Usuario:Marta París Belpois/Taller

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Sistema fonológico del latín clásico[editar]

Sistema vocálico [1][2][editar]

El latín clásico tenía cinco vocales breves /a, e, i, o, u/ y cinco vocales largas /ā, ē, ī, ō, ū/ con valor de distinción fonológica.

El sistema fonológico del vocalismo latino estaba conformada por la oposición dos tipos de cantidad o duración: las vocales de mayor duración, denominadas largas, y las de menor duración, denominadas breves. En la actualidad el símbolo (˘) lo usamos para designar las vocales breves y el símbolo (¯) los empleamos para designar las vocales largas.

/ă/ breve /ĕ/ breve /ĭ/ breve /ŏ/ breve /ŭ/ breve

/ā/ larga /ē/ larga /ī/ larga /ō/ larga /ū/ larga

La y (i Græca) originalmente no formaba parte del sistema vocálico latino y solo aparecía en préstamos cultos griegos. Su pronunciación en el griego clásico correspondía aproximadamente a la de la u francesa o ü alemana [y]. En latín generalmente se pronunciaba como una i, pues para la población poco educada resultó difícil pronunciar la /y/ griega. Otras evidencias a favor de la existencia del sonido /y/ en latín es que era una de las tres letras claudias, concretamente la llamada sonus medius (escrito como: Ⱶ) se creó para representar un sonido intermedio entre [i] y [u], muy probablemente [y] (o tal vez [ɨ]) que aparecía estar detrás de ciertas vacilaciones como OPTUMUS / OPTIMUS 'óptimo', LACRUMA / LACRIMA 'lágrima'.

Tanto unas como otras podían darse en cualquier posición, es decir: no tenía ninguna relevancia fonológica el acento ni la intensidad.

El tratamiento de las vocales del latín clásico varía según el tipo de silaba en que se encuentran. Están muy influenciadas por el acento. El acento original de la lengua “mater” del latín era musical y libre, pero ese sistema desapareció y ya no estaba reflejado en el latín clásico, en el que el acento carga sobre la penúltima sílaba si esta es larga y sobre la antepenúltima si la penúltima es breve. Sin embargo los estudiosos están divididos en lo que respecta a sus opiniones sobre la naturaleza del acento latino, aunque la opinión de la mayoría de los lingüistas cree que el acento tonal o musical es la que se mantuvo hasta el siglo IV d.C.

Las vocales del sistema fonológico latín clásico eran a, e, i, o, u, que podían ser largas o breves, y las combinaciones en diptongo de las tres primeras con las semivocales o sonantes i, u, r, l, m, n. El tratamiento de estos sonidos heredados en latín varía según el tipo de silaba en que aparecen. Pueden dividirse en sílaba inicial, sílaba media y sílaba final. En el latín más antiguo estas vocales estaban acentuadas, y por ello se mantienen con regular constancia.

sílabas iniciales[3]
/a/

aciēs

/ā/

māter

/e/

ego

/ē/

fémina

/ə/

este sonido

de la lengua mater

del latín surge

por la nacesidad

de dar razón

de ecuaciones

como păater.

/i/

video

/ī/

vīdeo

/o/

octo

/ō/

dōnum

/u/

iuvenis

/ū/mūs
Diptongos en sílabas inicales
ai: ae ei oi: u au eu: ou ou: u ēi ōu

Sílabas no iniciales[3]

En silabas no iniciales, como hemos visto más arriba, las vocales breves y diptongos breves experimentaron alteraciones que diferían según la silaba terminase en vocal o consonante. Todo esto lo podemos resumir bajo los epígrafes de las silabas abiertas y las cerradas.

Tabla sílabas no iniciales
sílabas abiertas sílabas cerradas
a a: e, y o: u; e, i y u permanecen inalteradas.
e a
o e
i o
u u
Diptongos en sílabas no iniciales
ei y ou experimentaron los mismos cambios que en silaba inicial.
ai: ei en latín arcaico y luego pasó a: ī
au: ū
oi
Vocales en sílabas no finales
Sílabas abiertas Sílabas cerradas
a a: e
e e
o: e i
i: e u
o: u
Diptongos
ai ei oi ei: ī

Las sonantes.

Ciertos tipos de sonidos, según el contexto fonético en que se hallen, funcionan como vocales o consonantes, es decir, como centro silábico o no.

Sonantes
Ĭ en posición inicial se conservó. ŭ se conservó en posición inicial ante vocales y entre vocales. r l İ en latín aparece como ol. m n

Consonantismo.[3][1]

Las consonantes F, K, L, M, N, P, S se pronunciaban como en castellano. La B, D, G eran siempre oclusivas sonoras. La Crepresentaba los sonidos [k] y [g] en latín arcaico, aunque en latín clásico se reservó solo para el sonido [k] al crearse la letra G. El dígrafo QU correspondía en latín tardío a [kw] (en latín arcaico seguramente era una labiovelar [kw]). La pronunciación de R sencilla no está clara. Podría haber sido como la del castellano (que según la posición es [ɾ] vibrante simple o [r] vibrante múltiple) o tal vez como la del italiano (que muchas veces es [ɾ] incluso en inicio de palabra); entre dos vocales podría haber sido igual a la "rr" del castellano (por lo que CARŌ sonaría con la misma de "rr" de "carro") o tal vez una geminada [ɾː]. La letra V representaba según el contexto la semiconsonante /w/ o las vocales /ŭ, ū/. En latín tardío V pasó a [β], reforzándose en [b] inicial en algunos dialectos occidentales y fricativa dándose [v] en la mayor parte de la Romania. La x tenía el sonido [ks], como en éxito. La Z originalmente no formaba parte del alfabeto latino y aparecía solamente en algunos préstamos griegos y correspondía, al principio, al sonido [dz] como en la palabra italiana gazza, luego terminó fricativizándose en [z].

No se sabe con certeza la pronunciación exacta de la s latina. Teniendo en cuenta que era la única sibilante en el sistema consonántico latino, y que en el desarrollo del francés podría haber sido la causa del desarrollo de la vocal [a] del francés medieval a [ɑ] antes de ella (ej. casse, del latín CAPSA, pronunciada originalmente [kasə] y luego [kɑsə]), muchos lingüistas consideran que tenía un sonido de realización apicoalveolar o predorsodental de /s/, parecido al del castellano del medio y norte de España. Algunos han propuesto que en muchas lenguas con una única sibilante el alófono principal de /s/ es apicoalveolar, ya que no existe la necesidad de distinguirlo de otro fonema que sería la [ʃ]. Aunque por otra parte, sí existen lenguas con una sibilante donde la /s/ no es apicoalveolar, por ejemplo el español de América. Quizás este hecho sea el origen del rotacismo intervocálico latino en palabras como FLOS > FLŌRĒS (< *floses).

El sistema consonántico del latín clásico estaba formado por cuatro subsistemas: el de las consonantes nasales, el de las líquidas, el de las semivocales y el de las orales no líquidas:

  1. Nasales: el subsistema de las nasales tenía cuatro fonemas: /m/ /n/ /mm/ /nn/.
  2. Líquidas: el subsistema de las liquidas tenia también cuatro fonemas: /l/ /r/ /ll/ /rr/.
  3. Semivocales: solo había dos fonemas: /ḽ/ y /ṷ/.
  4. Orales no líquidas: se agrupan en los llamados “haces de correlación”. El español tiene cuatro, pero el latín tiene tres: labiales, dentales y velares.
Orales no líquidas
Labiales Dentales Velares
/p/ /t/ /k/
/b/ /d/ /g/
/t/ /s/

Los fonemas consonánticos comprendían una riza variedad de oclusivas, sordas (p, t, k, q y qʷ), sonoras (b, d, g, y gʷ), con los correspondientes sonidos aspirados. La única fricativa era la s. El latín no distingue entre la serie palatal y la velar ni entre aspiradas sordas y sonoras. Del sistema mencionado, el latín conservo generalmente p, t, k, (q), qʷ y b, d, g, (g), afectando los cambios importantes a las labiovelares sonoras y a las oclusivas aspiradas.

Sordas Sonoras Sordas aspiradas Sonoras aspiradas
Palatales k g kh gh
Labiovelares qʷh gʷh
Fricativas s z - -
Las oclusivas labiovelares Las oclusivas aspiradas
gh: x: h
gʷ en inicial ante vocal y en posición intervocálica: v bh en posición inicial: f
dh: f que se mantiene en posición incial.
gh: x y luego ante y entre vocales: h.

Referencias[editar]

  1. a b Palmer, L. R. (1988). Introducción al latín. Barcelona: Ariel. 
  2. Ariza Viguera, M. (1989). Manual de Fonología Histórica del Español. Madrid: Síntesis. 
  3. a b c Bassols de Climent., M. Fonética Latina (con un apéndice sobre Fonemática latina por S. Mariner). Madrid: Aldecoa, S. A.