Usuario:Nino Gandarilla Guardia/Carnaval Cruceño

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El Carnaval de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, más conocido como Carnaval Cruceño, se inicia con la propia fundación de la ciudad en febrero de 1561. Hoy es Patrimonio Nacional de Bolivia y cuenta con su propio Cambódromo. Es organizado cada año por un Comité Impulsor del Carnaval en coordinación con la Asociación Cruceña de Comparsas Carnavaleras (ACCC).

Historia[editar]

Los historiadores bolivianos coinciden con que el carnaval cruceño nace con la fundación de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Los primeros dos siglos se caracterizaron por el proceso de fusión de las festividades indígenas con las hispanas, fundamentalmente en la acomodación de las costumbres nativas al calendario cristiano y la adaptación también del carnaval español, extremeño y andaluz, al nuevo ambiente natural y humano.

Resultado de ese proceso, de acuerdo a los documentos de la época, se puede establecer que el carnaval colonial en Santa Cruz se lo festejaba de manera similar a como se celebran hasta hoy las fiestas de los pueblos en provincias, tanto las patronales como las cívicas, pero durante tres o cuatro días. Esto es, con música típica, danzas, disfraces, pintura, bebida y comida en abundancia, además de carrozas adornadas. El aislamiento centenario de la ciudad, en medio de la selva amazónica y platense, desarrolló en Santa Cruz de la Sierra una cultura mestiza, muy apegada a las costumbres de la sociedad conservadora, de ahí que el carnaval recibe la transformación pertinente, pasando a convertirse en una celebración social y cultural, muy diferente a los otros carnavales de América y Europa.

A través de los dos recientes siglos, el carnaval cruceño ha tenido una evolución permanente. Sin embargo es necesario destacar que la gran fiesta acelera su proceso de desarrollo cuando empieza a reglamentarse y, más aún, cuando se insertan ciertos incentivos municipales. La reglamentación, al mismo tiempo, es consecuencia de su evolución.

Entre el carnaval colonial y el de la República, se evidencian diferencias. De acuerdo a las descripciones de Alcide d'Orbigny, hombres a caballo entran en la ciudad el martes, que puede considerarse como el acto precursor del Corso o Entrada del Carnaval, pero en lo que hoy es el “tercer día de calle”; recorren las calles y descienden en cada casa para pintar las caras de las mujeres con polvos de colores y, a su vez, ellas arrojan limones a las cabezas de los varones.

La fusión es tan evidente como la evolución de las prácticas. En tiempos del fundador de la ciudad, el general Ñuflo de Chaves, en Cádiz, se lanzaban serpentinas y papelillos multicolores; hoy, siguen usándose esos elementos y se adicionó la mojazón. En vez de limones se arrojan vejigas infladas con agua y se usan pinturas multicolores. En todos los tiempos, el consumo abundante de carne es una constante.

Las cenas espléndidas y cantos de antaño en la actualidad son las fiestas "precarnavaleras" de comparsas, churrascos y festivales de música. Los bailes en casas de familias, de comienzos del siglo pasado, evolucionaron en “casas de recepción” y, luego, “casas de espera”. Actualmente "calles de espera" y "garajes de espera".

A mediados del siglo XIX, continúa la diversión diurna, que un autor calificó “de un modo pernicioso a la salud”, porque ya se introduce el juego con aguas de colores “en cáscaras de huevo”. Los hombres siguen en sus cabalgatas, para buscar mujeres y librar esos especiales “combates”. A comienzos de ese siglo XX se terminaba todo a las diez, pero ya en la década del '60 por las noches se dedican a bailar en las casas. En los años '70 comienzan a organizarse en “comparsas” y la Municipalidad empieza a reglamentar el carnaval cruceño. En el siglo XX la "Fiesta Grande de los cruceños" se convierte en un evento apoteósico, con un calendario completo de actividades, que pasa al nuevo milenio.

Evolución[editar]

El historiador boliviano Alcides Parejas Moreno establece del carnaval decimonónico cruceño "es una fiesta en la que no hay injerencia religiosa"; evidentemente en ninguna etapa del carnaval cruceño se presenta la injerencia católica, ni de otros ritos establecidos, sin embargo la Iglesia siempre está esperando el miércoles de ceniza para el pertinente ritual. Las culturas indígenas aportaron con sus tradiciones festivas, consistente en danzas, juegos, comidas y bebidas.

El mismo historiador afirma que "nace con un marcado carácter elitista, pero al mismo tiempo paradójicamente es participativo". No hay contradicción en ello, pues el carnaval de espectáculo lo protagonizan los estratos sociales que pueden costear grandes presentaciones alegóricas para el pueblo, pero al fusionarse la fiesta colonial con las fiestas populares de los nativos, recobró su carácter participativo, no sólo por la masiva asistencia del público a los corsos y coronaciones, sino porque durante tres días del carnaval, todos viven la euforia carnavalera con solo salir a la calle, de ahí que desde el siglo pasado se le llamó "la fiesta grande de los cruceños".

El rito de "llegar" con el Carnaval, en las cabalgatas que alude Alcide d'Orbigny, es posible que tenga alguna relación con las entradas militares a las ciudades, ya que durante la colonia simplemente se organizaban las fiestas con música, juegos populares y los infaltables asados de carne y yuca. Aunque se debe considerar que con la llegada –a caballo- de algún visitante o autoridad a la ciudad también se organizaban fiestas "carnavalinas" con "quatro dias de toros y uno de carros y otras ynbensiones y mascaras…", de acuerdo a las descripciones del siglo XVI.

"Los polvos de colores y los cascarones con agua teñida así como los excesos en la bebida y la comida son 'supervivencias' del carnaval hispano", dice Alcides Parejas. Pero debe considerarse que los excesos en la bebida y comida también estaban presentes en América antes de la llegada de los españoles; se fusionaron. Sobre la "lucha encarnizada" entre hombres y mujeres de la que habla Alcide d'Orbigny y "los ataques" con agua y pinturas a los que alude el historiador Enrique Finot, "está contenida una fuerte dosis de picardía y sensualidad. Asimismo, es aquí donde se podría aplicar la subversión del orden establecido del que habla Caro Baroja" afirma Parejas.

Los registros de prensa en el siglo XIX dan cuenta de la forma como se celebraba el carnaval cruceño. Un periódico de 1892 decía:

Qué alegre y bonito ha estado. Todas las clases sociales se han entregado en júbilo al regocijo popular: el anciano, el joven, el adolescente, el niño, todos, sin tener en cuenta la realidad de la vida, han disfrutado a su manera de fiesta tan universal. Los rodados, jinetes, máscaras y ruedas en confuso movimiento, al son de las placenteras bandas de música, recorrían las calles de la población. Los pianos dejaban oír por todas partes sus entusiastas notas. Los pequeñísimos millares de recorte de papel de vivos colores, con que quedan tapizados corredores i salas, invitan a sus hermanos los pomos, que alegres se les asociaban para tomar parte en la expansión general. Por las noches, desde los más aristocráticos salones hasta las humildes bohardillas, reflejaban de acuerdo con el baile que los animaba, la brillante acogida que mereció el viejo i alegre amigo Carnaval (La Estrella del Oriente).

Entre el siglo XX y el XXI la fiesta tiene muchos cambios de forma y algunos de fondo. Las comparsas, las bandas de música, el baile y un calendario establecido y regulado, son sus principales características. La mujer, desde siempre, sigue siendo el centro de la atención de los carnavaleros. El control social fue depurando los excesos, dejándolos como tales; de ahí que el carnaval cruceño es formalmente respetuoso de las buenas costumbres y el "rey Momo" no es un elemento de mayor importancia. A Momo, sólo se lo menciona en la literatura carnavalera, como una costumbre heredada, meramente literaria.

Tres elementos se destacan en el siglo XX:

1. Se asimiló formalmente la música autóctona, con incentivos municipales, y de esta manera el carnaval se convirtió en una poderosa herramienta de transmisión y difusión cultural.

2. Se introduce la figura de la Reina del Carnaval, siendo este el elemento sustancial de su ratificación como fiesta social.

3. La introducción de tecnología en el carnaval de espectáculo (Coronación y Corso) mejoró su contenido alegórico. Esto, aunque fue fruto de una lucha contra la influencia del carnaval carioca, dejó su aspecto positivo.

En el siglo XXI el elemento más destacable es la multiplicación de los grupos de danzas folclóricas, que embellecieron las precarnavaleras y el corso, reafirmando también el elemento cultural. Asimismo, las agrupaciones femeninas destacan con igual o mayor presencia.

Controles municipales a la fiesta[editar]

De acuerdo a los registros de las normas municipales, a través del tiempo, se pueden percibir las iniciativas de las autoridades para ejercer control y organización, en una fiesta que por sus características es espontánea.

Según la Ordenanza de 1879, el disfraz y el incógnito son el centro de la actividad festiva. Un garante y la patente comprada por el carnavalero garantizan el orden, “civilidad” y “culto amaneramiento”.

En 1953 la Ordenanza promueve el “culto a la belleza o la originalidad”, pero en un “Carnaval popular” y en 1961 se habla de coplas de carnaval, para incentivar la chispa y el ingenio de los trovadores de esta tierra que rinden culto a la tradición.

1966 se considera como el año en que el carnaval cruceño es “uno de los mejores de la República” y se lo reglamenta con una ordenanza bastante completa para la época. Ese año también comienzan las autoridades a preocuparse porque en las “casas de recepción” se mantengan “la moral y buenas costumbres...”. La disposición Municipal de 1971 lo califica como “el primero de la República”.

En 1982 por primera vez se menciona, juntas, a las tres reinas (la del Carnaval de adultos, la de Antaño y la Infantil), lo que implica una gran expansión. Debido a un proceso de recuperación de la inspiración regional, desviada durante la década del ´70 a los ´80, en 1995 se habla de una “identidad del Carnaval cruceño” y que es la “máxima expresión de la cultura cruceña”, para ratificar el '97 que es la “mayor fiesta popular cruceña”.

La Ordenanza del año 2011 resume el proceso de la primera década del siglo XXI. Dice: "Que se debe preservar la identidad regional recuperando los conceptos estructurales del carnaval cruceño, con carácter tradicional, participativo, turístico y para todos". Y remarca: "Esta fiesta carnavalera debe tener identidad regional, deberá ser participativa, con expresión de folklore y cultura regional para la atracción turística y debe dar oportunidad a niños, jóvenes, adultos y ancianos".

Enlaces externos[editar]

https://www.comunicacion.gob.bo/?q=20130206/gobierno-declara-patrimonio-cultural-al-carnaval-de-santa-cruz https://www.boliviaentusmanos.com/turismo/atractivos/carnaval-cruceno.html https://www.hoybolivia.com/bicentenario/contenido.php?idseccion=3&idsubseccion=17&idnoticia=55 http://www.soysantacruz.com.bo/Contenidos/1/Folclore/Textos/B01-CarnavalCruceno.asp https://www.eabolivia.com/social/17138-carnaval-cruceno-es-desclarado-patrimonio-cultural.html

Bibliografía[editar]

| autor = Gandarilla Guardia, Nino | título = "400 años de Carnaval Cruceño" | año = 1999 | editorial = Gobierno Municipal de Santa Cruz de la Sierra