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Esmegma

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Esmegma.

El esmegma es una secreción que suele acumularse en los genitales de los mamíferos, tanto en machos como en hembras.

Esta secreción procede del recambio celular, junto con el sebo proveniente de las glándulas de Tyson.[1]​ En el hombre proviene de las células de la zona del glande y de la porción interna del prepucio, y en las mujeres proviene del recambio celular y del sebo de las células en el clítoris y los labios mayores.

En los varones con frenillo corto o incircuncisos la acumulación se produce en el espacio balanoprepucial (entre el prepucio y el glande del pene), y en las mujeres en la capucha del clítoris y en los pliegues entre los labios menores y mayores.[2][3]​ En los varones circuncidados se producen las mismas sustancias, pero su limpieza es más sencilla, ya que no tienen sitio donde acumularse.

Esmegma humano

Es una secreción blancuzca, untuosa y con un fuerte olor característico. Su presencia se da en los varones y en las mujeres. Puede provocar irritación e inflamación del glande (denominada balanitis), del prepucio (postitis) o de ambos (balanopostitis), cosa que sucede si no se higieniza adecuadamente.

Para eliminarlo sólo hace falta descubrir el glande retrayendo el prepucio, y limpiarlo con agua durante la ducha o cualquier otra forma de aseo personal.

Según indican algunos estudios, el esmegma podía incrementar el riesgo de padecer cáncer de pene,[4]​ aunque otros estudios más recientes han descartado esta posibilidad.[5]​ Algunos médicos creen que es más fácil que un varón desarrolle cáncer de pene si no mantiene una higiene adecuada.[6]

Relevancia clínica

Higiene

En los hombres circuncidados es menor la acumulación de esmegma[cita requerida] (secreción que también producen las mujeres en el área de la vulva alrededor del clítoris). Sin embargo, la circuncisión y la higiene no están científicamente vinculados: la Royal Dutch Medical Association dice que "no hay pruebas convincentes de que la circuncisión es útil o necesaria en materia de prevención e higiene".[7]​ Además, la American Academy of Pediatrics dice: "la circuncisión ha sido sugerida como un método eficaz para mantener la higiene del pene desde la época de las dinastías egipcias, pero hay pocas pruebas para afirmar la asociación entre el estado de la circuncisión y la higiene del pene óptima".[8]

No está demostrado epidemiológicamente que en las poblaciones con menor tasa de circuncisión hay más casos de cáncer de pene. Se supone que esta creencia se sustenta en que la acumulación de esmegma favorece la contaminación por Corynebacterium esmegmatis, que transforma el esmegma en esteroles altamente cancerígenos.

Aun así desde el punto de vista médico y de higiene se debe tener hábitos de higiene y de cuidado del pene.

Referencias

  1. Arcila Rivera, Adriana del Pilar (2003). Educación para la salud sexual. Universidad de Caldas. ISBN 978-958-8041-83-4. p. 49.
  2. Ammer, Christine (2008). La salud de la mujer de la A a la Z. EDAF. ISBN 978-84-414-2031-1. p. 280.
  3. Veglia, Fabio (2007). Érase una vez la primera vez: cómo hablar de sexo y amor en familia y en la escuela. Grao. ISBN 978-84-7827-511-3. p. 79.
  4. Dugdale, David C. (traducido por Dr Tango, Inc.) Cáncer de pene. MedlinePlus.
  5. Van Howe RS, Hodges FM. The carcinogenicity of smegma: debunking a myth. Eur Acad Dermatol Venereol 2006 Oct;20(9):1046-54. [1]
  6. Monroy De Velasco, Anameli (2002). Salud y sexualidad en la adolescencia y juventud. Editorial Pax México. p. 164. ISBN 978-968-860-507-3.
  7. There is no convincing evidence that circumcision is useful or necessary in terms of prevention or hygiene.(en inglés)«Non-therapeutic circumcision of male minors (2010)». KNMG. 12 de junio de 2010. 
  8. Circumcision has been suggested as an effective method of maintaining penile hygiene since the time of the Egyptian dynasties, but there is little evidence to affirm the association between circumcision status and optimal penile hygiene. (en inglés)«"Circumcision policy statement. American Academy of Pediatrics. Task Force on Circumcision".». American Academy of Pediatrics. March 1999. 

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