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Diferencia entre revisiones de «Comuneros de Los Andes»

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'''''La Insurrección de los comuneros de Venezuela''''' fue un movimiento anticolonial revolucionario que buscaba liberar a [[Venezuela]] del colonialismo del [[Imperio Español]], bajo la búsqueda de la rebaja de los impuestos. Desarrollado en los [[Región de los Andes|Andes venezolanos]], en [[1781]].
'''''La Insurrección de los comuneros de Venezuela''''' fue un movimiento anticolonial revolucionario que buscaba liberar a [[Venezuela]] del colonialismo del [[Imperio Español]], bajo la búsqueda de la rebaja de los impuestos. Desarrollado en los [[Región de los Andes|Andes venezolanos]], en [[1781]].

Revisión del 05:45 7 abr 2017

El comunero Francisco Garcia de Hevia.

La Insurrección de los comuneros de Venezuela fue un movimiento anticolonial revolucionario que buscaba liberar a Venezuela del colonialismo del Imperio Español, bajo la búsqueda de la rebaja de los impuestos. Desarrollado en los Andes venezolanos, en 1781.

Orígenes

Esta insurrección tiene sus raíces en la crisis del sistema de dominación colonial en la segunda mitad del siglo XVIII y que el rey Carlos III de Borbón intentó controlar mediante políticas económicas, tendientes a fortalecer su poder político y a aumentar las rentas fiscales. Sin embargo, estas medidas, agudizaron las tensiones sociales y estimularon el estallido de revueltas a los largo del imperio. Para mayo de 1781, por San Antonio, San Cristóbal, en junio en La Grita circulan los primeros panfletos que instan a la insurrección: “los principales lugares de este reino, cansados de sufrir las continuas presiones con que el mal gobierno de España nos oprime, con la esperanza de ir a peor según noticia, hemos resuelto sacudir tan pesado yugo y seguir otro partido para vivir con alivio” [1]. Aunado a esto, desde Cúcuta y Pamplona legarían emisarios de los comuneros de El Socorro.

Avance del Movimiento

El 30 de junio de 1781, se reúnen al margen del Rio Táchira los representantes de la ciudad de San Antonio del Táchira y los rebeldes de la Villa de Cúcuta y Pamplona, constituyéndose un gobierno rebelde. Desde allí se extendió a Lobatera, se organiza una nueva administración integrada por labradores de modestos recursos. Para el 11 de julio los insurrectos de San Antonio, San Cristóbal y Lobatera entran a La Grita y sitian la ciudad, despojan de su cargo a Jose Trinidad Noguera, administrador de la Real Hacienda, se posesionan del dinero existente en las arcas reales, reparten el tabaco entre el pueblo, someten a prisión a los españoles y gritenses opuestos al movimiento. Al dia siguiente organizan el gobierno rebelde bajo el mando de Juan José García de Hevia.

Entre el 15 y el 25 de julio tomarían Bailadores, Guaraque, Pregonero, Tovar, Estanques, Lagunillas, El Morro, Acequias, Pueblo Nuevo y Ejido esta última liderada por Francisco Javier de Angulo, persona de gran prestigio en los sectores populares. El 27 de julio llegan a las afueras de Mérida una caravana de 600 hombres armados con escopetas, lanzas, sables y garrotes.

Al dia siguiente la Expedición Comunera conformados por hombres y mujeres toman la ciudad. Estaban ahí representado todos los pueblos y comunes desde San Antonio del Táchira, hasta el cercano Ejido, una multitud de 1.500 merideños encabezados por Tomás de Contreras, salieron a la entrada a darle la bienvenida. Se dirigieron a la plaza mayor y levantaron la Horca, se leyeron las Capitulaciones y se aclamaron las nuevas autoridades. Entre las primeras medidas estuvo dejar sin efecto los aumentos de impuesto y demás órdenes de la intendencia. Libertad de destilación del aguardiente y supresión del derecho dulces que gravaba la panela. Detuvieron a funcionarios de la Real Hacienda, entre ellos a Don José Cornelio de la Cueva, a quien obligaron a entregar el papel sellado. Barajas y dinero que tenía en su poder.

Saben los rebeldes que es indispensable seguir llevando la insurrección a los pueblos vecinos. La meta era extender el movimiento hasta Trujillo, Barinas, e incluso Caracas.

Hechos los preparativos en Mérida para marchar hacía Trujillo, partieron más de mil rebeldes el 7 de agosto de 1781 rumbo a Timotes, no sin antes remitir con esa misma fecha un mensaje al Ayuntamiento trujillano, dándole cuenta de sus éxitos y los beneficios que implicaban las Capitulaciones, explicándole sus intenciones de incorporar a los trujillanos al movimiento y la disposición de utilizar cualquier medio para cumplir dicho cometido.

La derrota comunera en Trujillo

Sin oposición alguna, los rebeldes se apoderaron el 8 de agosto Timotes, pero el ambiente de tensión popular que existía en Trujillo era contraproducente, ya que los sectores desposeídos acogieron con agrado las noticias sobre el movimiento comunero, pero los ricos hacendados respondieron negativamente. Sin embargo los pasquines del movimiento llegaron a Caracas y Maracaibo.

El Gobernador de Maracaibo Manuel de Ayala, como medida preventiva, ordena una expedición para evitar la invasión de Trujillo. El Capitán General de Venezuela Unzaga y Amézaga, es el que remite las instrucciones de la expedición en contra de los insurgentes, también desde la capital se emprende la llamada "Expedición de la Frontera", comandada por Juan de Salas.

Luego de la toma de Timotes por los comuneros, el 8 de agosto de 1781, los mismos intercambiaron comunicaciones con una delegación del mantuanaje trujillano, que se había instalado en la cercana población de La Mesa de Esnujaque con el fin de evitar el ingreso de los rebeldes a dicho territorio. La llegada a La Mesa de las fuerzas militares veteranas enviadas desde Maracaibo por el gobernador de la Provincia, Manuel de Ayala, el 16 de agosto, determinó que los comuneros desistieran de su propósito de entrar por la fuerza al territorio trujillano, retirándose los mismos a Mérida donde se atrincheraron, pusieron guardias y cortaron los caminos. Aunque Francisco Javier de Angulo se convirtió en el alma de la resistencia, con esto se truncaba la fase de expansión del movimiento rebelde y se daba inicio al proceso que culminaría con la desbandada de los insurgentes y la posterior campaña represiva desatada contra los mismos por las autoridades realistas.

A pesar de la derrota, los revolucionarios Vicente Aguiar, García de Hevia, Luis Vidalle y otros siguieron preparando un nuevo movimiento. Contreras afirma que.[1]​ En síntesis, la rebelión de los comuneros venezolanos fue mayoritariamente un movimiento de protesta contra los impuestos y abusos de los españoles, pero en su seno se generó un ala radical que llegó a plantear una crítica al régimen de dominación política.

Final del Movimiento

El levantamiento, aunque se orientó fundamentalmente contra los representantes de la Real Hacienda, tenía una tendencia general a cuestionar las duras condiciones de vida a que era sometida la mayoría popular. En la carta del común de Mérida a sus capitanes, se observa esta tendencia.[2]​ Existía de hecho un nivel de conciencia que explicaba la riqueza de la oligarquía (y de las mismas autoridades coloniales) como obtenida gracias, exclusivamente, a la explotación del trabajo ajeno. Los comuneros tomaron una serie de medidas para utilizar los bienes de los ricos hacendados de la región como sustento de las tropas rebeldes, acciones promovidas fundamentalmente por los jefes comuneros García de Hevia y Francisco Javier de Angulo.

Ya para el 11 de septiembre de 1781, la revuelta se encuentra prácticamente derrotada; el Gobernador de Maracaibo propone escuchar a los insurgentes e interceder en favor de aquéllos que depongan las armas. Mientras tanto, en San Cristóbal el Ayuntamiento acuerda mantener su lealtad al Rey. Posteriormente el Cabildo de San Antonio apoya la decisión del organismo tachirense y el pueblo de Mérida redacta un comunicado dirigido a los jefes comuneros para que se sometieran a los planteamientos del Gobernador Ayala.

El 20 de enero de 1782, se inicia el expediente en contra de dichos jefes de la revuelta comunera de los Andes venezolanos. Para el 30 de junio de 1782, se pone en práctica el plan de captura de los rebeldes comuneros, obteniendo como resultado la detención de 27 de los 69 implicados, quienes son encarcelados en diferentes lugares de la ciudad de Caracas. El 31 de enero de 1783 el Rey "resuelve conceder indulto a los implicados en la rebelión de la provincia de Maracaibo, exceptuando a los cabecillas Juan García de Hevia, Silvestre Carnero, José Joaquín Medina, Miguel Suárez y Joaquín Yánez Caballero" [Enrique López. Los Comuneros de Mérida. p. 539].

Referencias

  1. CONTRERAS SERRANO, J. N. (1961). Comuneros Venezolanos. Biblioteca de Autores y temas Techirenses, Nº13, Caracas. p. 15. «transcurrido tres años del fracaso (...) no cejaban en sus propósitos los principales cabecillas de rebelarse contra el status político existente». 
  2. Muños Oraa,Carlos (1971). Los Comuneros de Mérida. Mérida : Universidad de Los Andes, Facultad de Humanidades y Educación. p. 80. «...pues S.M. sabe que no es razón que porque cuatro o cinco se enriquezcan y triunfen a costa de los pobres, todos los demás perezcan como lo estamos experimentando con los alcabaleros». 

Enlaces externos