Diferencia entre revisiones de «Sacra Capilla del Salvador»

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Fruto del pensamiento, del arte y la técnica, y del esfuerzo corporal de tantos hombres, víctima de la estulticia, la avaricia, la desidia, y de tantos otros vicios de también otros hombres, nos ofrece en sus ricos despojos la perenne lección del trabajo bien hecho al servicio del Hombre. No de quienes los mandaron erigir a costa de sus pelulios, no de quienes vivieron de las rentas asignadas, no de quienes usaron sus púlpitos para predicar amor e imponer servidumbre, sino como un grato refugio de los hombres interiores que encontraron en su ámbito cerrado el silencio necesario para oír, y entender, al igual que su mecenas, su soledad irredenta.
Fruto del pensamiento, del arte y la técnica, y del esfuerzo corporal de tantos hombres, víctima de la estulticia, la avaricia, la desidia, y de tantos otros vicios de también otros hombres, nos ofrece en sus ricos despojos la perenne lección del trabajo bien hecho al servicio del Hombre. No de quienes los mandaron erigir a costa de sus pelulios, no de quienes vivieron de las rentas asignadas, no de quienes usaron sus púlpitos para predicar amor e imponer servidumbre, sino como un grato refugio de los hombres interiores que encontraron en su ámbito cerrado el silencio necesario para oír, y entender, al igual que su mecenas, su soledad irredenta.
[[Archivo:DSCN3567.JPG|300px|thumb|left|El Salvador de Úbeda]]






Revisión del 15:26 5 mar 2010

La Sacra Capilla de El Salvador del Mundo es el Símbolo de Úbeda. Se trata de una iglesia-panteón renacentista sita en la Plaza Vázquez de Molina de la dicha ciudad de Úbeda, (Jaén). El Salvador, es la empresa más ambiciosa de toda la arquitectura religiosa privada del Renacimiento español. Fue declarada monumento histórico-artístico en 1931.


Es el panteón del palacio de don Francisco de los Cobos y fue mandada construir por él en 1536. Es indudable que Cobos tiene idea de trascendencia y de bien hacer, en un intento de encumbrar la fama, la fortuna y la gloria personal que había alcanzado, por lo que busca colaboradores de primer nivel. Don Francisco de los Cobos (1477-1547) tuvo mucho poder y dinero: no sólo fue Secretario imperial de Carlos ! de España y V de Alemania, sino Comendador Mayor de León, Adelantado de Cazorla, Señor de las villas de Sabiote, Torres, Canena, etc, Caballero de Santiago y un largo etcétera de honores. El proyecto inicial es de Diego de Siloé (c. 1495-1563), el mejor arquitecto y escultor español del Renacimiento, y la realización de Andrés de Vandelvira a partir de 1540. El templo fue consagrado en 1559. Su primer capellán fue el Deán Ortega, para quien se construyó el gran palacio que hay a la izquierda de la fachada principal de la capilla. (actual edificio de Paradores)

Cuenta con una sola torre rematada en forma de cebolla, al estilo centroeuropeo. Formó un conjunto con el palacio Cobos, la universidad y el hospital. De hecho, el fundador, se había dirigido a Paulo III solicitando licencia para establecer junto a su capilla, "una cátedra o estudio general en donde se leyesen lecciones y se diese cualquier grado de enseñanza así como era en Bolonia, París, Salamanca o Alcalá", obteniendo respuesta satisfactoria del Pontífice en 1541.


Aparentemente, al visitante actual, la cuajada decoración escultórica de emblemas, escudos nobiliarios y símbolos funerarios de la fachada principal y del interior, apenas le conduce a entrever la más mínima seña externa alusiva al enterramiento de tan alto dignatario. Pasa tan inadvertido y solapado que únicamente es descubierta su trascendencia sepulcral si nos adentramos en el conocimiento simbólico y espiritual de los parámetros espacio-tiempo-lugar, en los que se ubica la centralizada cripta de la grandiosa y simbólica rotonda. Su forma circular, es la más perfecta para expresar lo que Palladio definía como Unidad, o esencia infinita emanada de la uniformidad y Justicia de Dios.

De complejidad decorativa y simbólica extrema, el monumento contrasta con la rancia austeridad hispánica del propio palacio del promotor de esta capilla, de sobriedad castellana extrema, en la calle Francisco de los Cobos, a un paso del templo y de esta plaza.

Descripción

  • Exterior

Es un templo funerario. Siloé aplica principios neo-pitagóricos a los planos, siguiendo a Vitrubio tanto en la longitud -ochenta pies de vara (algo más de 22 metros)-, como en la anchura -40 pies (unos once metros)-, de la nave central y en la altura -100 pies (unos veintiocho metros)-. Es, por tanto, un anticipo, en el siglo XVI, de la matemática binaria actual. Uno de los rasgos más interesantes de la decoración arquitectónica del Salvador, porque hace escuela en toda la región y viene a ser de los más típicos de la escuela vandelviresca, es el uso de la figura humana en función del miembro arquitectónico, bien sean cariátides, telamones, Hermes desmembrados, etc. Este motivo lo debió de aportar Jamete, natural de Orleáns. Sabido es en qué medida estas figuraciones adquieren boga en Francia.

Tiene una trabajada y muy detallista portada plateresca. En la fachada principal campean los escudos de los Cobos: cinco leones rampantes sostenido por majestuosos atlantes. De otro lado, el escudo de Doña María de los Mendoza, de la más alta familia castellana. Tenía sólo 14 años en 1522, fecha de sus esponsales, y él superaba los 40, por lo que tras la muerte del rico ubetense, ella se hizo cargo del impulso de la Capilla, hasta el día de su inauguración un 8 de octubre de 1555. El labrado de la piedra realizado por Esteban Jamete es simplemente único y sublime. El sol poniente arranca a las piedras calizas unos tonos dorados inigualables; además sólo con esta luz se puede distinguir perfectamente todos los detalles. La puerta, en arco de medio punto, tiene en el intradós dioses clásicos mitológicos: Eolo, Neptuno, Vulcano, Anteo, Diana, Mercurio, Venus, Febo, Marte, Júpiter y Saturno. El friso está decorado con escenas del Éxodo. En el segundo cuerpo un relieve de la Transfiguración de Jesucristo, y sobre él, en el tercer cuerpo, ventanas de medio punto, sobre las que va un frontón triangular. A los lados de la puerta, dos escudos sostenidos por tenantes, -tan del gusto de la arquitectura renacentista y que encontraremos con frecuencia en Ubeda-, con las armas de los Cobos -siempre en el lado del Evangelio-, y de los Mendoza, la esposa del mecenas, lo que se repite en lo más alto de los contrafuertes y en los óculos. En la parte baja de los contrafuertes a la izquierda, la lucha de Hércules y Gerión y, a la derecha, Hércules y los toros de Gerión. De noche, iluminada resalta todavía más. A los lados tiene otras dos portadas, diseñadas por Vandelvira y esculpidas por Esteban Jamete. La portada norte está dedicada a Santiago (El mecenas D. Francisco de los Cobos era caballero de Santiago) y la portada sur, a la Caridad.

  • Interior

El magnífico interior fue diseñado en su mayor parte por Diego de Siloé como templo funerario, con una gran rotonda y una nave añadida, quedando la rotonda para los nobles, y la nave para el pueblo. El altar mayor tiene un retablo de madera con la Transfiguración de Alonso Berruguete, que fue destruido en la Guerra Civil, por lo que solo se conserva el Cristo central. La restauración es de Juan Luis Vasallo.

El templo durante siglos ha ido acumulando un tesoro, con una colección de piezas de sumo valor: La lista de obras atesoradas en su día sería tan interminable, como incalculable el valor de las mismas. Un repertorio de esculturas, reliquias, orfebrería y pinturas, adquiridas o regaladas a su fundador, tales como una Piedad de Sebastiano del Piombo, luego llevada a la Casa de Pilatos de Sevilla y actualmente en préstamo en el Museo del Prado de Madrid; un cáliz de oro, regalo de Carlos V; una macolla de cruz procesional de Francisco Martínez de 1542; una cabeza relicario; un calvario de Pieter Coecke, hoy custodiadas temporalmente también en la Casa de Pilatos de Sevilla; un crucifijo de marfil del siglo XVI, o el archiconocido San Juanito atribuido a Miguel Angel. (desaparecido en 1936).

La reja finísimamente trabajada que separa rotonda y nave es de Francisco de Villalpando. Fundida en 1555, con dos tramos y tres cuerpos, el central más elevado y esbelto. En la crestería hay cuatro medallones con las Virtudes y en el centro el escudo nobiliario de D. Francisco de los Cobos, cerrándola una cruz. La bóveda central está sostenida por columnas corintias adosadas; sobre su entablamento una galería corrida a la que dan tribunillas que en la embocadura del arco llevan cariátides. La decoración de las bóvedas es más sobria que el resto intentando asemejar las nervaduras del estilo isabel.

  • Sacristía:

La sacristía está considerada como una de las principales obras del renacimiento español, con una riquísima decoración escultórica, simbolizando vicios y virtudes, obra del francés Esteban Jamete. Se trata de un diseño realizado completamente por Vandelvira. La Sacristía típicamente renacentista, podemos pensar que es un ensayo de la que luego construiría Vandelvira en la Catedral de Jaén. Con arcos que dejan hornacinas para alojar las cajoneras donde se guardaran los ternos del culto, está decorada con toda clase de figuras, bustos y alegorías corpóreas. El entablamento está sostenido por cariátides que, a su vez, descansan en cabezas humanas. No es fácil descubrir, y está esperando la llegada de un buen especialista, todo el simbolismo de esta decoración que nos lleva a un mundo clásico recreado por unos hombres que habían salido de una oscura edad media, pero que habían conservado a través de culturas cristianas, musulmanas y hebreas, unos conocimientos, en muchos casos esotéricos, que actualmente hemos perdido. Sí se sabe que las figuras que están en las enjutas de los arcos son las Sibilas. ¿Por qué en una Sacristía? es campo de especulación. En la Sacristía se pueden admirar obras de distinto valor: restos de tablas del coro alto, sillerías del coro bajo, orfebrería de gran valor histórico y artístico, una arqueta-relicario, macolla y cañón de cruz, y algunas pinturas de distintas escuelas.

También hay que destacar su originalísima puerta, como entrada al recinto más sagrado y al templo de la sabiduría antigua, está realizada en una esquina, como una de las soluciones arquitectónicas mas atrevidas y bellas que se pueden encontrar, concebida por el mejor Vandelvira. Está hecha en esquina, y algunos dicen que representa la Puerta del Eden. En lugar de columnas, hay cariátides con cestos de flores en la cabeza, que sostienen un doble entablamento separado por grutescos, sobre el cual, bajo dosel de piedra, está la Virgen de la Paz proclamando la concordia entre el poder y el pueblo, personificados por un emperador y un siervo que se arrodillan a su lado, completándose la decoración con dos angelotes.



Fruto del pensamiento, del arte y la técnica, y del esfuerzo corporal de tantos hombres, víctima de la estulticia, la avaricia, la desidia, y de tantos otros vicios de también otros hombres, nos ofrece en sus ricos despojos la perenne lección del trabajo bien hecho al servicio del Hombre. No de quienes los mandaron erigir a costa de sus pelulios, no de quienes vivieron de las rentas asignadas, no de quienes usaron sus púlpitos para predicar amor e imponer servidumbre, sino como un grato refugio de los hombres interiores que encontraron en su ámbito cerrado el silencio necesario para oír, y entender, al igual que su mecenas, su soledad irredenta.

Archivo:DSCN3567.JPG
El Salvador de Úbeda


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