Diferencia entre revisiones de «Partidos tradicionales de Uruguay»

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La denominación '''partidos tradicionales''' o '''partidos históricos''' es usada para referirse en forma genérica a los partidos políticos fundados en el siglo XIX en [[Uruguay]]: el [[Partido Nacional (Uruguay)|Partido Nacional]] y el [[Partido Colorado (Uruguay)|Partido Colorado]].
La denominación '''partidos tradicionales''' o '''partidos históricos''' es usada para referirse en forma genérica a los partidos políticos fundados en el siglo XIX en [[Uruguay]]: el [[Partido Nacional (Uruguay)|Partido Nacional]] y el [[Partido Colorado (Uruguay)|Partido Colorado]].


== Surgimiento ==www.habbocool.ya.st
== Surgimiento ==
Los dos existen desde el nacimiento de la república; y sus orígenes deben ser trazados en las simpatías existentes en el tiempo inmediatamente de la independencia de las antiguas colonias españolas en el Río de la Plata, entre "[[unitarios]]" y "[[federales]]". Empero, su "acta de nacimiento" es la [[Batalla de Carpintería]] ocurrida en 1836, en la cual se lucieron por primera vez las divisas blanca y colorada. Durante el siglo XIX ambos partidos participaron en intermitentes guerras civiles, que finalizaron con la [[Revolución de 1904]] liderada por [[Aparicio Saravia]].
Los dos existen desde el nacimiento de la república; y sus orígenes deben ser trazados en las simpatías existentes en el tiempo inmediatamente de la independencia de las antiguas colonias españolas en el Río de la Plata, entre "[[unitarios]]" y "[[federales]]". Empero, su "acta de nacimiento" es la [[Batalla de Carpintería]] ocurrida en 1836, en la cual se lucieron por primera vez las divisas blanca y colorada. Durante el siglo XIX ambos partidos participaron en intermitentes guerras civiles, que finalizaron con la [[Revolución de 1904]] liderada por [[Aparicio Saravia]].



Revisión del 20:35 18 nov 2009

Algunas de las divisas partidarias que se utilizaron en Uruguay. La imagen corresponde al acervo depositado en el Museo del Indio Washington Escobar, sito en la ciudad de Tacuarembó, capital del departamento homónimo.

La denominación partidos tradicionales o partidos históricos es usada para referirse en forma genérica a los partidos políticos fundados en el siglo XIX en Uruguay: el Partido Nacional y el Partido Colorado.

Surgimiento

Los dos existen desde el nacimiento de la república; y sus orígenes deben ser trazados en las simpatías existentes en el tiempo inmediatamente de la independencia de las antiguas colonias españolas en el Río de la Plata, entre "unitarios" y "federales". Empero, su "acta de nacimiento" es la Batalla de Carpintería ocurrida en 1836, en la cual se lucieron por primera vez las divisas blanca y colorada. Durante el siglo XIX ambos partidos participaron en intermitentes guerras civiles, que finalizaron con la Revolución de 1904 liderada por Aparicio Saravia.

La distribución geográfica de los partidos a fines del siglo XX respondía aun en gran parte a las simpatías y enemistades surgidas durante todo el siglo anterior: en Montevideo y área urbana predominaba el Partido Colorado, y en buena parte del interior el Partido Nacional (la notoria excepción fue el departamento de Artigas, de fuerte cuño colorado hasta entrado el siglo XXI).

Bipartidismo

Hasta el año 1971 (cuando se fundó la coalición de izquierda Frente Amplio), fueron las dos fuerzas dominantes del panorama político uruguayo. Hablar de "blancos y colorados" podía considerarse un sinónimo de "todo el espectro político uruguayo". Sin embargo, mirando atentamente, cada partido era una federación de sectores políticos, a menudo con ideas divergentes entre sí, y, en ocasiones, esas luchas llegaban a tal intensidad que algún dirigente importante abandonaba el partido y comparecía en un acto electoral con un partido aparte que, de todos modos, en su nombre aludía claramente a sus orígenes. A modo de ejemplo: el Nacionalismo Independiente, separado del resto del Partido Nacional por serias diferencias con su caudillo Luis Alberto de Herrera, funcionó como un "tercer partido" a los efectos legales y electorales, pero "en el sentimiento era todo un solo Partido Nacional"; otro caso comparable fue el Radicalismo Blanco encabezado por Lorenzo Carnelli.

Este estado de cosas se mantuvo así durante mucho tiempo, mientras la atomización al interior de los partidos era rampante. Cada sector político defendía a capa y espada su identidad, sus votos, y hasta su clientela política; al decir de la anarquista Luce Fabbri, “más que partidos, parecían agencias de trabajo”.[1]​ De hecho, muchas veces hubo una verdadera "cohabitación de sectores", es decir, parte de un partido gobernaba con el apoyo de parte de otro, habiendo a su vez opositores al gobierno de turno dentro del partido de gobierno; con lo cual se incrementaban hasta las diferencias ideológicas entre los sectores de un mismo partido.

La dictadura militar y sus secuelas

Después del quiebre que significaron doce años de dictadura militar entre 1973 y 1985, los partidos tradicionales empezaron a funcionar cada vez más cercanos en su actuar: a fines de 1984, el caudillo blanco Wilson Ferreira Aldunate le ofrece "gobernabilidad" al recientemente electo presidente colorado Julio María Sanguinetti; en 1990, el presidente blanco Luis Alberto Lacalle convoca a los colorados a una "coincidencia nacional". El punto culminante fue el gobierno de coalición (1995-2000), durante el cual los dos partidos tradicionales gobernaron prácticamente en conjunto;[2]​ y este gobierno, presidido por Sanguinetti y con Alberto Volonté como "vocero", marcó el final del predominio de ambos partidos. En efecto: si bien su sucesor Jorge Batlle también formó una coalición (ésta más breve y laxa), ya el Frente Amplio convocaba a dos de cada cinco electores, y venía creciendo.

La reforma constitucional de 1997, se dice, fue hija de este espíritu de coparticipación de los partidos tradicionales; y también se considera que fue un último intento por mantener a blancos y colorados en el poder.

Actualidad

A inicios del siglo XXI, ambos partidos conservan su vigencia, pero con muy distinta suerte. Mientras el Partido Nacional ha logrado posicionarse como oposición al gobierno de izquierda, representando a más de un tercio del electorado, el Partido Colorado enfrentó una dura derrota en las últimas elecciones, convocando a sólo uno de cada diez electores. De tal modo, que ya hay quienes hablan de "un nuevo bipartidismo" donde los dos partidos a considerar son por un lado el Frente Amplio, y por otro lado el Partido Nacional, o bien los dos partidos tradicionales en una hipotética unidad de ideas. El devenir de los años habrá de mostrar si esta suposición demuestra ser acertada.[3]

Véase también

Referencias

Enlaces externos