Diferencia entre revisiones de «Crucifixión de Jesús»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
Sin resumen de edición
m Revertidos los cambios de 190.42.217.133 a la última edición de A ver
Línea 1: Línea 1:
['''Texto en negrita'''[Archivo:Cristo crucificado.jpg|right|thumb|265px|''[[Cristo crucificado (Velázquez)|Cristo crucificado]]'', por [[Diego Velázquez]].]]
[[Archivo:Cristo crucificado.jpg|right|thumb|265px|''[[Cristo crucificado (Velázquez)|Cristo crucificado]]'', por [[Diego Velázquez]].]]


La '''[[crucifixión]] de [[Jesús de Nazaret]]''' es un hecho narrado en los [[Evangelio]]s, que relata la muerte de Cristo en el Gólgota.
La '''[[crucifixión]] de [[Jesús de Nazaret]]''' es un hecho narrado en los [[Evangelio]]s, que relata la muerte de Cristo en el Gólgota.


Tras su detención, Jesús fue llevado al palacio del sumo sacerdote [[Caifás]] (según el Evangelio de Juan, fue llevado primero a casa de [[Anás]], suegro de Caifás). Allí fue juzgado por '''dara melany flores cruz'''''Texto en cursiva''[''http://www.ejemplo.com Título del enlace''] ante el [[Sanedrín]]. Se presentaron falsos testigos, pero como sus testimonios no coincidían no fueron aceptados. Finalmente, Caifás preguntó directamente a Jesús si era el [[Mesías]], y Jesús dijo: «Tú lo has dicho». El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras ante lo que consideraba una blasfemia. Los miembros del Sanedrín escarnecieron cruelmente a Jesús.<ref> {{Biblia|Mt|26:57-68}}, {{Biblia|Mc|14:53-65}}, {{Biblia|Lc|22:63-71}}. </ref> En el Evangelio de Juan, Jesús fue llevado primero ante Anás y luego ante Caifás. Sólo se detalla el interrogatorio ante Anás, bastante diferente del que aparece en los sinópticos.<ref> {{Biblia|Jn|18:19-29}}</ref> Pedro, que había seguido a Jesús en secreto tras su detención, se encontraba oculto entre los sirvientes del sumo sacerdote. Reconocido como discípulo de Jesús por los sirvientes, le negó tres veces —dos según el Evangelio de Juan—, como Jesús le había profetizado.<ref> {{Biblia|Mt|26:69-75}}, {{Biblia|Mc|14:66-72}}, {{Biblia|Lc|22:55-62}}, {{Biblia|Jn|18:15-27}}.</ref>
Tras su detención, Jesús fue llevado al palacio del sumo sacerdote [[Caifás]] (según el Evangelio de Juan, fue llevado primero a casa de [[Anás]], suegro de Caifás). Allí fue juzgado ante el [[Sanedrín]]. Se presentaron falsos testigos, pero como sus testimonios no coincidían no fueron aceptados. Finalmente, Caifás preguntó directamente a Jesús si era el [[Mesías]], y Jesús dijo: «Tú lo has dicho». El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras ante lo que consideraba una blasfemia. Los miembros del Sanedrín escarnecieron cruelmente a Jesús.<ref> {{Biblia|Mt|26:57-68}}, {{Biblia|Mc|14:53-65}}, {{Biblia|Lc|22:63-71}}. </ref> En el Evangelio de Juan, Jesús fue llevado primero ante Anás y luego ante Caifás. Sólo se detalla el interrogatorio ante Anás, bastante diferente del que aparece en los sinópticos.<ref> {{Biblia|Jn|18:19-29}}</ref> Pedro, que había seguido a Jesús en secreto tras su detención, se encontraba oculto entre los sirvientes del sumo sacerdote. Reconocido como discípulo de Jesús por los sirvientes, le negó tres veces —dos según el Evangelio de Juan—, como Jesús le había profetizado.<ref> {{Biblia|Mt|26:69-75}}, {{Biblia|Mc|14:66-72}}, {{Biblia|Lc|22:55-62}}, {{Biblia|Jn|18:15-27}}.</ref>


A la mañana siguiente, Jesús fue llevado ante [[Poncio Pilato]], el procurador<ref> Se sabe que el cargo de Pilato no era en realidad el de procurador, sino el de prefecto. Figura erróneamente con ese cargo no solo en los evangelios, sino también en la obra del historiador [[Flavio Josefo]].</ref> romano. Tras interrogarle, Pilato no le halló culpable, y pidió a la muchedumbre que eligiera entre liberar a Jesús o a un conocido bandido, llamado [[Barrabás]]. La multitud, persuadida por los príncipes de los sacerdotes, pidió que se liberase a Barrabás, y que Jesús fuese crucificado. Pilato se lavó simbólicamente las manos para expresar su inocencia de la muerte de Jesús.<ref> {{Biblia|Mt|27:11-26}}, {{Biblia|Mc|15:1-15}}. El Evangelio de Lucas añade que Pilato envió a Jesús ante [[Herodes Antipas]], tetrarca de Galilea, que se encontraba de visita en Jerusalén. Según este relato, Jesús no quiso contestar a las preguntas de Antipas, quien lo envió de nuevo a Pilato ({{Biblia|Lc|23:1-25}}). En el Evangelio de Juan, por otro lado, se añaden dos diálogos entre Jesús y Pilato que no aparecen en el resto de los relatos de la Pasión ({{Biblia|Jn|18:28-19:16}}). </ref>
A la mañana siguiente, Jesús fue llevado ante [[Poncio Pilato]], el procurador<ref> Se sabe que el cargo de Pilato no era en realidad el de procurador, sino el de prefecto. Figura erróneamente con ese cargo no solo en los evangelios, sino también en la obra del historiador [[Flavio Josefo]].</ref> romano. Tras interrogarle, Pilato no le halló culpable, y pidió a la muchedumbre que eligiera entre liberar a Jesús o a un conocido bandido, llamado [[Barrabás]]. La multitud, persuadida por los príncipes de los sacerdotes, pidió que se liberase a Barrabás, y que Jesús fuese crucificado. Pilato se lavó simbólicamente las manos para expresar su inocencia de la muerte de Jesús.<ref> {{Biblia|Mt|27:11-26}}, {{Biblia|Mc|15:1-15}}. El Evangelio de Lucas añade que Pilato envió a Jesús ante [[Herodes Antipas]], tetrarca de Galilea, que se encontraba de visita en Jerusalén. Según este relato, Jesús no quiso contestar a las preguntas de Antipas, quien lo envió de nuevo a Pilato ({{Biblia|Lc|23:1-25}}). En el Evangelio de Juan, por otro lado, se añaden dos diálogos entre Jesús y Pilato que no aparecen en el resto de los relatos de la Pasión ({{Biblia|Jn|18:28-19:16}}). </ref>

Revisión del 19:15 26 jun 2009

Cristo crucificado, por Diego Velázquez.

La crucifixión de Jesús de Nazaret es un hecho narrado en los Evangelios, que relata la muerte de Cristo en el Gólgota.

Tras su detención, Jesús fue llevado al palacio del sumo sacerdote Caifás (según el Evangelio de Juan, fue llevado primero a casa de Anás, suegro de Caifás). Allí fue juzgado ante el Sanedrín. Se presentaron falsos testigos, pero como sus testimonios no coincidían no fueron aceptados. Finalmente, Caifás preguntó directamente a Jesús si era el Mesías, y Jesús dijo: «Tú lo has dicho». El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras ante lo que consideraba una blasfemia. Los miembros del Sanedrín escarnecieron cruelmente a Jesús.[1]​ En el Evangelio de Juan, Jesús fue llevado primero ante Anás y luego ante Caifás. Sólo se detalla el interrogatorio ante Anás, bastante diferente del que aparece en los sinópticos.[2]​ Pedro, que había seguido a Jesús en secreto tras su detención, se encontraba oculto entre los sirvientes del sumo sacerdote. Reconocido como discípulo de Jesús por los sirvientes, le negó tres veces —dos según el Evangelio de Juan—, como Jesús le había profetizado.[3]

A la mañana siguiente, Jesús fue llevado ante Poncio Pilato, el procurador[4]​ romano. Tras interrogarle, Pilato no le halló culpable, y pidió a la muchedumbre que eligiera entre liberar a Jesús o a un conocido bandido, llamado Barrabás. La multitud, persuadida por los príncipes de los sacerdotes, pidió que se liberase a Barrabás, y que Jesús fuese crucificado. Pilato se lavó simbólicamente las manos para expresar su inocencia de la muerte de Jesús.[5]

Jesús fue azotado, lo vistieron con un manto rojo, le pusieron en la cabeza una corona de espinas y una caña en su mano derecha. Los soldados romanos se burlaban de él diciendo: «Salud, rey de los Judíos».[6]​ Fue obligado a cargar la cruz en la que iba a ser crucificado hasta un lugar llamado Gólgota, que significa, en arameo, «lugar del cráneo». Le ayudó a llevar la cruz un hombre llamado Simón de Cirene.

Dieron de beber a Jesús vino con hiel. Él probó pero no quiso tomarlo. Tras crucificarlo, los soldados se repartieron sus vestiduras. En la cruz, sobre su cabeza, pusieron un cartel en arameo, griego y latín con el motivo de su condena: "Este es Jesús, el Rey de los Judíos", que a menudo en pinturas se abrevia INRI —«Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum», literalmente «Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos»—. Fue crucificado entre dos ladrones.[7]

Hacia las tres de la tarde, Jesús exclamó: «Elí, Elí, lemá sabactani», que en arameo significa: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?», según los evangelios de Mateo y Marcos.[8]​ Las palabras finales de Jesús difieren en los otros dos evangelios.[9]​ También hay diferencia entre los evangelios en cuanto a qué discípulos de Jesús estuvieron presentes en su crucifixión: en Mateo y Marcos, son varias de las mujeres seguidoras de Jesús; en el Evangelio de Juan se menciona también a la madre de Jesús y al "discípulo a quien amaba" (según la tradición cristiana, se trataría del apóstol Juan, aunque en el texto del evangelio no se menciona su nombre).

Referencias

  1. Mt 26:57-68, Mc 14:53-65, Lc 22:63-71.
  2. Jn 18:19-29
  3. Mt 26:69-75, Mc 14:66-72, Lc 22:55-62, Jn 18:15-27.
  4. Se sabe que el cargo de Pilato no era en realidad el de procurador, sino el de prefecto. Figura erróneamente con ese cargo no solo en los evangelios, sino también en la obra del historiador Flavio Josefo.
  5. Mt 27:11-26, Mc 15:1-15. El Evangelio de Lucas añade que Pilato envió a Jesús ante Herodes Antipas, tetrarca de Galilea, que se encontraba de visita en Jerusalén. Según este relato, Jesús no quiso contestar a las preguntas de Antipas, quien lo envió de nuevo a Pilato (Lc 23:1-25). En el Evangelio de Juan, por otro lado, se añaden dos diálogos entre Jesús y Pilato que no aparecen en el resto de los relatos de la Pasión (Jn 18:28-19:16).
  6. Mt 27:26-31, Mc 15:15-20
  7. Mt 27:32-44, Mc 15:21-32, Lc 23:26-43, Jn 19:16-24. Juan no menciona a Simón de Cirene. Afirma que Jesús fue crucificado entre otras dos personas, pero no dice que fuesen ladrones.
  8. Mt 27:45-50, Mc 15:33-41
  9. Lc 15:39-46. Jn 19:25-30