Diferencia entre revisiones de «Combate del Callao»

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A las 15:40 la "Vencedora" trató de disparar cohetes incendiarios sobre el puerto y la población, pero al reventar el disparador, tuvo que volver a usar los cañones.
A las 15:40 la "Vencedora" trató de disparar cohetes incendiarios sobre el puerto y la población, pero al reventar el disparador, tuvo que volver a usar los cañones.


A las 16:00, el bombardeo se centró contra el fuerte Santa Rosa que, segun la versión española, era el único que respondía desde tierra al fuego español.
A las 16:00 únicamente tres cañones del fuerte Santa Rosa responden desde tierra al fuego español.


A las 16:45 la escuadra española decide dar por finalizado el combate. A las 17:00 se da la orden de finalizar el bombardeo. A las 17:30 la "Almansa" detiene el cañoneo. Tras dar tres vivas a la Reina, la "Numancia", la "Blanca", la "Resolución", la "Almansa" y la "Vencedora" salieron de la rada del Callao y se dirigieron al fondeadero, donde esperaban el resto de barcos.
A las 16:45 la escuadra española decide dar por finalizado el combate. A las 17:00 se da la orden de finalizar el bombardeo. A las 17:30 la "Almansa" detiene el cañoneo. Tras dar tres vivas a la Reina, la "Numancia", la "Blanca", la "Resolución", la "Almansa" y la "Vencedora" salieron de la rada del Callao y se dirigieron al fondeadero, donde esperaban el resto de barcos.


Sobre las 17:50, cuando la escuadra ya estaba cercana a la isla de San Lorenzo, los cañones del fuerte Santa Rosa efectuaron sus últimos disparos. El último disparo lo efectuó el monitor peruano "Victoria". A las 18:00 la Escuadra llegó al fondeadero.
Sobre las 17:50, cuando la escuadra ya estaba cercana a la isla de San Lorenzo, los tres cañones que quedaban en el fuerte Santa Rosa efectuaron sus últimos disparos, aunque sin balas. El último disparo lo efectuó el monitor peruano "Victoria". A las 18:00 la Escuadra llegó al fondeadero.


== Resultados ==
== Resultados ==
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{{cita|Las noticias de Callao, del 9 de mayo, dan los detalles siguientes sobre el bombardeo de esta plaza. El 2 de mayo la escuadra española atacó Callao y sus formidables baterías armadas con 90 cañones, entre ellos [tipo] Armstrong. En el momento en que el bombardeo cesaba con el día, solamente tres cañones peruanos continuaban su fuego. Todas las baterías blindadas habían sido puestas fuera de combate. La escuadra victoriosa cesó entonces el fuego al grito de ''¡Viva la reina!''|''La Presse'' a 14 de junio de 1866}}
{{cita|Las noticias de Callao, del 9 de mayo, dan los detalles siguientes sobre el bombardeo de esta plaza. El 2 de mayo la escuadra española atacó Callao y sus formidables baterías armadas con 90 cañones, entre ellos [tipo] Armstrong. En el momento en que el bombardeo cesaba con el día, solamente tres cañones peruanos continuaban su fuego. Todas las baterías blindadas habían sido puestas fuera de combate. La escuadra victoriosa cesó entonces el fuego al grito de ''¡Viva la reina!''|''La Presse'' a 14 de junio de 1866}}


Fuentes peruanas por su parte, afirman que las baterías mantuvieron el fuego durante todo el combate y, a excepción de la ubicada en la Torre ''la Merced'' (que explotó), no sufrieron daños que les impidieran continuar disparando; respalda esta versión el testimonio del Comodoro estadounidense John Rodgers, que presenció el combate desde la cubierta del buque de guerra de los Estados Unidos ''Pouhatan''. Rodgers en un informe fechado el mismo día del combate y publicado por el ''Washington News'' ese mismo mes, sobre el final del mismo dijo lo siguiente:
Fuentes peruanas por su parte, afirman que las baterías mantuvieron el fuego durante todo el combate y, a excepción de la ubicada en la Torre ''la Merced'' (que explotó), no sufrieron daños que les impidieran continuar disparando; respalda esta versión el testimonio del Comodoro estadounidense John Rodgers, que presenció el combate desde la cubierta del buque de guerra de los Estados Unidos ''Pouhatan''. Rodgers en un informe publicado por el ''Washington News'' ese mismo mes, sobre el final del combate dijo lo siguiente:


{{Cita|El fuerte (Santa Rosa) contestó sus fuegos con brio hasta que a los 20 minutos los buques se retiraron, hasta quedar a tiro lejano, en cuya situacion continuaron el duelo hasta las cuatro y 45 minutos de la tarde, hora en que pusieron termino al combate. En el acto baje a tierra y despues de felicitar cordialmente al presidente Prado, por su distinguido triunfo acompañe al General Flores a ofrecer los servicios de los cirujanos a los heridos. Luego visite todas las baterías y me sorprendí al ver el poco daño que se les habia hecho...Los daños causados en el Callao son escasamente apreciables. Las baterías ocuparon tan continuamente a la escuadra que no hubo tiempo para bombardear la ciudad. Es posible estimar el daño causado a lo buques, por los trozos de madera varados en la playa es evidente que sufrieron daños seriamente...Las baterias estan completamente listas y ansiosas de renovar la pelea (Dios las bendiga) y el pueblo esta tan lleno de entusiasmo patriótico que comprende completamente toda la grandeza del triunfo...Así concluyó uno de los combates más interesantes de la historia, y sus consecuencias se sentiran en el mundo entero. La agresión europea ha sido rechazada y el republicanismo americano vindicado por la boca de los cañones.
{{Cita|El fuerte (Santa Rosa) contestó sus fuegos con brio hasta que a los 20 minutos los buques se retiraron, hasta quedar a tiro lejano, en cuya situacion continuaron el duelo hasta las cuatro y 45 minutos de la tarde, hora en que pusieron termino al combate. En el acto baje a tierra y despues de felicitar cordialmente al presidente Prado, por su distinguido triunfo acompañe al General Flores a ofrecer los servicios de los cirujanos a los heridos. Luego visite todas las baterías y me sorprendí al ver el poco daño que se les habia hecho...Los daños causados en el Callao son escasamente apreciables. Las baterías ocuparon tan continuamente a la escuadra que no hubo tiempo para bombardear la ciudad. Es posible estimar el daño causado a lo buques, por los trozos de madera varados en la playa es evidente que sufrieron daños seriamente.|[http://query.nytimes.com/mem/archive-free/pdf?_r=2&res=9D01E5D81631EF34BC4B51DFB366838D679FDE&oref=slogin]}}
|[http://query.nytimes.com/mem/archive-free/pdf?_r=2&res=9D01E5D81631EF34BC4B51DFB366838D679FDE&oref=slogin]}}


El Almirante George Pearson en una carta al ministro de su país en Chile Hugh Judson Kilpatrick y la carta privada del maquinista del "USS Pouhatan" A. Dezegler coinciden en lo expuesto por Rodgers atribuyendo la victoria a las baterías de tierra pero reconociendo en todo momento el valor desplegado por los españoles.
El Almirante George Pearson en una carta al ministro de su país en Chile Hugh Judson Kilpatrick y la carta privada del maquinista del "USS Pouhatan" A. Dezegler coinciden en lo expuesto por Rodgers atribuyendo la victoria a las baterías de tierra pero reconociendo en todo momento el valor desplegado por los españoles.
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Las estimaciones de los extranjeros presentes en el combate para las bajas peruanas varían entre los 200 y los 400 muertos y heridos, aproximadamente. Así, por ejemplo, según el testimonio del comodoro Rodgers ascendieron a 180, según el artículo de ''The New York Times'' anteriormente indicado, llegaron a las 350 de las cuales 90 eran muertos. 350 también son las bajas que publica el periódico francés ''La Presse''.
Las estimaciones de los extranjeros presentes en el combate para las bajas peruanas varían entre los 200 y los 400 muertos y heridos, aproximadamente. Así, por ejemplo, según el testimonio del comodoro Rodgers ascendieron a 180, según el artículo de ''The New York Times'' anteriormente indicado, llegaron a las 350 de las cuales 90 eran muertos. 350 también son las bajas que publica el periódico francés ''La Presse''.


Las cifras estimadas por publicaciones posteriores van desde los 83 hasta los 2000 muertos<ref>{{cita libro|autor= Novo y Colson, Pedro|título= Historia de la guerra de España en el Pacífico|año= 1884 |id=| editorial = Imprenta de Fortanet}}</ref>. Fuentes españolas consideran que los muertos oscilan entre los 200 y los 350, sin contar heridos.<ref name=Garcia /> En 1867 la ''Correspondencia diplomática relativa a la cuestión española'' fue publicada por orden del Jefe Supremo del Perú, Mariano Ignacio Prado, para ser presentada al Cogreso Constituyente. En ella se indica que las defensas del Callao sufrieron cerca de 200 bajas, entre muertos y heridos. En las Crónicas del Déan Juan Gualberto Valdivia publicas en 1873 aparece una relación de 83 individuos muertos. Este listado, con un estimado de bajas mucho menor a otras publicaciones ha sido calificado de parcial{{sinreferencias}} por basarse en las listas publicadas por la dictadura de Prado. Robert L. Scheina en su libro ''Latin America's Wars: The age of the caudillo, 1791-1899'' habla de 200 muertos o heridos peruanos, pero sin indicar las fuentes de las que obtuvo dicha información (llegando a afirmar que la Escuadra tuvo 375 bajas).
Las cifras estimadas por publicaciones posteriores van desde los 83 hasta los 2000 muertos. Fuentes españolas consideran que los muertos oscilan entre los 200 y los 350, sin contar heridos.<ref name=Garcia /> En 1867 la ''Correspondencia diplomática relativa a la cuestión española'' fue publicada por orden del Jefe Supremo del Perú, Mariano Ignacio Prado, para ser presentada al Cogreso Constituyente. En ella se indica que las defensas del Callao sufrieron cerca de 200 bajas, entre muertos y heridos. En las Crónicas del Déan Juan Gualberto Valdivia publicas en 1873 aparece una relación de 83 individuos muertos. Este listado, con un estimado de bajas mucho menor a otras publicaciones ha sido calificado de parcial{{sinreferencias}} por basarse en las listas publicadas por la dictadura de Prado. Robert L. Scheina en su libro ''Latin America's Wars: The age of the caudillo, 1791-1899'' habla de 200 muertos o heridos peruanos, pero sin indicar las fuentes de las que obtuvo dicha información (llegando a afirmar que la Escuadra tuvo 375 bajas).


El 2 de mayo ha sido desde entonces una fecha recordada en el calendario peruano, pues su nombre se impuso a una provincia, a un regimiento, a varios colegios, a un fuerte y a un importante hospital de la capital. La [[plaza del Callao]], en [[Madrid]], recibió su nombre en memoria de este hecho de armas.
El 2 de mayo ha sido desde entonces una fecha recordada en el calendario peruano, pues su nombre se impuso a una provincia, a un regimiento, a varios colegios, a un fuerte y a un importante hospital de la capital. La [[plaza del Callao]], en [[Madrid]], recibió su nombre en memoria de este hecho de armas.

Revisión del 12:23 29 jun 2009

Combate de El Callao
Guerra Hispano-Sudamericana
Parte de Guerra hispano-sudamericana
Fecha 2 de mayo de 1866
Lugar Puerto del Callao, Perú
Coordenadas 12°02′52″S 77°09′13″O / -12.047777777778, -77.153611111111
Resultado Indeciso, retirada de la Armada Española
Beligerantes
Plantilla:Geodatos Spain (1785-1873 and 1875-1931) Reino de España Plantilla:Geodatos Peru (1825 - 1950) República Peruana
Comandantes
Casto Méndez Núñez Mariano Ignacio Prado
Fuerzas en combate
1 fragata blindada
5 fragatas
1 corbeta
252 cañones
2 monitores pequeños
3 cañoneras
63 cañones (50 en tierra y 13 en los buques)
Bajas
43 muertos
83 heridos
- 83-90 muertos, heridos: 260[1][2]
- Entre 180 y 200 muertos y heridos[3][4]
- Más de 350 muertos y heridos[5]
- Más de 2000 muertos y heridos[6]

Plantilla:Campaña Guerra Hispano-Sudamericana

El Combate del Callao, también llamado Combate del 2 de Mayo, fue un enfrentamiento ocurrido durante la Guerra Hispano-Sudamericana, conocida en España como Guerra del Pacífico, que tuvo lugar el 2 de mayo de 1866 en las costas del puerto del Callao en el Perú, entre una flota de la Armada Española, a cuyo mando se encontraba el almirante Casto Méndez Núñez, y las defensas del Callao bajo el mando del entonces Jefe Supremo de la República del Perú Mariano Ignacio Prado.

Antecedentes

La flota española pretendía castigar las acciones del gobierno peruano contra propiedades españolas, reclamar unas deudas que el Perú reconoció en la Capitulación de Ayacucho y acallar las críticas recibidas por el bombardeo del puerto chileno de Valparaíso atacando el considerado puerto mejor defendido, anunciando con cinco días de antelación el ataque para que pudiera ser evacuada la ciudad y los neutrales salvaguardar sus intereses.

Al tener noticias del bombardeo de Valparaíso y la inminente llegada de la flota española el gobierno peruano inició la construcción y reforzamiento de las defensas costeras del Callao contando desde el principio con la entusiasta colaboración del pueblo.

Fuerzas enfrentadas

La armada española que participó en el combate, compuesta de las fragatas "Numancia", "Villa de Madrid", "Almansa", "Resolución", "Blanca", "Berenguela" y la corbeta "Vencedora", contaba en total, con 254 cañones, aunque dos de la "Villa de Madrid" no se cuentan por estar inservibles, quedando entonces 252, la mayoría cañones lisos de 20 cm (68 libras).

La defensa de El Callao consistía en una serie de baterías que se habían emplazado al norte y sur de la población y en el muelle, en tanto que los buques de guerra (monitores "Loa" y "Victoria" y vapores "Tumbes", "Sachaca" y "Colón") se situaron en el centro, a las órdenes del capitán de navío Lizardo Montero Flores; la comandancia general de baterías del norte la tenía el coronel José Joaquín Inclán Gonzáles Vigil; en las defensas de este sector sobresalía la Torre Junín, y el fuerte Ayacucho colocado cerca de la estación del ferrocarril; en el sector sur al mando del General Manuel de La Cotera las principales defensas eran el fuerte Santa Rosa, la Torre de La Merced y la batería Zepita, que hacía frente a la Mar Brava y no participó en la acción. Contabilizaban un total de 69 cañones; 56 en las baterías y 13 en los buques de guerra. De este total, pueden obviarse los 6 cañones de la batería Zepita, pues no participaron en el combate. De estas 63 piezas de artillería cabe destacar los llamados "cañones monstruosos": cuatro "Armstrong" de 300 libras y cinco "Blakely" de 500. También se colocaron una serie de "torpedos fijos" delante de las baterías de la zona sur, seis canoas-torpedo en la zona norte y un torpedo de botalón sujeto al vapor "Tumbes", atracado en el muelle.

El General Juan Buendía estaba al mando de los batallones de infantería y caballería situados a lo largo de la línea del frente, tras las baterías, que tenían la misión de repeler el ataque en caso de que se produjera un desembarco español lo que sin embargo nunca estuvo en los planes de la escuadra atacante.

En el bombardeo de la población no se cesará sino después de ser indudable que la importancia del fuego es tal que la dejara reducida a cenizas.
"Orden de la Escuadra". Mayor General Capitán de Navío Miguel Lobo y Malagamba.[7]

La ciudad de El Callao lucía embanderada, había sido abandonada por todos aquellos que no eran combatientes, a ella se habían desplazado diversas compañías de bomberos y establecido hospitales de sangre para atender a los heridos. Vísperas del combate los comandantes de ambas fuerzas dirigieron las siguientes proclamas a sus hombres:[8]

"Peruanos: Hace cuarenta años flameaba en las fortalezas del Callao la bandera española. Nuestros padres la hundieron en los mares después de haberla humillado en los campos de Junín y Ayacucho. Hoy nuestros enemigos la enarbolan de nuevo en esas mismas playas que han contemplado dos veces su derrota y nuestro triunfo. Mañana les probaremos por tercera vez que es invencible el pueblo que combate por su honra y por su libertad. Cincuenta cañones defienden contra trescientos el honor nacional. Ellos tienen la fuerza; nosotros la Justicia...

Peruanos: nuestros mas fervientes votos van a cumplirse. Váis a vengar el ultraje del 14 de abril. La hora de la lucha se acerca. Cada hombre a su puesto! Al fuego de nuestros cañones hagamos sentir, a los incendiarios de Valparaíso, la virilidad de un pueblo que prefiere la honra a la vida.

Soldados y Marinos: nuestra causa es la causa de toda América, Defendemos el honor y la libertad de un continente. ¡Viva el Perú!"
General Mariano Ignacio Prado. Baterías del Callao, 1ro de mayo de 1866


"Marinos y soldados: Después de una larga y cruda campaña, hoy se nos presenta la ocasión de cerrarla dignamente, castigando cual se merece la osadía y perfidia de un enemigo que nada ha dejado de poner en práctica para vilipendiar a nuestra querida España; a España que hoy espera de nosotros que la venguemos dignamente. Un mismo deseo nos anima a todos, y yo no puedo dudar de que con vuestro valor, decisión y entusiasmo, lo veréis satisfecho, volviendo al seno de vuestras familias después de consignar una página de gloria en la historia de la marina moderna, dejando su honra a la altura que nuestra Patria tiene derecho a esperar. ¡Viva la Reina!"
Almirante Casto Méndez Núñez. Cabezo de la isla San Lorenzo, 2 de mayo de 1866.

El combate

Cañones Armstrong de la Torre de Junín (defensas del norte), el 2 de mayo de 1866.

El 2 de mayo de 1866, a las 10:00 la escuadra española, que se hallaba fondeada en la isla de San Lorenzo, comenzó a levar anclas para marchar en dirección a El Callao. El buque insignia, la "Numancia", encabezaba la formación, sirviendo además de protección (por ser el único blindado) para los demás barcos.

A las 11:30 la "Numancia" largó la señal de zafarrancho de combate. La escuadra se dividió en dos grupos. El primero (I División), compuesto por la "Numancia", la "Blanca" y la "Resolución" se dirigió hacia las defensas de la zona sur. El segundo, compuesto por la "Berenguela" y la "Villa de Madrid" (II División) y por la "Almansa" y la "Vencedora" (III División), se dirigió hacia el norte. La II División debía atacar las defensas de la zona norte y la III debía enfrentarse con la flota peruana y bombardear el muelle y la población.

A las 11:50 la "Numancia" comenzó el bombardeo, siguiéndola a continación la "Blanca" y la "Resolución". Al tercer disparo del buque insignia español, los cañones de la Torre de La Merced respondieron al ataque. Esto es debido a la actitud de José Gálvez, ministro de la Guerra quien no permitió a los artilleros disparar hasta que no lo hicieran los españoles. Al preguntarle el porqué, respondió: «Justifiquemos nuestra causa». A continuación todas las baterías de la zona sur abrieron fuego, mientras el ministro gritaba «Españoles aquí os devolvemos el tratado del 27 de enero». Este hecho hizo perder a las defensas del sur la iniciativa estratégica. Ningún disparo peruano hizo blanco. Por lo que hubo que recalibrar los cañones. Esta pérdida de tiempo (los grandes cañones tenían una cadencia de fuego de entre veinte y veinticuatro minutos) se podría haber evitado si la artillería peruana hubiera comenzado a disparar mientras los buques españoles tomaban posiciones (momento en el que se encontraban prácticamente indefensos). Esto no pasó así en el frente norte, donde las baterías peruanas sí aprovecharon esos momentos críticos para abrir fuego.

Al poco de comenzar el combate el "Cañón del Pueblo", un Blakely de 500 libras, tras realizar su primer disparo descarriló por el retroceso, quedando inservible durante todo el combate.

A las 12:10 el vapor "Tumbes" comenzó a salir del muelle con la intención de hacer volar su torpedo de botalón contra un buque español. Los disparos de la "Numancia" y la "Almansa" le hicieron retroceder y guarecerse de nuevo en el puerto.

A las 12:30 la "Berenguela" llegó a su posición, rompió fuego contra las defensas del norte y fue respondida desde las baterías peruanas.

Algo más tarde de las 12:30 un disparo probablemente procedente del monitor "Loa" fue a parar a la barandilla del puente de la "Numancia", donde se encontraban el Capitán de Navío Juan Bautista Antequera y Bobadilla, Comandante del buque, y Casto Méndez Núñez, Comandante General de la Escuadra. La bala produjo ocho heridas de cierta gravedad a Méndez Núñez, que exclamó: «Me han llevado el brazo». A pesar de las insistencias de los oficiales, el Comandante General se negó a retirarse al hospital de sangre, hasta que finalmente se desplomó por la pérdida de sangre. Antes de que se lo llevaran del puente ordenó que no se arriara su pabellón para no desanimar a las tropas.

Sobre las 12:45 la Torre de Junín, en las defensas del norte, cesó de hacer fuego.

Entre las 12:45 y las 13:00, la "Villa de Madrid" llegó a su destino y paró las máquinas para colocarse en posición de combate. Mientras maniobraba, un certero disparo procedente de las defensas del norte cayó sobre el buque aprovechando que aún no se había colocado para el combate, destrozando su tubo de conducción de vapor, matando a 13 hombres e hiriendo a 22. La bala, de 300 libras, dejó inmovilizada a la fragata. La "Almansa" comenzó a maniobrar para socorrer a la "Villa de Madrid", pero al ver que la más ágil "Vencedora" ya iba en su ayuda, continuó con el combate. Mientras era remolcada, la fragata llegó a efecuar 200 disparos.

A las 13:00 una granada, muy probablemente disparada desde la "Blanca", cayó sobre los saquetes de pólvora de uno de los cañones de la Torre de La Merced. Al reventar hizo saltar por los aires la torre, pereciendo 41 hombres, entre ellos el ministro José Gálvez, el ingeniero colombiano Cornelio Borda, el jefe de la torre, Coronel Enrique Montes, el Capitán de Artillería chileno Juan Salcedo y el Coronel Toribio Zavala, hermano de Juan de Zavala, ministro de Marina de España. Después de la explosión, la "Resolución" se separó de la I División y se dirigió hacia el muelle para apoyar a la III División. Tras bombardear la población y la flota peruana durante un largo espacio de tiempo, regresaría a su posición original para cañonear el fuerte Santa Rosa.

Sobre las 13:15 la "Berenguela" que luchaba en solitario contra las defensas del norte (la "Villa de Madrid" había tenido que abandonar el combate), recibió el impacto de una bala de 500 libras bajo la línea de flotación, lo que abrió un boquete de 14 pies de largo por 4 de ancho. Poco después, una nueva bala de 500 libras atravesó el costado del barco, provocando un incendio en el departamento contiguo al pañol de la pólvora. Mientras se intentaba taponar la vía de agua con colchones, coys y otros materiales, se trasladaron todos los cañones a babor, se desaguaron los aljibe de estribor y se pusieron en funcionamiento todas las bombas. Al tiempo, se trataba de extinguir el incendio. Finalmente, se logró contener el agua y apagar el fuego. El buque, ladeado, se retiró del combate. Al pasar frente a la corbeta británica "Shearwater", su comandante les ofreció ayuda y gritó: «¡Valiente "Berenguela", aquí estoy yo para recogeros!», a lo que el comandante del barco español, Manuel de la Pezuela y Lobo respondió: «De nada necesito», y continuó hacia el fondeadero. La II División de la Escuadra había sido rechazada por las defensas peruanas.

A las 13:30 la "Vencedora" regresó de nuevo al combate tras poner a salvo a la "Villa de Madrid". Tras colocarse en su posición continuó con el bombardeo sobre las defensas del norte, los buques peruanos y la población.

Desde algo antes de las 14:30 el bombardeo de la Escuadra española sobre las defensas sureñas sólo es respondido por el fuerte Santa Rosa.

A las 14:30 una enorme granada explotó en la batería de la "Almansa", provocando la inflamación de los guardacartuchos. El incendio se propagó por el sollado hasta llegar al antepañol de la pólvora. El Comandante de la fragata, Victoriano Sánchez Barcáiztegui, tras recibir tres partes en los que se solicitaba anegar el pañol para que la pólvora no explotara, exclamó: «Yo hoy no mojo la pólvora, volaremos antes». Mientras el buque seguía disparando sus cañones, el Comandante ordenó izar la señal de "fuego a bordo" y separarse de la cercana "Numancia", para evitar así que le afectara la posible explosión de su barco. Una vez que se consiguió sofocar el fuego, la "Almansa" volvió a su posición original, reanudando el cañoneo a las 15:00 sobre el fuerte Santa Rosa, la flota peruana y la población.

A las 14:30 una bala de 500 libras procedente del fuerte Santa Rosa cayó sobre la "Blanca", destrozando el almacén de agua y causando la muerte a 8 hombres. Entre los heridos se encontraba el Comandante del buque, Juan Bautista Topete, que regresó curado diez minutos después. Al poco la munición se agotó, por lo que el Comandante decidió retirarse del frente. Tras dirigirse hacia la "Berenguela" y comprobar que no precisaba ayuda, volvió hacia el frente, colocándose entre el fuerte Santa Rosa y la población. A las 15:30 se agotaron definitivamente todas las balas y los cohetes incendiarios. Entonces, el buque se colocó entre la I y la III División para prestarles auxilio en caso de necesitar ayuda.

A las 15:40 la "Vencedora" trató de disparar cohetes incendiarios sobre el puerto y la población, pero al reventar el disparador, tuvo que volver a usar los cañones.

A las 16:00 únicamente tres cañones del fuerte Santa Rosa responden desde tierra al fuego español.

A las 16:45 la escuadra española decide dar por finalizado el combate. A las 17:00 se da la orden de finalizar el bombardeo. A las 17:30 la "Almansa" detiene el cañoneo. Tras dar tres vivas a la Reina, la "Numancia", la "Blanca", la "Resolución", la "Almansa" y la "Vencedora" salieron de la rada del Callao y se dirigieron al fondeadero, donde esperaban el resto de barcos.

Sobre las 17:50, cuando la escuadra ya estaba cercana a la isla de San Lorenzo, los tres cañones que quedaban en el fuerte Santa Rosa efectuaron sus últimos disparos, aunque sin balas. El último disparo lo efectuó el monitor peruano "Victoria". A las 18:00 la Escuadra llegó al fondeadero.

Resultados

El resultado del combate ha sido materia de controversia. Según la versión difundia por el almirante Méndez Núñez y los protagonistas españoles, la casi totalidad de las baterías del puerto fueron silenciadas al punto de que al momento de retirarse, solo tres cañones del fuerte Santa Rosa continuaban disparando, versión respaldada por el capitán de la corbeta francesa Venus, presente durante el combate. También sustentan su victoria en el hecho de no haber sido hundida una sola de sus naves y que si bien dos de ellas sufrieron ciertos daños, esto no les impidió realizar el viaje de regreso a España. La prensa francesa publica:

Las noticias de Callao, del 9 de mayo, dan los detalles siguientes sobre el bombardeo de esta plaza. El 2 de mayo la escuadra española atacó Callao y sus formidables baterías armadas con 90 cañones, entre ellos [tipo] Armstrong. En el momento en que el bombardeo cesaba con el día, solamente tres cañones peruanos continuaban su fuego. Todas las baterías blindadas habían sido puestas fuera de combate. La escuadra victoriosa cesó entonces el fuego al grito de ¡Viva la reina!
La Presse a 14 de junio de 1866

Fuentes peruanas por su parte, afirman que las baterías mantuvieron el fuego durante todo el combate y, a excepción de la ubicada en la Torre la Merced (que explotó), no sufrieron daños que les impidieran continuar disparando; respalda esta versión el testimonio del Comodoro estadounidense John Rodgers, que presenció el combate desde la cubierta del buque de guerra de los Estados Unidos Pouhatan. Rodgers en un informe publicado por el Washington News ese mismo mes, sobre el final del combate dijo lo siguiente:

El fuerte (Santa Rosa) contestó sus fuegos con brio hasta que a los 20 minutos los buques se retiraron, hasta quedar a tiro lejano, en cuya situacion continuaron el duelo hasta las cuatro y 45 minutos de la tarde, hora en que pusieron termino al combate. En el acto baje a tierra y despues de felicitar cordialmente al presidente Prado, por su distinguido triunfo acompañe al General Flores a ofrecer los servicios de los cirujanos a los heridos. Luego visite todas las baterías y me sorprendí al ver el poco daño que se les habia hecho...Los daños causados en el Callao son escasamente apreciables. Las baterías ocuparon tan continuamente a la escuadra que no hubo tiempo para bombardear la ciudad. Es posible estimar el daño causado a lo buques, por los trozos de madera varados en la playa es evidente que sufrieron daños seriamente.

El Almirante George Pearson en una carta al ministro de su país en Chile Hugh Judson Kilpatrick y la carta privada del maquinista del "USS Pouhatan" A. Dezegler coinciden en lo expuesto por Rodgers atribuyendo la victoria a las baterías de tierra pero reconociendo en todo momento el valor desplegado por los españoles.

Según el Parte de Combate de la Escuadra las bajas españolas fueron de 43 muertos y 83 heridos, entre estos últimos el Almirante Méndez Núñez y algunos otros oficiales y comandantes. Los catálogos españoles respecto a las bajas son de mayor precisión que los listados peruanos, incluyendo todo tipo de datos como el número y tipo de heridas recibidas, la parte del cuerpo afectada o la evolución del enfermo.[5]

Del lado peruano no se sabe con exactitud el número de muertos y heridos. Todas las listas que se confeccionaron entonces eran parciales.[5]​ En unas se incluían sólo militares, en otras sólo peruanos, la mayoría no incluía extranjeros, y no se llegó a hacer una lista completa y definitiva. Este hecho es descrito por el corresponsal del New York Times en un artículo sobre el combate:

Ninguna de las cuentas publicadas da correctamente el número de muertos y heridos en el lado peruano, y todos sus partes sobre las pérdidas españolas son simplemente conjeturas
The New York Times a 1 de junio de 1866[2]

Las estimaciones de los extranjeros presentes en el combate para las bajas peruanas varían entre los 200 y los 400 muertos y heridos, aproximadamente. Así, por ejemplo, según el testimonio del comodoro Rodgers ascendieron a 180, según el artículo de The New York Times anteriormente indicado, llegaron a las 350 de las cuales 90 eran muertos. 350 también son las bajas que publica el periódico francés La Presse.

Las cifras estimadas por publicaciones posteriores van desde los 83 hasta los 2000 muertos. Fuentes españolas consideran que los muertos oscilan entre los 200 y los 350, sin contar heridos.[5]​ En 1867 la Correspondencia diplomática relativa a la cuestión española fue publicada por orden del Jefe Supremo del Perú, Mariano Ignacio Prado, para ser presentada al Cogreso Constituyente. En ella se indica que las defensas del Callao sufrieron cerca de 200 bajas, entre muertos y heridos. En las Crónicas del Déan Juan Gualberto Valdivia publicas en 1873 aparece una relación de 83 individuos muertos. Este listado, con un estimado de bajas mucho menor a otras publicaciones ha sido calificado de parcial[cita requerida] por basarse en las listas publicadas por la dictadura de Prado. Robert L. Scheina en su libro Latin America's Wars: The age of the caudillo, 1791-1899 habla de 200 muertos o heridos peruanos, pero sin indicar las fuentes de las que obtuvo dicha información (llegando a afirmar que la Escuadra tuvo 375 bajas).

El 2 de mayo ha sido desde entonces una fecha recordada en el calendario peruano, pues su nombre se impuso a una provincia, a un regimiento, a varios colegios, a un fuerte y a un importante hospital de la capital. La plaza del Callao, en Madrid, recibió su nombre en memoria de este hecho de armas.

Referencias

  1. Valdivia, Juan Gualberto. "Las revoluciones de Arequipa"
  2. a b http://query.nytimes.com/mem/archive-free/pdf?res=9A04EFD81631EF34BC4953DFB066838D679FDE
  3. http://query.nytimes.com/mem/archive-free/pdf?_r=2&res=9D01E5D81631EF34BC4B51DFB366838D679FDE&oref=slogin
  4. «US Marines CDV album». Consultado el 2009. 
  5. a b c d García Martínez, José Ramón (1994). El Combate Del 2 de Mayo de 1866 En El Callao: Resultados y conclusiones. Ed. Naval. ISBN 84-7341-077-7. 
  6. Novo y Colson, Pedro (1884). Historia de la guerra de España en el Pacífico. Imprenta de Fortanet. 
  7. [Basadre, Jorge, Historia de la República. La Dictadura y la Guerra con España. pág. 1099-1100]
  8. [Pons Muzo, Gustavo, Historia del Conflicto entre el Perú y España. págs. 217-218]


Bibliografía

  • Pons Muzzo, Gustavo (1966). Historia del conflicto entre el Perú y España, 1864-1866. Iberia S.A. 
  • Cerda Catalán, Alfonso (1977). La guerra entre España y las repúblicas del Pacífico, 1864-1866. Ed. Puerto de Palos. ISBN 956-8150-26-9. 
  • García Martínez, José Ramón (1994). El Combate Del 2 de Mayo de 1866 En El Callao: Resultados y conclusiones. Ed. Naval. ISBN 84-7341-077-7. 
  • Pérez-Embid, Florentino (1962). Enciclopedia de la Cultura Española. Editora Nacional. ISBN (no tiene). 

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