Casa de caridad de Barcelona

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La casa de caridad es una institución de caridad que se hallaba situada en la calle de Montealegre de Barcelona. En la actualidad parte del edificio lo ocupa el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) que acoge exposiciones fijas dedicadas a diversos estilos artísticos que van desde la fotografía a la escultura, pasando por la pintura o los frescos.

Historia

La casa de la caridad fue creada en 1803 y funcionó como tal hasta el año 1957.

La guerra con Inglaterra redujo esta industriosa capital a la más horrorosa miseria. Así es que en 1799 el Duque de Lancaster, capitán general del principado, dispuso una recolecta general para invertir su producto en un fondo público para socorrer a los menesterosos. Terminada la guerra quedó un fondo de 43.225 libras 19 sueldos 4 dineros, esto es, 42.840 libras en vales reales y las restantes en efectivo. La misma Junta presidida por el Capitán general determinó la construcción de una casa: Casa de caridad para el acogimiento de todos los pobres del principado. Al efecto y en virtud de real orden de 16 de noviembre de 1803 se encargó la propia Junta de la casa hospicio de hombres, pagando a la de Misericordia la cantidad de 19.865 libras, 15 sueldos, 3 dineros en que se hallaba atrasada, 12.000 libras por obras que debieron hacerse en la Misericordia separada ya del Hospicio y además para la manutención por espacio de 48 días a los pobres de dicho establecimiento, hasta que tuvieron habilitadas todas sus oficinas, cuyas sumas junto con otros gastos ascendieron a unos 25.000 duros sin contar con todas las rentas, arbitrios, ropas y utensilios que existían propios del Hospicio y todo fue cedido a la Casa de Misericordia.

Organización de la casa

En 1803 se principió el establecimiento que estaba dividido en departamentos:

  • el de hombres comprendía a todos los individuos del sexo masculino a partir de cinco años. Los niños, fatuos, tullidos y decrépitos, están en cuadras separadas
  • el de mujeres, está con las mismas separaciones que el de los hombres. La enseñanza de las labores se hallaba sometida a las hermanas quienes instruían a las niñas en labores como son hacer media, coser el vestuario de todos los pobres albergados en dicho establecimiento, camisas con toda la perfección posible, camisolines, pañuelos y otras prendas de exquisito gusto y primor para varios particulares. Bordaban toda clase de ropa susceptible de realizarlo, con hilo, ya fuera bordado o plateado, seda, al realce, así como cuadros, alfombras, etc. Zurcían, remendaban, planchaban, hacían encajes, hilaban a máquina y fabricaban alpargatas. Alcanzando los 14 años de edad, se las hacía asistir a la cocina de las hermanas, único punto en donde podían aprender a guisar y para que ninguna clase careciera de la instrucción que la correspondía, el M I. Sr. Alcalde Corregidor y la M. I. Junta municipal de beneficencia, tenían divididas en secciones a las hermanas ágiles o disponibles que existían en tan piadoso establecimiento, para que con su acreditado celo, laboriosidad y la amabilidad que las distinguía, derramaran la instrucción susceptible que una mano generosa les prodigaba protegida.

A mediados del siglo XIX, además se hallaban al cuidado de las virtuosas e incansables hermanas, más de mil entre mujeres y niñas y entre las cuales se contaban unas cien simples y ochenta decrépitas. La enfermería con sus varias dependencias era uno de los cometidos más espinosos por el cuidado, aseo y esmero con que los servían, sin contar con la ropería y limpieza del departamento de las mismas. Había en la casa dos sacerdotes empleados en enseñar la doctrina cristiana y los principios de moral. Tenía además una escuela particular en la que se instruía a los pobres en el arte de leer, escribir, contar, gramática castellana, geografía y principios de urbanidad en la cual se enseñaba a 460 niños. La escuela de niñas desde su creación la costeaba, sino en el todo, en la mayor parte, un benefactor, que cuidaba de inspeccionarla, sin perjuicio de los Ilustres señores que componían la comisión de escuelas de la casa en la cual se les enseñaba de Lectura , Escritura, Aritmética, Gramática castellana, Doctrina cristiana, Urbanidad y Religión, en cuyas primeras clases, asistían 321 niñas.

Además de la renta y de las asistencias del Gobierno contaba la Casa con los recursos siguientes: una rifa semanal, los bailes de máscaras, recaudadores del principado, limosnas, los baños de mar, las letrinas y la industria de la casa que consistía en la fábrica de hilados y tejidos de algodón. Estaba dirigida por una Junta de gobierno, presidida por un Corregidor, ocho vocales, un secretario, un tesorero y un contador.

Referencias