Diferencia entre revisiones de «Pucherazo»

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==Segunda República==
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{{VT|Ley electoral de la Segunda República Española|Elecciones generales españolas de 1936}}
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La [[Segunda República Española|Segunda República]] tomó medidas para que las elecciones fueran más limpias y transparentes, como la figura del [[interventor]] del partido, la disposición por la que se marcaba el dedo de los votantes con tinta, etc. Otros extremos de la ley electoral eran menos ecuánimes, o al menos suscitaron acusaciones de irregularidades en su práctica, especialmente cuando se obtenía por pocos votos una gran diferencia de escaños: por ejemplo, en la ciudad de [[Barcelona]], con un total de 20 diputados, el partido o coalición más votada obtenía 16, y las minorías 4, aunque la diferencia entre el más votado y el siguiente fuera mínima. Incluso los 20 escaños podrían ser obtenidos por la mayoría si se cumplían una serie de requisitos. El control de las elecciones no dependía de los tribunales u otro organismo independiente, sino de una comisión formada por los propios parlamentarios elegidos. Su actuación provocó críticas sobre todo después de las [[elecciones de febrero de 1936]] (el [[Frente Popular (España)|Frente Popular]] tenía mayoría en la comisión): no se anuló ningún escaño a la izquierda y sí muchos a la derecha (algunos los cifran en 40, otros lo aumentan, otros lo reducen sensiblemente).http://www.elespanol.com/cultura/historia/20170313/200480526_0.html También fue objeto de debate el resultado del referéndum sobre el [[Proyecto de Estatuto de Autonomía de Galicia de 1936]]. La [[Constitución española de 1931|Constitución republicana]] exigía mayoría de dos tercios de ''sí'' en los referendos de Estatuto de Autonomía, no sobre votantes, sino sobre gente censada, y ese ''sí'' tan alto es discutido. El referéndum se celebró el [[28 de junio]], un mes antes del inicio de la [[Guerra Civil Española|Guerra Civil]], y fue calificado de ''santo pucherazo'' por sus propios partidarios.<ref>Xavier Castro, ''O galeguismo na encrucillada republicana'', citado en [http://www.lavozdegalicia.es/hemeroteca/2005/12/21/4363698.shtml ''El santo pucherazo del 36''], La Voz de Galicia, 21 de diciembre de 2005.</ref>
La [[Segunda República Española|Segunda República]] tomó medidas para que las elecciones fueran más limpias y transparentes, como la figura del [[interventor]] del partido, la disposición por la que se marcaba el dedo de los votantes con tinta, etc. Otros extremos de la ley electoral eran menos ecuánimes, o al menos suscitaron acusaciones de irregularidades en su práctica, especialmente cuando se obtenía por pocos votos una gran diferencia de escaños: por ejemplo, en la ciudad de [[Barcelona]], con un total de 20 diputados, el partido o coalición más votada obtenía 16, y las minorías 4, aunque la diferencia entre el más votado y el siguiente fuera mínima. Incluso los 20 escaños podrían ser obtenidos por la mayoría si se cumplían una serie de requisitos. El control de las elecciones no dependía de los tribunales u otro organismo independiente, sino de una comisión formada por los propios parlamentarios elegidos. Su actuación provocó críticas sobre todo después de las [[elecciones de febrero de 1936]] (el [[Frente Popular (España)|Frente Popular]] tenía mayoría en la comisión): no se anuló ningún escaño a la izquierda y sí muchos a la derecha (algunos los cifran en 40, otros lo aumentan, otros lo reducen sensiblemente).http://www.elespanol.com/cultura/historia/20170313/200480526_0.html Veíamos claro el fraude en A Coruña y Cáceres, pero sólo con estos votos la mayoría no cambiaba. Y aparecieron los casos de Tenerife, Las Palmas, Lugo, Pontevedra, Valencia, Jaén, Murcia y hasta Málaga (donde ganan indudablemente las izquierdas, pero el escaño de las minorías debería haber pertenecido a la CEDA y no al PSOE).Y en esa lista escaños dudosos fata provincias.También fue objeto de debate el resultado del referéndum sobre el [[Proyecto de Estatuto de Autonomía de Galicia de 1936]]. La [[Constitución española de 1931|Constitución republicana]] exigía mayoría de dos tercios de ''sí'' en los referendos de Estatuto de Autonomía, no sobre votantes, sino sobre gente censada, y ese ''sí'' tan alto es discutido. El referéndum se celebró el [[28 de junio]], un mes antes del inicio de la [[Guerra Civil Española|Guerra Civil]], y fue calificado de ''santo pucherazo'' por sus propios partidarios.<ref>Xavier Castro, ''O galeguismo na encrucillada republicana'', citado en [http://www.lavozdegalicia.es/hemeroteca/2005/12/21/4363698.shtml ''El santo pucherazo del 36''], La Voz de Galicia, 21 de diciembre de 2005.</ref>


==Franquismo==
==Franquismo==

Revisión del 11:25 24 mar 2017

El pucherazo era uno de los métodos de manipulación electoral usados principalmente durante el periodo de la Restauración borbónica en España para permitir la alternancia pactada previamente entre el Partido Liberal y el Partido Conservador, es decir, el turnismo, dentro del modelo de dominación política local (sobre todo en las zonas rurales y las ciudades pequeñas) conocido como caciquismo. Para llevar a cabo la manipulación, se guardaban papeletas de votación (por ejemplo en pucheros, de donde viene la denominación que se popularizó), y se añadían o se sustraían de la urna electoral a conveniencia del resultado deseado. Otros métodos consistían en la colocación de las urnas en lugares de imposible acceso o la manipulación de las votaciones con lázaros (votos de fallecidos que, al menos sobre el papel resucitaban como el Lázaro de los Evangelios) y cuneros (candidatos que se inscribían en una circunscripción con la que no tenían vinculación personal o política). En los periodos posteriores de la historia electoral española, el nombre de pucherazo siguió empleándose como sinónimo de fraude electoral.

Restauración

Desde el comienzo del régimen liberal todos los gobiernos habían ganado las elecciones que ellos mismos convocaban, lo que se representaba con la frase: «las elecciones no hacen a los gobiernos, sino los gobiernos a las elecciones». En 1878, ya bajo la Restauración y la Constitución española de 1876, se pretendieron tomar medidas con el propósito de hacer las elecciones más libres: la principal era que las elecciones duraran solo un día y no varios, eliminando la posibilidad de falsificar votos según la información proporcionada al gobierno en varios días. No obstante, se había vuelto al sistema de sufragio censitario (en 1869, durante el Sexenio Revolucionario, se había implantado el sufragio universal masculino, que se volvió a recuperar en 1890). El procedimiento electoral incluía el encasillado o selección de los candidatos concertados para ocupar los puestos a elegir por las circunscripciones más adecuadas. La gestión de todo el procedimiento dependía del Ministerio de la Gobernación. Otras cuestiones que empañaban la pureza del sistema electoral eran el control del Congreso para repartir actas de diputados y la capacidad de interferencia de los ayuntamientos en el censo electoral y en las votaciones.[1]

En 1907 se aprobó una ley electoral con el teórico objetivo de eliminar el pucherazo, pero que contenía procedimientos que en la práctica lo fomentaban. El principal consistía en que en la circunscripción donde solo se presentara un candidato, este era nombrado automáticamente electo, sin necesidad de celebrarse las votaciones. Llegó a haber convocatorias electorales, como las de 1923, en que hasta 146 diputados obtuvieron su escaño sin necesidad de recurrir a las urnas, a pesar de ese truco no se obtuvo mayoría absoluta el partido gobernante, aunque eso si se estuvo cerca y en otra un 30% del censo electoral no pudo ejercer su teórico derecho al voto. Esta ley estuvo en vigor hasta las elecciones municipales de 1931, donde muchos concejales fueron elegidos por este procedimiento (14 018 monárquicos y 1832 republicanos).

Llegó a haber elecciones durante la Crisis de la Restauración en las que ningún partido obtuvo mayoría suficiente para gobernar: las de 1918 y 1919. Las circunstancias eran las posteriores a la Crisis de 1917, para salir de la cual se recurrió a gobiernos de concentración de todos los partidos, con lo que no había un gobierno monocolor que pudiera gestionar a su conveniencia el proceso electoral. Es de destacar que en 1919 no se obtuvo mayoría a pesar del endurecimiento del sistema, que significó suspender las garantías constitucionales.[2]​ Xavier Tusell La politica y los politicos en tiempos de Alfonso XIII. Biblioteca cultural RTVE . Editorial Planeta.Número de la coleción 88 Maura goberrno de abril a julio de 1919 y una coalición de otros partidos podía quitarle el gobierno cosa que ocurrió por una discursión por un acta de diputado obtenida irrreguularmente. Así que se puede hablar de derrota del gobierno. En las elecciones de 1931 los monarquicos ganaron en votos y actas de concejjales. Mas por ley muchos de esos concejales obtuvieron el acta sin elecciones. Y en muchos municipios donde se celebraron las izquierdas acusaron a los monarquicos de pucherazo y de que el voto en las capitales de provincia era limpio. En estricto cómputo numérico, ya las elecciones de 1914, como posteriormente las de 1920 y 1923, aunque en este último año había poco para la absoluta, no habían arrojado mayorías absolutas, pero sí una mayoría relativa tan amplia, y una dispersión tal de los escaños de las minorías, que no dificultaron por ello la formación de gobiernos al partido vencedor.

Cacique

Xavier Tusell La politica y los politicos en tiempos de Alfonso XIII. Biblioteca cultural RTVE . Editorial Planeta.Número de la coleción 88 En este libro se habla de la figura del cacique y del cacicato. Era una persona con gran poder sobre el electorado . Por ejemplo en muchos pueblos tenía toda la tierra y claro si no votabas podía perder tu trabajos con el cacique o las tierrras arrendadas. En otros su poder era más sutil y conseguía que la gente le votara al cacique o su candidato. Su gran aumento de pder según el libro explica, que desde 1916 no hubiera mayorias absolutas y solo relativas. La dictadura de Prmo de Rivera evito que hubiera elecciones libres desde 1923 a 1931 y en esos años aumento mucho el censo y no se sabía de las mañas incluido caciquiles para atraer el voto. Y se persiguió casos de corrupción caciquiles. Castigando redes clientelares. Y eso puedo ingluir en que Alcala Zamora se pasase al bando republicano en 1931.

Segunda República

La Segunda República tomó medidas para que las elecciones fueran más limpias y transparentes, como la figura del interventor del partido, la disposición por la que se marcaba el dedo de los votantes con tinta, etc. Otros extremos de la ley electoral eran menos ecuánimes, o al menos suscitaron acusaciones de irregularidades en su práctica, especialmente cuando se obtenía por pocos votos una gran diferencia de escaños: por ejemplo, en la ciudad de Barcelona, con un total de 20 diputados, el partido o coalición más votada obtenía 16, y las minorías 4, aunque la diferencia entre el más votado y el siguiente fuera mínima. Incluso los 20 escaños podrían ser obtenidos por la mayoría si se cumplían una serie de requisitos. El control de las elecciones no dependía de los tribunales u otro organismo independiente, sino de una comisión formada por los propios parlamentarios elegidos. Su actuación provocó críticas sobre todo después de las elecciones de febrero de 1936 (el Frente Popular tenía mayoría en la comisión): no se anuló ningún escaño a la izquierda y sí muchos a la derecha (algunos los cifran en 40, otros lo aumentan, otros lo reducen sensiblemente).http://www.elespanol.com/cultura/historia/20170313/200480526_0.html Veíamos claro el fraude en A Coruña y Cáceres, pero sólo con estos votos la mayoría no cambiaba. Y aparecieron los casos de Tenerife, Las Palmas, Lugo, Pontevedra, Valencia, Jaén, Murcia y hasta Málaga (donde ganan indudablemente las izquierdas, pero el escaño de las minorías debería haber pertenecido a la CEDA y no al PSOE).Y en esa lista escaños dudosos fata provincias.También fue objeto de debate el resultado del referéndum sobre el Proyecto de Estatuto de Autonomía de Galicia de 1936. La Constitución republicana exigía mayoría de dos tercios de en los referendos de Estatuto de Autonomía, no sobre votantes, sino sobre gente censada, y ese tan alto es discutido. El referéndum se celebró el 28 de junio, un mes antes del inicio de la Guerra Civil, y fue calificado de santo pucherazo por sus propios partidarios.[3]

Franquismo

Durante el franquismo no hubo convocatorias electorales como tales, pero sí varias consultas populares para ratificar mediante referéndum algunas de las denominadas Leyes Fundamentales del Reino. Las votaciones, celebradas bajo una fuerte represión, carecían de garantías y se caracterizaron por la abrumadora mayoría de síes y las cifras extraordinarias de participación (en algunas circunscripciones el exceso de celo de algunas autoridades hizo que se superara el 100% de participación).[4]

Transición y democracia

La recuperación de las elecciones democráticas desde 1977 se hizo mediante un sistema electoral proporcional, en vez del mayoritario (que había sido el tradicional en España). Se aplica el sistema D'Hondt para el reparto de escaños. La principal crítica que recibe es que la circunscripción provincial, sumada a la existencia de provincias de poca población, beneficia a los partidos mayoritarios, tanto los de ámbito estatal (actualmente PP y PSOE) como en el ámbito autonómico, en perjuicio de los partidos minoritarios de ámbito estatal (actualmente UP o Ciudadanos). En algunas ocasiones se han denunciado irregularidades en el voto por correo y en los votos procedentes de la inmigración, que son investigadas judicialmente como delitos electorales. La garantía del sistema electoral depende de la autoridad judicial, a través de las juntas electorales provinciales y la Junta Electoral Central. Las elecciones más polémicas fueron en 1989, donde bailaron 4 escaños. Al final el PSOE obtuvo todos menos el de Melilla, pues los tribunales decidieron que se repitieran las elecciones en Murcia, Pontevedra y Melilla. En Barcelona los tribunales no tomaron esa medida, y al final el Tribunal Constitucional decidió que solo habría repetición en Melilla.

Referencias