Usuario:Josecoco1948/Proyectos/Haredíes y sionismo

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Por haredíes y sionismo se entiende la relación existente entre los ultraortodoxos judíos, el estado israelí y la ideología sionista.

Antecedentes[editar]

La relación entre los haredíes y el sionismo siempre ha sido difícil. Antes de la creación del Estado de Israel la mayoría de la judería haredí se opuso al sionismo. Según una tesis mayoritaria (aunque no sea exclusiva) entre los religiosos, Dios destruyó el reino de Israel para castigar a los judíos, y sólo su Mesías puede volver a crearlo. La vida en Tierra Santa es posible, pero cualquier intento autónomo de crear un estado es una rebelión contra Dios. Sin embargo, tras el Holocausto y la fundación del estado moderno israelí, los diferentes movimientos ultraortodoxos han adoptado diversas posturas, aceptando, la mayoría, al Estado de Israel. Los partidos que los representan llegan a tener incluso ministros dentro de su gobierno, pero opinan que el "culto" al Estado propio de los sionistas es una idolatría que la Biblia condena.

Origen de la controversia[editar]

El Talmud (Ketubot 111a) menciona que el pueblo judío ha sido obligado bajo tres juramentos: 1) no ascender a la Tierra de Israel en grupo y usando la fuerza; 2) no rebelarse contra las naciones del mundo; 3) no retrasar la llegada del Mesías judío (a causa de los pecados). Parte de los haredíes considera que la creación del Estado de Israel violó estos juramentos. Así, las dinastías y grupos hasídicos de Satmar, Bobov, Munkacz, Vizhnitz, Toldos Aharon, Dushinsky, Pshevorsk, Tosh, y otros; también Neturei Karta y algunos líderes de la corriente judeo-lituana (esto es, mitnagdíes) como Eleazar Shaj o Abraham Yeshaya Karelitz (también conocido como Jazón Ish), si bien estos últimos han acabado reconociendo al estado israelí. Otros dirigentes haredíes reconocidos como los rabinos Ovadia Yosef, Moshe Feinstein y otros, aunque consideran que el culto al sionismo puede llegar a la herejía, aceptan sin fisuras al Estado de Israel. También grupos hasidíes como Ger, Belz y Lubavitch tienen, en términos generales, una postura favorable al estado judío.

Diferencias entre los haredíes[editar]

Mitnagdíes[editar]

Entre los haredíes mitnagdíes existen posturas diversas. Las más extremas son las de Neturei Karta, un pequeño grupo de activistas haredíes-mitnagdíes para los que el sionismo es siempre una rebelión contra Dios, y debe ser rechazado de modo absoluto, abogando, así, por el desmantelamiento del estado judío.[1]​ Salvando grandes distancias con ellos, pero en base a las mismas premisas, se encuentran figuras más representativas del mundo haredí-mitnagdí, como el rabino Shaj, que expresó puntos de vista contra el sionismo y el Estado de Israel.[2]​ También el Jazon Ish, aunque de manera mucho menos contundente que el primero.[3]​ La diferencia entre Neturei Karta y estos líderes mitnagdíes radica, principalmente, en que los primeros se caracterizan por su férreo activismo contra el estado israelí, siendo frecuentes sus reuniones con dirigentes y líderes islámicos[4][5]​, sus manifestaciones[6]​, etc., mientras que los últimos prefieren mantenerse al margen de todo ello, han acabado por aceptar al estado judío e incluso participan en él a través de asociaciones religiosas y partidos políticos. Así, Uri Lupoliansky, del partido Judaísmo Unificado de la Torá, partido político resultante de la unión de los hasidíes de Agudat Israel y de los mitnagdíes de Degel HaTorá, fue elegido alcalde de Jerusalén en el 2003.

Por el contrario, existen también guías espirituales mitnagdíes que aceptan abiertamente al Estado de Israel. Así, Moshé Feinstein, señaló que había que rezar por el bienestar del Estado de Israel[cita requerida]. También el rabino Ovadia Yosef (haredí sefardí, pero cercano a la corriente lituana) mostró puntos de vista favorables al Estado de Israel: “El establecimiento del Estado de Israel (…) en nuestra santa tierra tiene un gran significado tanto histórico como religioso”.[7]​ El erudito Yaacob Kamenetsky escribió: “Dios propició la creación del Estado de Israel para fortalecer la conexión con el judaísmo y sostener el vínculo entre los judíos en el exilio y la nación judía”.[8]​ El rabino Joseph B. Soloveitchik, de la dinastía rabínica de los Soloveitchik, fue un entusiasta sionista[9]​ Eliezer Silver, que fue uno de los líderes de la ortodoxia judía norteamericana, participó en una manifestación pro-sionista.[10]

Otro grupo importante, los llamados "ortodoxos modernos" (agrupados en torno al Partido Nacional Religioso), seguidores del rabino Abraham Isaac Kook, acepta sin fisuras al estado israelí, se involucran en él, hacen el servicio militar e incluso lo ven como el comienzo de la llamada geulá, redención mesiánica, cosa que es rechazada por los haredíes más ortodoxos.

Hasidíes[editar]

También entre los hasidíes existen variadas posturas. Los hasidíes de Satmar se oponen férreamente al estado judío. Su líder, el rabino Joel Teitelbaum, escribió en 1960 una extensa crítica contra la ideología sionista bajo el título de Vayoel Moshe, acusando a Theodor Herzl de hereje y al estado israelí de "obra del Satán".[11]​ Sin embargo, a diferencia de Naturei Karta los hasidíes de Satmar no se reúnen con líderes islámicos ni llaman a la destrucción de Israel. La dinastía hasídica de Dushinsky también se opone al establecemiento del estado judío.[12]​ Tanto Satmar como Dushinsky rechazan participar o involucrarse en el Estado de Israel, así como votar en las elecciones israelíes o recibir ayudas del gobierno.

Por otro lado, los movimientos hasídicos de Ber y Gelz han adoptado una postura pragmática para con el Estado de Israel. Si bien, de manera similar a Satmar o Dushinsky, inicialmente se opusieron al estado judío, hoy sus posiciones se han suavizado[cita requerida], siendo una parte muy importate del partido político Agudat Israel.

Los hasidíes de Lubavitch fueron, inicialmente, también muy críticos con el sionismo. El quinto rebe de la dinastía, Shalom Dover Schneersohn se opuso enérgicamente al sionismo.[13]​ Sin embargo, el último rebe de Lubavitch, Menajem Mendel Schneerson, expresó su apoyo a los militares israelíes y condenó cualquier cesión de territorios a los árabes[cita requerida].

Síntesis[editar]

En definitiva, la mayoría del grupo haredí ha terminado aceptando, expresa o tácitamente, al estado judío como una realidad de facto. Si bien existen grupos que lo rechazan totalmente, negándose a reconocerlo (Satmar, Dushinsky) e incluso llegando a pregonar su desmantelamiento (Neturei Karta), no dejan de ser una minoría residual. Desde 1948 una gran parte de los haredíes otorgó el visto bueno al estado israelí plasmando su firma (la del partido político que les representaba, Agudat Israel) en la declaración de independencia de Israel.

La mayoría de los haredíes participan hoy activamente en el estado israelí: aceptan dinero para sus escuelas religiosas, forman partidos políticos para la defensa de sus intereses, rezan por el bienestar del estado y de los israelíes y algunos sirven en el ejército.

Referencias[editar]

  1. "Exigimos la desmantelación pacífica del estado israelí".
  2. [1]
  3. [2]
  4. [3]
  5. [4]
  6. [5]
  7. Torah She-be-Al Peh (16, 5734, pp. 19-20).
  8. Emes Le-Ya'akov Al Ha-Torah (Exodus 12:2 n. 17).
  9. R. Walter Wurzburger, God is Proof Enough, p. 90.
  10. Aaron Rakeffet-Rothkoff, The Silver Era, pp. 262, 274, 302.
  11. Sefer Vayoel Moshe.
  12. [6]
  13. [7]