Usuario:Margareth Rodríguez/Taller

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Educación universitaria[editar]

Historia[editar]

La educación universitaria sudamericana se inicia en el Perú, con la creación de la Real y Pontificia Universidad de la Ciudad de los Reyes del Perú (hoy Universidad Nacional Mayor de San Marcos), por Real Cédula expedida por don Carlos V, el 12 de mayo de 1551, la misma que fue inaugurada en la Sala Capitular del Convento de Santo Domingo en el año 1553. En el año 1571 obtiene la aprobación Pontificia y en el año 1946, recibe el nombre de Universidad Nacional Mayor de San Marcos. La creación de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, tiene como Institución Precursora la creación en la Ciudad de Los Reyes, del “Estudio General o Universidad”, a cargo de la Orden de Predicadores —Padres Dominicos— el 1 de julio de 1548, celebrado en la ciudad del Cusco. Dicha Institución se encargaría de la formación de los evangelizadores de las nuevas tierras. Se enseñaría Escritura, Teología, Gramática y Lengua Quechua.

En 1919, se estableció una nueva reforma universitaria,[1]​ la universidad dejó de depender del Estado al administrar sus propios recursos, nombrar sus propias autoridades y establecer la libertad de cátedra.[2]​ Sin embargo, eso duró poco cuando Luis Sánchez Cerro y políticos de derecha intentaron tomar control.[3]​ En 1931 ya se lanzaba una reforma en respuesta de alguna interferencia política con el Estatuto Provisorio de San Marcos.[1][4]​ Otras reformas reformas ocurrieron en los años 1940, 1960, 1980 y 2010.[1]

En la actualidad, el sistema universitario peruano se encontraba atravesando un momento crucial antes de la pandemia y caracterizado por tres situaciones. En primer lugar, la privatización de la oferta educativa fue el principal estímulo hacia la masificación de la matrícula. En segundo lugar, la heterogeneidad en el acceso y la calidad tenían efectos en los principales resultados de la empleabilidad e investigación. Y, tercer lugar, a través del MINEDU y la SUNEDU, un proceso de reforma universitaria se había implementado para asegurar la adecuada regulación y gobernanza lo cual tenía efectos en la cantidad y calidad de la oferta educativa[5]​.

Admisión[editar]

Según la Ley 30220, la admisión a la universidad se realiza mediante concurso público, previa definición de plazas y máximo una vez por ciclo. El concurso consta de un examen de conocimientos como proceso obligatorio principal. Ingresan a la universidad los postulantes que alcancen vacante y por estricto orden de mérito. Esta norma es aplicada en las universidades públicas y privadas, aunque en algunas universidades privadas cuentan con diferentes modalidades de ingreso. En el caso de las universidades públicas o nacionales, por su riguroso método de selección, ha generado que la mayoría de estudiantes necesiten una buena preparación para el examen de admisión, lo que generó que en la década de 1950 se crearan las denominadas "Academias"[6][7]​.

Casi la mayoría de universidades cuenta con un centro preuniversitario (CEPRE) que tienen la facilidad de otorgar el ingreso directo a aquellos postulantes que obtengan notas sobresalientes en los exámenes.

Estudios[editar]

Los estudios de pregrado comprenden los estudios generales y los estudios específicos y de especialidad. Tienen una duración mínima de cinco años. Se realizan un máximo de dos semestres académicos por año.[8]

La educación en universidades del Estado es gratuita para la primera carrera.[9]​ Y en el caso de las universidades privadas, deben dar facilidades de pago a su alumnado.

Al culminar la carrera universitaria se obtiene el título o grado académico de Bachiller, correspondiente al título de Grado en otros países de habla hispana o al Bachelor's degree anglosajón. Posteriormente se pueden continuar estudios de posgrado conducentes a los títulos o grados académicos de magíster, doctorado y Ph.D.[10]​ El título profesional, no siendo un grado académico, es exigido para el ejercicio formal en algunas profesiones.

Cifras[editar]

Del total de universidades peruanas, 92 en total, sólo 36 son del Estado, mientras el resto pertenecen a la gestión privada.

Según cifras de la Asamblea Nacional de Rectores (ANR), en el año 2006, alrededor de 597 760 estudiantes circulaban por las universidades peruanas. De este total, 290.516 (48.6 %) estudiaban en universidades públicas y 307 243 (51.4 %) en privadas.

En la actualidad, las universidades están en camino a la mejora de la calidad educativa, gracias a la fiscalización de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU), institución que es responsable del licenciamiento de universidades, escuelas superiores y facultades.

Deserción estudiantil[editar]

La deserción de la educación superior se define como el abandono total de las labores académicas, de modo que dicha inactividad imposibilita la obtención del título universitario, así como descarta un posible retorno y reinserción del estudiante[11][12]​. La importancia social radica en las pérdidas que se generan cuando el estudiante abandona los estudios, así, se identifican pérdidas económicas y sociales, de dinero y tiempo, así como la oportunidad de superación social a largo plazo.

Cifras sobre la deserción estudiantil en el nivel superior en el Perú[editar]

A nivel mundial, la pandemia del covid-19 tuvo una influencia en los niveles de matrícula y deserción estudiantil en todos los niveles educativos. Según datos del MINEDU, en el año 2020 se reportó una caída en la matrícula del 24.01% con respecto al 2019 y se identificaron significativas diferencias entre las universidades públicas (9.96%) y privadas (26.72%). Estas cifras reflejan al tipo de gestión de las universidades como un factor influyente en los niveles de deserción[13]​.

Por su parte, la tasa de deserción acumulada en la educación universitaria pasó del 15.3% en el 2016 al 19.3% en el 2019, es decir, tuvo un aumento considerable durante el periodo pre-pandémico. Durante el 2020, Lima (19,0%), La Libertad (18,1%), Lambayeque (17,5%) y Junín (14,8%) permanecieron como los 5 departamentos con mayores tasas de interrupción de estudios.[14]​Además, cabe resaltar los porcentajes de deserción acumulada en la población no pobre y pobre no extremo. Al 2019, el 42.6% de las y los estudiantes universitarios pertenecientes a la población pobre no extremo desertó de la educación universitaria, mientras que solo lo hizo el 18.1% de la población no pobre[15]​.

Acerca de las características de los estudiantes desertores durante el 2020, las tasas de interrupción se incrementaron de manera homogénea entre hombres y mujeres. Por su parte, según el grado educativo de los padres, el 14% de la población con padres con estudios superiores completos interrumpió sus estudios en comparación el el 17.6% de aquellos cuyos padres no contaban con dicha educación.

Asimismo, de acuerdo con el nivel de dependencia en el hogar, que se calcula considerando la cantidad total de miembros del hogar que no se encuentran en edad de trabajar, se identificó un mayor crecimiento de las tasas de deserción para el grupo con dependencia media, el 21,9% de los estudiantes provenientes de hogares con dependencia media matriculados en el 2019 interrumpieron sus estudios para el 2020[16]​.


En el periodo post pandemia, según cifras de ESCALE[17]​, en el nivel de educación superior universitaria, se reportó un 19.6% en la tasa de deserción acumulada en el año 2022. En cuanto a la diferenciación entre área y sexo, el sexo masculino tiene un mayor nivel de deserción tanto en el área urbana y rural (19.9% y 23%, respectivamente).

Según la lengua materna, se identifica un mayor tasa de interrupción en la población cuya lengua materna es el quechua, en comparación con el castellano. Sin embargo, desde el 2016 hasta el 2022, la diferencia porcentual ha disminuido considerablemente. Mientras que en el 2016 las tasas eran de 13,4 y 15,4, respectivamente, en el 2022 fueron de 19,3 y 19,7 respectivamente. En el caso de la tasa de deserción acumulada en el nivel de educación superior no universitaria se registró un 45.5%. Por último, para casos de ambos sexos, se registró una mayor tasa de deserción en el área urbana a comparación con la rural.

Factores de abandono estudiantil[editar]

Modelos teóricos explicativos acerca de la deserción estudiantil[editar]

Tinto [11]​categoriza los enfoques teóricos en cinco vertientes: "psicológicos", "sociológicos", "económicos", "organizacionales" e "interaccionales". Mientras el primero se enfoca en las variables individuales, los tres siguientes resaltan los factores ambientales que influyen en esta decisión. El enfoque interaccional propuesto por Tinto [11]​integra tanto elementos individuales como ambientales, centrándose en la integración del estudiante en el entorno académico y social universitario.

Este modelo considera la experiencia del estudiante en términos de integración normativa y estructural, sugiriendo que esta experiencia afecta su compromiso institucional, influyendo en su persistencia o abandono. Los factores como género, raza, habilidades, historial educativo, y entorno familiar inciden directa o indirectamente en el desempeño académico y en el compromiso del estudiante con la institución y la meta de obtener un título universitario.

Asimismo, se destacan 4 modelos teóricos que buscan explicar las causas de la deserción estudiantil. En primer lugar, los modelos psicológicos explican la deserción a través de factores de riesgo individual, asociados a los rasgos de la personalidad y características del estudiantado, como la salud y bienestar emocional. En segundo lugar, el modelo de elección académica de Ethington [18]​propone como al rendimiento académico como un factor de riesgo. Esto es debido a que los resultados académicos previamente obtenidos influyen en el futuro desempeño del estudiante a partir del autoconcepto que se genera de sí mismo, sus capacidades y la percepción sobre las dificultades como oportunidades de éxito en su experiencia académica. En tercer lugar, Cabrera [19]​presenta un modelo económico que destaca la combinación costo-beneficio que evalúan los estudiantes en la toma de decisiones acerca del abandono estudiantil. Los factores de riesgo socioeconómicos abarcan dificultades económicas, costos relacionados a la salud, etc. Por último, el modelo organizacional de Berger y Milem [20]​se enfoca en los factores institucionales como el proyecto educativo, las políticas institucionales en torno a la permanencia, etc.

Dominio institucional[editar]

En las últimas décadas, se ha evidenciado a nivel regional un aumento de la oferta educativa de educación superior. De esta manera, se ha logrado un avance significativo en la democratización de la educación ya que dicho proceso ha aumentado las posibilidades de estudiar, tanto en incrementar las opciones más económicas, así como ofrecer mayor calidad educativa desde una gestión privada. Sin embargo, es preciso señalar el rol del Estado para regular dicha oferta educativa y garantizar la calidad educativa de las mismas. Por ello, se resalta la importancia de la reforma universitaria y el otorgamiento de licenciamientos institucionales brindados por SUNEDU.

Así, se identifican los siguientes factores institucionales. En primer lugar, las instituciones educativas ofrecen los principales espacios de adaptación de los estudiantes al nuevo entorno académico, de esta manera, pueden contribuir significativamente a la reducción de las tasas de deserción estudiantil. En segundo lugar, De la Lama et al.[21]​ realizaron un estudio acerca de la influencia de la presión académica excesiva en la experiencia académica. A nivel general, resaltan consecuencias negativas como el estrés, ansiedad, u otras situaciones en las que los estudiantes se paralizan intelectualmente. Al respecto, el rol de las instituciones es fundamental ya que el enfoque de “excelencia académica” debe estar vinculado a una presión académica que considere los límites sociopsicológicos de los estudiantes.

Dominio económico[editar]

Pereira y Vidal[22]​ han analizado las causas de la deserción estudiantil a partir de la teoría costo beneficio. De esta manera, se enfoca la decisión de cursar estudios superiores como una herramienta de movilización social, sin embargo, en la evaluación de los beneficios a largo plazo también se consideran los costos presentes relacionados al costo de oportunidad de estar desarrollando otras actividades: laborales, el costo asociado al bienestar y salud emocional.

Medidas para mitigar la deserción estudiantil en el Perú[editar]

PRONABEC[editar]

El Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (PRONABEC[23]​) es una entidad pública adscrita al Ministerio de Educación. Se encarga del otorgamiento de becas y créditos educativos para beneficiar a peruanos talentosos pero con bajos recursos económicos, a través de un concurso público. De esta manera, su misión consiste en asegurar el acceso y permanencia a una educación superior de calidad hasta su culminación.

PRONABEC ofrece becas como Beca 18, Beca Generación del Bicentenario, Beca Hijos de Docentes, etc[24]​. Asimismo, ofrece un programa, Crédito Talento. Este programa es un préstamo con una baja tasa de interés (2.47%) otorgado por Pronabec que busca financiar los estudios universitarios a jóvenes con excelencia académica y escasos recursos económicos. El periodo de reembolso comienza a los 30 días calendario posteriores de culminados los estudios superiores y/o periodo de gracia. El plazo total para la amortización puede ir hasta los 10 años.

Entre los beneficios, resalta el financiamiento de conceptos como matrícula, pensión de estudios, materiales de estudios, gastos obligatorios para la obtención del grado o título respectivo o su equivalente de acuerdo a la normatividad de las IES, etc.[25]

Entre los años 2014-2019, el crecimiento de los recursos asignados a becas y créditos estudiantiles se ha visto interrumpido, sin embargo, tuvo un repunte durante el 2020 por las necesidades que generó la pandemia. A partir del año 2014, se evidenció un alza sostenida de los montos asignados a estudiantes de educación superior, tanto en cuanto a becas como en créditos. Posteriormente, en el año 2019, se evidenció una significativa contracción, del 85% para los créditos y 31% para las becas, con respecto al año de mayor monto asignado en el período estudiado. Por último, en el año 2020, el monto asignado a créditos fue de 6,6 millones de soles, y para el caso de becas, fue de 759,5 millones de soles[16]​.

Área de tutorías y otras medidas[editar]

Otra de las medidas adoptadas con el fin de reducir las tasas de deserción estudiantil es la propuesta por ofrecer tutorías. Al respecto, Pupiales [26]​realizó un estudio sobre los efectos de esta práctica a favor de reducir el riesgo académico y personal para evitar la deserción de los estudiantes en una universidad en Lisboa. Según los resultados obtenidos, la tutoría cumplió con el objetivo de mejorar el desempeño académico de los estudiantes a través de un acompañamiento que humanizó el proceso de adaptación al nuevo ámbito de la educación superior. Así, promovió la participación activa de los estudiantes en actividades propuestas por la universidad, así como desarrolló su autoconfianza y seguridad.

Sifuentes [27]​destaca la importancia de reconocer los principales factores de riesgo para utilizarlos como una estrategia para disminuir las tasas de deserción en una universidad privada en el Perú. De esta manera, planteó la creación de modelos predictivos para identificar tempranamente a posibles desertores y, así, actuar sobre dichas necesidades. Se obtuvieron resultados satisfactorios ya que se logró una reducción entre un 25% y 40% en los niveles de desaprobación. A partir de dicho estudio, cabe resaltar que la efectividad de los modelos se consiguió gracias a que respondieron a las características propias de cada curso y las necesidades de los estudiantes de los mismos. Por ello, se demuestra que, a pesar de que se reconocen ciertos factores de riesgo a nivel general, debe evaluarse cada caso según sus condiciones para tomar las medidas pertinentes.

  1. a b c «Reformas y contrarreformas: la universidad peruana durante el siglo XX». pacarinadelsur.com. Consultado el 30 de abril de 2023. 
  2. «Jornada de las ocho horas». Debate (Apoyo Comunicaciones) XX (100): 34-35. Mayo-Junio de 1998. Consultado el 29 de abril de 2023. 
  3. Molinari Morales, Tirso (28 de diciembre de 2018). «Autoritarismo, intolerancia y universidad. Acerca del discurso agresivo del sanchecerrismo contra San Marcos en la conyuntura político-electoral de 1931 y la posterior intervención dictatorial en 1932». Revista de Sociología (27): 203-208. ISSN 1609-7580. doi:10.15381/rsoc.v0i27.18973. Consultado el 30 de abril de 2023. 
  4. Sumi Arapa, Alfredo. «La Reforma Universitaria de 1931». Diario Los Andes. Consultado el 30 de abril de 2023. 
  5. Benites, Rodolfo (2021-04). La Educación Superior Universitaria en el Perú post-pandemia. Consultado el 3 de febrero de 2024. 
  6. «Academias preuniversitarias y digitalización de la enseñanza». elperuano.pe. Consultado el 30 de noviembre de 2021. 
  7. «El problema de la educación preuniversitaria». 
  8. «Ley Universitaria, Ley N° 30220, artículo 40». Diario Oficial El Peruano. Consultado el 22 de agosto de 2022. 
  9. LR, Redacción (7 de noviembre de 2013). «Universidades públicas cobrarían pensión por segunda carrera, con nueva ley». larepublica.pe. Consultado el 30 de noviembre de 2021. 
  10. Bazo, Carmen Diaz; Poma, Luis Sime (18 de julio de 2016). «Las tesis de doctorado en educación en el Perú: Un perfil de la producción académica en el campo educativo». Revista Peruana de Investigación Educativa 8 (8): 5-40. ISSN 2077-4168. doi:10.34236/rpie.v8i8.66. Consultado el 20 de noviembre de 2022. 
  11. a b c Tinto, Vincent (1975-03). «Dropout from Higher Education: A Theoretical Synthesis of Recent Research». Review of Educational Research (en inglés) 45 (1): 89-125. ISSN 0034-6543. doi:10.3102/00346543045001089. Consultado el 24 de noviembre de 2023. 
  12. Donoso, Igor Goicovic (2002). «Educación, deserción escolar e integración laboral juvenil». Última Década (16). ISSN 0717-4691. Consultado el 14 de diciembre de 2023. 
  13. MINEDU (2020a) Solicitud de información a la Dirección de Políticas para el Desarrollo y Aseguramiento de la Calidad (DIPODA) de la Dirección General de Educación Superior Universitaria (DIGESU). Diciembre de 2020.
  14. «Webinar Minedu». 
  15. MINEDU (2020) Política Nacional de Educación Superior y Técnico-Productiva. Decreto Supremo N° 012-2012-MINEDU.
  16. a b Universitaria, SUNEDU Superintendencia Nacional de Educación Superior (2022-03). III Informe bienal sobre la realidad universitaria en el Perú. Consultado el 3 de febrero de 2024. 
  17. escale.minedu.gob.pe https://escale.minedu.gob.pe/ueetendencias2016 |url= sin título (ayuda). Consultado el 24 de noviembre de 2023. 
  18. Ethington, Corinna A. (1990). «A Psychological Model of Student Persistence». Research in Higher Education 31 (3): 279-293. ISSN 0361-0365. Consultado el 24 de noviembre de 2023. 
  19. Cabrera, Alberto F.; Nora, Amaury; Castañeda, Maria B. (1992). «The Role of Finances in the Persistence Process: A Structural Model». Research in Higher Education 33 (5): 571-593. ISSN 0361-0365. Consultado el 24 de noviembre de 2023. 
  20. «Berger, J., & Milem, J. (2000). Organizational Behavior in Higher Education and Student Outcomes. In J. C. Smart (Ed.), Higher Education Handbook of Theory and Research, (Vol. XV pp. 268-338). New York Agathon. - References - Scientific Research Publishing». www.scirp.org. Consultado el 24 de noviembre de 2023. 
  21. Zubirán, Paula de la Lama; Zubirán, Marco Alfredo de la Lama; García, Alfredo De la Lama (30 de junio de 2022). «La paradoja de la presión académica excesiva aplicada en algunas escuelas de Educación Superior.:». Ciencias Sociales y Educación 11 (21): 220-233. ISSN 2590-7344. doi:10.22395/csye.v11n21a10. Consultado el 24 de noviembre de 2023. 
  22. Santana, Adrián Esteban Pereira; Cortez, Marcela Vidal (2021). «Deserción estudiantil en la educación superior: reflexiones sobre la gestión enfocada en la retención o la permanencia». Revista Educación: 519-533. ISSN 2215-2644. doi:10.15517/revedu.v45i1.40602. Consultado el 24 de noviembre de 2023. 
  23. «Información institucional». www.gob.pe. Consultado el 24 de noviembre de 2023. 
  24. «Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo - PRONABEC». www.gob.pe. 5 de octubre de 2021. Consultado el 24 de enero de 2024. 
  25. «Crédito Talento – PRONABEC | PROGRAMA NACIONAL DE BECAS Y CRÉDITO EDUCATIVO». Consultado el 24 de enero de 2024. 
  26. «PUCP | Logueo». pandora.pucp.edu.pe. doi:10.15332/22563067.6293. Consultado el 24 de noviembre de 2023. 
  27. Sifuentes Bitocchi, Oswaldo (20 de diciembre de 2018). «Modelos predictivos de la deserción estudiantil en una universidad privada peruana». Industrial Data 21 (2): 47. ISSN 1810-9993. doi:10.15381/idata.v21i2.15602. Consultado el 24 de noviembre de 2023.