo conocido en que la tropósfera y sus componentes se convierten en objetos sobre los cuales se puede influir".[5]

Sin embargo, el equivalente ruso Sura, es una instalación similar pero unas 50 veces más potente que HAARP (180 MW frente a 3,6 MW). El Parlamento Europeo, por su parte, en una resolución del 28 de enero de 1999 sobre ambiente, seguridad y política exterior (A4-0005/1999),[6]​ señalaba que debido a los potenciales efectos de las actividades realizadas por el proyecto HAARP, éstas eran de trascendencia y envergadura mundial, por lo que solicita que sea objeto de una evaluación por parte de STOA en lo que se refería a sus repercusiones sobre el medio ambiente local y mundial y sobre la salud pública en general. En esa misma resolución del Parlamento Europeo, se pedía que se celebrara una convención internacional para la prohibición mundial de cualquier tipo de desarrollo y despliegue de armas que puedan permitir cualquier forma de manipulación de seres humanos. La controversia continuó en 2010, cuando varios físicos rusos acusaron a EE. UU. de estar tras la intensa ola de calor rusa que originó numerosos incendios y duplicó la mortalidad. Afirmaban que el proyecto HAARP no es solo un medio de investigación, sino una potente arma que modifica el campo eléctrico y provoca cambios climáticos a nivel mundial.[7]

Sobre las controversias, el periodista Sharon Weinberger llamó al HAARP "el Moby-Dick de las conspiraciones" debido a la gran desinformación sobre su potencial científico,[8]​ refiriéndose sobre un estudio que al respecto aparecido en la revista Nature, el cual analizaba el potencial de HAARP como centro de investigación ionosférico.[9]​ A su vez, el investigador informático David Naiditch denominó a este como "un imán de teorías conspiranoicas", descalificando y satirizando la posición de dichos conspiracionistas en algunas de sus declaraciones.

A HAARP se le ha culpado en ocasiones por accionar catástrofes de proporciones bíblicas tales como inundaciones masivas, sequías devastadoras, potentes huracanes, tornados y tormentas eléctricas, y devastadores terremotos en Afganistán y las Filipinas, dirigidos a la agitación de terroristas. A HAARP también se le ha acusado de haber causado los principales apagones en el oeste norteamericano, la caída del vuelo 800 de TWA, enfermedades misteriosas como el Síndrome del Golfo o el Síndrome de fatiga crónica. Algunos afirman que HAARP es un aparato de control mental que provoca la alienación de los jóvenes, como los que causaron la masacre del Instituto Columbine y en otros lugares (inclusive se venden dispositivos que bloquean las emisiones del HAARP que alteran la mente). Se ha descrito como un arma capaz de hacer un escudo antimisiles, o como un rayo de la muerte que podría convertir el planeta Tierra en un lugar inhabitable, se ha dicho que interfiere con las migraciones de las aves, que es un arma diabólica fabricada por las fuerzas del Anticristo, un disruptor de comunicaciones global, un aparato que causaría que la tierra girase fuera de control y que es un sistema vinculado a actividades de ovnis.
David Naiditch en eSKEPTIC[4]

Los teóricos de la conspiración también han sugerido vínculos entre el HAARP y el trabajo de Nikola Tesla. Según Naiditch, HAARP es un blanco atractivo para los teóricos de la conspiración porque "su finalidad parece enigmática para los ignorantes en ciencia". Hasta el momento, en ningún lugar que apoye las "Teorías de la Conspiración" se ha mostrado cómo sería posible que las ondas de radiofrecuencia producidas por el HAARP puedan provocar efectos tales como terremotos. Ningún experimento científico avala esa conjetura.

Véase también

Referencias

  1. «HAARP Fact Sheet». HAARP. 15 de junio de 2007. Archivado desde el original el 30 de mayo de 2012. Consultado el 27 de septiembre de 2009. 
  2. «Purpose and Objectives of the HAARP Program». HAARP. Archivado desde el original el 30 de mayo de 2012. Consultado el 27 de septiembre de 2009. 
  3. "Heating Up the Heavens." Weinberger, Sharon. Nature. Volume 453. 24 de abril 2008. [1]
  4. a b Naiditch, David (Spring 2003). «Is baked Alaska half-baked?» (en inglés). Skeptic Magazine. 
  5. «Russian parliament concerned about U.S. plans to create qualitatively new weapons». News Bulletin (Moscow: Interfax). 8 de agosto de 2002. 
  6. Informe sobre medio ambiente, seguridad y política exterior
  7. «1». 
  8. Weinberger, Sharon (25 de abril de 2008). «The Strange Life and Times of HAARP». Wired Magazine. Consultado el 21 de enero de 2010. 
  9. Weinberger, Sharon (23 de abril de 2008). «Atmospheric physics: Heating up the heavens». Nature. Consultado el 21 de enero de 2010. 

Enlaces externos