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Diferencia entre revisiones de «Joyas de la Corona de España»

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[[Archivo:Elisabethdevalois44.JPG|thumb|[[Isabel de Valois reina de España|Isabel de Valois]] luciendo varias de las joyas de la Corona de España, por [[Alonso Sánchez Coello]].]]
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Las '''joyas de la Corona de España''' fueron las [[joya]]s vinculadas a la institución de la [[Monarquía Española|Corona de España]]. Debido al [[incendio del Alcázar de Madrid]], a la [[Guerra de la Independencia de España|Guerra de la Independencia]] y al devenir histórico de la [[España]] del [[siglo XIX]] muchas joyas están dispersas o definitivamente se han perdido.
Las '''joyas de la Corona de España''' fueron las [[joya]]s vinculadas a la institución de la [[Monarquía Española|Corona de España]]. Debido al [[incendio del Alcázar de Madrid]], a la [[Guerra de la Independencia de España|Guerra de la Independencia]] y al devenir histórico de la [[España]] del [[siglo XIX]] muchas joyas están dispersas o definitivamente se han perdido.



Revisión del 23:17 24 oct 2017

Actual representación de la corona real española. No existe como objeto físico.

[[Archivo:Elisabethdevalois44.JPG|thumb|Isabel de Valois luciendo varias de las joyas de la Corona de España, por Alonso Sánchez Coello. Go fu*k youself Las joyas de la Corona de España fueron las joyas vinculadas a la institución de la Corona de España. Debido al incendio del Alcázar de Madrid, a la Guerra de la Independencia y al devenir histórico de la España del siglo XIX muchas joyas están dispersas o definitivamente se han perdido.

Dispersión o pérdida de algunas piezas

La víspera de Navidad de 1734, un número indeterminado de joyas reales de España fueron destruidas en el incendio del Alcázar de Madrid, aunque la parte más importante se salvó, centrándose los daños en las joyas que se encontraban en la Real Capilla. Otro importante conjunto de joyas, las que Felipe V había traído desde Francia y conocidas como Tesoro del Delfín, estaban en el Palacio de la Granja y no se vieron afectadas.[1]

Las joyas de la Corona se disgregaron como conjunto y algunas desaparecieron con motivo del expolio al que fue sometido el Palacio Real de Madrid durante la Guerra de Independencia de España por orden del rey impuesto por Napoleón, su hermano José Bonaparte. Se conoce con precisión la colección de joyas gracias a dos inventarios: el primero de fecha 8 de mayo de 1808 (entregado a Francisco Cabarrús por Juan Fulgencio, y que estima su valor en más de 22 millones de reales) y el segundo de 30 de julio del mismo año, conservado en los Archivos Nacionales franceses, y que responde a las joyas recibidas en París por Julia Clary, consorte del rey José Bonaparte.[2]

Los Reyes Católicos

La corona y el cetro de Isabel la Católica se encuentran en la Capilla Real de Granada. Ambos son de plata sobredorada y estilo gótico. La corona tiene 14 centímetros de diámetro y destaca por una gran sencillez. Presenta aro inferior liso y una parte superior calada con tallos entrelazados, granadas y hojas.[3]​ El cetro mide un metro y tiene un remate superior con forma romboidal con un cilindro central, además de adornos de hojas superpuestas. En el mismo lugar se encuentran un espejo, una arqueta y varios relicarios pertenecientes a la reina, además de la espada de Fernando el Católico.[3]

Las joyas del Sacro Imperio Romano Germánico

A Carlos I de España, Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico le correspondió el reinado de España y del Sacro Imperio Romano Germánico como Emperador. Su hijo, Felipe II, si bien ostentaría un imperio, no tendría el título de Emperador propiamente dicho, que fue a parar a Fernando I de Habsburgo. En cualquier caso, a Carlos V correspondieron las dignidades del tesoro del Sacro Imperio, que es uno de los más ricos de Europa y que, tras un histórico periplo por el viejo continente de sus piezas, se encuentra custodiado hoy en el Museo de Historia del Arte de Viena.[4]​ El tesoro estaba guardado en instituciones consideradas "públicas" y era sacado y colocado al Emperador cuando las ocasiones lo requerían. A finales de la Edad Media Federico III de Habsburgo quiso tener la propiedad privada de las joyas pero la ciudad de Núremberg no lo permitió.[4]​ La Corona del Sacro Imperio que se custodia en Viena se dice que es de los tiempos de Carlomagno, si bien es de un siglo y medio después.[4]

La corona imperial sólo era lucida por el Emperador en el momento de la coronación, que podía ocurrir en Roma o en Aquisgrán, siendo este último lugar donde aconteció la ceremonia de coronación de Carlos V el 23 de octubre de 1530. Más tarde empezaría a realizarse en la Catedral de Núremberg. Se cree que durante dicha coronación Carlos usó una capa pluvial, que donó a la Iglesia de Santiago de Sevilla. Hoy esa capa se conserva en la Catedral de Sevilla.

El Joyel Rico de los Austrias

Las dos piezas más famosas de las joyas reales estaban montadas en el llamado Joyel Rico de los Austrias, formado por la perla Peregrina y el diamante El Estanque. La perla Peregrina ha sido objeto de muchas especulaciones, considerándosela perdida y recuperada en varias ocasiones desde ese momento.[5]​ También era notable la cruz que habían tenido en sus manos al morir Carlos I y Felipe II.[1]

Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II, portando joyas del Joyel Rico
María I de Inglaterra portando el diamante "El Estanque" en su pecho y, colgando del mismo, la perla "La Peregrina".

Las joyas de Isabel II

Isabel II en un retrato del siglo XIX

La reina Isabel II, que reinó desde 1833 a 1868, mostró una predilección particular por las joyas, con las que se hacía retratar frecuentemente. Abundantes cantidades de joyas se encargaban y compraban a los artífices más destacados del momento, ya fueran españoles, como Narciso Soria, Félix Samper, Manuel de Diego y Elvira o Celestino Ansorena, o extranjeros, como Carlos Pizzala, Hunt&Roskell, Lemonnier o Dumoret.[6]​ Muchas de estas joyas se perdieron debido a cuatro razones: la ausencia de marcaje en estas joyas que dificulta su identificación, la costumbre existente de fundir y desmontar las joyas para confeccionar otras nuevas acordes a las nuevas modas, la venta de alhajas de la reina durante su exilio en París para costear su residencia y su nivel de vida y la distribución de su joyas en herencia en lotes para familiares y amigos, lo que produjo su dispersión por haberse casado sus hijas y nietos con personajes de familias aristocráticas de otros países de Europa.[6]

Muchas joyas no tenían como destino su propia persona. En 1852 la reina encarga la realización de un conjunto de joyas a Narciso Soria para la Virgen de Atocha como donación en agradecimiento por haber resultado ilesa de un atentado perpetrado por el cura Merino, lote del que destaca la Corona del Niño de la Virgen de Atocha y que se encuentra en el Palacio Real de Madrid. También la reina encargó a Carlos Pizzala la confección de una tiara papal de oro, piedras preciosas y perlas para Pío IX en 1855 y esta se conserva en la Sacristía Pontificada de la Ciudad del Vaticano. Además, como regalo para su hija, la infanta Isabel de Borbón y Borbón, con motivo de su boda con Cayetano de Borbón-Dos Sicilias, conde de Girgenti, en mayo de 1866 se encargó la diadema de la casa Melleiro a la prestigiosa firma francesa de origen italiano, diadema que hoy es propiedad de la Casa Real Española.[6]

Corona y coronaciones en España

Cada uno de los reinos cristianos peninsulares tuvo diferentes ceremonias de coronación, proclamación o jura al comienzo de los reinados o como reconocimiento de cada uno de los diferentes territorios que los componían. Para el caso de los territorios vascos (Álava, Guipúzcoa, Vizcaya y el reino de Navarra), el rey o reina era alzado sobre un escudo por los ricoshombres.[7]

El diseño de la corona de Alfonso VIII de Castilla, que se conserva en el Monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas (Burgos) era de corona mural, con castillos en vez de hojas de acanto, como tuvo la posterior corona real (paradójicamente, la corona mural fue la elegida posteriormente para el escudo republicano).[8]

Se ha destacado el uso solemne que Alfonso XI de Castilla hacía de la corona, especialmente en un acto en Sevilla en 1340, en el que fue colocada en un estrado junto a una espada, para simbolizar al reino y asimilar el hecho de honrar la corona al de honrar la tierra, expresiones que aparecían en el Código de las Siete Partidas.[9]

Ya en la Edad Moderna, todos los reyes de la Monarquía Hispánica, así como los reyes de España de la Edad Contemporánea, tanto en el Antiguo Régimen como en el régimen liberal, han recibido la dignidad real por proclamación, no por coronación. Si bien Carlos I de España y V de Alemania fue coronado en Aquisgrán como Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

Las joyas de la Corona para las juras desde el Reinado de Isabel II

Desde Isabel II de España, las mismas joyas han presidido las juras en las Cortes: la corona, el cetro y la cruz de plata.

Las ceremonias han sido las de Alfonso XII, Alfonso XIII, Juan Carlos I y Felipe VI, prescindiendo en esta última del crucifijo de plata.

  • La corona real fue realizada por Fernando Velasco, platero de cámara de la Real Casa desde 1748, y tiene la marca de 1775. En una de las diademas figura también la fecha 1788, lo que indica que pudo sufrir algún deterioro o ser modificada en esa fecha. Posee en el cestillo las armas de los reinos de Castilla, León, Granada, Parma, Tirol y las flores de lis de los Borbones. Las coronas de laurel que obstenta aluden a la abudancia y también posee en su parte superior la bola del mundo u orbe y una cruz. Tiene 39 centímetros de alto, 18,5 de diámetro de aro y 40 centímetros de diámetro máximo. Está realizada en plata fundida, cincelada y dorada. Es de un estilo puramente neoclásico.[10]
  • El cetro real probablemente sea de mediados del siglo XVII. En el inventario realizado en 1701 a la muerte de Carlos II se menciona pero no aparece en ningún retrato hasta el siglo XIX. El bastón de mando mide 68 centímetros y está recubierto de oro y plata y piedras preciosas y rematado con una esfera de cristal de roca.[10]

La corona y el cetro se encuentran en la sala blindada del Palacio Real.

La jura y proclamación como rey de Juan Carlos I tuvo lugar el 22 de noviembre de 1975 en el Palacio de las Cortes, actual Congreso de los Diputados.[11]

La ascensión al trono del rey Juan Carlos I de España fue marcada por dos ceremonias, una de proclamación en el Palacio de las Cortes, el 22 de noviembre de 1975 y otra, el 27 de noviembre, en la Iglesia de San Jerónimo el Real con una misa de Espíritu Santo presidida por el arzobispo de Madrid Vicente Enrique y Tarancón y emitida en Televisión Española.

La ascensión al trono de Felipe VI contó con la ceremonia en el Palacio de las Cortes, sede del Congreso de los Diputados, que tuvo lugar el 19 de junio de 2014, y el 22 de junio la familia, de convicciones católicas, decidió organizar una misa privada en una pequeña capilla del Palacio de la Zarzuela presidida por el arzobispo de Madrid Rouco Varela y el arzobispo castrense Juan del Río.[12]

La corona de plata sobredorada se usó también el 19 de enero de 1980, durante el funeral de estado con motivo de la llegada de los restos del rey Alfonso XIII desde Roma para su definitivo enterramiento en la Cripta Real del Monasterio de El Escorial.[13]​ En la ceremonia el féretro es colocado en el túmulo frente al altar de la iglesia del Monasterio con la corona real encima.[13]

Una pequeña corona, regalo de la Asociación de joyeros de Mallorca, le fue regalada al Rey Juan Carlos I en 1991. Esta no mide más de 7,5 y por ahora no ha sido mostrada en público en ninguna ocasión.[14]

Joyas de Patrimonio Nacional y joyas privadas

Las joyas exhibidas solemnemente en las proclamaciones reales y otras colecciones tradicionalmente vinculadas a la Corona Española, como el Tesoro del Delfín (que actualmente se exhibe en el Museo del Prado) u otras custodiadas en distintos lugares, forman parte del Patrimonio Nacional.

Las joyas que lucen los miembros de la familia real española en la actualidad (diademas, collares, condecoraciones, etc.) son estrictamente privadas, no están vinculadas a ninguna institución, y se las considera propiedad personal del miembro correspondiente (sea éste el rey como persona particular, o sea algún otro pariente). En esa condición fueron llevadas con ellos al exilio en 1931 (proclamación de la Segunda República Española) y se mantuvieron fuera de España hasta 1975.[cita requerida]

Diademas de la Familia Real Española

En la actualidad, la Familia Real posee una serie de diademas de titularidad privada.

  • Diadema de las lises, regalada a la reina Victoria Eugenia en su boda por Alfonso XIII (1906).
  • Diadema de la infanta Isabel (La Chata), también conocida como de las conchas, realizada por la Casa Mellerio (1867).
  • Diadema de perlas y brillantes de la reina María Cristina de Habsburgo.
  • Diadema de la casa Cartier (1920), de estilo art-decó.
  • Diadema prusiana, regalada por el káiser Guillermo II a la princesa Victoria Luisa de Prusia, heredada a través de ésta por la reina Sofía. Fue llevada por la princesa Letizia durante sus esponsales en 2004.
  • Diadema floral, regalada por el Gobierno español a la reina Sofía con motivo de su boda en 1962. Fue lucida por la infanta Cristina el día de su boda.
  • Diadema de perlas y flor de lis, regalo de la Casa Ansorena a la princesa Letizia. Aunque en un principio se relacionó la tiara con un regalo del príncipe Felipe a su esposa, fue la propia joyería la que en 2010, en un artículo en la revista ¡Hola!, confirmó que el regalo fue una idea que surgió de ellos mismos.

Galería de imágenes

Véase también

Notas

  1. a b Foro Dinastías, web citada.
  2. Las joyas de "pasar". Una corona despojada, por Fernando Rayón, en ABC.
  3. a b Web de la Capilla Real de Granada. «LA ORFEBRERÍA». 
  4. a b c Magai, Andrés (2013). «Lugares con historia. La Cámara del Tesoro de Viena: Un viaje por la Historia de Europa». CLÍO. Revista de Historia. (138): 56-63. 
  5. Desde Mesonero Romanos (autor costumbrista de mediados del siglo XIX, que la considera perdida desde el incendio) hasta Luis Martínez de Irujo, duque de Alba (que proclama en 1969 que la Casa Real española dispone de la perla real y que la que Richard Burton compró en subasta por 37.000 dólares y regaló a Liz Taylor no lo era). Citados en Fernando Rayón, op. cit.
  6. a b c Lázaro Milla, Nuria (diciembre de 2011). La pieza del mes... Las joyas de la reina Isabel II a través de los retratos del Museo del Romanticismo. 
  7. Auñamendi, donde se recogen textos originales de la ceremonia y sus modificaciones posteriores.
  8. http://blogdeheraldica.blogspot.com/2007/08/la-corona-de-alfonso-viii.html
  9. José Manuel Nieto Soria [ La monarquía como conflicto en la Corona castellano-leonesa (c. 1230-1504), pg. 518]. Se cita la fuente cronística (Gran Crónica de Alfonso XI, II, pg. 350) y la versión vulgarizada en el Poema de Alfonso Onceno.
  10. a b Patrimonio Nacional (12 de junio de 2014). «Los símbolos de la monarquía española». Consultado el 20 de junio de 2014. 
  11. Fernando Rayón, op. cit.
  12. Martínez Fornez, Almudena. «Los cuatro reyes asisten este domingo a una misa en la Zarzuela tras la proclamación». ABC. Consultado el 22 de junio de 2014. 
  13. a b De las Heras, Jesús (20 de enero de 1980). «El Rey presidió el funeral por su abuelo, Alfonso XIII, que reinó en la basílica de Escorial». El País. 
  14. Paco.adra. «Una pequeña corona para el rey.». 
  15. Descripción en el Museo del Traje.

Enlaces externos