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Diferencia entre revisiones de «El trino del diablo»

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Compuesta en [[Sol menor]], con virtuosidad en el arco y bajo constante(representado por un piano o algunos instrumentos de cuerda: [[violonchelo]] o una [[viola]]).
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Publicada 29 años atras presenta cuatro movimientos. El último de ellos contiene el célebre y exigente trino que el intérprete debe atacar en una cuerda mientras simultáneamente lleva una melodía en las cuerdas restantes.<ref name=":2">{{Cita web|url=http://labellezadeescuchar.blogspot.com/2014/11/tartini-trino-del-diablo.html|título=La belleza de escuchar: Tartini: "Trino del Diablo"|fechaacceso=22 de agosto de 2016|sitioweb=La belleza de escuchar}}</ref> Esta obra consta de 4 movimientos:
* ''Larghetto affettuoso:'' movimiento lento con varios cambios de tonos agudos a sobre agudos, con notas dobles en el cuerpo de la composición.
* ''Larghetto affettuoso:'' movimiento lento con varios cambios de tonos agudos a sobre agudos, con notas dobles en el cuerpo de la composición.
* ''Allegro moderato:'' movimiento mucho mas rápido (allegro) con una brillantez en el manejo del arco con la misma técnica del primer movimiento''.''
* ''Allegro moderato:'' movimiento mucho mas rápido (allegro) con una brillantez en el manejo del arco con la misma técnica del primer movimiento''.''

Revisión del 23:01 15 abr 2017

Tartini´s Dream de Louis-Léopold Boilly (1824), en la que ilustra el relato de Tartini.

La Sonata para violín en sol menor, más conocida como El Trino del Diablo, es una sonata para violín (acompañada por un bajo continuo) compuesta por Giuseppe Tartini (1692–1770), famosa por ser muy exigente técnicamente, aún hoy en día. Siendo esta la mejor composición realizada por Tartini, según, tanto por los críticos como para los teóricos musicales.

Historia

La historia detrás del “Trino del Diablo” inicia con un sueño. Tartini supuestamente le contó al astrónomo francés Jérôme Lalande que soñó que el diablo se le apareció pidiéndole ser su sirviente, siendo un sueño que tuvo mientras permanecía oculto en el convento, a resguardo del obispo. Tartini, viendo que el diablo era tan bueno en todo, lo desafió a tocar una melodía romántica para él con su violín, creyendo así poder humillar a su sirviente. Entonces Tartini le entregó al diablo su violín para probar sus habilidades; el diablo inmediatamente comenzó a tocar con tanta virtuosidad que Tartini sintió que le quitaron la respiración, hecho que según relata, lo obligó a despertar. La historia completa la cuenta Tartini en el libro de Lalande: Voyage d'un François en Italie (1765 - 66):[1][2][3]

Una noche, en el año 1713 soñé que había hecho un pacto con el diablo a cambio de mi alma. Todo salió como yo deseaba: mi nuevo sirviente anticipó todos mis deseos. Entre otras cosas, le di mi violín para ver si podía tocar. ¡Cuán grande fue mi asombro al oír una sonata tan maravillosa y tan hermosa, interpretada con tanto arte e inteligencia, como nunca había pensado ni en mis más intrépidos sueños! Me sentí extasiado, transportado, encantado: mi respiración falló, y desperté. Inmediatamente tomé mi violín con el fin de retener, al menos una parte, la impresión de mi sueño. ¡En vano! La música que yo en ese momento compuse es sin duda la mejor que he escrito, y todavía la llamo el "Trino del Diablo", pero la diferencia entre ella y aquella que me conmovió es tan grande que habría destruido mi instrumento y habría dicho adiós a la música para siempre si hubiera tenido que vivir sin el goce que me ofrece.
Giuseppe Tartini, en Voyage d'un François en Italie

Musica

Compuesta en Sol menor, con virtuosidad en el arco y bajo constante(representado por un piano o algunos instrumentos de cuerda: violonchelo o una viola).

Partitura de "El Trino de Diablo"

Publicada 29 años atras presenta cuatro movimientos. El último de ellos contiene el célebre y exigente trino que el intérprete debe atacar en una cuerda mientras simultáneamente lleva una melodía en las cuerdas restantes.[3]​ Esta obra consta de 4 movimientos:

  • Larghetto affettuoso: movimiento lento con varios cambios de tonos agudos a sobre agudos, con notas dobles en el cuerpo de la composición.
  • Allegro moderato: movimiento mucho mas rápido (allegro) con una brillantez en el manejo del arco con la misma técnica del primer movimiento.
  • Andante: comienza con un tono sostenido dramático y va subiendo las notas, hasta volverlas a bajar y mantener el tono dramático repitiendo esos pasos para romper con el siguiente movimiento
  • Allegro assai: comienza con un contrapunteo e inicia con una serie creativa de movimientos y bajar el tono y mantener un ritmo emocionante, y comenzar con el trino de forma espectacular durante el resto de la sonata.

El bajo continuo de una sonata para violín originariamente se realizaba para dos instrumentos: uno que tocaba la línea melódica del bajo (generalmente un violonchelo o una viola da gamba) y otro que realizaba la armonía, rellenando con acordes el espacio entre las dos melodías, la del bajo y la del violín (generalmente un instrumento de teclado como el clavecín o el órgano o, menos frecuentemente, un instrumento de cuerda pulsada, como la tiorba). Actualmente es más frecuente que sea un único instrumento el que acompañe al solista, generalmente un piano.[2]

Trino

En música se llama trino a la alternancia rápida de dos notas separadas por el intervalo de un tono (de una segunda mayor) o un semitono (una segunda menor).[4]

Recepción y grabaciones

Existiendo muchas versiones de la obra, la edición más popular de la pieza, es de Fritz Kreisler se extendió preferentemente en la cadencia final original de Tartini (y del diablo), siendo hasta considerada un arte. El resultado siempre ha sido uno de los preferidos por los violinistas: incluso el purista Adolf Busch la prefería a la original. Está maravillosamente escrita para violín y, virtualmente, todo el mundo la ha grabado. Se debería elegir una grabación bien documentada; pero como la interpretación de Eduard Melkus ya no está disponible, no hay ninguna recomendable: una versión muy solicitada está polémicamente interpretada sin acompañamiento, y la ejecución es excesiva y desafinada. De todas formas, como está interpretada por Ida Haendel (y otros, incluidos David Oistrakh y Nathan Milstein), la adaptación de Kreisler es una obra de arte. Un equipo de EMI captó el modo de tocar de Haendel, audaz y técnicamente impecable, y la nueva edición de Testament está bien restaurada. Tartini aparece complementado con piezas de Corelli, Nardini y Vitali.[5]​ Existen diversas grabaciones siendo una de las mas famosas una grabada en 1990, donde se puede escuchar la interpretación del violinista Itzhak Perlman y la pianista Janet Goodman Guggenheim.[2]

Según el autor ruso Boris Schwarz es: “Una pieza deslumbrante del romanticismo dieciochesco.”[5]

Otra versión del relato

En el año 1992, el autor e historiador español Carlos Fisas hizo una recopilación en la cual aparece una versión un poco distinta acerca del suceso entre Tartini, el diablo y la confesion al astrónomo francés Lalande, aqui el texto de Fisas:[6]

“-¡Qué suerte tenemos, amigo mío! -observaba un día José Lalande, el más grande astrónomo de su tiempo, conversando con Giuseppe Tartini, el más grande violinista de la misma época-. ¡Qué suerte tenemos de vivir en el ilustrado siglo XVIII, libres de todas las supersticiones y pseudocreencias, dando crédito solamente a nuestros ojos y a nuestros cerebros! Pasaron los días de magia y brujería, de ángeles y diablos…

-¿Así no creéis en el diablo Lalande? -le interrumpió el violinista.

-No, ciertamente -rió el astrónomo.

-Pues bien -dijo Tartini-. ¡Yo, sí! No solamente creo en él sino que he comprobado su existencia y le estoy agradecido porque me ayudó a realizar mi obra de mayor éxito.

Y explicó a Lalande la historia de su Trino del Diablo. Una noche, cuando tenía veintidós años, soñó que había pactado con el diablo. Le había vendido su alma y Satán debía ser su criado durante tres veces siete años. El contrato funcionaba admirablemente; Tartini (en su sueño) se había hecho famoso y rico; había conquistado cuanto deseaba y había subyugado a todo el mundo. Un día tomó su violín y se lo entregó al Príncipe de las Tinieblas. ‘¡Toca! -le dijo-. Quiero ver si el diablo conoce más trucos en el violín que yo, ¡Giuseppe Tartini!’

Y el diablo tocó…, tocó como Tartini nunca había oído tocar a nadie. Era una sonata salvaje, incitante y melancólica al mismo tiempo, tierna y bárbara, angustiosa y sin embargo llena de belleza. La más deliciosa y osada pieza de música.

Tartini se sintió transportado de placer. Apenas podía respirar y, súbitamente, despertó. Abalanzóse sobre su violín y empezó a tocar la música que acababa de oír. Podía acordarse distintamente de largos pasajes que el diablo había tocado para él, pero, a pesar de los mayores esfuerzos, no pudo reconstruir la obra entera.

-Seguidamente escribí la pieza -concluyó Tartini-. Es el Trino del Diablo, tal como vos y muchos otros lo conocéis hoy. Pero podéis creerme, mi esclarecido y escéptico amigo: ¡la pieza que yo compuse es infinitamente inferior a la que el diablo tocó para mí durante mi sueño!”.

Carlos Fisas en Intimidades de la Historia. (1996)[6]

Referencias

  1. Joseph Jérôme Le Français de Lalande (1770). Voyage d'un françois en Italie, fait dans les années 1765 & 1766 (en francés). 
  2. a b c «Michala Petri | Eduplaneta Musical». eduplanetamusical.es. Consultado el 22 de agosto de 2016. 
  3. a b «La belleza de escuchar: Tartini: "Trino del Diablo"». La belleza de escuchar. Consultado el 22 de agosto de 2016. 
  4. «Trino (música)» |url= incorrecta con autorreferencia (ayuda). Wikipedia, la enciclopedia libre. Consultado el 22 de agosto de 2016. 
  5. a b «“El trino del diablo” Sonata para violín en sol menor». 14 de julio de 2013. Consultado el 22 de agosto de 2016. 
  6. a b Doña, Francisco (13 de enero de 2013). «Tartini y “El Trino del Diablo”». Siguiendo a Letamendi. Consultado el 22 de agosto de 2016. 

Enlaces externos