Diferencia entre revisiones de «Crucifixión de Jesús»

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La '''[[crucifixión]] de [[Jesús de Nazaret]]''' es un hecho narrado en los [[Evangelio]]s, que relata la muerte de Cristo en el Gólgota.
La '''[[crucifixión]] de [[Jesús de Nazaret]]''' es un hecho narrado en los [[Evangelio]]s, que relata la muerte de Cristo en el Gólgota.


Tras su detención, Jesús fue llevado al palacio del sumo sacerdote [[Caifás]] (según el [[Evangelios|Evangelio]] de Juan, fue llevado primero a casa de [[Anás]], suegro de Caifás). Allí fue juzgado ante el [[Sanedrín]]. Se presentaron falsos testigos, pero como sus testimonios no coincidían no fueron aceptados. Finalmente, Caifás preguntó directamente a Jesús si era el [[Mesías]], y Jesús dijo: «Tú lo has dicho». El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras ante lo que consideraba una blasfemia. Los miembros del Sanedrín escarnecieron cruelmente a Jesús.<ref> {{Biblia|Mt|26:57-68}}, {{Biblia|Mc|14:53-65}}, {{Biblia|Lc|22:63-71}}.</ref> En el Evangelio de Juan, Jesús fue llevado primero ante Anás y luego ante Caifás. Sólo se detalla el interrogatorio ante Anás, bastante diferente del que aparece en los sinópticos.<ref> {{Biblia|Jn|18:19-29}}</ref> Pedro, que había seguido a Jesús en secreto tras su detención, se encontraba oculto entre los sirvientes del sumo sacerdote. Reconocido como discípulo de Jesús por los sirvientes, le negó tres veces —dos según el Evangelio de Juan—, como Jesús le había profetizado.<ref> {{Biblia|Mt|26:69-75}}, {{Biblia|Mc|14:66-72}}, {{Biblia|Lc|22:55-62}}, {{Biblia|Jn|18:15-27}}.</ref>
Tras su detención, Jesús fue llevado al palacio del sumo sacerdote [[Caifás]] (según el Evangelio de Juan, fue llevado primero a casa de [[Anás]], suegro de Caifás). Allí fue juzgado ante el [[Sanedrín]]. Se presentaron falsos testigos, pero como sus testimonios no coincidían no fueron aceptados. Finalmente, Caifás preguntó directamente a Jesús si era el [[Mesías]], y Jesús dijo: «Tú lo has dicho». El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras ante lo que consideraba una blasfemia. Los miembros del Sanedrín escarnecieron cruelmente a Jesús.<ref> {{Biblia|Mt|26:57-68}}, {{Biblia|Mc|14:53-65}}, {{Biblia|Lc|22:63-71}}.</ref> En el Evangelio de Juan, Jesús fue llevado primero ante Anás y luego ante Caifás. Sólo se detalla el interrogatorio ante Anás, bastante diferente del que aparece en los sinópticos.<ref> {{Biblia|Jn|18:19-29}}</ref> Pedro, que había seguido a Jesús en secreto tras su detención, se encontraba oculto entre los sirvientes del sumo sacerdote. Reconocido como discípulo de Jesús por los sirvientes, le negó tres veces —dos según el Evangelio de Juan—, como Jesús le había profetizado.<ref> {{Biblia|Mt|26:69-75}}, {{Biblia|Mc|14:66-72}}, {{Biblia|Lc|22:55-62}}, {{Biblia|Jn|18:15-27}}.</ref>


A la mañana siguiente, Jesús fue llevado ante [[Poncio Pilato]], el procurador romano. Tras interrogarle, Pilato no le halló culpable, y pidió a la muchedumbre que eligiera entre liberar a Jesús o a un conocido bandido, llamado [[Barrabás]]. La multitud, persuadida por los príncipes de los sacerdotes, pidió que se liberase a Barrabás, y que Jesús fuese crucificado. Pilato se lavó simbólicamente las manos para expresar su inocencia de la muerte de Jesús.<ref> {{Biblia|Mt|27:11-26}}, {{Biblia|Mc|15:1-15}}. El Evangelio de Lucas añade que Pilato envió a Jesús ante [[Herodes Antipas]], tetrarca de Galilea, que se encontraba de visita en Jerusalén. Según este relato, Jesús no quiso contestar a las preguntas de Antipas, quien lo envió de nuevo a Pilato ({{Biblia|Lc|23:1-25}}). En el Evangelio de Juan, por otro lado, se añaden dos diálogos entre Jesús y Pilato que no aparecen en el resto de los relatos de la Pasión ({{Biblia|Jn|18:28-19:16}}).</ref>
A la mañana siguiente, Jesús fue llevado ante [[Poncio Pilato]], el procurador<ref> Se sabe que el cargo de Pilato no era en realidad el de procurador, sino el de prefecto. Figura erróneamente con ese cargo no solo en los evangelios, sino también en la obra del historiador [[Flavio Josefo]].</ref> romano. Tras interrogarle, Pilato no le halló culpable, y pidió a la muchedumbre que eligiera entre liberar a Jesús o a un conocido bandido, llamado [[Barrabás]]. La multitud, persuadida por los príncipes de los sacerdotes, pidió que se liberase a Barrabás, y que Jesús fuese crucificado. Pilato se lavó simbólicamente las manos para expresar su inocencia de la muerte de Jesús.<ref> {{Biblia|Mt|27:11-26}}, {{Biblia|Mc|15:1-15}}. El Evangelio de Lucas añade que Pilato envió a Jesús ante [[Herodes Antipas]], tetrarca de Galilea, que se encontraba de visita en Jerusalén. Según este relato, Jesús no quiso contestar a las preguntas de Antipas, quien lo envió de nuevo a Pilato ({{Biblia|Lc|23:1-25}}). En el Evangelio de Juan, por otro lado, se añaden dos diálogos entre Jesús y Pilato que no aparecen en el resto de los relatos de la Pasión ({{Biblia|Jn|18:28-19:16}}).</ref>


Jesús fue azotado, lo vistieron con un manto rojo, le pusieron en la cabeza una corona de espinas y una caña en su mano derecha. Los soldados romanos se burlaban de él diciendo: «Salud, rey de los Judíos».<ref>{{Biblia|Mt|27:26-31}}, {{Biblia|Mc|15:15-20}}</ref> Fue obligado a cargar la cruz en la que iba a ser crucificado hasta un lugar llamado [[Calvario|Gólgota]], que significa, en [[Idioma arameo|arameo]], «lugar del cráneo». Le ayudó a llevar la cruz un hombre llamado [[Simón de Cirene]].
Jesús fue azotado, lo vistieron con un manto rojo, le pusieron en la cabeza una corona de espinas y una caña en su mano derecha. Los soldados romanos se burlaban de él diciendo: «Salud, rey de los Judíos».<ref>{{Biblia|Mt|27:26-31}}, {{Biblia|Mc|15:15-20}}</ref> Fue obligado a cargar la cruz en la que iba a ser crucificado hasta un lugar llamado [[Calvario|Gólgota]], que significa, en [[Idioma arameo|arameo]], «lugar del cráneo». Le ayudó a llevar la cruz un hombre llamado [[Simón de Cirene]].


Dieron de beber a Jesús vino con hiel. Él probó pero no quiso tomarlo. Tras crucificarlo, los soldados se repartieron sus vestiduras. En la cruz, sobre su cabeza, pusieron un cartel en arameo, griego y latín con el motivo de su condena: "Este es Jesús, el Rey de los Judíos", que a menudo en pinturas se abrevia [[INRI]] —«''Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum''», literalmente «''Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos''»—. Fue crucificado entre dos ladrones.<ref> {{Biblia|Mt|27:32-44}}, {{Biblia|Mc|15:21-32}}, {{Biblia|Lc|23:26-43}}, {{Biblia|Jn|19:16-24}}. Juan no menciona a Simón de Cirene. Afirma que Jesús fue crucificado entre otras dos personas, pero no dice que fuesen ladrones.</ref>
Dieron de beber a Jesús vino con hiel. Él probó pero no quiso tomarlo. Tras crucificarlo (muy probablemente en una crux simplex, o sea un madero de tormento), los soldados se repartieron sus vestiduras. En la cruz, sobre su cabeza, pusieron un cartel en arameo, griego y latín con el motivo de su condena: "Este es Jesús, el Rey de los Judíos", que a menudo en pinturas se abrevia [[INRI]] —«''Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum''», literalmente «''Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos''»—. Fue crucificado entre dos ladrones.<ref> {{Biblia|Mt|27:32-44}}, {{Biblia|Mc|15:21-32}}, {{Biblia|Lc|23:26-43}}, {{Biblia|Jn|19:16-24}}. Juan no menciona a Simón de Cirene. Afirma que Jesús fue crucificado entre otras dos personas, pero no dice que fuesen ladrones.</ref>


Hacia las tres de la tarde, Jesús exclamó: «Elí, Elí, lemá sabactani», que en [[idioma arameo|arameo]] significa: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?», según los evangelios de Mateo y Marcos.<ref> {{Biblia|Mt|27:45-50}}, {{Biblia|Mc|15:33-41}}</ref> Las palabras finales de Jesús difieren en los otros dos evangelios.<ref>{{Biblia|Lc|15:39-46}}. {{Biblia|Jn|19:25-30}}</ref> También hay diferencia entre los evangelios en cuanto a qué discípulos de Jesús estuvieron presentes en su crucifixión: en Mateo y Marcos, son varias de las mujeres seguidoras de Jesús; en el Evangelio de Juan se menciona también a la madre de Jesús y al "discípulo a quien amaba" (según la tradición cristiana, se trataría del apóstol [[Juan el Apóstol|Juan]], aunque en el texto del evangelio no se menciona su nombre).
Hacia las tres de la tarde, Jesús exclamó: «Elí, Elí, lemá sabactani», que en [[idioma arameo|arameo]] significa: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?», según los evangelios de Mateo y Marcos.<ref> {{Biblia|Mt|27:45-50}}, {{Biblia|Mc|15:33-41}}</ref> Las palabras finales de Jesús difieren en los otros dos evangelios.<ref>{{Biblia|Lc|15:39-46}}. {{Biblia|Jn|19:25-30}}</ref> También hay diferencia entre los evangelios en cuanto a qué discípulos de Jesús estuvieron presentes en su crucifixión: en Mateo y Marcos, son varias de las mujeres seguidoras de Jesús; en el Evangelio de Juan se menciona también a la madre de Jesús y al "discípulo a quien amaba" (según la tradición cristiana, se trataría del apóstol [[Juan el Apóstol|Juan]], aunque en el texto del evangelio no se menciona su nombre).
Jesus de Nazaret dice Todo esta Cumplido Padre en tus manos encomiendo mi espiritu y expiro.

=== La muerte de Cristo ===
Según los [[Evangelios]] el Tribunal Supremo Judío (Sanedrín) lo entregó en manos de los romanos luego de condenarle por blasfemia(Mt 26:3, 57; Lu 3:2; Jn 11:49, 51; 18:13, 14, 24, 28) .<ref>http://www.libros1888.com/08_Behold.htm</ref> <ref>“¡Ay de mí por la casa de Janín [Anás], ay de mí por sus calumnias!”. (Talmud, Pes. 57ª)</ref>A pesar de lo anterior, Jesús fue condenado a morir en la cruz bajo el cargo de sedición, al considerarse que se había proclamado rey, por la aplicación de la '''Lex Julia lesae maiestatis'''.

Antes de su ejecución se efectuó en Cristo el cruel preludio de la flagelación. Una revista de la Asociación Médica Estadounidense, The Journal of the American Medical Association describe así la práctica romana de azotar: “Por lo general el instrumento que se usaba era un látigo corto (flagelo, flagra horrible) con varias tiras de cuero sueltas o trenzadas, de largo diferente, que tenían atadas a intervalos bolitas de hierro o pedazos afilados de hueso de oveja... Cuando los soldados romanos azotaban vigorosamente vez tras vez la espalda de la víctima, las bolas de hierro causaban contusiones profundas, y las tiras de cuero con huesos de oveja cortaban la piel y los tejidos subcutáneos. Entonces, a medida que se seguía azotando a la víctima, las heridas llegaban hasta los músculos esqueléticos subyacentes y producían tiras temblorosas de carne que sangraba”. No se sabe cuantos latigazos recibió Cristo, pues según la costumbre judía solo se daban 39 golpes, mientras que los romanos solían flagelar mucho más.

La humillación de Cristo, lo que incluyó una corona de espinas, así como golpes, parece seguir una costumbre de las legiones que escogían a un esclavo en las saturnales de fin de año, para vestirlo de rey, humillarlo y luego sacrificarlo.

En tiempos de Jesucristo, los soldados romanos bebían un vino flojo, ácido o amargo, conocido en latín como acetum (vinagre), o, cuando estaba diluido con agua, posca. Probablemente esta fue la bebida que se le ofreció a Jesús mientras estaba en la cruz. Según unos evangelios, él rehusó el vino agrio mezclado y drogado con mirra (o hiel) que se le presentó para aliviar su sufrimiento (algunos piensan que este licor era preparado por las mujeres de Jerusalén para aliviar los dolores de las víctimas de crucifixión, y que los romanos aceptaban esto por condescendencia). (Mr 15:23; Mt 27:34; compárese con Sl 69:21.) Sin embargo, otros dicen que, poco antes de expirar, recibió vino agrio puro de una esponja que le acercaron a la boca. (Jn 19:28-30; Lu 23:36, 37.)

El evangelio según Juan (20:25), dice que a Jesús le clavaron las manos, sin embargo, la palabra griega para mano, usada en el evangelio, es "χείρ" (kjeír), que se refiere tanto al antebrazo como a la mano. Esta palabra utilizada en los evangelios traducida como “mano” es utilizada también en Hechos 12:7 donde se narra que las cadenas de Pedro cayeron de “sus manos” siendo que éstas debieron de estar colocadas en sus muñecas. Así que es posible que los clavos hayan sido puestos en las muñecas para evitar el desgarro de las manos por el peso del cuerpo. Otra posibilidad sugerida por el doctor Frederick Zugibe, ex jefe médico forense del condado de Rockland, Nueva York (quien efectuó pruebas en pasientes voluntarios y en cadáveres desde 1984), es que los clavos pudieron haber sido colocados entrando en la palma, en la base del dedo pulgar y saliendo por la muñeca, pasando por el túnel carpiano.<ref>"Forensic and Clinical Knowledge of the Practice of Crucifixion", por el Dr. F. Zugibe. http://e-forensicmedicine.net/Turin2000.html</ref>

¿Cómo pudieron ser fijados sus pies? Los restos de un hombre de hace 2000 años, que fueron encontrados accidentalmente en el verano de 1968 por unos trabajadores en la localidad de "Giv'at ha-Mivtar" (Ras el-Masaref), al norte de Jerusalén, entregan la única pista arqueológica.<ref>V. Tzaferis, "Jewish Tombs at and Near Giv'at ha-Mivtar," Israel Exploration Journal 20:31, 1971.</ref> El arqueólogo V. Tzaferis revisó los restos encontrando que en el hueso del calcáreo derecho del difunto aún se encontraba un clavo oxidado. Se trataba de un hombre joven que había sido crucificado en la época aproximada de Jesús y sus apóstoles. Un examen del hallazgo a partir de fotografías, moldes y radiografías de los huesos, hecho por el profesor Josef Zias (del Departamento de Antigüedades y Museos de Israel) y Eliezer Seketes (de la Universidad Hebrea y Escuela de Medicina Hadassha), en 1985 demostró que el clavo era de sólo 11,5 cm. por lo que que cada pie fue clavado por el talón de manera independiente a los lados del poste central de la cruz.<ref>J. Zias & E. Seketes; 1985; "The Crucified Man from Giv'at ha-Mivtar: A Reappraisal", Israel Expoloration Journal, volumen 35, páginas 22-27</ref> Bien podría haber sucedido así con Jesús. Hoy se sabe que, anatómicamente, clavar los pies por el empeine dificultaría que el reo levantara el cuerpo para respirar, acelerando su muerte.

Por supuesto, lo anterior solo son posibilidades, ya que los romanos podían ser muy ingeniosos en su crueldad. El historiador Judío [[Flavio Josefo]] escribió que durante el asedio de Jerusalén (70 DC.) los soldados romanos “fuera de si de rabia y odio se divertían clavando a sus prisioneros ‘‘en diferentes posturas (allon allói skhémati)’’”. <ref>"La Guerra de los Judíos" 5:451-452.</ref>

La muerte en cruz era multicausal, desde desangramiento([[shock]] hipovolémico), hasta severas infecciones por las heridas (sepsis). Como los musculos intercostales y el diafrácma quedaban muy expandidos al tener los brazos levantados, el reo podía morir por asfixia (hipóxia), al cansarse y no poder levantarse para respirar. Podía morir por deshidratación, insolación, paro cardíaco, inanición, etc. La extrema situación de jesús, debilitado por la falta de sueño, severamente golpeado, desangrado, y en un estado anímico muy bajo, podría haber facilitado su muerte temprana, de modo que no fue necesario practicarle el rompimiento de las piernas (crurifragium), que se solía usar para acelerar la muerte por asfixia al impedir levantar el cuerpo y respirar.

Era común que los grupos de ejecución estuvieran compuestos de cuatro soldados y un centurión, y que estos pudieran reclamar los bienes de la víctima como parte de su salario.

== La cruz de Cristo ==

=== Crux immissa ===
[[Archivo:Crux Immissa.jpg|thumb|250px|rigth|La tradición consigna que Cristo habría muerto en una cruz immissa.]]
Es imposible saber a ciencia cierta cual era la forma de la cruz en que murió Cristo debido al escueto relato que nos brindan los evangelios. La teoría más aceptada es la de la más temprana tradición eclesiástica, que consiste en la típica cruz immissa (con el travesaño abajado para colocar el “títulus” o letrero del cargo).

El Evangelio según Mateo 27:37 dice que el ‘‘titulus’’ fue puesto “por encima y arriba” (Gr.: ‘‘‘Epanó’’’, de la preposición “épi”: Encima, y “ana”: “Por sobre”<ref>James Sorong, “New Strong’s Complete Dictionary of the Biblical Words” (Nuevo Diccionario Completo de Palabras Biblicas de Strong). G 1883</ref>) de la cabeza de Jesús. Si a Jesús se le hubiese fijado en otro tipo de cruz (commissa, o simplex), el ‘‘titilus’’ se habría puesto sobre sus manos o a una altura que le habría dificultado incorporarse para respirar. El profesor J. H. Bernard indica que ésta declaración en Mateo “sugiere que la cruz era de la forma llamada crux immissa, con un travesaño para los brazos, como los pintores generalmente han representado que es.” <ref>A Critical & Exegetical Commentary on the Gospel According to St. John, 1929, Vol. 2, Pág. 628.</ref> La International Standard Bible Encyclopedia hace la misma observación: “La forma que normalmente se ven en las pinturas, la crux immissa (Cruz Latina “t”), es aquella donde el poste derecho se proyecta con un travesaño más corto. Por la mención de la inscripción clavada sobre la cabeza de Jesús, puede seguramente inferirse que ésta era la forma de la cruz en que Él murió.” (Vol. 1, Pág. 826).

Respecto a la tradición cristiana tenemos aquí algunos ejemplos<ref>Algunos han citado también al “Seudo–Bernabé” y afirman que se remonta hasta el siglo I DC. Sin embargo, sus manuscritos más antiguos son del siglo IV DC. Respecto al “Seudo-Bernabé”, la Cyclopædia de M’Clintock y Strong declara: “Evidentemente el escritor no estaba familiarizado con las Escrituras Hebreas, y [además] ha cometido el disparate de suponer que Abrahán haya conocido el alfabeto griego varios siglos antes que existiera.” (Págs. 27-8).</ref> :

{{cita|[[Justino Mártir]] (escribió en el 148 y 161 DC.)
''“Y Dios a través de Moisés muestra de otro modo el poderío del misterio de la cruz, cuando Él dijo la bendición con la cual bendijo a José (Deut. 33:13, 17): ‘Y sobre la frente de aquel que es príncipe entre sus hermanos. Como el primogénito de su toro, es su gloria Y sus astas como astas de búfalo; Con ellos acorneará los pueblos juntos hasta los fines de la tierra’. Ahora, nadie puede decir o probar que las astas [cuernos] de un búfalo representan cualquier otra cosa o figura sino el símbolo de la cruz. Pues se coloca un madero en posición vertical, del cual se levanta el extremo más elevado en un cuerno, cuando se le encaja el otro madero, y los extremos aparecen en ambos lados como cuernos unidos al primer cuerno. La parte que se conecta que está en el centro, donde se suspende aquellos que son crucificados, también sobresale como un asta; y se parece a un asta acoyuntada y conectada con las otras astas.”''<ref>Justino Mártir, "Diálogo", 91.</ref>}}

{{cita|'''Fírmico''' (escribió en 346 DC.)
''“¿Cuáles son esos cuernos que él alardea que posee? ...Los cuernos no significan otra cosa sino la venerable señal de la cruz. Por un “cuerno” de esta señal, el que es alargado y vertical, el universo se sostiene y a la tierra sostuvo apresuradamente; y por la juntura de los dos cuernos qué van hacia los lados el Este está emocionado y el Oeste apoyado... Cristo, con tus brazos extendidos apoyas el universo y la tierra y el reino de los cielos... Para conquistar a Amalec, Moisés, extendió hacia afuera sus brazos e imitado estos cuernos.”''<ref>Firmico, "Error de las religiones profanas", 21.3-6.</Ref>}}

{{cita|'''Rufino''' (escribió cerca del 404 DC.)
''“Estas palabras, la altura y anchura y profundidad, son una descripción de la cruz. La porción de ella qué está fijada en la tierra él llamó la profundidad. Por altura él quiso decir la parte que se estira sobre la tierra y va hacia arriba, por la anchura las partes que se extienden hacia fuera a la mano derecha y la izquierda... Su [Cristo] las manos extendidas, es más, según el profeta inspirado, él las mantuvo así a lo largo de todo el día hacia el pueblo que estaba sobre la tierra, testificándoles a los incrédulos y dando la bienvenida a los creyentes.”''<ref>Rufino, "El Credo de los Apóstoles", 14</ref>}}

{{cita|San [[Agustín]] (escribió entre el 412 y 414 DC.)
''“Así, ‘que, arraigados y cimentado en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura y la longitud, la profundidad y la altura’, es decir, la cruz del Señor. Su anchura es simbolizada por la viga transversal en donde las manos se extienden; la longitud desde la tierra el poste que es donde el cuerpo entero desde las manos hacia abajo se ata; la altura, desde el poste hacia la cima lo que está cercano a la cabeza; la profundidad es la parte que está oculta, enterrada en la tierra.”''<ref>Agustín, "De Doctrina Cristiana", 2.41.</ref>

''“La figura de la cruz se presenta en este misterio. Él, quién murió, fue por qué él mismo lo dispuso, y murió cuando él mismo lo dispuso. No fue sin razón, por qué él escogió éste tipo de muerte, ni él la hubiese escogido, excepto porque en ella Él se destacó como el amo de esta anchura, longitud, altura y profundidad. Ya que, hay anchura en el travesaño el cual se amarra arriba; esto se refiere a las buenas obras porque las manos se extienden allí. Hay longitud en la parte visible de la viga que se extiende hacia abajo a la tierra... La altura está en esa parte de la cruz que se extiende desde el travesaño hacia arriba, y se deja sobresalir para que apunte hacia arriba, es decir, desde la cabeza de los crucificados... Y ahora, verdaderamente, la parte de la viga que no se ve, cual es la que se entierra y se esconde, desde donde se levanta todo hacia arriba, significa la profundidad de la gracia que nos es dada gratuitamente.”''<ref>Agustín, Epístola, 26</ref>.}}

La principal objeción histórica que se ha hecho a estas y otras tradiciones eclesiásticas es la lejanía temporal (entre 100 y 200 años) respecto a lo descrito en los evangelios, y a que se basarían en idealizaciones más bien que en una auténtica memoria histórica. Incluso parecen ser simples interpolaciones de lo que los autores veían a diario en las ejecuciones romanas más bien que tradiciones de lo sucedido en Judea. Ejemplos de interpolaciones semejantes se ven en el más primitivo arte paleocristiano se representaba a Cristo sin barba y con atuendo romano, lo que no corresponde con el fenotipo y costumbres judías que hoy conocemos del tiempo de Cristo.

También la tradición muestra sus deficiencias como determinante de la autentica crucifixión de Jesús al empezar a representar a Cristo cargando una cruz completa, la cual pesaría unos 135 kilos. La representación más antigua conocida sobre este error es cerca del 430 DC. Si se toma en cuenta que la crucifixión fue prohibida por Constantino en el 337, tenemos que en menos de 100 años la tradición cristiana olvidó que los romanos solo hacían cargar el travesaño.<ref>Yves Christe's Art of the Christian World, Págs. 51, 482.</ref> La tradición también erró al imaginar la posición de los clavos en las manos y la disposición de los pies en la cruz.

=== Crux Commissa ===
[[Archivo:Crux Commissa.jpg|thumb|250px|rigth|Cruz tau o Commissa.]]
La otra posibilidad, es que Cristo habría muerto en una cruz patibular commissa o de “San Antonio”. La base de esta afirmación es que, según las fuentes griegas y latinas, esta es la forma más común y acostumbrada de crucifixión en el imperio romano, y que no sería necesario abajar el travesaño para colocar el titulus, pues aumentar el ángulo de los brazos dejaría un espacio suficiente sobre la cabeza.

El uso de las crux commissa fue tan común en el imperio romano que con el tiempo se consideró popularmente como la forma más natural de la cruz, llegando a asimilarse esta forma con la palabra misma. [[Luciano de Samosata]], escritor de origen sirio en lengua griega del siglo II DC., en su obra satírica “El Juicio de las Vocales”, constata este estilo de crucifixión en el imperio romano: “Así injuria a los hombres (la letra Τ) en cuanto a las palabras; y de hecho, ¡cómo los ultraja! Lamentándose los hombres, deploran su desgracia y maldicen a Cadmo por haber introducido la Tau (Τ) en el Gremio de las letras. Dicen que los tiranos la tomaron por modelo e imitaron su forma para labrar bajo el mismo tipo los maderos y fijar en una cruz en ellos a los hombres; y que de esta máquina infame proviene su nombre infame. Yo creo que no puede imponérsele en justicia otra pena menor que condenarla al suplicio de sí misma, para que en su propia figura expíe su delito, ya que la cruz se formo por ella y por ella también la llamaron así los hombres”. <ref>"El Juicio de las Vocales", párrafo 12, traducción de D. Cristóbal Vidal y F. Delgado, Universidad de Sevilla. Madrid, 1901.</ref> Esta relación entre la palabra “stauros” y la letra “Tau” no significa que etimológicamente “stauros” signifique “fijar en Tau”, sino que es un simple juego de palabras que refleja la manera natural y usual en que los hombres evocaban este instrumento de muerte.

Respecto a la tradición cristiana que defiende esta forma de la cruz damos los siguientes ejemplos:

{{cita|[[Tertuliano]] (escribió entre el 190 y 220 DC.)
''“Pero, para regresar a Moisés ahora, por qué, me pregunto, ¿él estrictamente en el momento cuando Josué estaba luchando contra Amalec, oró sentado y extendió las manos,... a excepción de que allí,... la figura de la cruz también era necesaria...”''<ref>Contra Marción . 3.18.6.</ref>
''“Ahora la letra griega TAU en nuestra propia letra es una T y es la misma forma de la cruz”''<ref>Ibíd, Libro 3, Capítulo 22).</ref>}}

{{cita|[[Jerónimo]] (vivió en 347-420 DC.)
''“¿Qué es lo que dice el indignado? ‘Podía esto ser vendido por más de trescientos denarios’, porque él, quién sería ungido con este perfume se le crucificó. Nosotros leemos en Génesis que el arca cual Noé construyó era de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura. Noten la importancia mística de los números... El trescientos contiene el símbolo de la crucifixión. La letra T (tau) es la señal para trescientos.”''<ref>Homilía, 84.</ref>}}

=== Cux Simplex ===
[[Archivo:Madero de Tormento "Stauros".jpg|thumb|150px|left|Algunos creen que cristo pudo morir en una cruz sin travesaño.]]
Otra forma de imaginar la cruz de Cristo es la de una crux simplex o poste vertical sin travesaño, con las manos directamente sobre la cabeza, sostenida por unos pocos eruditos de la primera mitad del siglo XX y los [[Testigos de Jehová]].

En 1879 Hermann Fulda escribió: “No había árboles disponibles en todo lugar que se escogía para una ejecución pública. Por eso, se hundía en el terreno una simple viga. A esta, con las manos levantadas hacia arriba, y frecuentemente también con los pies, se ataba o clavaba a los forajidos... Jesús murió en un simple madero de ejecución: En apoyo de esto tenemos el testimonio de a) el uso que se acostumbraba dar a este medio de ejecución en el Oriente, b) indirectamente la historia misma de los sufrimientos de Jesús y c) muchas expresiones de los padres primitivos de la iglesia”.<ref>Hermann Fulda, "Das Kreuz und die Kreuzigung" (La cruz y la crucifixión), Breslau (Wroclaw), 1878, pp. 109, y 219, 220</ref>

También, en 1904, Paul Wilhelm Schmidt escribió: “Además de azotes, según los relatos evangélicos, solo puede considerarse la forma más sencilla de crucifixión romana como el castigo que se infligió a Jesús, colgar su cuerpo desnudo de un madero que, por cierto, Jesús tuvo que cargar o arrastrar hasta el lugar de la ejecución para intensificar el ignominioso castigo... Cualquier cosa que no fuera un simple colgamiento queda descartado por el método de ejecuciones en masa que frecuentemente se seguía:… Por Quadrato (Guerra de los judíos II 12. 6), por el procurador Félix (Guerra de los judíos II 15. 2 [13. 2]), por Tito (Guerra de los judíos VII. 1 [V 11. 1])”.<ref>Paul Wilhelm Schmidt, "Die Geschichte Jesu" (La historia de Jesús), tomo 2, Tubinga y Leipzig, 1904, pp. 387-389</ref>Aún hoy algunos estudiosos reconocen que la crux simplex podía ser usada por los romanos hasta en los días de Jesús, dependiendo de factores como el número de víctimas a crucificar, la disponibilidad de madera y la premura en las ejecuciones.

La principal objeción a esta tesis es la descripción de los propios evangelios, especialmente Juan 20:24 y 25, donde se da a entender una pluralidad indeterminada de clavos usados en las manos de Cristo. Sin embargo eso es de fácil solución, ya que las manos se podían clavar de modo independiente sin recurrir a un travesaño (misma situación que se conoce ''podía'' suceder con los pies desde el hallazgo del “Hombre de Giv'at ha-Mivtar”, mencionado anteriormente). Lo mismo puede decirse respecto a la ubicación del ‘‘títulus’’ sobre la cabeza (Mateo 27:37), pues este no se describe clavado, con lo que perfectamente podía ser colgado de los clavos de las manos o desde un clavo en el espacio entre ambos brazos.

La otra objeción es que la tradición cristiana antigua testifica una cruz patibular para el caso de Cristo. Pero, por lo considerado anteriormente, la tradición cristiana es, cuando menos, discutible.

Las principales virtudes de esta tesis son: El mismo hecho de que la cruz patibular prolongara la agonía contradice los evangelios que describen el apuro de los romanos en acelerar la muerte en la víspera de la Pascua. El significado literal de la palabra griega para cruz (stauros)<ref>El sustantivo griego original para referirse a una cruz es "Staurós" (σταυρός), que procede de "Istemi", que significa erguir o mantener en pie, que a su vez viene del indoeuropeo "Stáo", que denota posición vertical firme (y de ahí "Stern" y "Stand" en alemán e inglés, dos idiomas que provienen del indoeuropeo). Así que el significado original del término griego es "poste vertical". Pues en un principio los orientales fijaban en ese tipo de cruces a los delincuentes. (James Strong, "Strong's Complete Dictionary of the Biblical Word" ("Completo Diccionario Strong de Palabras Bíblicas), G4716, G2476).[</ref> y la reconocida escasez endémica de madera en Palestina, unida a la tremenda cantidad de víctimas ejecutadas en la época de Jesús. El historiador Judío [[Flavio Josefo]] cuenta que cuando se reprimió una gran revuelta Judía, al tiempo de la muerte de Herodes el Grande, la gran cantidad de victimas y la escasez de madera llevó al general Varo a clavar a 2.000 personas a árboles de olivo y a los muros de la ciudad de Jerusalén por no contar con madera suficiente, y que en el asedio de Jerusalén (70 DC.), por la misma razón, no había suficientes madera para construir el muro de asedio, así que se tuvo que exportar madera de Siria desde varios kilómetros de distancia. [[Josefo]] también escribió sobre los ejecutados en esa ocasión: “tan grande era su número que no podía encontrarse espacio para las cruces ni cruces para los cuerpos”. <ref>“La Guerra de los judíos”, II, 2:12. 6; 5:11 & 451-452</ref> Por eso Josef Zias, ex curador del área de antropología y arqueología del Departamento de Antigüedades y Museos de Israel, sostiene que en casos de ejecuciones masivas como las descritas por [[Josefo]] "El número de individuos a ser crucificado, de hecho, puede determinar la forma en que la ejecución tuvo forma. Así, como en el caso de los 6.000 prisioneros de guerra que fueron crucificados a lo largo de la Vía Apia, entre las ciudades de Roma y Cappua, como parte de una celebración de la victoria (cuando Espartaco fue derrotado), parece plausible creer que fue ocupada la forma más rápida y eficiente. Eso sería simplemente ''atar a la víctima al árbol o cruz con sus manos directamente suspendida sobre su cabeza''". <ref>http://www.centuryone.org/crucifixion2.html</ref>.

Así pues, Jesús bien podría haber sido ejecutado tan solo en un madero de no más de 2 mt (en vista de las escasas dimensiones de la madera de olivo). De esa forma se resuelve la objeción de que un poste grande habría sido demasiado para cargarlo, o que no habría sido posible cargarlo sobre los dos hombros.

=== Lignum Infelix ===
[[Archivo:Arbor Infelix.jpg|thumb|200px|rigth|Joe Zias propone que Cristo podría haber muerto en un árbol.]]
Es bien conocida la escasez de madera en la Judea de los días de Jesús. En efecto, la madera de calidad para grandes construcciones debía ser importada del Líbano, principalmente cedro y pino; pero también había escasez de madera para otros usos pues los únicos árboles en Judea eran frutales muy valiosos como para cortarlos sin una razón de peso; sólo el olivo era abundante, pero de baja estatura y muy nudoso, pero por su fruto seguía siendo más valioso que un criminal o un esclavo que fuera a ser ejecutado. Eso hace difícil entender que los romanos ocuparan más madera de la necesaria en las ejecuciones.

Eso nos lleva a la última posibilidad propuesta por Joe Zias, de que los romanos usarían como cruces árboles de olivo aún vivos, lo que representaría un ahorro de madera aún más significativo, ya que tan solo se usarían unos pequeños palos como travesaños. De hecho, en la literatura cristiana apócrifa se habla de la cruz de cristo como un árbol:

{{cita|'''Las Odas de Salomón''' (desde finales del siglo I hasta principio del siglo II DC.)
“Extendí mis manos y las acerqué a mi Amo, Porque la extensión de mis manos es Su signo: Mi expansión es el árbol extendido, el cuál estaba levantado en el camino del Justo. (Oda 42:1-2).}}

Esta tesis se sustenta en que en el “Nuevo Testamento” también se usa la palabra griega xylon, que entre otras acepciones tiene el significado de ‘‘“árbol”’’, para referirse a la cruz (Hechos 5:30, 10:39, 13:29; Gálatas 3:13; 1ª Pedro 2:24). El sentido de ‘‘“árbol”’’ para la palabra ‘‘xylon’’ está también confirmado en La “Anabasis” de Jenofonte, 6.4-5.; y Apocalipsis 22:14. En los tiempos prerrepublicanos, los romanos en ocasiones castigaban a los esclavos desobedientes atándolos a los árboles baldíos y se les azotaban hasta su muerte.<ref>Joseph A. Fitzmyer, CBQ 40: 509, 1978.</ref> Ocasionalmente las víctimas igualmente eran obligadas a cargar el patíbulo. A esta forma de castigo se le llamó ‘‘arbor infelix ó infelix lignum’’, y varios escritores del latín más tarde usaron esta antigua expresión para referirse a la crucifixión. Como resultado, a la cruz se le conoció como un arbor ó lignum (ambas palabras latinas significan “árbol”). <ref> “Ab Urbe Condita”, Tito Livio, 1.26.10-11. “Pro Rabirio”, Cicerón 4.13. “Epístola 101.14” Séneca el jóven.</ref><ref>fotografías de olivos del siglo II DC., encontradas en Ain Karim, Israel, con evidentes huellas de haber sido usados como cruces, pueden ser vistas en: http://www.greatcommission.com/israel/2003031.jpg y http://www.greatcommission.com/israel/2003030.jpg.</ref>

=== Conclusión ===
Durante el imperio romano la crucifixión fue una práctica terrible mantenida por unos 800 años al ser heredada de pueblos orientales. Su propósito no solo era castigar al reo, sino cumplir una función disuasiva, lo más importante para los romanos era el impacto en el público. En el caso de Jesús es evidente que ese impacto se cumplió, mucho más allá de lo previsto por sus ejecutores, pues millones de personas han vivido hasta hoy inspirados por ese sacrificio de hace 20 centurias.


== Referencias ==
== Referencias ==
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== Enlaces externos ==
== Enlaces externos ==
* [http://www.horasdelapasion.org horasdelapasion.org]. Oración con el libro "Horas de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo" escrito por la religiosa Luisa Piccarreta.
* [http://www.horasdelapasion.org horasdelapasion.org]. Oración con el libro "Horas de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo" escrito por la Sierva de Dios Luisa Piccarreta.


[[Categoría:Eventos en la vida de Jesús]]
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Revisión del 20:07 24 abr 2010

Cristo crucificado, por Diego Velázquez.

La crucifixión de Jesús de Nazaret es un hecho narrado en los Evangelios, que relata la muerte de Cristo en el Gólgota.

Tras su detención, Jesús fue llevado al palacio del sumo sacerdote Caifás (según el Evangelio de Juan, fue llevado primero a casa de Anás, suegro de Caifás). Allí fue juzgado ante el Sanedrín. Se presentaron falsos testigos, pero como sus testimonios no coincidían no fueron aceptados. Finalmente, Caifás preguntó directamente a Jesús si era el Mesías, y Jesús dijo: «Tú lo has dicho». El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras ante lo que consideraba una blasfemia. Los miembros del Sanedrín escarnecieron cruelmente a Jesús.[1]​ En el Evangelio de Juan, Jesús fue llevado primero ante Anás y luego ante Caifás. Sólo se detalla el interrogatorio ante Anás, bastante diferente del que aparece en los sinópticos.[2]​ Pedro, que había seguido a Jesús en secreto tras su detención, se encontraba oculto entre los sirvientes del sumo sacerdote. Reconocido como discípulo de Jesús por los sirvientes, le negó tres veces —dos según el Evangelio de Juan—, como Jesús le había profetizado.[3]

A la mañana siguiente, Jesús fue llevado ante Poncio Pilato, el procurador[4]​ romano. Tras interrogarle, Pilato no le halló culpable, y pidió a la muchedumbre que eligiera entre liberar a Jesús o a un conocido bandido, llamado Barrabás. La multitud, persuadida por los príncipes de los sacerdotes, pidió que se liberase a Barrabás, y que Jesús fuese crucificado. Pilato se lavó simbólicamente las manos para expresar su inocencia de la muerte de Jesús.[5]

Jesús fue azotado, lo vistieron con un manto rojo, le pusieron en la cabeza una corona de espinas y una caña en su mano derecha. Los soldados romanos se burlaban de él diciendo: «Salud, rey de los Judíos».[6]​ Fue obligado a cargar la cruz en la que iba a ser crucificado hasta un lugar llamado Gólgota, que significa, en arameo, «lugar del cráneo». Le ayudó a llevar la cruz un hombre llamado Simón de Cirene.

Dieron de beber a Jesús vino con hiel. Él probó pero no quiso tomarlo. Tras crucificarlo (muy probablemente en una crux simplex, o sea un madero de tormento), los soldados se repartieron sus vestiduras. En la cruz, sobre su cabeza, pusieron un cartel en arameo, griego y latín con el motivo de su condena: "Este es Jesús, el Rey de los Judíos", que a menudo en pinturas se abrevia INRI —«Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum», literalmente «Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos»—. Fue crucificado entre dos ladrones.[7]

Hacia las tres de la tarde, Jesús exclamó: «Elí, Elí, lemá sabactani», que en arameo significa: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?», según los evangelios de Mateo y Marcos.[8]​ Las palabras finales de Jesús difieren en los otros dos evangelios.[9]​ También hay diferencia entre los evangelios en cuanto a qué discípulos de Jesús estuvieron presentes en su crucifixión: en Mateo y Marcos, son varias de las mujeres seguidoras de Jesús; en el Evangelio de Juan se menciona también a la madre de Jesús y al "discípulo a quien amaba" (según la tradición cristiana, se trataría del apóstol Juan, aunque en el texto del evangelio no se menciona su nombre).

Referencias

  1. Mt 26:57-68, Mc 14:53-65, Lc 22:63-71.
  2. Jn 18:19-29
  3. Mt 26:69-75, Mc 14:66-72, Lc 22:55-62, Jn 18:15-27.
  4. Se sabe que el cargo de Pilato no era en realidad el de procurador, sino el de prefecto. Figura erróneamente con ese cargo no solo en los evangelios, sino también en la obra del historiador Flavio Josefo.
  5. Mt 27:11-26, Mc 15:1-15. El Evangelio de Lucas añade que Pilato envió a Jesús ante Herodes Antipas, tetrarca de Galilea, que se encontraba de visita en Jerusalén. Según este relato, Jesús no quiso contestar a las preguntas de Antipas, quien lo envió de nuevo a Pilato (Lc 23:1-25). En el Evangelio de Juan, por otro lado, se añaden dos diálogos entre Jesús y Pilato que no aparecen en el resto de los relatos de la Pasión (Jn 18:28-19:16).
  6. Mt 27:26-31, Mc 15:15-20
  7. Mt 27:32-44, Mc 15:21-32, Lc 23:26-43, Jn 19:16-24. Juan no menciona a Simón de Cirene. Afirma que Jesús fue crucificado entre otras dos personas, pero no dice que fuesen ladrones.
  8. Mt 27:45-50, Mc 15:33-41
  9. Lc 15:39-46. Jn 19:25-30

Enlaces externos

  • horasdelapasion.org. Oración con el libro "Horas de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo" escrito por la Sierva de Dios Luisa Piccarreta.