Diferencia entre revisiones de «Dracaena draco»

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Por otra parte, diversas teorías consideran que eran precisamente las Islas Canarias lo que en épocas antiguas se conocía como el Jardín de las Hespérides, en el que '''un dragón de 100 cabezas protegía a las Hespérides, las tres hijas de Atlas'''.
Por otra parte, diversas teorías consideran que eran precisamente las Islas Canarias lo que en épocas antiguas se conocía como el Jardín de las Hespérides, en el que '''un dragón de 100 cabezas protegía a las Hespérides, las tres hijas de Atlas'''.

INFORMACION OBTENIDA LITERALMENTE DE http://sobreleyendas.com/2007/12/03/la-leyenda-del-drago-milenario-de-canarias/


==[[Nombre común]]==
==[[Nombre común]]==

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Dracaena draco

Ejemplar de drago en La Orotava, Tenerife.
Taxonomía
Reino: Plantas
Subreino: Tracheobionta
División: Magnoliophyta
Clase: Liliopsida
Subclase: Liliidae
Orden: Asparagales
Familia: Ruscaceae (Dracaenaceae)
Género: Dracaena
Especie: Dracaena draco
L.

Dracaena draco es una especie vegetal típica del Bosque seco mediterráneo y matorral suculento de acacias y erguenes presente en la Macaronesia, particularmente de las Islas Canarias, pero cuya mayor población se encuentra en el oeste de Marruecos. Existen parientes muy cercanos en el este de África y en algunas islas del océano Índico. El Drago se considera, según una ley del Gobierno de Canarias, el símbolo natural de la isla de Tenerife, conjuntamente con el pinzón azul.[1]

Distribución

El drago se distribuye por algunas islas del archipiélago canario y en Cabo Verde, además de una zona continental en Marruecos.

El ejemplar de drago canario más famoso es el llamado drago milenario de Icod de los Vinos, en Tenerife, aunque actualmente se estima que su edad real oscila entre los 500 y los 600 años. Otros ejemplares muy conocidos son el drago de Pino Santo en el municipio de Santa Brígida (Gran Canaria), el de Sietefuentes en Los Realejos (Tenerife), el de Tacoronte (Tenerife) y los dragos gemelos en Breña Alta (La Palma). Precisamente en esta última isla, en Garafía, se encuentra la mayor concentración de dragos del archipiélago. Históricamente también era conocido un gran drago en La Orotava (Tenerife), dentro los jardines de la casa Franchy, pero fue abatido en 1867 por un vendaval, conservándose sólo una fotografía de dicho ejemplar.

Por lo que respecta al resto de archipiélagos macaronésicos, cabe señalar el número de ejemplares de esta especie en Cabo Verde, más concretamente en la isla de São Nicolau.

Subespecie de Marruecos

Drago milenario de Icod de los Vinos (Tenerife), España.

En 1996 se descubrió una nueva subespecie de drago en tierras marroquíes: Dracaena draco ajgal. Encontrada para la ciencia por Cuzin y Benabid, las tribus autóctonas del este de Tiznit (Anti-Atlas) ya conocían su presencia en la zona, en roquedos poco accesibles.

Drago de Gran Canaria

Recientemente ha sido descubierta una nueva especie de drago, Dracaena tamaranae en el sur de Gran Canaria, que guarda ciertas diferencias con la Dracaena draco. Esta especie, descrita como endémica de Gran Canaria en noviembre de 1999, se halla en los riscos y laderas del suroeste de la isla: ha sido bautizada como Dracaena tamaranae o drago de Gran Canaria. Se caracteriza por tener hojas acanaladas de color glauco. Su aspecto, sin embargo, tiende a ser más robusto, además de que no suele alcanzar grandes alturas, y su crecimiento es menor. Sus inflorescencias recuerdan mucho a las del drago común, aunque de un color anaranjado similar al de sus frutos, y no blanco.[2][3]

Características

Cádiz: drago de Bellas Artes.

Esta planta de lento crecimiento (puede tardar una década en crecer 1 m) se caracteriza por su tallo único, liso en la juventud y que se torna rugoso con la edad. Es el único árbol del mundo cuya savia es de color rojo y no blanco. El tallo no presenta anillos de crecimiento, por lo que su edad solamente se puede estimar por el número de hileras de ramas, ya que se va ramificando después de la primera floración, aproximadamente cada 15 años. La planta de apariencia arbórea, está coronada por una densa copa en forma de paraguas con gruesas hojas coriáceas de color entre verde grisáceo y glauco, de 50 a 60 cm de longitud y unos 3 ó 4 de anchura. Puede alcanzar más de 12 m de altura.
Las flores, que surgen en racimos terminales, son de color blanco.
Los frutos carnosos, de entre 1 a 1,5 cm, son redondos y anaranjados.

Normalmente los podemos encontrar entre los 100 y los 600 metros de altitud, en el llamado bosque termófilo, aunque también se utilizan ejemplares jóvenes para decorar los jardines o paseos municipales de las islas, así como los jardines particulares.

Uso

Para los antiguos aborígenes, este árbol tenía propiedades mágicas. En la Antigua Roma y en la Edad Media también era considerado un árbol mágico. Su savia, que se transforma en roja en contacto con el aire ("sangre de drago"), se comercializaba debido a sus propiedades medicinales y a su uso en tintes y barnices. De su madera se hacían rodelas.

Folclore

Cuenta la leyenda que hace muchísimos años desembarcó en la costa de Tenerife, concretamente en la indómita playa de San Marcos, en Icod de los Vinos, un mercader ansioso por adquirir “Sangre de Drago”, muy preciada en la época.

Pero he aquí que al llegar a dicha playa, se fijó en unas jóvenes muchachas que se divertían bañándose en aquella cálida tarde de verano. El mercader, de carácter avaricioso, se propuso poseer a alguna de aquellas bellas guanches y se lanzó a perseguirlas. Logró dar alcance a una y pensó en lo fácil que le había resultado. Pero no reparó ni por un momento en la inteligente mirada de la doncella a quien tenía cautiva.

Entonces ella le ofreció, como muestra de amistad y de admiración, hermosos frutos propios de la isla, frutos que parecían haber nacido en el Jardín de las Hespérides. Tan complacido se sintió el confiado hombre, que se sentó a comer cuanto ante él estaba dispuesto y no prestó la atención debida a la astuta muchacha, que aprovechó para saltar al otro lado de un barranco cercano con la agilidad propia de una gacela.

Se escondió entonces entre los árboles mientras el confuso mercader intentaba adivinar su silueta entre el denso bosque. De pronto apareció ante él un árbol extraño y aterrador que, blandiendo sus ramas como espadas y cuyo tronco serpenteaba amenazadoramente, protegía tras su asombrosa presencia a la indefensa muchacha.

Dicen que entonces el mercader, preso del terror, lanzó un arma afilada que llevaba en la mano, la cual fue a clavarse en el tronco de aquel árbol. Y cuentan que empezó a gotear de la herida producida un líquido rojo y denso que parecía sangre. Ante tal visión el hombre, aturdido, huyó como alma que lleva el diablo y, una vez pudo alcanzar su embarcación, se perdió mar adentro.

Por otra parte, diversas teorías consideran que eran precisamente las Islas Canarias lo que en épocas antiguas se conocía como el Jardín de las Hespérides, en el que un dragón de 100 cabezas protegía a las Hespérides, las tres hijas de Atlas.

Nombre común

  • Castellano: dragón, drago, drago canario, drago de Canarias, drago de África, dragonal, dragonero, árbol de la sangre de drago, árbol del drago, árbol Gerión, zarzaparrilla.[4]

Sinonimia

  • Asparagus draco L. (1762).
  • Draco arbor Garsault (1764).
  • Draco dragonalis Crantz (1768), nom. illeg.
  • Palma draco (L.) Mill. (1768).
  • Stoerkia draco (L.) Crantz (1768).
  • Drakaina draco (L.) Raf. (1838).
  • Yucca draco (L.) Carrière (1859).
  • Draco draco (L.) Linding. (1926), nom. inval.[4][5]

Bibliografía

Referencias

  1. Ley 7/1991, de 30 de abril, de símbolos de la naturaleza para las Islas Canarias
  2. Almeida Pérez, Rafael S. : «El drago de Gran Canaria (Dracaena tamaranae): una joya botánica de la flora insular recién descubierta para la ciencia», en La Vinca.
  3. Marrero, Águedo (2004): «El Drago de Gran Canaria. Dracaena tamaranae. Entre la Magia y la Realidad.», en Rincones del Atlántico, nº 1.
  4. a b «Dracaena draco». Real Jardín Botánico: Proyecto Anthos. Consultado el 25 de noviembre de 2009. 
  5. Sinónimos en Kew

Enlaces externos