Entrevista de Hendaya

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La reunión o entrevista de Hendaya tuvo lugar en la estación de trenes de la localidad francesa de Hendaya, junto a la frontera hispano-francesa, el 23 de octubre de 1940. En ella, Francisco Franco se entrevistó con Adolf Hitler en presencia de sus respectivos ministros de Asuntos Exteriores, Ramón Serrano Suñer (España) y Joachim von Ribbentrop (Alemania).

Esta entrevista fue similar a la Entrevista de Bordighera, celebrada por Franco con Benito Mussolini en Bordighera (Italia) el 12 de febrero de 1941, aunque en este caso el interés de Hitler por la participación española en la Segunda Guerra Mundial fue menor.

Las negociaciones previas

Durante el verano de 1940 y por iniciativa española se habían ido dibujando, por medio de contactos diplomáticos de alto nivel, las condiciones para una eventual participación española en la guerra. Las demandas territoriales sostenidas como punto de partida por ambas dictaduras para afrontar las negociaciones eran:

Estas posturas parecían irreconciliables, ya que para Hitler resultaba poco deseable estratégicamente enemistarse con Petain por el desmembramiento del imperio francés, y con Mussolini que podría ver, en una España excesivamente favorecida en las negociaciones, una competidora en sus propias ambiciones mediterráneas. Además, la estrategia de Franco era obtener el máximo de concesiones a cambio del mínimo de implicación en la guerra. Por eso, con el fin de aumentar la presión sobre Franco, el Ministerio de Asuntos Exteriores de la Alemania nazi acuerda la entrevista de máximo nivel en la ciudad vasco-francesa de Hendaya, bajo ocupación de la Wehrmacht y cercana a la frontera española.[1][2]

El vagón del Erika

A las 15:20 de la tarde llegó el tren oficial “Erika” de Hitler desde París. Franco, por su parte, llegó ocho minutos tarde desde San Sebastián (a donde Franco había llegado en automóvil desde Madrid) y para cuando descendió del vagón, Hitler y von Ribbentrop le esperaban al pie de la escalerilla. Franco vestía uniforme militar con gorro cuartelero, mientras que Hitler usaba el uniforme del Partido, con gorra de plato. El barón von Stohrer, embajador en España del régimen nazi, hizo las presentaciones y luego, juntos, los dos jefes de Estado revistaron las tropas alemanas de la guardia ceremonial.

La entrevista se celebró en el coche-salón. En el momento de subir se le comunicó al embajador de España en Berlín, Eugenio Espinosa de los Monteros, que ni él ni Eberhard von Stohrer iban a participar en la reunión. Así pues, a la entrevista asistieron únicamente Franco, Hitler, von Ribbentrop, Ramón Serrano Suñer y, como intérpretes, por parte alemana Gross y por parte española Álvarez de Estrada, barón de las Torres.[3]​ Tampoco se permitió la presencia en el vagón del traductor oficial de Hitler, Paul-Otto Schmidt.

Adolf Hitler hizo una larga digresión sobre el Nuevo Orden europeo en el que España tendría su lugar, si bien era necesario que participara de manera activa en la victoria del Eje. Además anunció ya una fecha precisa: sus paracaidistas estaban preparados para lanzarse el 10 de enero de 1941 sobre Gibraltar, según lo planeado en la Operación Félix. Cuando acabó, el Generalísimo hizo también una larga exposición. Habló de Marruecos y de suministros, preguntando si Alemania estaba en condiciones de enviar a España 100.000 toneladas de trigo. Las consideraciones de Franco irritaron a Hitler.[4]

Es importante precisar dos de los argumentos de Franco:

  • El Reino Unido no estaba vencido y si resistía con tanto empeño es porque esperaba una intervención militar estadounidense.
  • España no podía ceder a nadie el derecho a apoderarse de Gibraltar.

Con todo esto, contaba con el consejo de Wilhelm Canaris (quien aseguró a Franco, a espaldas de Hitler, que Alemania no ganaría la guerra). Sin embargo, Franco exigió al Führer condiciones prácticamente imposibles de cumplir. Entre ellas estaban las reclamaciones territoriales españolas sobre Marruecos que chocaban directamente con los intereses de la Francia de Vichy, con quien Hitler no deseaba enemistarse, y también entregas de material militar, especialmente aéreo, del que Hitler no podía prescindir. La larga lista de reclamaciones de Franco hicieron que Hitler mencionara posteriormente a Mussolini que "antes que repetir la entrevista de nuevo, prefería que me sacaran tres o cuatro muelas".[5]

La reunión, sin embargo, no fue un absoluto fracaso, y Hitler consiguió salir de Hendaya con una promesa española de entrada en la guerra bajo el brazo,[6]​ tras presiones y amenazas veladas a Franco, a quien Hitler insiste en que "debe tomar una determinación y no permanecer ignorante a los acontecimientos, y a que las tropas alemanas se hallan en los Pirineos". Rechazado en primera instancia por Serrano y Franco, el segundo protocolo constituye un firme compromiso con el Eje, lo que reconoce el mismo Serrano Suñer, aunque no deja de ser vago y cede a criterio de España la fecha de entrada en el conflicto. El protocolo secreto español fue probablemente destruido con posterioridad a 1945, y lo mismo se temía del alemán hasta la salida a la luz en 1960 por parte del Departamento de Estado de EEUU. Las posteriores negociaciones establecidas principalmente con Mussolini, que, aunque tenía más vínculos ideológicos y culturales con el Régimen Franquista lo veía como un potencial competidor, y el cambio de rumbo de la guerra impidieron la entrada española.

Si Hitler hubiera ejercido una firme presión sobre España, es de prever que tarde o temprano habría conseguido su entrada en la guerra del lado del Eje. Pero, agobiado por asuntos más urgentes, cambió de planes,[7]​ considerando además que la cuenca del Mediterráneo no era una zona de gran interés expansionista por parte del Tercer Reich y Hitler precisaba evitar pleitos entre la Francia de Vichy y la Italia fascista en el norte de África. Muy diferente era el escenario en la Europa Oriental, donde Alemania ya contaba con aliados (Hungría, Rumania, Eslovaquia) que se verían forzados a colaborar con el Tercer Reich en caso de extender la guerra a los Balcanes o a la URSS, presión de la cual España estaba exenta gracias a su lejanía geográfica.

Consecuencias directas

División Azul.

En cualquier caso Hitler y Franco no llegaron a un acuerdo expreso, por lo que España no entró oficialmente en esta guerra. El movimiento más directo de apoyo al Eje se produjo en junio de 1941, cuando Serrano Suñer, enfrentado a presiones internas por sectores pro-nazis, promovió el envío de una división de voluntarios españoles en apoyo de Alemania en la invasión de la Unión Soviética.[8]​ La voluntariedad de estos soldados ha sido puesta en duda. Probablemente la mayoría acudieron inflamados por ideales franquistas e ideas antisoviéticas, aunque algunos soldados profesionales acudieron con ellos (e incluso cuando se presentaba un oficial voluntario solía arrastrar a toda su unidad con él). El armamento y uniformes fueron suministrados en su totalidad por Alemania. Fue conocida como División Azul y operó principalmente en el frente central y en el de Leningrado.

Asimismo, existió una amplia tolerancia, incluso colaboración, ante la actuación de los agentes del Eje, sobre todo alemanes, en España. Esta colaboración permitió a los británicos efectuar la Operación Mincemeat, conocida por la novela y película El hombre que nunca existió para poder efectuar el desembarco de Sicilia con poca oposición alemana.

Otras lecturas

Las consecuencias y los protocolos adoptados en dicha entrevista han sido motivo de disputas:

  • Unas versiones afirman que el dictador alemán le presionó para que entrase en la guerra mundial, después de la ayuda prestada durante la Guerra Civil, pero que Franco arguyó que España no estaba en condiciones de entrar de nuevo en guerra.
  • Otras fuentes sostienen que Franco deseaba entrar en la guerra, aunque a cambio de ocupar las posiciones francesas en Marruecos, pero que Hitler se negó a pagar este precio para no perjudicar sus relaciones con el régimen fascista francés de Vichy.
  • Existe otra versión combinación de las dos anteriores: había en el entorno de Franco dos posturas, la de los falangistas, que deseaban entrar en la guerra al lado de las potencias fascistas, y la de los católicos y los militares profesionales, que deseaban la neutralidad. Esta última postura fue plasmada por escrito en un informe del hombre de confianza de Franco, Luis Carrero Blanco. Ante ello, Franco se decantó por el informe de Carrero.

La manipulación de las fotografías del encuentro

En octubre de 2006 se examinaron los negativos de las fotografías tomadas por la agencia EFE en dicha entrevista, las cuales se conservan en los archivos de esta agencia de noticias. Estos exámenes han demostrado que, las fotografías que salieron publicadas del encuentro en la prensa de entonces, fueron retocadas y alteradas al menos en 3 de ellas: [9][10]

  • Se cambió el rostro de Franco (que en los negativos aparece con los ojos cerrados) por el que aparece en otra fotografía tomada en otra ocasión, donde figura con los ojos abiertos.
  • Se borró la Cruz del Águila alemana que lucía Franco y se puso en su lugar la Medalla militar española.
  • Se recortaron las figuras de Hitler y de Franco y se pegaron sobre otra del andén de la estación de Hendaya de modo que (al contrario que en el negativo) no quedara de relieve la diferencia de estatura entre ambos.

Sin embargo según la propia agencia EFE este hecho no falsea la historia, pues la reunión se produjo.

Véase también

Referencias

  1. Hemeroteca La Vanguardia Edición del jueves 24 de octubre de 1940
  2. Javier Tusell, Historia de España en el siglo XX, vol.III, pp. 63-64, Ed. Taurus, Madrid, 1999
  3. Diario “Arriba”, 24 de octubre de 1940
  4. http://revista.libertaddigital.com/articulo.php/1275767998 César Vidal ¿Qué sucedió en la entrevista de Hendaya? ENIGMAS DE LA HISTORIA
  5. Hitler Stopped by Franco - Conservative Monitor
  6. Javier Tusell, Historia de España en el siglo XX, vol.III, p. 64, Ed. Taurus, Madrid, 1999
  7. La Aventura De La Historia
  8. Ibáñez Hernández, Rafael "Españoles en las trincheras: la División Azul", Payne y Contreras
  9. Las fotos trucadas de Franco y Hitler, El País, 17 de octubre de 2006.
  10. Salen a la luz dos nuevas fotografías trucadas de Franco con Hitler en Hendaya, El Mundo (España), 17 de octubre de 2006

Enlaces externos