Diferencia entre revisiones de «Historia de Nápoles»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
Sin resumen de edición
Diegusjaimes (discusión · contribs.)
m Revertidos los cambios de 189.132.168.180 a la última edición de Muro Bot
Línea 53: Línea 53:
[[hu:Nápoly története]]
[[hu:Nápoly története]]
[[it:Storia di Napoli]]
[[it:Storia di Napoli]]
<nowiki>[[Archivo:Introduce aquí texto sin formato]][[Archivo:Ejemplo.jpgEjemplo.</nowiki>

Revisión del 00:36 14 abr 2010

La Historia de Nápoles es una de las más ricas de Italia. Debido a su pasado como colonia griega y su influencia normanda y española, Nápoles es una ciudad única en el mundo.

Nápoles antigua

La historia de la ciudad empieza con los griegos de Eubea, que a comienzos del siglo VIII a. C. fundaron la ciudad de Cumas, que fue probablemente la primera colonia griega de Occidente. En el siglo VII, los colonos de Cumas fundaron la ciudad de Parténope en la colina de Pizzofalcone. La ciudad se extendió tras su victoria sobre los etruscos en el 474 a. C. y tomó el nombre de Neápolis (ciudad nueva). A finales del siglo V a. C., los samnitas, instalados en los Abruzos, descendieron de sus montañas para ocupar la llanura litoral. Las ciudades griegas de la Campania, desprotegidas frente a estos aguerridos invasores, pidieron ayuda a Roma, que había repelido a los reyes etruscos y concluido la conquista del Lacio.

Nápoles, ocupada en el 328, recibió el estatuto de ciudad aliada, y conservó en el seno del imperio su característica propia de antigua ciudad griega. Sus gimnasios y escuelas alimentaron su reputación. Personajes famosos establecieron allí su residencia, como Lúculo, amigo y corresponsal de Cicerón, y Virgilio, que compuso Las Geórgicas y probablemente fue enterrado en Nápoles. En el siglo I de nuestra era, el emperador Tiberio se instaló en Capri. Hasta comienzo del siglo V a. C., Campania se mantuvo fuera de las invasiones germánicas. Pero las fronteras del imperio cayeron en el año 406, y Nápoles y su región tuvieron que enfrentarse a los godos de Alarico y posteriormente a los vándalos de Genserico. El destino del imperio se decidió en Nápoles : en el año 476 el patricio Odoacro destituyó el último emperador , Rómulo Augústulo, y lo encerró en una villa napolitana, situada donde hoy se encuentra Castel dell'Ovo.

Nápoles medieval

Cuando el emperador bizantino Justiniano emprendió la reconquista de Italia y la reconstrucción de la unificación del Imperio romano en el siglo VI, Nápoles pasó bajo su dominio (536). Entre los siglos VIII y X, la historia de la región estuvo marcada por la lucha entre lombardos y bizantinos. En los siglos X y XI, el desmoronamiento del orden feudal arrastró consigo las antiguas divisiones políticas de Campania: el ducado lombardo de Benevento fue escindido en tres principados independientes, mientras que los ducados bizantinos, prácticamente independientes de la tutela imperial, se manteníanen Gaeta, Nápoles, Sorrento y Amalfi.

Es en esta situación los normandos probaron suerte. Llegaron al sur de Italia en el siglo X , y gradualmente extendieron su dominación gracias al apoyo de la Iglesia. Tras la conquista del principado de Salerno y posteriormente de Amalfi, Capua y Nápoles en 1139 por Roger II, el sur de Italia se convirtió en un solo estado gobernado por los normandos, con Palermo como capital. Para conseguir el apoyo de la Iglesia, los normandos rindieron homenaje al Papa Nicolás II (1059) y se comprometieron al pago de un censo a la Santa Sede.

La dinastía normanda se extinguió en 1189 a la muerte de Guillermo II, sin heredero. Entonces Enrique VI del Sacro Imperio Romano Germánico reivindicó el reino de Sicilia y se apoderó del trono en 1194. Se instaló así la dinastía suaba de los Hohenstaufen, cuyo representante más destacado fue Federico II, quien impulsó la vida cultural, económica y administrativa del reino.

En 1263 Carlos I de Anjou tomó posesión del reino de Sicilia y eliminó a los últimos representantes de los Hohenstaufen, e inauguró la hegemonía angevina en el sur de Italia. Nápoles se convirtió durante seis siglos en la capital de un reino independiente. Tras numerosas revueltas feudales y revoluciones palaciegas, el periodo angevino concluyó en Nápoles en 1442, época en que sin embargo se constituyó la identidad política napolitana.

Nápoles española

Retrato de Alfonso I de Nápoles.

En 1495 el reino pasa a manos francesas.

El reino paso de manos de la Corona de Aragón, a manos del rey francés, para volver a manos españolas tras la guerra 1500-1504 entre Francia y las Españas, en la que las tropas castellanas, lideradas por El Gran Capitán, derrotaron en Ceriñola a los franceses pese a la superioridad numérica de estos. El Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, fue el propulsor de las reformas militares que llevaron a la creación de "los tercios", tropas que dieron la superioridad militar a las Españas hasta el siglo XVII. Después de la muerte de Isabel la Católica, "el Gran Capitán" fue relevado del mando y volvió a la península Ibérica, mientras que el rey Fernando II "el Católico" de las Españas (como decía Maquiavelo), sustituye las tropas castellanas y a sus mandos por tropas procedentes de la Corona de Aragón.

El siglo XVI fue uno de los periodos más prósperos de la historia napolitana. Los virreyes españoles, que gobernaron el reino en nombre de Fernando II de Aragón, Carlos V y posteriormente Felipe II, restablecieron el orden entre la nobleza local. Entre esos virreyes es muy recordado el Conde de Lemos, Pedro Fernández de Castro y Andrade, que mandó construir la universidad, entre otros edificios y medidas recordadas. La población se incrementó en más del doble, hubo que alejar las murallas y construir nuevos barrios, como los famosos barrios españoles. La aristocracia levantó en esos muros palacios sontuosos, la Iglesia de la Contrarreforma numerosas iglesias y monasterios, mientras que el campo, en los alrededores del Vesubio, se salpicaba de residencias veraniegas. Su puerto era muy activo, y las galeras velaban por la libre circulación de los buques cristianos amenazados por los piratas berberiscos en el mar Tirreno. A finales del siglo XVI, Nápoles se convirtió incluso en una de las bases de la ruta de Flandes, que abastecía de soldados y plata a las guarniciones españolas de Holanda. Este periodo de prosperidad se acabó en el segundo cuarto del siglo XVII. La bancarrota genovesa de 1622 perturbó profundamente la actividad económica del Imperio español, y de Nápoles en particular, donde los intereses genoveses eran importantes. Comprometida en guerras ruinosas, España aumentó la presión fiscal y Nápoles se rebeló en 1647.

La crisis del siglo XVII culminó en 1656 con la gran epidemia de peste que asoló en pocos meses Nápoles y la Campania. La capital perdió casi tres cuartas partes de sus habitantes y se quebró su vitalidad económica. Cuando en 1707, tras las vicisitudes de la guerra de Sucesión de España, el reino pasó bajo dominio del emperador de Austria, Nápoles no había recuperado todavía su nivel de población de antes de la peste.

Nápoles borbónica

Carlos III de España.

Los borbones heredaron el reino de Sicilia en 1734, y su rey Carlos, hijo menor de Felipe V de España, le dio el lustre de una capital de la Ilustración: el palacio de Capodimonte, el Teatro San Carlo, la Biblioteca Nacional y el Palacio Real de Caserta son una buena muestra de ello. Emprendió además las primeras excavaciones de Pompeya y Herculano. La dinastía de los Borbones conoció una popularidad innegable entre los napolitanos, que al fin habían conseguido un rey estable.

Pero en 1799 el general Championnet sitió Nápoles por orden de Napoleón y proclamó la República Partenopea. Las elites liberales que tomaron entonces el poder no consiguieron el apoyo de la población, a pesar de las extraordinarias reformas introducidas, como la constitución , el derecho de voto, la escuela de base obligatoria, y la reforma agraria: las masas napolitanas , cultivadas en la ignorancia por el paternalismo y la incapacidad gestional de los Borbones, se rebelaron contra la República, y en cuanto se retiraron las tropas francesas, la República se desmoronó y el rey Fernando recuperó su trono, después del asesinato de masa de las élites comprometidas con la República. Tras la batalla de Austerlitz Fernando, sin el apoyo de Austria, tuvo que abandonar la ciudad: Napoleón instaló en Nápoles a su hermano José, sustituido en 1808 por Joaquín Murat. A pesar de las reformas, como la abolición del feudalismo, el nuevo régimen no pudo mantenerse más que con la fuerza. El auge del bandidaje y del contrabando fue un reflejo de la oposición de la población al dominio extranjero.

La restauración de la casa de Borbón, en 1815, dio un nuevo papel a Nápoles en la Europa aristocrática y conservadora surgida del Congreso de Viena de 1815. En 1848 Fernando II cedió por un momento al empuje revolucionario autorizando la elección de un Parlamento que fue disuelto cuando decayó el entusiasmo liberal. Los últimos soberanos de la dinastía no fueron muy populares, pero utilizaron al pueblo humilde contra los sueños liberales de las élites intelectuales y burguesas. Así, la concesión de una Constitución por Francisco II el 25 de junio de 1860 provocó una insurrección popular, al grito de "Viva el rey, abajo la Constitución".

Nápoles contemporánea

También por este apoyo popular al rey, Giuseppe Garibaldi, el unificador de Italia, pudo hacer su entrada triunfal en la ciudad solo después de la anexión a la dinastía saboyana el 7 de setiembre de 1860. Después de la derrota de las tropas borbónicas en el Volturno, la población votó la incorporación del reino de las Dos Sicilias al reino de Italia. A partir de entonces, la ciudad sigue la historia de Italia en su desarrollo. En 1927 Nápoles absorbió los municipios limítrofes y se extendió hacia el oeste, a lo largo del litoral de Chiaia, hacia Posilipo y Vomero, más allá de Fuorigrotta y hacia Bagnoli y los Campos Flégreos. La construcción del aeropuerto (1936), de los funiculares que suben a Vomero, del metropolitano y de las líneas de tren de cercanías contribuyó a poner fin al aislamiento de la ciudad.

Durante la II Guerra Mundial, Campania se convirtió en un campo de batalla tras el desembarco aliado en Sicilia. Los combates fueron encarnecidos, pero tras cuatro días de insurrección (26-30 de septiembre 1943), la población napolitana expulsó a los alemanes y abrió la ciudad a los aliados.

En la posguerra Nápoles se vuelve en una gran aglomeración que desborda ampliamente su antiguo perímetro histórico. En la ciudad antigua típicamente mediterránea se codean las oficinas de grandes compañías nacionales e internacionales, las administraciones y una población pobre entregada a la artesanía tradicional y a la economía sumergida. El 23 de noviembre de 1980 hubo un terremoto que provocó profundas trasformaciones: la ciudad extiende desde entonces sus tentáculos hacia el sur, hacia el este, en la comarca de Nola y en el cinturón de pueblos al pie del Vesubio, y hacia el norte, hasta Caserta y a lo largo de la costa. Desde 1994, para ser sede de la cumbre de los siete países más ricos del mundo, Nápoles emprendió una política de reestructuración que ha cambiado profundamente el perfil de la ciudad

Enlaces externos