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Hijo de Carlos Alberto y Nellie Estela, el escritor [[vallecaucano]] Andrés Caicedo fue el menor de cuatro hijos, y el único varón. En 1958 nació su hermano Francisco José, quien moriría tres años más tarde. Para esa fecha, Andrés estudiaba en el Colegio del Pilar, institución a la cual ingresó luego de su paso por el Colegio Pío XII: ''"un gran establecimiento de franciscanos”'', comentaría algunos años más tarde. A raíz de su mal comportamiento en la escuela –el mismo Caicedo cuenta que mentía desaforadamente a sus amigos, inventando una fama y fortuna que no tenía, lo que le acarreó varios problemas- es transferido en 1964 a otra institución educativa, el Colegio Calasanz de Medellín; ese mismo año escribiría su primer cuento, titulado ''El Silencio''. Su vida académica luego de regresar nuevamente a [[Santiago de Cali]] siguió igual de turbulenta e intermitente: del Colegio Calasanz pasó al Colegio San Juan Berchmans (institución que marcaría mucho su universo literario), de donde fue expulsado, y de ahí al San Luis en 1966, lugar del que también lo expulsaron por mala conducta; finalmente, se graduaría como bachiller del Colegio Camacho Perea, en 1968. |
COLEGIO SAN PEDRO MADRID CUNDINAMARCA Hijo de Carlos Alberto y Nellie Estela, el escritor [[vallecaucano]] Andrés Caicedo fue el menor de cuatro hijos, y el único varón. En 1958 nació su hermano Francisco José, quien moriría tres años más tarde. Para esa fecha, Andrés estudiaba en el Colegio del Pilar, institución a la cual ingresó luego de su paso por el Colegio Pío XII: ''"un gran establecimiento de franciscanos”'', comentaría algunos años más tarde. A raíz de su mal comportamiento en la escuela –el mismo Caicedo cuenta que mentía desaforadamente a sus amigos, inventando una fama y fortuna que no tenía, lo que le acarreó varios problemas- es transferido en 1964 a otra institución educativa, el Colegio Calasanz de Medellín; ese mismo año escribiría su primer cuento, titulado ''El Silencio''. Su vida académica luego de regresar nuevamente a [[Santiago de Cali]] siguió igual de turbulenta e intermitente: del Colegio Calasanz pasó al Colegio San Juan Berchmans (institución que marcaría mucho su universo literario), de donde fue expulsado, y de ahí al San Luis en 1966, lugar del que también lo expulsaron por mala conducta; finalmente, se graduaría como bachiller del Colegio Camacho Perea, en 1968. |
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=== Entre las letras, el teatro y el cine === |
=== Entre las letras, el teatro y el cine === |
Revisión del 17:11 1 oct 2017
Andrés Caicedo | ||
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Luis Andrés Caicedo Estela | |
Nacimiento |
29 de septiembre de 1951 Cali, Valle del Cauca, Colombia | |
Fallecimiento |
4 de marzo de 1977 (25 años) facatativa, Colombia | |
Causa de muerte | Sobredosis | |
Nacionalidad | Colombiano | |
Educación | ||
Educado en | Universidad del Valle | |
Información profesional | ||
Ocupación | Escritor, cuentista, guionista y crítico | |
Años activo | 1962–1977 | |
Seudónimo | Blanquita de Sinisterra | |
Género | Ficción. Crítica de cine. | |
Firma | ||
Luis Andrés Caicedo Estela (Cali, 29 de septiembre de 1951 – Ibídem, 4 de marzo de 1977) fue un escritor colombiano. A pesar de su prematura muerte, su obra es considerada como una de las más originales de la literatura colombiana. Caicedo lideró diferentes movimientos culturales en la ciudad vallecaucana como el grupo literario los Dialogantes, el Cineclub de Cali y la revista Ojo al Cine. En 1970 ganó el I Concurso Literario de Cuento de Caracas con su obra "Los dientes de caperucita", lo que le abriría las puertas a un reconocimiento intelectual. Escribió que vivir más de 25 años era una insensatez, lo que es visto por muchos como la razón principal de su suicidio el 4 de marzo de 1977 cuando tenía tan solo 25 años de edad y había recibido una copia del libro ¡Que viva la música! editado por Colcultura, entidad colombiana para la promoción de la lectura.
La obra de Caicedo hace relevancia a la sociedad urbana y sus problemas sociales, principalmente con respecto al mundo actual. Su literatura simboliza la masificación del cuerpo como objeto de consumo en el límite de la dinámica de intercambio, constituyéndose así como un visionario de los cambios sociales derivados del modelo económico.[1]
Contrario a la escuela literaria del realismo mágico, la obra de Caicedo se inspira completamente en la realidad social, lo que ha hecho que algunos estudiosos le den la importancia como alternativa en América Latina a figuras prominentes como Gabriel García Márquez. Especialmente el periodista, escritor y cineasta chileno Alberto Fuguet sigue la obra de Caicedo, al cual llama «el primer enemigo de Macondo».[2] A pesar de su fama en Colombia, Caicedo es poco conocido en América Latina, seguramente debido a su temprana muerte. Sin embargo, la permanente organización de su producción literaria y la influencia que tiene en nuevas generaciones de escritores como Rafael Chaparro, Efraín Medina, Octavio Escobar Giraldo y Ricardo Abdahllah, hacen que cada vez más cobre gran valor el aporte literario del "escritor con cara de estrella del pop", como lo llama el chileno Alberto Fuguet.
Biografía
Primeros años
COLEGIO SAN PEDRO MADRID CUNDINAMARCA Hijo de Carlos Alberto y Nellie Estela, el escritor vallecaucano Andrés Caicedo fue el menor de cuatro hijos, y el único varón. En 1958 nació su hermano Francisco José, quien moriría tres años más tarde. Para esa fecha, Andrés estudiaba en el Colegio del Pilar, institución a la cual ingresó luego de su paso por el Colegio Pío XII: "un gran establecimiento de franciscanos”, comentaría algunos años más tarde. A raíz de su mal comportamiento en la escuela –el mismo Caicedo cuenta que mentía desaforadamente a sus amigos, inventando una fama y fortuna que no tenía, lo que le acarreó varios problemas- es transferido en 1964 a otra institución educativa, el Colegio Calasanz de Medellín; ese mismo año escribiría su primer cuento, titulado El Silencio. Su vida académica luego de regresar nuevamente a Santiago de Cali siguió igual de turbulenta e intermitente: del Colegio Calasanz pasó al Colegio San Juan Berchmans (institución que marcaría mucho su universo literario), de donde fue expulsado, y de ahí al San Luis en 1966, lugar del que también lo expulsaron por mala conducta; finalmente, se graduaría como bachiller del Colegio Camacho Perea, en 1968.
Entre las letras, el teatro y el cine
A la par de su gusto por la literatura, Andrés mostraba un gran interés por el teatro y el cine. En 1966 escribiría su primera obra de teatro, titulada Las curiosas conciencias; de ese mismo año data su relato Infección. Un año más tarde dirige la obra La cantante calva, de Eugène Ionesco, y escribe las piezas El fin de las vacaciones, Recibiendo al nuevo alumno, El Mar, Los imbéciles están de testigo, y La piel del otro héroe; con esta última obra ganaría el Primer Festival de Teatro Estudiantil de Cali. En 1969 trabaja en el Teatro Experimental de Cali (TEC) bajo la dirección de Enrique Buenaventura. En el TEC, fue actor de la obra Seis horas en la vida de Frank Kulak.
El año de 1969 viene a ser el más prolífico de Andrés Caicedo. Su inicio en el ejercicio de la crítica cinematográfica en los diarios El País, Occidente y El Pueblo viene a coincidir con varios premios literarios: su relato Berenice es premiado en el concurso de cuento de la Universidad del Valle, mientras que Los dientes de Caperucita ocupa el segundo puesto en el Concurso Latinoamericano de Cuento, organizado por la revista venezolana Imagen. Adapta y dirige otra obra de Eugène Ionesco: Las Sillas. Escribe los relatos Por eso yo regreso a mi ciudad, Vacío, Los mensajeros, Besacalles, De arriba a abajo de izquierda a derecha, El espectador, Felices amistades y Lulita, ¿que no quiere abrir la puerta?.
El Cine-Club de Cali
Su gusto por el cine lo lleva a fundar en 1971, junto a sus amigos Ramiro Arbeláez, Hernando Guerrero, Carlos Mayolo y Luis Ospina, el Cine-Club de Cali, inicialmente en una casa o comuna llamada Ciudad Solar, propiedad de Guerrero. El cine-club se trasladó luego a la sala del TEC, luego al Teatro Alameda y finalmente al Teatro San Fernando. El Cine-Club de Cali atrajo a una gran diversidad de personas entre las que se encontraban estudiantes, intelectuales y cinéfilos, quienes veían, interpretaban y criticaban aquello que Andrés, el director del Cine-Club, deseaba que viesen.
En 1971 adapta y dirige La noche de los asesinos, de José Triana; en ese mismo año escribe el relato Antígona. Un año más tarde escribe los relatos Patricialinda, Calibanismo, Destinitos fatales, Angelita y Miguel Ángel y El atravesado. En 1972 escribe y pone en escena la obra El mar, adaptación de una obra de Harold Pinter inspirada, a su vez en Moby Dick de Herman Melville y Narración de Arthur Gordon Pym de Edgar Allan Poe. En sus archivos póstumos reposa una versión teatral de la novela La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa titulada Los héroes al principio.
Con su amigo Carlos Mayolo intenta llevar al cine, sin éxito, su guion de Angelita y Miguel Ángel, en 1972. En el número cinco de la revista Ojo al cine, publica su guion para cortometraje titulado Un hombre bueno es difícil de encontrar. Los relatos El pretendiente, Angelita y Miguel Ángel y El tiempo de la ciénaga serán publicados de manera póstuma, bajo el título Angelitos empantanados o historias para jovencitos. El tiempo de la ciénaga fue premiado por el concurso nacional de cuento de la Universidad Externado de Colombia.
El viaje a Estados Unidos
En 1973, Andrés viaja a Los Ángeles y luego a Nueva York con la ilusión de venderle a Roger Corman dos guiones de largometraje que había escrito. Los títulos de los guiones fueron La estirpe sin nombre y La sombra sobre Innsmouth. Un tratamiento no dialogado lo denominó Los amantes de Suzie Bloom. Su hermana ayudó a traducir el primero de ellos. El segundo, lo hizo con la ayuda de amigos en Estados Unidos. Su empresa no tuvo éxito y Corman nunca llegó a tener los guiones en sus manos. “[…] es un medio muy difícil y enmarañado, y la parte que está metida en Hollywood no se anima a colaborar por miedo a la competencia […]”, escribiría a su madre en una carta, a propósito de su fracaso. En este país Andrés empezaría a escribir la que es considerada por la crítica su mejor novela ¡Que viva la música!, e inicia la redacción de un diario que pretendía convertir en novela, titulado Pronto: memorias de una Cinesífilis; además, tuvo la oportunidad de entrevistar al director de cine Sergio Leone.
Últimos años
Maternidad, cuento escrito en 1974, sería considerado por él mismo como su mejor obra. En ese mismo año aparece el primer número de Ojo al cine, revista especializada que se convertiría en una de las más importante de Colombia. Ojo al cine publicaría cinco números. También viaja nuevamente a los Estados Unidos, esta vez para asistir al Festival de Cine de Nueva York.
Un año después Ediciones Pirata de Calidad publica su relato El atravesado, gracias al apoyo económico de su madre, logrando cierto éxito a nivel local.
Suicidio
Fiel a la idea de que vivir más de 25 años es una insensatez, Andrés intenta suicidarse dos veces en 1976. Ese año aparecen los números 3, 4 y 5 de la revista Ojo al cine. Entrega a Colcultura el manuscrito final de ¡Que viva la música!, del cual alcanzaría a recibir un ejemplar editado el 4de marzo de 1977; ese mismo día ingiere intencionalmente 60 pastillas de secobarbital, acto que acaba con su vida.
Con el paso de los años, Andrés Caicedo se ha convertido en un escritor de culto, con amplio reconocimiento tanto nacional como internacional. Su obra ha sido reeditada en Hispanoamérica y ha sido traducida al inglés, francés, italiano, alemán, portugués y finlandés.
Analizando su muerte, Alberto Fuguet dice:
«Caicedo es el eslabón perdido del boom. Y el enemigo número uno de Macondo. No sé hasta qué punto se suicidó o acaso fue asesinado por García Márquez y la cultura imperante en esos tiempos. Era mucho menos el rockero que los colombianos quieren, y más un intelectual. Un nerd súper atormentado. Tenía desequilibrios, angustia de vivir. No estaba cómodo en la vida. Tenía problemas con mantenerse de pie. Y tenía que escribir para sobrevivir. Se mató porque vio demasiado»[2]
Influencia
El penúltimo autor en retomar la línea de Caicedo fue el ibaguereño Manuel Giraldo Magil en su obra «Conciertos del Desconcierto» y, en los años 1990, la obra Opio en las nubes, de Rafael Chaparro Madiedo, fue vista como una versión al extremo de varias historias caicedianas. La influencia del autor caleño continúa en nuestros días con escritores como Octavio Escobar Giraldo, en su libro De música ligera; Efraím Medina, quien retoma el humor negro caicediano en apartes de su novela Érase una vez el amor pero tuve que matarlo y Ricardo Abdahllah, quien en su primer libro de cuentos, Noche de Quema, incluyó varios relatos caicedianos adaptados a los años noventa. El Teatro matacandelas, por otra parte, ha presentado durante diez años la obra «Angelitos Empantanados», basada en el trabajo del autor.
Obra
La mayoría de sus escritos han sido publicados póstumamente. Gracias a la labor editorial de algunos de sus amigos, han salido a la luz libros que recopilan sus cuentos y sus obras de teatro, así como sus ensayos críticos sobre cine. Así mismo, han sido publicadas algunas cartas que envió a su madre, hermanas y amigos, las cuales permiten evidenciar sus turbulentos estados emocionales. Algunas de las recopilaciones más conocidas son:
- Mi Cuerpo es una celda(2008)Bogotá: Norma.
- El libro negro (2008). Bogotá: Norma.
- El cuento de mi vida (2007). Bogotá: Norma.
- Noche sin fortuna / Antígona (2002). Bogotá: Norma.
- Ojo al cine (1999). Bogotá: Norma.
- Angelitos empantanados o historias para jovencitos / A propósito de Andrés Caicedo y su obra (1995). Bogotá: Norma.
- Recibiendo al nuevo alumno (1995). Cali: Editorial de la Facultad de Humanidades de la Universidad del Valle.
- Destinitos fatales (1984). Bogotá: Oveja Negra.
- Berenice / El atravesado / Maternidad / El Tiempo de la ciénaga (1978). Cali: Editorial Andes.
Novelas
- ¡Que viva la música! (1977)
- Noche sin fortuna (1976. Publicada en el libro Destinitos fatales, 1984. Luego ha sido editada como obra independiente).
- La estatua del soldadito de plomo (inédita) (1967)
Cuentos
- Destinitos fatales (Compilación. 1984).
- Pronto (1976)
- En las garras del crimen (1975)
- Maternidad (1974)
- El pretendiente (1972)
- El tiempo de la ciénaga (1972)
- El atravesado (1971)
- Destinitos fatales (1971)
- Calibanismo (1971)
- Patricialinda (1971)
- Antígona (1970)
- Berenice (1969)
- Lulita, ¿qué no quiere abrir la puerta? (1969)
- Felices amistades (1969)
- El espectador (1969)
- De arriba a abajo de izquierda a derecha (1969)
- Besacalles (1969)
- Vacío (1969)
- Por eso yo regreso a mi ciudad (1969)
- Los mensajeros (1969)
- Los dientes de Caperucita (1969)
- Infección (1966)
- Calicalabozo (1984)
- El silencio (1964)
Guiones de cine y teatro
- Angelita y Miguel Ángel (guion para cortometraje, 1971. Codirigido con Carlos Mayolo. Fragmentos existentes en el documental Andrés Caicedo: unos pocos buenos amigos de Luis Ospina, 1986).
- La estirpe sin nombre (guion para largometraje, 1973)
- La sombra sobre Innsmouth (guion para largometraje, 1973)
- Un hombre bueno es difícil de encontrar (guion para cortometraje, 1975)
- Las curiosas conciencias (Teatro, circa 1966)
- El fin de las vacaciones (Teatro, circa 1967)
- La piel del otro héroe (Teatro, circa 1967)
- Recibiendo al nuevo alumno (Teatro, circa 1967)
- Los imbéciles están de testigo (Teatro, circa 1967)
- El mar (Teatro, 1972).
Después de su muerte se han multiplicado los estudios sobre su obra, así como realizaciones audiovisuales alrededor de su figura teatral, cinematográfica y literaria. Entre los principales trabajos alrededor del universo de Andrés Caicedo se destacan:
- Andrés Caicedo: unos pocos buenos amigos (Documental. Director: Luis Ospina. Colombia, 1986).
- Calicalabozo (Documental. Director: Jorge Navas. Colombia, 1997).
- Noche sin fortuna (Documental. Directores: Álvaro Cifuentes, Francisco Forbes. Argentina, 2011).
- Todo comenzó por el fin (Documental. Director: Luis Ospina. Colombia, 2015).
- Andrés Caicedo o la muerte sin sosiego (Ensayo. Por: Sandro Romero Rey. Editorial Norma. Colombia, 2007).
- Memorias de una cinefilia (Andrés Caicedo, Carlos Mayolo, Luis Ospina). (Ensayo. Por: Sandro Romero Rey. Siglo del Hombre Editores. Colombia, 2015).
Referencias
- ↑ "Hay fuego en el veintitrés: El baile como profanación en ¡Qué viva la música!, de Andrés Caicedo"
- ↑ a b CAREAGA, Roberto, "Fuguet prepara antología de Andrés Caicedo, el primer enemigo de Macondo", La Tercera, Santiago de Chile, 22 de febrero de 2008, enlace revisado el 14 de junio de 2008.
Bibliografía
- Caicedo, Andrés (1975) El atravesado. Cali. Ediciones Pirata de Calidad.
- Caicedo, Andrés (1977. Reedición: 2012) ¡Que viva la música! Bogotá. Alfaguara. ISBN 978-958-758-366-3.
- Caicedo, Andrés (1984). Destinitos fatales. Bogotá: Oveja Negra. ISBN 84-8280-413-8.
- Caicedo, Andrés (1995). Angelitos empantanados o historias para jovencitos / A propósito de Andrés Caicedo y su obra. Bogotá: Norma. ISBN 958-04-3201-5.
- Caicedo, Andrés (1999- 2009)). Ojo al cine. Bogotá. Norma. ISBN 978-958-45-1996-2.
- Caicedo, Andrés (2007). El cuento de mi vida. Bogotá: Norma. ISBN 978-958-04-9982-4.
Enlaces externos
- Wikiviajes alberga guías de viajes de o sobre Andrés Caicedo.
- Andrés Caicedo: Página creada por el Centro Virtual Isaacs, de la Universidad del Valle.
- Andrés Caicedo, por Luis Carlos Molina. Biblioteca Virtual del Banco de la República.
- Angelitos empantanados: Fragmentos de esta obra compuesta por tres de sus cuentos.
- ¡Que viva la música!: la escritura desde abajo Interpretación psicoanalítica de esta obra, por Adriana Hernández.
- La demencia como fruto del rigor Reseña crítica de Juan Gustavo Cobo Borda.
- El Cine de Andrés Caicedo Artículo donde se encuentran al menos el 70% de sus producciones audiovisuales, así como la entrevista única al mismo Andrés, y documentales y videos sobre su obra.
- Andrés Caicedo: morir y dejar obra Sandro Romero, Rosario Caicedo y Luis Ospina hablan sobre la vida y obra de Andrés Caicedo, en los 35 años de su muerte.
- Andrés Caicedo y ¡Que viva la música! ahora en inglés La editorial Penguin Classics se encargó de la traducción y la publicación de “¡Que viva la música!”