Edgardo Mortara

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Edgardo Mortara
Información personal
Nacimiento 27 de agosto de 1851 Ver y modificar los datos en Wikidata
Bolonia (Estados Pontificios) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 11 de marzo de 1940 Ver y modificar los datos en Wikidata (88 años)
Lieja (Bélgica) Ver y modificar los datos en Wikidata
Religión Iglesia católica Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Sacerdote católico Ver y modificar los datos en Wikidata
Orden religiosa Agustinos Ver y modificar los datos en Wikidata
El secuestro de Edgardo Mortara Leví. Óleo por el pintor judío Moritz Daniel Oppenheim, 1862.

Edgardo Mortara Levi, más conocido como Edgardo Mortara (Bolonia, Estados Pontificios, 27 de agosto de 1851 - Lieja, Bélgica, 11 de marzo de 1940) fue un sacerdote católico nacido en el seno de una familia judía, observante y perteneciente a la tribu de Leví.[1]

Biografía[editar]

Nació el 27 de agosto de 1851, en Bolonia, en ese entonces parte de los Estados Pontificios. Con tan solo seis meses enfermó, y en ese contexto una servidora de la casa de los Mortara, una adolescente analfabeta llamada Anna Morisi, llevó secretamente a un sacerdote católico a la casa de la familia para bautizar como católico al bebé en la creencia de que estaba mortalmente enfermo.

El hecho fue conocido por las autoridades de los Estados Pontificios y se emitió una orden -de acuerdo con la encíclica papal Postremo mense- para que el niño Edgardo fuese retirado por la fuerza de la casa de sus padres hebreos por orden eclesiástica, bajo el argumento de que había sido bautizado como católico, y enviado a una institución de educación donde fue educado en dicha fe. Sus padres lucharon durante doce años para conseguir que fuera liberado, acusando al gobierno pontificio de haber ejecutado un simple secuestro del menor, empeño que fue obstaculizado sistemáticamente por Pío IX.

Siendo adolescente se le dio libertad a Mortara para volver con sus padres, lo que efectivamente realizó, aunque un mes después decidió retornar a la ciudad de Roma, en razón de los conflictos que le provocaba que sus padres no compartieran su ferviente catolicismo ni aceptasen sus constantes exigencias para abandonar la fe judía.

El caso se tornó en una cause célèbre en toda Europa con comunidades judías y protestantes acusando a la jerarquía del papado de ejecutar el secuestro de un niño para una conversión forzada, denunciando el hecho como ejemplo de fanatismo religioso católico, además de insinuar el anacronismo político de los propios Estados Pontificios que permitían tales normas.

Como respuesta, la prensa pontificia mostró a Mortara como sincero converso a la fe católica pese a ser apenas un niño cuando fue bautizado, agregando que conforme a la encíclica papal Postremo mense era inaceptable que un niño bautizado católico se criase con sus padres judíos. Tras la Toma de Roma en 1870, Mortara fue secretamente enviado a Austria por la jerarquía del Vaticano, al saberse que su padre y hermano mayor acudían a Roma a buscarle con apoyo de las nuevas autoridades del reino italiano. Refugiado en un seminario austríaco y recibiendo una pensión vitalicia del Papado, en 1873 decidió hacerse sacerdote.

Su padre murió en 1881 y su madre falleció en 1890, ambos rechazando siempre la insistencia de su hijo para convertirse al catolicismo. Luego de estos hechos, el resto de su familia de origen -a quien también pretendía convertir- rehusó mantener más contacto con él. El propio Mortara retornó a Italia décadas después de su ingreso al sacerdocio, pero en 1919 se estableció definitivamente en Lieja, Bélgica, viviendo allí hasta su muerte el 11 marzo de 1940.

Edgardo Mortara de adulto como sacerdote agustino (derecha) y su madre (sentada).

El llamado «Caso Mortara» conmovió a la opinión pública de la época y, más recientemente, ha sido causa de las críticas que recibió la beatificación del papa Pío IX en el 2000. Años antes, el propio Mortara había manifestado su deseo de que Pío IX -a quien "consideraba como un padre"- fuera declarado beato.

Vinculación con el País Vasco[editar]

El padre Mortara tiene una calle dedicada en Oñate, Guipúzcoa, localidad en la que residió durante cierto tiempo hacia 1884. Mortara, que era un gran políglota, llegó al País Vasco, España, atraído por su lengua, el euskera, idioma que llegó a aprender y en el que llegó a expresarse en sermones y poesía. Miguel de Unamuno, en su libro Contra esto y aquello, lo recuerda predicando en lengua vasca en Guernica, y también recaudando fondos para su Orden en el balneario de Cestona. Colaboró con varias publicaciones vascas de la época.

Referencias[editar]

  1. La Repubblica. «Il piccolo Edgardo l' ebreo rapito dal Papa e difeso da Cavour». Consultado el 2 de marzo de 2012. 

Enlaces externos[editar]