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Café en Michoacán

En 1824 el general Mariano Michelena importó del puerto de Moca (Yemen) las primeras semillas de café que se sembraron en el valle de Urecho, en Tierra Caliente, Michoacán. El suyo fue el primer cultivo de cafetales en el México independiente. En Nueva España ya se cultivaban en Veracruz y Chiapas. Su cultivo fue exitoso por lo que pronto se extendió hacia otras regiones michoacanas, como Uruapan, Los Reyes, Taretan y Tacámbaro. Producto de exportación, en épocas recientes se generalizó el consumo su consumo entre la población local.


Origen del café[editar]

El café tuvo origen en Abisinia, actualmente Etiopía, en África oriental, durante el siglo XV. El café es el fruto de un arbusto llamado cafeto, cuyo nombre proviene de la ciudad etíope de Kaffa o Caffa.

A inicios del siglo XVI se introdujo el cafeto en Arabia. Yemen se convirtió en el más importante lugar de cultivo y producción de café para el mundo musulmán. Una vez establecida la producción de café, el grano fue distribuido a otras regiones de Arabia, principalmente a sus costas a través de caravanas de mercaderes árabes, de donde posteriormente fue llevado a otros centros mercantiles, como Egipto, Persia, África Septentrional y Turquía. En 1475 se estableció la primera cafetería del mundo en la ciudad de Estambul.

El consumo de café fue creciendo en Arabia y Turquía, viajeros y comerciantes probaron la bebida y propagaron la noticia a sus tierras natales. De esta manera llegó a Europa la noticia de una nueva y deliciosa bebida.

El primer envío de café arribó a Venecia proveniente de Turquía en 1615. Los comerciantes venecianos introdujeron el café al continente. A partir del S XVI los comerciantes ingleses, franceses y holandeses se unieron al comercio del café. Así fue como el grano fue introducido desde Turquía principalmente a Inglaterra y Francia.

El consumo de café adquirió gran importancia en Inglaterra. Se abrieron varias cafeterías en Londres y Oxford. El mercado de seguros surgió en la cafetería Lloyd's of London y el cafeto se empezó a adaptar y cultivar en los jardines botánicos reales de donde posteriormente fue enviado a las colonias británicas en Asia y América.

Los holandeses propagaron el cafeto en América Central y América del Sur. En 1718 Surinam, en ese entonces colonia holandesa, se convirtió en el primer lugar de América en donde se cultivó el café.

Los franceses también fueron pioneros en la introducción del cafeto a América. Su introducción se atribuye al oficial de marina francés Gabriel Mathieu de Clieu, quien se encontraba asignado en Martinica, la introducción de las primeras plantas de café en la isla. En una visita que hizo a París, De Clieu consiguió varios cafetos que llevó a Martinica

El café en Nueva España[editar]

El café llegó al Virreinato de la Nueva España en el siglo XVIII, cuando se introdujeron las primeras plantas de cafeto a Cuba, en Wajay, a las afueras de La Habana, en 1748. A fines del siglo XVIII, la producción de café tuvo un gran auge con el arribo de emigrantes franceses, grandes conocedores del cultivo y producción del café, que iban huyendo de la revolución de Haití.

Veracruz era el puerto de entrada al territorio mexicano por el Golfo de México durante el Virreinato. Desde el S XVI llegaban desde la Habana, Cuba a Veracruz un gran número de productos. Esta es la razón por la que el café cubano se introdujera primero a territorio veracruzano, se sembró por vez primera en los alrededores de Córdoba. Don Juan Antonio Gómez de Guevara, conde de Oñate, fue quien introdujo los primeros cafetos para ser cultivados en su hacienda Guadalupe; cafetos provenientes, como se mencionó anteriormente de la Habana. A Gómez de Guevara lo seguirían muchos otros en el cultivo del café, entre ellos Bernardo Herrera, de manera que para la tercera década del siglo XIX se contaba ya con quinientos mil árboles de café. A fines del S XVIII el gobierno español a través de sus reales órdenes, dispone que se proporcionen a la intendencia novohispana de Veracruz los medios necesarios para establecer ingenios cafetaleros. Máquinas despulpadoras para quitar la cereza al café, molinos para quitar la cáscara o pergamino del grano, molinos para limpiar el café y para separar el grano del pergamino. La primera cosecha de café se dio en Coatepec, cerca de Xalapa Veracruz. Este primer cultivo se atribuye a Juan Antonio Gómez de Guevara, en la Hacienda de Guadalupe. Durante la primera década del siglo XIX la producción de café en Veracruz empieza a tener cierta importancia, dando inicio a la exportación de café desde Veracruz a Europa. En esta misma época, las siembras veracruzanas se extienden, se inicia el cultivo de café en el valle y costa de Oaxaca. Otra vía por la que se introdujo el café al territorio mexicano fue a través de Guatemala a lo que hoy es el estado de Chiapas. En el año de 1847, el italiano Jerónimo de Manchinelli sembró 1500 cafetos provenientes de Guatemala en su hacienda La Chácara que se encontraba en los alrededores de Tuxtla. De aquí se expandió el cultivo del cafeto a otras regiones iniciando así la producción de café en Chiapas. En los estados de Campeche, Colima, Durango, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Morelos, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Tabasco y Nayarit se inicia el cultivo con cafetos provenientes de Chiapas. La difusión del empleo del café como bebida fue inmediata. Su consumo se incorpora en la vida diaria de las poblaciones donde se convierte en una bebida fundamental. Ante la gran aceptación del café, surgen reformas y estímulos por parte de la Corona Española buscando que la producción de las colonias fuera competitiva en el comercio internacional. De esta manera encontramos varias medidas como por ejemplo la real orden en donde quedaban exentos del pago del diezmo y otros derechos las personas que cultivaran café en los territorios coloniales, beneficio que se otorgaba durante 10 años, o bien la exención de los derechos de exportación e importación y así favorecer la reexportación desde la Península. 
 Aparece en el DIARIO DE LAS CORTES SESIÓN ORDINARIA DEL 7 DE JUNIO DE 1821 “Por todas estas razones, y considerando lo útil y ventajoso que sería no solo a las mismas provincias de ultramar, sino a la misma península, fomentar el cultivo del cáñamo y del lino para proveerse de estos interesantes artículos de sus propias provincias, y del café, fruto que el uso y la moda han hecho de primera necesidad, para no tener que comprárselo al extranjero, promoviendo así el comercio nacional; las comisiones son de parecer que se mande por punto general que los plantadores y cultivadores del lino, cáñamo y café en las provincias de ultramar queden exentos del pago de diezmos y demás derechos por tiempo de 10 años, “ [1]


Historia del Café en Michoacán[editar]

La llegada del café a Michoacán fue diferente al resto de México. El cafeto de Michoacán no proviene de semillas adaptadas en los jardines botánicos de Europa, ni tampoco de los cafetos de las plantaciones que se encontraban en las islas del Caribe o en América Central. Las primeras semillas de cafeto llegaron al territorio michoacano directamente del puerto de Moka en Arabia. Gerardo Sánchez Díaz, doctor en Historia y profesor de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, escribe en su libro “Breve Historia del café en Michoacán” que en el año de 1824 el general Mariano Michelena, diplomático mexicano, a su regreso de una visita a Arabia, trajo consigo las primeras semillas que serían plantadas en Michoacán. El general Michelena plantó las semillas en el jardín de su casa. Una vez que las plantas adquirieron cierta altura, se trasladaron para ser cultivadas en su hacienda de La Parota, en el valle de Urecho. Mientras que Matías Romero, destacado político y diplomático mexicano de mediados del S XIX, quien fuera además un gran estudioso de los cultivos tropicales, conocedor y promotor del cultivo del café de la época, comenta en su artículo “Cultivo del Café en Michoacán” escrito en el año de 1877, que la introducción de las semillas Moka por el general Michelena fue en el año de 1828. Podemos hablar que durante la tercera década del siglo XIX, Michoacán recibía por primera vez las semillas que darían vida a la cafeticultura de esa región, gracias al general Mariano Michelena - diplomático, político y más tarde miembro de la conspiración de Valladolid (hoy Morelia) en 1809. Del valle de Urecho, en donde los cafetos se reprodujeron de manera extraordinaria debido al clima favorable para el cultivo de los mismos, empieza la dispersión de las plantas de café a otros lugares del territorio michoacano. Poco a poco, los cafetales ocuparían un lugar importante en la economía comercial y agrícola de Michoacán. En el año de 1840 llegan a Uruapan las primeras plantas de café de donde se distribuyen a las poblaciones cercanas como Jicalán, Jucutacato, Ziracuaretiro, Tingambato y Tancítaro. La introducción del cafeto en la región de Uruapan se debe al señor Manuel Farías. Los suelos de Uruapan son de tierra volcánica, lo que le confiere un sabor único al café de esa zona. Después de algunos años del cultivo del cafeto, Uruapan se convierte en la zona cafetalera más importante de Michoacán. Las municipalidades que la conforman son Uruapan, Los Reyes y Taretan además de otras regiones en la sierra. A fines del S XIX, los primeros cafetos que habían sido plantados en 1828, seguían dando fruto, esto es 40 años después de que fueron plantados. A mediados del siglo XIX el café producido en Uruapan empieza a ganar fama como uno de los de mejor calidad de México. En la década de los setenta del S XIX inicia su distribución haciéndolo merecedor de varios premios en exposiciones internacionales en Nueva Orleans, Chicago y París. En el año de 1876 en la Exposición del Centenario en Filadelfia, el café de Uruapan recibe un premio por su calidad y sabor, esto alentaría a varios agricultores de la región a dedicarse al cultivo del café, expandiéndose entre otros a Tacámbaro, Aguililla y Coalcomán, Taretan, y Los Reyes. Surge una época de gran impulso para la producción del café en los años setenta del siglo XIX. Jesús Garibay, prefecto de distrito, inició el cultivo de café en el valle de Ario con un sembradío de 1000 cafetos. Esto después de haber estado en la Aduana de Manzanillo y conocer los cafetales de Colima, lo que le inició el gusto por el cultivo del café y su decisión de llevar esta industria al valle de Ario. El cultivo de café en Tacámbaro ve sus inicios en el año de 1838, cuando el general Ángel Guzmán sembrara las primeras semillas. Sin embargo, pasaron veinte años, es decir en 1858, antes de que señor Antonio Gutiérrez llevara desde la hacienda La Parota, arbustos de cafeto con los que se inicia formalmente los primeros cafetales en esa zona. Para 1878, ascendían a más de 100,000 árboles en las huertas y ranchos en la cabecera distrital de Tacámbaro.

A mediados del S XIX comienza el cultivo de café en el distrito de Coalcomán, una vez más las semillas y plantas fueron traídas de la hacienda la Parota, en el valle de Urecho. Coalcomán inicia el cultivo de café con pequeños sembradíos y más tarde se trasladan a ranchos y haciendas, primordialmente en Coahuayana. En el año de 1877, la hacienda de Bellavista Achotan, en el noreste de Coahuayana, logra tener una producción importante, llegando a tener cosechas de más de 260 arrobas, lo que equivale a tres toneladas de grano. La producción era entonces exportada a California. La finca de Bellavista Achotan era manejada por el ingeniero francés Arturo Le Harrivel, quien en poco tiempo y gracias a su manejo empresarial de la finca consiguió ser la más grande del estado. En ese mismo año, 1877, se inaugura la Primera Exposición del Estado de Michoacán, el 16 de septiembre. La exposición contaba con una gran muestra de las riquezas naturales, culturales y comerciales del estado. De los productos agrícolas sobresalieron varias muestras de café provenientes de haciendas situadas en Tacámbaro, Ario de Rosales, Tecario, Uruapan, Nuevo Urecho y Taretan. El café de Michoacán fue merecedor del reconocimiento de propios y ajenos; viajeros, escritores y grandes personajes de la historia escribían sobre el mismo. Como es el caso del pintor Francis Hopkinson Smith y José Martí.

Cosecha de Café en Michoacán[editar]

En Michoacán, como se menciona anteriormente, se introdujeron las semillas originarias de Moka, Arabia.

Características del Coffea Arábica Los cafetos provenientes de la especie Coffea Arábica, presentan las siguientes características: Son arbustos y árboles que van de los 3 a 6 m altura en plantaciones de cultivo, llegando hasta los 12 m en estado silvestre. Su tronco es  robusto y corteza gris. Sus ramas son largas, abiertas y flexibles Al florecer presenta pequeñas flores blancas y perfumadas Sus frutos aparecen al tercer año, primero de color verde y luego rojizo cuando están maduras Sus frutos son bayas redondas y estas son el objeto principal de cultivo Los cafetos empiezan a florear y dar los primeros frutos ente el tercer y cuarto año de su plantación.

Requerimientos para el cultivo del café

Clima cálido y húmedo Lluvias moderadas Protegido del viento huracanado y carentes de heladas en invierno Clima propicio varía entre los 22 y 26 grados centígrados Altura 500 m y 1600 m sobre el nivel del mar, aunque los más propicios son entre 800 m y 900 m Requiere de terrenos profundos, en subsuelo permeable, ricos en tierra vegetal También se adapta a los suelos de ando originados por cenizas volcánicas mezcladas con desechos orgánicos, en pendientes poco inclinadas.

Cosecha y beneficio[editar]

Durante el siglo XIX la recolección de café por lo general se llevaba a cabo ocho meses después de la floración. La recolección se hacía desprendiendo de las ramas el fruto o bien sacudiendo las ramas de los árboles. Los frutos eran entonces colocados en canastas o en cubetas. En Michoacán, durante el último tercio del s XIX, la cosecha de café siempre fue de forma manual. Los recolectores recibían por cada arroba que recolectaban entre 10 y 25 centavos. En Uruapan era común que en esta actividad también participaran mujeres y niños. El corte se hacía a mano por los peones. El fruto se llevaba a los patios, en donde en forma manual o con ayuda de máquinas despulpadoras se les desprendía la envoltura carnosa para que quedara solo el grano. Una vez despulpado se lavaba y se dejaba secar al sol. Cuando los granos estaban secos, se procedía a separar la cascarilla del grano en morteros de madera o en máquinas especiales para este trabajo. descascaradoras. Esta cascarilla se conoce como pergamino, misma que tiene que quitarse antes de llevar los granos al mercado. Durante la última década del siglo XIX el interés de los agricultores por el cultivo del café creció. En el lapso de tres años, de 1892 a 1895 la producción incrementó casi el doble. El cafeto fue uno de los principales cultivos en el último tercio del S XIX. La creciente demanda de café en los mercados internacionales originó que la producción se incrementara. Además el gobierno ofreció facilidades a aquellos que produjeran café en sus terrenos.  El cafeto fue cultivado en ranchos y haciendas, así como en comunidades indígenas.

Plagas y enfermedades del Cafeto[editar]

El cafeto puede ser dañado por varias enfermedades, hongos, insectos, pulgones, etc. en cualquiera de sus etapas de crecimiento, floración o fructificación, causando graves problemas a las cosechas. En el año de 1889, aparece en los cafetales de Michoacán la plaga del pulgón en los alrededores de Uruapan. También se tiene conocimiento de la aparición de otra plaga llamada carbón. El gobierno buscó ayuda entre expertos nacionales e internacionales para erradicar estas plagas que dañaban seriamente la producción cafetalera.  A pesar de estos esfuerzos, tanto las plagas como otras enfermedades, hicieron decaer la producción de café en algunas regiones de Michoacán.

La Cultura del café en Michoacán[editar]

En las últimas décadas del siglo XVIII e inicio del siglo XIX el café en Michoacán era preparado generalmente en las casas. En el centro de Morelia, se podía comprar el grano ya tostado y molido, un lugar para poderlo adquirir era la tabaquería La Esperanza, que orgullosamente ofrecía el maravilloso café de Uruapan a realy medio la libra. Se tiene conocimiento de dos cafeterías en la capital de Michoacán ya en el año de 1849. En el siglo XIX fue muy famoso el expendio que se encontraba en el Hotel de la Soledad, del cual varios personajes destacados de la época escribieran sobre el sabor y la calidad de la bebida. Durante muchos años la fama del café que ahí se servía hizo que al lugar llegaran estudiantes, periodistas, abogados y sobre todo literatos y bohemios. Beber café se incorporó rápidamente a celebraciones colectivas, a ritos funerarios. Su consumo se arraigo en varias manifestaciones culturales en los medios tanto rurales como urbanos. Un rasgo propio de la cultura en Michoacán fueron los cafés nicolaítas. Era costumbre que los estudiantes del Colegio de San Nicolás se reunieran para discutir y analizar temas de educación, cultura y política. Estas reuniones recibieron el nombre de Cafés Nicolaítas y se llevaban a cabo en la Casa del Estudiante o en algún otro plantel educativo, en la casa del rector o de algún maestro, pero sobre todo en los corredores del Colegio de San Nicolás. 


Referencias[editar]

  1. García Álvarez, A. “Los primeros tiempos…” p.


Fuentes consultadas[editar]

  • Baxter, Jackie. (1995). The book of coffee. Australia: A division of Book Sales, Inc.
  • Botanical Online “Historia del café” [1]
  • Cafés de México. “Coffee.” [2]
  • Delfín Guillaumin, Martha. (8/1/2013). “El café de Veracruz (México), un agradable sabor, un delicioso olor.” En Historia de la cocina y la gastronomía. [3]
  • Gamarra, Alberto. “Breve historia del café; Historia y leyendas” En Historia infinita. [4]
  • García Álvarez, Alejandro. (2015). “Los primeros tiempos de Cuba en la ruta antillana del café.” En Revista de Indias, vol. LXXV, n.º 263 p. 117-148. [5]
  • International Coffee Organization. “Historia del café.” [6]

Mizitacuaro (10/11/2013).“Café con aroma de Michoacán” http://www.mizitacuaro.com/michoacan/6403-cafe-con-aroma-a-michoacan.html

  • Reyes, Rosario. (24/5/2016). “Al grano, en la historia del café en México.” En El Financiero. [7]

Sánchez Días, Genaro. (2006). Breve historia del Café en Michoacán. Michoacán, Instituto de Investigaciones Históricas, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. [8]