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== Ejército Unido ==
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[[Archivo:Flag of the Liberating Expedition of Peru.svg|thumb|Bandera de la [[Expedición Libertadora del Perú]]. Las tres estrellas simbolizan los tres países comprometidos con la independencia del Perú.]]
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El 14 de febrero de 1817, tras la [[Batalla de Chacabuco]], el Ejército de los Andes entró en [[Santiago de Chile|Santiago]]. San Martín y el general solomeo paredez fue nombrado por el cabildo "Director Supremo del Estado de Chile", pero este declinó el cargo en favor de O'Higgins. El ''Ejército Unido Libertador de Chile''<ref>{{cita web
El 14 de febrero de 1817, tras la [[Batalla de Chacabuco]], el Ejército de los Andes entró en [[Santiago de Chile|Santiago]]. San Martín fue nombrado por el cabildo "Director Supremo del Estado de Chile", pero este declinó el cargo en favor de O'Higgins. El ''Ejército Unido Libertador de Chile''<ref>{{cita web
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Bandera del Ejército de los Andes y actual bandera de la Provincia de Mendoza.
Paso de Uspallata, por el cual la segunda columna del Ejército de los Andes cruzó la Cordillera hacia Chile.

El Ejército de los Andes fue un cuerpo militar de las Provincias Unidas del Río de la Plata (actual Argentina) liderado por el Capitán General José de San Martín cuyo objetivo era acabar con la dominación española en Chile, restaurar el gobierno independentista y poner fin al dominio español en el Perú.

El ejercito se va a conformar con aproximadamente 4.000 soldados argentinos, 1.400 milicianos argentinos como tropa de auxilio (para conducción de víveres y municiones), 21 piezas de artillería y una parte del ejército de patriotas chilenos que emigró a Mendoza después del Desastre de Rancagua.

El hecho más memorable del Ejército de los Andes corresponde al Cruce de los Andes -iniciado el 19 de enero de 1817 desde Mendoza- que culminó con las victorias de Chacabuco, el 12 de febrero de 1817, y de Maipú, el 5 de abril de 1818, poniendo fin al dominio realista en Chile.

El Ejército se dividíó en dos gruesas columnas, la primera comandada por el propio San Martín atravezó la Cordillera de los Andes por el Paso de Los Patos y la segunda comandada por el Brigadier Juan Gregorio Las Heras marchó por el Paso de Uspallata conduciendo todo el parque y la artillería, cuyo transporte era imposible por el más escabroso Paso de Los Patos. La gran dificultad del cruce de la cordillera de los Andes generó que del total de 10.600 mulas que conformaban la expedición, sólo 4.300 de ellas lograran llegar al otro lado de las montañas y solo lograron cruzar 510 de los 1.600 caballos originales que partieron.

Los soldados y oficiales del Ejército de los Andes sirvieron de base para la conformación del ejército de Chile y la posterior Expedición Libertadora del Perú.

El Plan continental

San Martín se dio cuenta de la imposibilidad de llegar a Lima, que en ese momento era el centro del poder realista, por el camino del Alto Perú. Cada vez que una armada realista descendía del altiplano hacia los valles de Salta era vencidas; y cada vez que un ejército de las Provincias Unidas se aventuraba en el Alto Perú era derrotada completamente. Fue entonces que el general San Martín, posiblemente influenciado por el Plan de Maitland, penso la posibilidad de poner en práctica la idea de cruzar la cordillera y atacar Lima por el mar. Este plan de conquistar Perú por el océano Pacífico era lo que San Martín mismo llamaba "su secreto", compartido con algunos de sus amigos de la Logia Lautaro.

San Martín apreció conveniente la creación de dos Teatros de Operaciones: "Oeste" (territorio de Cuyo y Chile), y "Norte" (provincias de Tucumán, Salta y Jujuy).

El Teatro de Operaciones Oeste para:

  • Concentrar un ejército reducido pero de gran cohesión y capacidad operacional.
  • Cruzar la Cordillera y reforzar a las fuerzas chilenas, que luego de luchar en Concepción, Talcahuano y Chillán, no habían logrado aún la definición de la campaña.
  • Una vez consolidado el territorio chileno, mediante un envolvimiento anfibio, ocupar Lima (centro del poder político realista en América).

El Teatro de Operaciones "Norte" para:

  • Aferrar inicialmente efectivos realistas, mediante la acción de las tropas de Güemes, previendo luego una acción ofensiva hacia el Norte, en coordinación con la maniobra anfibia hacia LIMA.

Para asegurar las fronteras del norte, San Martín confiaba en el éxito de los Infernales liderados por Güemes. Por medio de la llamada "Guerra gaucha" el general[1]​Güemes había logrado rechazar las diferentes incursiones de tropas realistas que venían desde al Alto Perú.

En el mes de abril de 1814, una enfermedad le impidió a San Martín ir a pedir la autorización a la Asamblea para realizar su plan. Reposó en una hacienda próxima a Córdoba, dejando al general Francisco Fernández de la Cruz dirigir las tropas del Ejército del Norte.

José de San Martín.

El 10 de agosto de 1814, el Director Supremo Gervasio Antonio de Posadas lo nombró gobernador intendente de Cuyo. Desde ese cargo se dedicó a organizar el futuro Ejército de los Andes.

Modificaciones al Esquema básico

La derrota chilena en Rancagua el 2 de octubre de 1814 introdujo a las dificultades ya existentes, la necesidad de recuperar la libertad para Chile. Esto llevó a San Martín a modificar el esquema inicial del Plan Continental, introduciendo nuevas exigencias tal como el aumento de los efectivos, una organización más detallada y por sobre todo una cuidadosa selección de la maniobra estratégica que permitiera llegar a los desemboques a través de la cordillera, obligando al enemigo a mantenerse disperso en un extenso frente, ante la constante incertidumbre del lugar exacto de invasión, y con ello facilitar el logro de la sorpresa como elemento multiplicador de la potencia necesaria para librar con éxito la batalla en el lugar elegido. Esta batalla debía permitir abrir cuanto antes el espacio de maniobra necesario para continuar hacia Lima.[2]

La Organización del Ejército

Definidas las líneas generales del plan de campaña, San Martín inició los trabajos para organizar el ejército con que habría de llevar a cabo la empresa, sobre la base de los dos únicos núcleos de tropas que existían en Mendoza:

  • las milicias provinciales existentes en: Mendoza, San Juan y San Luis. Las únicas fuerzas veteranas existentes eran los 20 ó 30 blandengues del Fuerte de San Carlos. Las milicias de Mendoza que se formaron luego de la Revolución de Mayo contaban con 958 hombres distribuidos entre 2 batallones de infantería denominados Cívicos Blancos (133 hombres) y Cívicos Pardos (150 hombres); una compañía de artillería de 75 hombres; y dos Escuadrones de Caballería en los suburbios del norte y del sur de la ciudad, también denominados Cívicos con un total de 600 hombres.[3]

Al mismo tiempo que se organizaba el ejército se debía atender a la defensa inmediata del territorio, siempre amenazado desde Chile. Esta eventualidad obligó a San Martín a aumentar urgentemente los efectivos de los cuerpos mencionados y colocarlos en condiciones de afrontar las tareas de protección más indispensables, para lo cual implantó una especie de servicio militar obligatorio para la provincia de Cuyo.

El 8 de noviembre de 1814, se creó el Batallón N° 11 de Infantería, con los citados contingentes de Batallón de Auxiliares Argentinos[4]​ más un escuadrón de caballería. A mediados de diciembre, se incorporaron dos compañías del Batallón Nº 8, procedentes de Buenos Aires, y una compañía de artillería con cuatro piezas, a las órdenes del sargento mayor Pedro Regalado de la Plaza. Los efectivos obtenidos hasta entonces (400 hombres y 4 cañones) estaban muy lejos de las mínimas necesidades futuras, lo que indujo a San Martín a disponer la incorporación de nuevas tropas.

El 23 de noviembre el teniente coronel Las Heras fue nombrado jefe del batallón.

(...) sirviendo a V. S. de base los auxiliares que vengan de Chile, forme un batallón de infantería de línea.

A mediados de diciembre de 1814 llegaron remitidos desde Buenos Aires a Mendoza 240 hombres de 2 compañías del Batallón N° 8 de Infantería (de Castas) al mando del capitán Bonifacio García, junto con un piquete de 50 artilleros con 4 cañones al mando del capitán Pedro Regalado de la Plaza, que transportaba también municiones, armamentos y correajes. Los infantes fueron despachados desde Buenos Aires el 30 de noviembre ante el peligro de una "sublevación de los emigrados chilenos partidarios de Carrera", los artilleros salieron el 17 de noviembre.

El 10 de enero de 1815 San Martín fue ascendido a coronel mayor de los Ejércitos Nacionales.

San Martín, en su calidad de gobernador de Cuyo, aplicó una serie de procedimientos expeditivos para llevar el ejército al pie orgánico exigido por la magnitud de la empresa a realizar y en los que fue auxiliado por el Gobierno de Buenos Aires.

En el mes de febrero de 1815, consiguió que le incorporasen nuevas dotaciones de artillería.

El 14 de agosto de 1815, San Martín recurrió al voluntariado, con lo que obtuvo algunos contingentes nuevos.

En octubre de 1815, el incipiente ejército contaba ya con unos 1.600 soldados de infantería, 1.000 de caballería de línea y 220 artilleros, con 10 cañones.

El 3 de septiembre de 1815 el Director Supremo Ignacio Álvarez Thomas envía a Mendoza los Escuadrones 3 y 4 del Regimiento de Granaderos a Caballo a las órdenes del coronel José Matías Zapiola -los mismos estaban reducidos a la mitad debido a su participación en la campaña de la Banda Oriental y llegaron a solicitud de San Martín por el peligro inminente de una invasión realista a Cuyo-. Los escuadrones fueron completados con soldados gauchos de San Luis.

En octubre de 1815 fueron completadas las 6 compañías del Batallón N° 11: una de granaderos, cuatro de fusileros (1°, 2°, 3° y 4°) y una de cazadores.[5]

El 4 de diciembre de 1815 fue emitido un estado de fuerzas de la provincia, existiendo 1.939 soldados de infantería y de artillería, 3.733 de caballería, 215 jefes y oficiales, totalizando 3.887.

- Las unidades veteranas (o de línea) totalizaban 1.540 y estaban conformadas por:

  • una compañía de artillería en Mendoza con 143 plazas;
  • una compañía del Batallón N° 8 con 300;
  • una compañia del Batallón N° 11 con 655;
  • dos escuadrones de granaderos a caballo con 415;
  • Blandengues de la frontera con 30.

-Las milicias eran:

  • Artillería Cívica de Mendoza;
  • Artillería Cívica de San Juan;
  • Cazadores Ingleses;
  • Caballería de Milicias de San Luis, San Juan y Mendoza con 12 escuadrones.

- Las piezas de artillería eran: 4 culebrinas de bronce de a 4, 4 cañones volantes de a 4, 2 obuses de 6 pulgadas, 4 piezas de a 4 de montaña, 2 piezas de a 4 de hierro: totalizando 17 piezas de artillería.[6]

El 13 de enero de 1816 el Batallón N° 11 de Infantería fue elevado a regimiento con el mismo número y siendo su jefe el coronel Las Heras. San Martín envió a San Juan al teniente coronel Juan Manuel Cabot como teniente de gobernador, con orden de reclutar soldados para el segundo batallón de N° 11.

Hasta ese momento, principios de 1816, la campaña sobre Chile no había sido formalizada oficialmente por el Gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Como era urgente apresurar su organización con la incorporación de otros 1.600 hombres, la obtención de ganado y dinero para la adquisición de armas, San Martín comisionó a Manuel Ignacio Molina para que se entrevistase con el Director Supremo Ignacio Álvarez Thomas. Como resultado de la gestión, solamente obtuvo una contribución en dinero.

En marzo de 1816, San Martín solicitó la incorporación de los otros dos escuadrones de Granaderos a Caballo que se encontraban en el Ejército del Norte. Al siguiente mes se le enviaron estos granaderos que, al pasar por La Rioja, reclutaron 100 hombres más.

El 9 de Julio de 1816 el Congreso de Tucumán declara la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata y el 3 de mayo de 1816 elige como Director Supremo a Juan Martín de Pueyrredón. Este, ante la insistencia de San Martín, con quien tuvo una entrevista en Córdoba, orientó todos los esfuerzos hacia Cuyo. El 21 de junio de 1816 el director supremo dispuso la división del regimiento en dos cuerpos, manteniendo uno el nombre de Regimiento N° 11 de Infantería y el otro, organizado en San Juan, fue denominado Batallón N° 1 de Cazadores, siendo su jefe el teniente coronel Rudecindo Alvarado.

El 1 de agosto, el Director Supremo Pueyrredón dio al ejército de Cuyo el nombre definitivo de "Ejército de los Andes" y designó a San Martín su general en jefe. Para darle una nueva estructura, el Regimiento Nº 11 fue dividido en dos cuerpos, manteniendo el primer batallón su anterior número y dándose al otro la nominación de Batallón Nº 1 de Cazadores. El Batallón Nº 8, mediante el reclutamiento de un fuerte contingente de negros, alcanzó a contar con 355 hombres, que pronto fueron aumentados con nuevos aportes de la provincia.

El 5 de septiembre fue organizado un estado mayor en campaña, siendo nombrado como jefe del mismo, como cuartel maestre y mayor general del "Ejército de los Andes", el brigadier general Miguel Estanislao Soler.

El 30 de septiembre de 1816 el ejército se instaló en el Campamento del Plumerillo en las cercanías de Mendoza.

El 3 de octubre de 1816, el Congreso de Tucumán nombró a San Martín capitán general, reuniendo en sus manos las facultades políticas y militares para realizar la campaña en un estado extranjero, por lo que delegó el mando político de Cuyo en el coronel Toribio de Luzuriaga.

En noviembre de 1816 se incorporó al ejército el resto del Regimiento N° 7 de Infantería bajo el mando del teniente coronel Pedro Conde, con 600 negros y en diciembre de ese año San Martín dispuso la división del regimiento en dos batallones independientes: el Batallón N° 8 de Infantería y el Batallón N° 7 de Infantería al mando de los teniente coroneles Ambrosio Crámer y Conde, respectivamente.

El Escuadrón N° 5 de Granaderos a Caballo fue creado en Cuyo a las órdenes del comandante Mariano Necochea y transformado en el Escuadrón Cazadores de la Escolta del General en Jefe. Se acordó con los cabildos cuyanos que dos tercios de los esclavos fueran incorporados al ejército, reclutándose 710.

El 31 de diciembre de 1816la fuerza que se hallaba en el Campamento del Plumerillo era la siguiente:

  • Batallón N° 7 de Infantería, al mando del teniente coronel Pedro Conde, siendo sargento mayor Cirilo Correa (hasta noviembre de 1816 lo habían sido Rodríguez y Enrique Martínez respectivamente).
  • Artillería: 300 hombres al mando de Pedro Regalado de la Plaza con 10 cañones de a 6, 2 obuses de 5 pulgadas, 4 piezas de montaña de a 4.
  • 'Milicias de caballería: 1.200 hombres.
  • 120 barreteros.
Unidad Jefes Oficiales Tropas Total
Batallón N° 3 del Regimiento de Artillería de la Patria 1 16 241 258
Batallón N° 1 de Cazadores de los Andes 2 32 560 594
Batallón N° 7 de Infantería 2 31 769 802
Batallón N° 8 de Infantería 2 29 783 814
Batallón N° 11 de Infantería 3 32 683 718
Regimiento de Granaderos a Caballo 4 55 742 801

"La Artillería": la componían 1 jefe 16 oficiales y 241 soldados, la caballería: 4 jefes, 55 oficiales y 742 soldados; "la Infantería" se componía por: 9 jefes, 124 oficiales y 2.795 soldados. Conformándose un total general de 14 jefes, 195 oficiales y 3.778 soldados.

El 24 de enero de 1817, cuando el ejército ya estaba en marcha, el coronel Hilarión de la Quintana llegó de Buenos Aires con pliegos para San Martín, y éste lo invitó a sumarse a la expedición, integrándose al estado mayor.

Soldados negros de castas y esclavos libres

"Sólo nos puede salvar el poner a todo esclavo sobre las armas". José de San Martín, 12 de Mayo de 1816

El número de soldados negros en el ejército de San Martín [8]​ era numeroso y se agruparon formando la mayoría de soldados de los regimientos denominados números 7, 8 y 11 de infantería los Andes, pero en dichos regimientos la totalidad de los oficiales y suboficiales debían ser blancos según las leyes argentinas, aunque San Martín pretendía cambiar las normas para que al menos los soldados negros alcanzaran los grados de cabos y sargentos. Sin embargo tradicionalmente el ejército colonial español disponía de batallones de negros divididos en castas de esclavos y libres, y San Martín creyó más difícil aún reunir gentes de color y blancos combatiendo como tropa en la misma unidad. Posteriormente ambas agrupaciones números 7 y 8 se refundiran en el Perú en el regimiento negro del Río de la Plata. El número 4 de Chile, inicialmente de blancos criollos, se convertirá también por su recluta de esclavos del Perú en un regimiento negro.[9]​ De manera que el origen de la recluta de gente de color era geográficamente diverso, y se componían de esclavos o libertos negros, ya se trate de africanos o de negros criollos, y de castas, llamados en la colonia pardos y morenos. Así, aunque arribó un contingente con el número 8 de Buenos Aires, la mayor parte de su tropa fueron reclutados en las provincias. Sin embargo el ejército se nutría principalmente de esclavos(que Lynch estima en una cífra de 1.554 esclavos).[10]​ La edad para el reclutamiento de esclavos inicialmente impuesta entre 16 y 35 años, se amplió entre los 14 y los 55 años.[11]​ Según la doctrina militar de San Martín, los soldados de color servirían mejor en la rama de infantería de entre las tres armas del ejército de los Andes, de hecho terminarán representando las 2/3 partes de su número. [12][13]

Emigrados chilenos

Luego de producida el Desastre de Rancagua, el 2 de octubre de 1814, el Batallón de Auxiliares Argentinos al mando de Juan Gregorio de Las Heras retornó de Chile escoltando a los emigrados de ese país que cruzaron los Andes, quedando el cuerpo a las órdenes de San Martín. Según un parte de José Miguel Carrera del 22 de octubre de 1814, las fuerzas chilenas que se refugiaron en Mendoza a sus órdenes estaban distribuidas entre: 105 artilleros, 229 infantes (169 infantes de varios cuerpos y 60 infantes de la patria[14]​ e ingénuos) y 374 soldados de caballería (164 de la Gran guardia Nacional y 210 dragones al mando de Andrés Alcázar).[15][16]

En un bando publicado por San Martín, se dispuso que:

Todo individuo emigrado de Chile se halla bajo la inmediata protección del Supremo Gobierno de estas provincias.

Todo dependiente del Ejército emigrado de Chile que quiera continuar sus servicios en el de estas provincias, se presentará al Comandante General de Armas.
Asimismo, todo aquel que no quiera servir, queda expedito desde la publicación de este bando para establecerse libremente en el territorio de estas provincias y ejercer tranquilamente sus oficios, pero estos deberán presentarse al muy ilustre Cabildo para recoger el competente seguro.

Los demás individuos emigrados pueden establecerse sin obstáculo en toda la comprensión de este Estado y el Supremo Director les ofrece una completa garantía tanto de sus bienes como de sus personas. (...)[17]
Bando de San Martín

Unos 300 soldados chilenos seguidores de Carrera que no aceptaron incorporarse al Ejército Argentino fueron enviados a Buenos Aires, para ser incorporados al Ejército del Norte y al del Litoral, justificando San Martín al Gobierno:

"no quiero emplear á esos soldados que sirven mejor á su caudillo que á la Pátria."

Los que aceptaron incorporarse al Ejército Argentino fueron distribuidos entre las unidades y en el Estado Mayor. Entre estos últimos, hubo 19 oficiales, entre ellos Bernardo O'Higgins (con el grado y sueldo de brigadier de las Provincias Unidas del Río de la Plata, nombrado el 26 de febrero de 1816) y el sargento mayor Ramón Freire.[18]

San Martín organizó en Mendoza los cuadros del futuro Ejército Chileno con oficiales emigrados, nombrando el 25 de abril de 1816 una comisión de 6 emigrados que debía organizar los cuadros de los oficiales de un regimiento de infantería,[19]​ un batallón de artillería y un regimiento de caballería para servir de núcleo del futuro ejército de ese país. San Martín se reservó el derecho a nombrar a los jefes superiores. Los que no se enrolaron en el Ejército Argentino, solo cruzaron la cordillera luego de la Batalla de Chacabuco.[20]

Finalmente, ante el fracaso de la convocatoria fueron organizados los cuadros de las siguientes unidades, cuyos jefes fueron nombrados en junio de 1816:

  • Regimiento de Infantería N° 1 de Chile, al mando del coronel Juan de Dios Vial
  • Compañía de Infantería de Línea de Emigrados de Chile, al mando del capitán Juan Manuel Astorga, de 6 oficiales y 38 soldados veteranos, según aparece en un parte de noviembre de 1816
  • Batallón de Artillería de Chile, al mando del teniente coronel Joaquín Prieto
  • Legión Patriótica del Sur, una partida volante de dragones a las órdenes del coronel de milicias de Aconcagua José María Portus.[21]

Cruce de los Andes

José de San Martín y Bernardo O´Higgins en el cruce de los Andes.

El Ejército se dividía en dos gruesas columnas, la primera debía atravesar la cordillera de los Andes por el paso de Los Patos, al mando del propio jefe de la expedición General San Martin secundado por el General Brigadier Miguel Estanislao Soler y el Brigadier Bernardo O'Higgins.

La segunda columna estaba bajo el mando del Brigadier Juan Gregorio Las Heras,[22]​ y debía marchar por el camino de Uspallata, conduciendo todo el parque y la artillería, cuyo transporte era imposible por el más escabroso paso de Los Patos. Estas dos divisiones eran los cuerpos principales del Ejército.

Dos pequeñas divisiones más, a manera de alas, una al norte y otra al sur de las principales, completaban el plan de campaña. La pequeña división del norte estaba compuesta de 60 infantes de línea, 70 milicianos de San Juan y una legión de emigrados chilenos, bajo las órdenes del comandante Juan Manuel Cabot. La pequeña división del sur estaba bajo las órdenes del capitán chileno Ramón Freire Serrano.

El 6 de enero de 1817 el ejército se puso en marcha desde el Campamento del Plumerillo, totalizando un efectivo de 5.350 hombres en las unidades siguientes:

  • Batallón N° 1 de Cazadores
  • Batallón N° 7 de Infantería
  • Batallón N° 8 de Infantería
  • Batallón N° 11 de Infantería
  • Regimiento de Granaderos a Caballo
  • Milicias de La Rioja
  • Milicias de Mendoza
  • Milicias de San Juan
  • Agregados chilenos

El Cuartel General del Ejército estaba compuesto por 13 hombres y el Estado Mayor por 44.

Acta de Rancagua

San Martín en distintas oportunidades se negó a obedecer las órdenes del Directorio para que retornara de Chile con el ejército y auxiliara al gobierno central amenazado por las fuerzas federales lideradas por Estanislao López de Santa Fe y Francisco Ramírez de Entre Ríos -ambos lugartenientes del general José Artigas y apoyados por el chileno José Miguel Carrera-.

Finalmente luego de la Batalla de Cepeda, ocurrida el 1 de febrero de 1820, las fuerzas federales derrotaron a las unitarias poniendo fin al Directorio y al Congreso, iniciándose el período conocido como Anarquía del Año XX.

La disolución del Gobierno nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata dejó al Ejército de los Andes sin un gobierno de quien depender, por lo que San Martín envió una nota a los jefes del Ejército de los Andes el 26 de marzo de 1820 expresándoles su renuncia:

"El congreso i director supremo de las Provincias Unidas no existen. De estas autoridades emanaba la mia de jeneral en jefe del ejército de los Andes, i de consiguiente, creo de mi deber i obligación el manifestarlo al cuerpo de oficiales, para que ellos por sí i bajo su espontánea voluntad, nombren un jeneral en jefe que deba mandarlos i dirijirlos, i salvar por este medio los riesgos que amenazan a la libertad de América. Me atrevo a afirmar que ésta se consolidará, no obstante las críticas circunstancias en que nos hallamos, si conserva, como no lo dudo, las virtudes que hasta aquí lo han distinguido (...)"

Lo que San Martín buscaba era que sus hombres legitimaran sus reiteradas desobediencias al poder central. Pocas semanas antes de su derrota en Cepeda, el Director Supremo José Rondeau, reemplazante de Pueyrredon, también lo había conminado a regresar a Buenos Aires para oponerse a las fuerzas federales; también fue llamado para conducir la resistencia contra una probable flota que zarparía de España para reconquistar sus colonias; no faltaron tampoco los emisarios que lo reclamaron para sofocar la revuelta popular que provocaría el proyecto de Pueyrredón y Valentín Gómez de coronar en el Río de la Plata a un príncipe con el apoyo de Francia.

Los jefes se reunieron el 2 de abril en la ciudad de Rancagua y labraron un acta ratificando la jefatura de San Martín y la pertenencia del ejército al pueblo argentino aunque hubiera desaparecido el Gobierno nacional:[23]

"(...) después a la votación de los señores oficiales, que unánimemente convinieron en lo mismo; quedando, de consiguiente, sentado como base i principio que la autoridad que recibió el señor jeneral para hacer la guerra a los españoles i adelantar la felicidad del pais no ha caducado ni puede caducar, porque su oríjen, que es la salud del pueblo, es inmudable (...)"

Como esa legitimación de su autoridad, el General San Martín emprendió la expedición al Perú comandando el Ejército de los Andes y las fuerzas de Chile.

Ejército Unido

Bandera de la Expedición Libertadora del Perú. Las tres estrellas simbolizan los tres países comprometidos con la independencia del Perú.

El 14 de febrero de 1817, tras la Batalla de Chacabuco, el Ejército de los Andes entró en Santiago. San Martín fue nombrado por el cabildo "Director Supremo del Estado de Chile", pero este declinó el cargo en favor de O'Higgins. El Ejército Unido Libertador de Chile[24]​ fue una agrupación militar formada tras la Batalla de Chacabuco por las unidades del "Ejército de los Andes" más las formaciones chilenas que se le incorporaron. San Martín fue nombrado comandante en jefe del "Ejército Unido" que combatirá luego en las batallas de Cancha Rayada y Maipú.

Las unidades del Ejército de los Andes se reorganizaran después, y se reunirán con nuevas unidades chilenas, para también servir de base en la conformación de la posterior Expedición Libertadora del Perú bajo un estandarte con los colores de Chile.[25]​ a los que incorpora tres estrellas simbolizando los tres países comprometidos en una alianza por la independencia peruana y cuya representación se conserva en el Museo Nacional de Antropología, Arqueología e Historia del Perú, Lima [2] y donde se puede observar en una escena que la representación pictórica que corresponde al pase del batallón Numancia que compromete su lealtad a la causa independiente siendo renombrado por San Martin como Batallón Voltígeros de la Guardia.

División de los Andes

A principios de 1822 San Martín decidió disminuir el número de planas mayores de los cuerpos para obtener un ahorro, disponiendo que los Cazadores a Caballo se incorporaran a los Granaderos a Caballo; y fusionó los batallones N° 7 y 8 para crear el Regimiento Río de la Plata.

En septiembre de 1822, San Martín renunció y el Congreso del Perú nombró al general Rudecindo Alvarado como comandante en jefe de los ejércitos del Perú. Los comandantes de los cuerpos argentinos, amparándose en el Acta de Rancagua, decidieron tener un comandante propio: Enrique Martínez quedó al mando de la a partir de entonces denominada División de los Andes.[26]​ El 25 de mayo de 1823, Martínez dotó de una bandera propia al Regimiento Río de la Plata, la cual fue llevada a Buenos Aires en 1826 por Tomás Guido.[27]

Dependencia de la Provincia de Buenos Aires

En 1823 el Gobierno peruano del presidente José de la Riva Agüero emitió un decreto expresando:[28]

"Que habiendo dejado de existir el Gobierno general de la República Argentina, el Ejército de los Andes no era el que se nombraba y debía mudar su escarapela."

La pretensión de Riva Agüero de incorporar la División de los Andes al Ejército del Perú fue rechazada por el jefe de la misma, coronel mayor Enrique Martínez, quien respondió:[29]

"Que aun cuando el Gobierno de la República Argentina había desaparecido, existía la Nación y, por lo tanto, el ejército le pertenecía, pues el Gobierno del Perú por el paso que había dado, le hacía concebir que para nada los necesitaba, y sí pedía que, de los 400.000 pesos que se adeudaban a aquél ejército, se le diese lo preciso para fletar buques y prepararlos para regresar a la República Argentina."

Martínez pidió la protección del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, lo cual fue aceptado por Bernardino Rivadavia y comunicado al Perú el 5 de agosto de 1823:

Buenos Ay. 5 de Ag.t de 1823;

"El Gobierno del Estado de Buenos Ayres tiene el honor de dirigirse al Exmo. Presidente de la Republica del Perú p.a anunciarle que, autorizado por la H. Sala de Represent.s, ha tomado bajo su dirección é inmediata dependencia á la división denominada de los Andes, que hoy auxilia al Perú, con la calidad de por ahora y hta. el restablecimiento del Gob.no gral de estas Prov.as. El Gob.no en esta posición se halla nuevamente complacido, por q.e tiene la esperanza, de que la subordinación y moralidad de la división corresponderá, como hasta aquí, á la confianza que le dispensa aquél Gobierno, á quien el de Buenos Ay.s se hace un honor de saludar respetuosamente.

Bernar. Rivadavia. Exmo. Sor. Presid. de la Rep. del Perú."

El Gobierno peruano depuso su actitud y solicitó la permanencia de la división, la cual permaneció en el Perú.

Motín del Callao

El 5 de febrero de 1824, engañados por algunos agentes peruanos y realistas, y en complicidad con algunos sargentos rioplatenses, se sublevó la guarnición del Callao en el Perú, compuesta por el Regimiento de Infantería del Río de la Plata, el Batallón N° 11 de los Andes, el Batallón N° 4 de Chile, la Brigada de Artillería peruana del Callao y la Brigada de Artillería Volante del Perú,[30]​ conformando en total unos 2.000 hombres que se pasaron a los realistas, enarbolando el pabellón español y entregando las fortalezas del Real Felipe del Callao. Parte del Regimiento de Granaderos a Caballo se plegó a la sublevación (Sublevación de los granaderos a caballo).

El hecho significó la casi desaparición de la División de los Andes. Sin embargo, permanecieron con el ejército de Simón Bolívar unos 122 granaderos a caballo con los que Mariano Necochea formó un escuadrón que participó en las batallas de Junín y de Ayacucho.[31][32]​ En 1824 el general Cirilo Correa reemplazó a Martínez en la jefatura y se dispuso el regreso a la Argentina.

El 13 de febrero de 1825 regresó a Buenos Aires el escuadrón de Granaderos a Caballo con 10 jefes, 32 sargentos y cabos y 44 soldados al mando del coronel José Félix Bogado finalizando la campaña.

Referencias

  1. San Martín lo nombró General en Jefe del Ejército de Observación
  2. http://www.trekking-travel.com.ar/espanol/cabalgata_cruce_historia.html
  3. Historia general de la independencia de Chile, Volumen 3. pp. 225. Autor: Diego Barros Arana. Editor: Impr. Chilena, 1857
  4. Nueva historia de la nación argentina, Volumen 4. pp. 318. Autor: Academia Nacional de la Historia (Argentina). Edición 2. Editor: Planeta, 2000. ISBN 950-49-0389-4, 9789504903895
  5. Historia militar de los regimientos argentinos: las campañas militares, los regimientos argentinos, anécdotas epilogales. pp. 301. Autor: Juan T. Figuerero. Editor: Artes Gráficas Modernas, 1945
  6. Doc. del Arch. Gral., leg. Guerra 1815. Referido en el libro Historia de San Martín y de la emancipación sud-americana, Volumen 1. pp 533. Autor: Bartolomé Mitre, Félix Lajouane. Editor Félix Lajouane. 1890.
  7. El paso de las Andes: Crónica histórica de las operaciones del ejercito de los Andes, para la restauracion de Chile en 1817. pp. 419. Autor: Gerónimo Espejo. Editor C. Casavalle, 1882
  8. Under the flags of freedom: slave soldiers and the wars of independence in Spanish South America.Peter Blanchard
  9. Revista de Buenos Aires,Miguel Navarro,1867
  10. San Martín.Lynch.
  11. Seamos libres.Galasso.2000
  12. Todo es Historia.1988
  13. "In addition, freemen and runaways in militia battalions from Mendoza and San Juan were participating in the expedition, increasing the total number of blacks to over half the army." Under the flags of freedom: slave soldiers and the wars of independence in Spanish South America.Peter Blanchard. p62
  14. Nota: el Batallón Infantes de la Patria fue restablecido en Chile el 28 de agosto de 1817
  15. El paso de las Andes: Crónica histórica de las operaciones del ejercito de los Andes, para la restauracion de Chile en 1817. pp. 297. Autor: Gerónimo Espejo. Editor C. Casavalle, 1882
  16. Historia general de Chile, Volumen 10. pp. 116. Autor: Diego Barros Arana. Edición 2. Editor: Editorial Universitaria, 1999. ISBN 956-11-1607-3, 9789561116078
  17. Bandos y proclamas del general San Martín: una exposición documental de su heroica gesta libertadora. Volumen 3 de Biblioteca sanmartiniana. pp. 38. Autores: C. Galván Moreno, José de San Martín. Editor: Editorial Claridad, 1947
  18. El paso de las Andes: Crónica histórica de las operaciones del ejercito de los Andes, para la restauracion de Chile en 1817. pp. 421. Autor: Gerónimo Espejo. Editor C. Casavalle, 1882
  19. Uno según Barros Arana, dos según Espejo
  20. El paso de los Andes: Crónica histórica de las operaciones del ejercito de los Andes, para la restauracion de Chile en 1817. pp. 477-478. Autor: Gerónimo Espejo. Editor C. Casavalle, 1882
  21. Historia de San Martín y de la emancipación sud-americana, Volumen 1. pp 564. Autor: Bartolomé Mitre, Félix Lajouane. Editor Félix Lajouane. 1890.
  22. Las Heras había sido ascendido al grado de brigadier pocas semanas antes del inicio del Cruce de los Andes. Véase Luna, Félix (Marzo de 2001). Grandes protagonistas de la historia argentina: Juan Gregorio de Las Heras. Buenos Aires: Editorial Planeta. 
  23. Historia de la espedición libertadora del Perú (1817-1822). pp. 192. Autor: Gonzalo Bulnes. Editor: R. Jover, 1887
  24. «Biografía del Libertador José de San Martín». Consultado el 2009. 
  25. "la Expedición Libertadora llegó a las playas del Perú con la bandera chilena" Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú - 1970
  26. El Brigadier general Don Tomás Guido: publicación hecha en su centenario por la "Tribuna nacional" de Buenos Aires. pp. 52. Autor: Tribuna Nacional (Buenos Aires). Editor: Taller de impresiones oficiales, 1906
  27. El paso de las Andes: Crónica histórica de las operaciones del ejercito de los Andes, para la restauracion de Chile en 1817. pp. 657. Autor: Gerónimo Espejo. Editor: C. Casavalle, 1882
  28. Rivadavia y su tiempo. pp. 119. Autor: Ricardo Piccirilli. Editor: Ediciones Peuser, 1960
  29. Coleccion de historiadores y de documentos relativos a la independencia de Chile. pp. 455. Autor: Biblioteca Nacional (Chile). Editor: Dirección general de taleares fiscales, Taller de imprenta, 1949
  30. El Álbum de Ayacucho, autor José Hipólito Herrera.
  31. Memorias para la historia de las armas españolas en el Perú. Autor Andrés García Tomo II, página 121.
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