Diferencia entre revisiones de «Ekeko»

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El '''Ekeko''', también escrito '''Equeco''' {{ay|iqiqu}}, es un [[dios]] de la abundancia, fecundidad y alegría de origen [[aimara]] o [[colla]], que todavía recibe culto en [[Bolivia]], sobre todo en el [[solsticio de verano]], cuando se celebra la [[feria de la Alasita]].<br />
El '''Ekeko''', también escrito '''Equeco''' {{ay|iqiqu}}, es un [[dios]] de la abundancia, fecundidad y alegría de origen [[aimara]] o [[colla]], que todavía recibe cierto culto en [[Bolivia]], sobre todo en el [[solsticio de verano]], cuando se celebra la [[feria de la Alasita]].<br />
Era una divinidad que se creía proveía de abundancia al hogar donde se le tributaban ofrendas de [[alcohol]] y [[tabaco|cigarrillos]].
Era un ídolo que se creía proveía de abundancia al hogar donde se le tributaban ofrendas de [[alcohol]] y [[tabaco|cigarrillos]].


[[Archivo:ekeko.jpg|thumb|250px|Representación del Ekeko en la feria de Alasitas 2008 (en [[La Paz]]).]]
[[Archivo:ekeko.jpg|thumb|250px|Representación del Ekeko en la feria de Alasitas 2008 (en [[La Paz]]).]]
[[Archivo:Ekeko Bolivia.JPG|thumb|250px|Un equeco cargado de bienes.]]
[[Archivo:Ekeko Bolivia.JPG|thumb|250px|Un equeco cargado de bienes.]]
[[Archivo:Huari-with-tiahuanaco.png|thumb|250px|En azul, la zona de la cultura [[tiwanaku]] (donde se adoraba al Ekeko); en rosa, la zona de la cultura [[huari]]]]



Toma la forma de una persona sonriente, ligeramente obesa, vestida con ropas típicas del [[altiplano]] y cargando gran cantidad de bultos de alimentos y otros objetos de primera necesidad que cuelgan de sus ropas.
Toma la forma de una persona sonriente, ligeramente obesa, vestida con ropas típicas del [[altiplano]] y cargando gran cantidad de bultos de alimentos y otros objetos de primera necesidad que cuelgan de sus ropas.
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Actualmente la estatuilla que lo representa tiene un orificio apropiado en su boca para poder introducirle cigarrillos encendidos, que la estatua «fumaría».
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Originalmente el nombre provendría del [[idioma quechua|quechua]] ''eqaqo'' (pronunciado | ekjakjo|).<ref>[[Manuel Rigoberto Paredes Iturri|Manuel Rigoberto PAREDES ITURRI]]: ''El ekhakho'' (editado por [[Antonio Paredes-Candia]], hijo del autor; ilustraciones de [[Lalo Flores]]), 15&nbsp;pág. La Paz: Isla, 1975.</ref>
Originalmente el nombre provendría del [[idioma quechua|quechua]] ''eqaqo'' (pronunciado|ekjakjo|).<ref>[[Manuel Rigoberto Paredes Iturri|Manuel Rigoberto PAREDES ITURRI]]: ''El ekhakho'' (editado por [[Antonio Paredes-Candia]], hijo del autor; ilustraciones de [[Lalo Flores]]), 15&nbsp;pág. La Paz: Isla, 1975.</ref>


== Historia ==
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Sus seguidores creían que ahuyentaba la desgracia de los hogares y atraía la fortuna.
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Se originó entre la cultura [[Tiwanaku]], habitantes del [[altiplano]] boliviano y de las riberas del [[lago Titicaca]]. Tras la conquista por los incas, estos adoptaron la deidad, y la convirtieron en símbolo de la fertilidad y la buena suerte.<!--- Elimino petición de referencias: están en la primera web mencionada en el apartado Enlaces externos, que para eso está (Usuario:Gusgus)--->
Se piensa que se originó entre los [[Tiwanaku]], habitantes del [[altiplano]] boliviano y de las riberas del [[lago Titicaca]]. Tras la conquista por los incas, estos adoptaron la deidad, y la convirtieron en símbolo de la fertilidad y la buena suerte.<!--- Elimino petición de referencias: están en la primera web mencionada en el apartado Enlaces externos, que para eso está (Usuario:Gusgus)--->


El arqueólogo [[paceño]] [[Carlos Ponce Sanginés]] opinaba que las antiquísimas figuras antropomorfas (con joroba prominente y apéndice fálico) que se encuentran en todas partes de Bolivia, serían de la época del Imperio inca, y antecesoras del equeco de la época de la colonia.<ref>Carlos PONCE SANGINÉS (1925-2005): ''Tunupa y Ekako''. La Paz: Burillo, 1969. Citado en [http://www.naya.org.ar/congreso2002/ponencias/fernando_caceres.htm ''Adaptación y cambio cultural en la Feria de Alasitas''], que se encuentra en la página web de NAYA (Noticias de Antropología y Arqueología).</ref>
El arqueólogo [[paceño]] [[Carlos Ponce Sanginés]] opinaba que las antiquísimas figuras antropomorfas (con joroba prominente y apéndice fálico) que se encuentran en todas partes de Bolivia, serían de la época del Imperio inca, y antecesoras del equeco de la época de la colonia.<ref>Carlos PONCE SANGINÉS (1925-2005): ''Tunupa y Ekako''. La Paz: Burillo, 1969. Citado en [http://www.naya.org.ar/congreso2002/ponencias/fernando_caceres.htm ''Adaptación y cambio cultural en la Feria de Alasitas''], que se encuentra en la página web de NAYA (Noticias de Antropología y Arqueología).</ref>
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En sus inicios, el Ekeko era de [[piedra]], jorobado, tenía rasgos indígenas y no llevaba ningún tipo de vestimenta: su desnudez era el símbolo de la fertilidad.
En sus inicios, el Ekeko era de [[piedra]], jorobado, tenía rasgos indígenas y no llevaba ningún tipo de vestimenta: su desnudez era el símbolo de la fertilidad.


En la colonia el culto a la deidad tomó nueva fuerza en [[La Paz]] (sede de gobierno de [[Bolivia]]) durante el cerco que ésta ciudad soportó durante un alzamiento indígena contra el control español.
En la colonia el culto a la deidad tomó nueva fuerza en [[La Paz]] (actual capital de [[Bolivia]]) durante el cerco que ésta ciudad soportó durante un alzamiento indígena contra el control español.

La [[Iglesia Católica]] intentó erradicar su culto en tiempos de la conquista, sin mayor éxito, aunque por una inculturación la imagen llegó a sufrir ciertos cambios: fue vestida y sus rasgos cambiaron a los de un [[mestizo]].

== Creencia ==

Existe la creencia de que el ekeko es capaz de conceder los deseos pedidos.

El día 24 de Enero y hasta el día siguiente de cada año, desde el medio día, una copia de la imagen retratada en miniatura es venerada y se le pide prosperidad, en esta fecha en toda Bolivia se observan las famosas ferias de la miniatura ([[feria de la Alasita]]), donde la gente adquiere lo que busca tener en el futuro.
Las figuras que le ofrecen son de [[cerámica]], [[metal]], [[piedra]] u otros, que son reproduciones exactas del objeto de sus peticiones: [[automóvil]]es, [[electrodoméstico]]s, alimentos, animales y dinero (bolivianos y dólares), todo lo adquirido una vez bendecido, ya sea por el ritual ancestral con el uso de la coca y alcohol o una misa de salud (para quienes la expresión ya ha tomado una cristianización) es puesto a lado del ekeko y se mantiene un cigarro encendido en su boca. (este sólo puede consumirse hasta la mitad).


Algunos cambios que ha sufrido esta celebración, en la actualidad es la de acompañar la imagen de la virgen de Copacabana o de Urkupiña en todos los mini objetos adquiridos.

Otro elemento simbólico que se expresa en La Paz es el pago de la deuda externa de Bolivia a invitados internacionales, en una ceremonia simbólica que realiza la alcaldia de esa ciudad.


La [[Iglesia Católica]] intentó erradicar su culto en tiempos de la conquista, sin mayor éxito, aunque la imagen llegó a sufrir ciertos cambios: fue vestida y sus rasgos cambiaron a los de un [[mestizo]].
Antiguamente la simbolización llegaba a tal expresión que la moneda y billetes acuñados para esta fecha tomaba validez dentro de la [[feria de la Alasita]], para realizar compras y trueques, la cual ha dejado de efectuarse.


Otras expresiones indican que cuando se desea amor, se le entrega al ekeko miniaturas de gallos y [[gallina]]s. La deidad es conocida en los diferentes lugares del mundo donde colonias de emigrantes bolivianos han extendido sus creencias.
Hoy en día, existe en la sierra sur del Perú como en el occidente de Bolivia la creencia de que el ekeko es capaz de conceder los deseos de sus seguidores si estos le ofrecen una copia de ellos en miniatura, y muchos tienen en casa una imagen para que les resuelva los problemas, dejando dinero a su lado y manteniendo un cigarro encendido en su boca, que sólo puede consumirse hasta la mitad. Las figuras que le ofrecen son de [[cerámica]], [[metal]] o [[piedra]] reproduciones exactas del objeto de sus peticiones: [[automóvil]]es, [[electrodoméstico]]s y alimentos. Cuando se desea amor, se le entregan miniaturas de gallos y [[gallina]]s. La deidad es conocida en los diferentes lugares del mundo donde colonias de emigrantes bolivianos han extendido su culto.


La figura del Ekeko tomó gran popularidad en la [[provincia de Buenos Aires]] ([[Argentina]]) durante el [[historia de Argentina#Obra de gobierno|periodo hiperinflacionario]] de los [[años ochenta]].
La figura del Ekeko tomó gran popularidad en la [[provincia de Buenos Aires]] ([[Argentina]]) durante el [[historia de Argentina#Obra de gobierno|periodo hiperinflacionario]] de los [[años ochenta]].

Revisión del 20:10 30 ago 2009

El Ekeko, también escrito Equeco Plantilla:Ay, es un dios de la abundancia, fecundidad y alegría de origen aimara o colla, que todavía recibe cierto culto en Bolivia, sobre todo en el solsticio de verano, cuando se celebra la feria de la Alasita.
Era un ídolo que se creía proveía de abundancia al hogar donde se le tributaban ofrendas de alcohol y cigarrillos.

Representación del Ekeko en la feria de Alasitas 2008 (en La Paz).
Un equeco cargado de bienes.
En azul, la zona de la cultura tiwanaku (donde se adoraba al Ekeko); en rosa, la zona de la cultura huari

Toma la forma de una persona sonriente, ligeramente obesa, vestida con ropas típicas del altiplano y cargando gran cantidad de bultos de alimentos y otros objetos de primera necesidad que cuelgan de sus ropas.

Actualmente la estatuilla que lo representa tiene un orificio apropiado en su boca para poder introducirle cigarrillos encendidos, que la estatua «fumaría».

Originalmente el nombre provendría del quechua eqaqo (pronunciado|ekjakjo|).[1]

Historia

El ekeko es una deidad venerada desde siglos antes de la conquista del territorio por los españoles. Sus seguidores creían que ahuyentaba la desgracia de los hogares y atraía la fortuna.

Se piensa que se originó entre los Tiwanaku, habitantes del altiplano boliviano y de las riberas del lago Titicaca. Tras la conquista por los incas, estos adoptaron la deidad, y la convirtieron en símbolo de la fertilidad y la buena suerte.

El arqueólogo paceño Carlos Ponce Sanginés opinaba que las antiquísimas figuras antropomorfas (con joroba prominente y apéndice fálico) que se encuentran en todas partes de Bolivia, serían de la época del Imperio inca, y antecesoras del equeco de la época de la colonia.[2]

Manuel Rigoberto Paredes escribió que estas diminutas estatuillas fálicas serían remanentes de remotas fiestas sagradas del solsticio de verano.[3]

En sus inicios, el Ekeko era de piedra, jorobado, tenía rasgos indígenas y no llevaba ningún tipo de vestimenta: su desnudez era el símbolo de la fertilidad.

En la colonia el culto a la deidad tomó nueva fuerza en La Paz (actual capital de Bolivia) durante el cerco que ésta ciudad soportó durante un alzamiento indígena contra el control español.

La Iglesia Católica intentó erradicar su culto en tiempos de la conquista, sin mayor éxito, aunque la imagen llegó a sufrir ciertos cambios: fue vestida y sus rasgos cambiaron a los de un mestizo.

Hoy en día, existe en la sierra sur del Perú como en el occidente de Bolivia la creencia de que el ekeko es capaz de conceder los deseos de sus seguidores si estos le ofrecen una copia de ellos en miniatura, y muchos tienen en casa una imagen para que les resuelva los problemas, dejando dinero a su lado y manteniendo un cigarro encendido en su boca, que sólo puede consumirse hasta la mitad. Las figuras que le ofrecen son de cerámica, metal o piedra reproduciones exactas del objeto de sus peticiones: automóviles, electrodomésticos y alimentos. Cuando se desea amor, se le entregan miniaturas de gallos y gallinas. La deidad es conocida en los diferentes lugares del mundo donde colonias de emigrantes bolivianos han extendido su culto.

La figura del Ekeko tomó gran popularidad en la provincia de Buenos Aires (Argentina) durante el periodo hiperinflacionario de los años ochenta. Allí sus adeptos lo toman como una especie de patrono de la fortuna.

Bibliografía

CAVOUR, Ernesto: Alasitas. La Paz (Bolivia): Maquev, 1996. DÍAZ VILLAMIL, Antonio: Leyendas de mi tierra. La Paz: Urquizo, 1989. POSNASKY, Arthur: «El Ekeko y la fiesta de Alasitas». En Revista de Antropología de Bolivia. La Paz, 1942.

Notas

  1. Manuel Rigoberto PAREDES ITURRI: El ekhakho (editado por Antonio Paredes-Candia, hijo del autor; ilustraciones de Lalo Flores), 15 pág. La Paz: Isla, 1975.
  2. Carlos PONCE SANGINÉS (1925-2005): Tunupa y Ekako. La Paz: Burillo, 1969. Citado en Adaptación y cambio cultural en la Feria de Alasitas, que se encuentra en la página web de NAYA (Noticias de Antropología y Arqueología).
  3. Manuel Rigoberto PAREDES ITURRI (Carabuco, 18 de mayo de 1870La Paz, 18 de mayo de 1950): Mitos, supersticiones y supervivencias populares de Bolivia. La Paz: Atenea, 1936. Citado en Adaptación y cambio cultural en la Feria de Alasitas, que se encuentra en la página web de NAYA (Noticias de Antropología y Arqueología).

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