Usuario:El Mono Español/Taller/Euskera en Huesca

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Provincia de Huesca.

La presencia del euskera en la provincia de Huesca y en su propia capital se pueden confirmar no sólo gracias a la toponimia que ha llegado hasta hoy en día, sino también a través de unos pocos documentos oficiales (en Huesca capital) que nos certifican documentalmente que era hablado en sus calles entre los siglos XIV y XVI. Si ya era hablado en el siglo XIV, tenemos que suponer que también lo era en los siglos anteriores; (los únicos documentos que ha llegado hasta nosotros y hacen referencia al euskera hablado en sus calles, están fechados en 1349 y 1561). Así mismo hemos de citar los cartularios del Monasterio de San Juan de la Peña, importantísimo monasterio cercano a Jaca, fundado por el rey pamplonés Sancho III el Mayor, en donde aparece abundante toponimia vasca, documentado en el Volumen II del "Cartulario de San Juan de la Peña" del historiador Antonio Ubieto Arteta en 1963.

Según algunas palabras encontradas en documentos de este monasterio, los primeros reyes de Aragón, como Ramiro I, su hijo Sancho Ramírez, y el hijo de éste, Pedro I, bien pudieron ser vascoparlantes, tanto por el orígen pamplonés de Ramiro I (hijo natural de Sancho III el Mayor de Pamplona), su papel de líderes guerreros de población montañesa, y como por el uso de palabras como "Szemen" (seme=hijo) "osaba" (tío) y "ato" (aita=padre), pero que en los documentos del siglo XI encontrados se ha de entender como señor o gobernador de una región ("ato Jimeno Garcés, senior de Sos, Boltaña y Uncastillo").

Federico Balaguer y Vicente Latiegi, reunidos en Huesca en 1997.
Portada del Libro de Arnault Oihernart. Primera edición de 1638

Ya en el siglo XVII, el historiador vasco-francés Arnauld Oihenart, en su obra "Notitia Utriusque Vasconiae tum Ibericae tum Aquitanicae", publicada en París en 1638 y 1659, afirmaba que el euskara se hablaba también en toda la Jacetania, y lo citaba como una región más donde se hablaba este idioma.

vasconum populi: citra Pyrenaeum sunt navarri, iaccenses, alavenses, ipvscvates y biscaini; ultra Pyrenaeum gascones y vasci.
Territorios que componían Vasconia en el s.XVII, según Oyhenart

El fallecido sacerdote y lingüista guipuzcoano Bixente Latiegi (+, Vitoria, 26 de junio de 2005), afirmó que el euskera hablado en las calles de Huesca en el siglo XIV pudo proceder de los guerreros aragoneses y sus familias que, dirigidos por el rey Pedro I de Aragón, tomaron la villa a los musulmanes en el año 1096. No debemos de olvidar que un proto-euskera o euskera antiguo, era abrumadoramente hablado por las poblaciones montañesas del norte de Huesca, por lo que esta teoría sí tiene visos de realidad.

Bixente Latiegi lamentaba que no quedase ningún documento escrito en euskera en los archivos de Huesca, ya que así no es posible saber qué dialecto hablaban sus vecinos. A pesar de todo, su sospecha era que tenían que hablar un dialecto oriental, de la misma raíz que el desaparecido dialecto roncalés (Euskera roncalés).

Documentos redactados en Huesca[editar]

Fue Ricardo del Arco y Garay, historiador español fallecido en Huesca en 1955, quien al parecer, como facultativo del cuerpo de archiveros de Huesca, encontró en 1913 un documento de 1349 que prohibía el uso del vascuence, así como del hebreo y el árabe, en el mercado de Huesca.

Item muyl corredor nonsia usado que faga mercaderia ninguna que compre nin venda entre ningunas personas, faulando en algarabía ni en abraych nin en basquenç: et qui lo fara pague por coto XXX sol. Anyo 1349.

En este documento, Huesca se nos presenta como ciudad tetra-lingüe en la que, —aún sin mencionar el Latín de los clérigos y clase culta—, se hablaban corrientemente el Hebreo (“abraych”), el Arabe (“algaravía”) el Euskera (“basquenç”), y, claro está, el Romance Aragonés de la época. Eso hace más meritorio el que dentro de la ciudad, en el siglo XIV, siguiera hablándose el euskera, la más popular seguramente, pero también la menos culta y literaria de todas aquellas lenguas. Sin embargo:

— El decreto de 1349 no es para el pueblo de Huesca.

— Es sólo para el “mercado” de la ciudad.

— Tiene como destinatarios solamente a los corredores, es decir a funcionarios oficiales de la ciudad.

— No se prohíbe hablar en euskera, sino “hacer mercaderías” y hacer oficiales las compra-ventas en documentos redactados en esa lengua.

Intentamos aclarar el sentido de esta última locución: “Hacer mercaderías”. No es el que literalmente se le daría, puesto que los corredores ni compran ni venden. Se limitan a oficializar lo que otros compran o venden ante ellos o compran y venden por medio de ellos. El mismo Concejo lo dio a entender cuando en esa enrevesada frase habló de “hacer mercadería”, “entre ningunas personas”: es decir: que los corredores no podían “hacer”, (entiéndase “confirmar con fuerza de oficialidad”) “mercaduria ninguna que compre nin venda” (es decir, operaciones de compra y venta”) “entre ningunas personas”.

El siguiente documento municipal que cita al euskara lo vemos patente en el documento de 1561 que pasamos a examinar. Es un acuerdo de la Cofradía de Mercaderes de la Ciudad de Huesca, dando cuenta de la admisión de un nuevo corredor.

En ese documento todo es solemne aunque excesivamente reiterativo, según el gusto de aquella época. Su entrada es en latín, de acuerdo también con el gusto de la época:

“Osce6. Die XXX aprilis, anno MDLXI. / Eodem die llamado convocado y ajuntado el / capitulo de los magnificos los priores / confradres de la confradria bulgarmente dicha de los / mercaderes de la ciudad de Huesca so la invo / cation de Nuestra Señora de Salas y de señor / Sant Francisco…”

La solemnidad vuelve a aparecer en la presentación de su parte dispositiva: exigir el juramento ordinario de rigor a un nuevo corredor:

“Et asi todo el dicho capi / tulo de aquella a capítulo llamados / convocados y llamados capitulan / tes capitulo hazientes tenientes cele / brantes y representantes todos confor / mes…”

No se da la fórmula del juramento, pero sí se nos dice a qué se comprometía el nuevo corredor mediante el juramento de aquel:

“Habra de hazer (…) tratos lícitos y no prohibidos / y hacer relación y memoria de los tratos / y conciertos que se arán y que en los dichos / tratos no se hará parada ni hablará en gerigonza,/ bizcayno, nabarro ni el al/ garabía ni otro estranyo lenguaje / sino en nuestra lengua materna”.

— De nuevo, como en 1349, el acuerdo no va dirigido a los habitantes de la Ciudad, ni prohíbe hablar en Euskera en Huesca, cosa además no posible, ya que esta vez el acuerdo no es del Municipio sino de la Cofradía de Mercaderes.

— Como entonces, los destinatarios de la orden son de nuevo sólo los corredores; los del Municipio en 1349, y los de la Cofradía en 1561.

Según afirmó Vicente Latiegi en el año 1999, Federico Balaguer le aseguró que tuvo en sus manos otro documento posterior, ya del siglo XVII, de 1609, en la que vuelve a prohibirse en uso del euskera en los días de mercado. Al parecer ese documento se hallaba perdido al haberse realizado trabajos en el Archivo general de Huesca.

Estertores del euskera en las Cinco Villas y Yebra de Basa, comienzos del siglo XX[editar]

Rezos litúrgicos en vascuence hasta el siglo XX en Uncastillo, Cinco villas.

En este apartado reproducimos una noticia histórica recogida por Alfonso Irigoyen y que se basa en el testimonio directo de Isidro Escagües de Javierre, catedrático y miembro correspondiente de las RR. Academias de la Historia y de Ciencias Morales y Políticas, así como miembro de la Sociedad Geográfica española, durante el régimen de Franco. Según este testigo, en Uncastillo, pueblo situado en el Norte de la Provincia de Zaragoza y perteneciente a la diócesis de Jaca, se ha estado rezando en lengua vasca hasta comienzos del siglo XX. Se rezaban en vascuence el Padrenuestro, el Avemaría, el Credo, la Salve y unos gozos que se cantaban a la Virgen de San Cristóbal, «gosua San Kristobalua...». El mencionado testigo las aprendió de pequeño, hacia 1922 ó 1923, ya que estas oraciones las rezaban en dicha lengua incluso los niños. Isidro Escagüés de Javierre le recitó a Alfonso Irigoyen espontáneamente la parte del Padrenuestro que en aquel momento recordaba. Alfonso Irigoyen reproduce, como sigue, lo que oyó, respetando las separaciones de palabras, así como también los acentos:

«Aita guria seude / etán saudená santifikát bedí surei / sená betor gure / gana sure erréi / nué eman de / sagesú egunesko ogié egunéta beti barkais / ki / gusú guri gerén sorrák»

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Declaraciones de varios pastores de Yebra en 1973

José María San Sebastián alias “Latxaga", lingüista con dos doctorados, uno en Antropología y el segundo en Lingüística por la Sorbona de París, afirmó que durante el verano de 1973, pasando unos días de vacaciones en el pirineo oscense, conoció a unos pastores en el municipio de Yebra de Basa, (cercano a Sabiñánigo) durante unas celebraciones de danzas típicas en la ermita de Santa Orosia.

“Latxaga” preguntó a los pastores si acaso tenían idea de si en aquellos montes y en aquel pueblo, se había hablado alguna vez el vascuence. Y le respondieron:

“-Sí. Pero nuestros padres no querían que habláramos vascuence porque íbamos a ser mal vistos si hablábamos ese lenguaje”

Esta conversación está registrada en el libro "Jaka-ra oñez Naparroan zehar" (traducido al castellano: caminando a Jaca a través de Navarra), publicado por la editorial La Gran Encicplopedia Vasca en 1976 y escrito por el mismo Jose María Latxaga.

Topónimos en el valle de Ansó[editar]

Según el lingüista navarro Juan Carlos López-Mugartza (Zaragoza, 1961), licenciado en filología vasca por la Universidad del País Vasco, en su tesis doctoral "Erronkari eta Ansoko toponimiaz"[1]​ (toponimia de Roncal y Ansó) defiende que un dialecto oriental del euskara debió hablarse también en Ansó hasta aproximadamente el siglo XVI. Para llegar a esa conclusión utilizó una técnica consistente en verificar el porcentaje de topónimos de origen vasco, donde un 100% de ellos supondría que en ese lugar, el idioma está vivo, cuando el porcentaje es entre el 60-70%, se data el uso del euskara hacia 1870.

Otras toponimias de origen vasco[editar]

El nombre de la propia comunidad autónoma, Aragón, proviene del euskera antiguo, siglos IV-VIII, pero con una base completamente clara hoy en día:

ARAN GOI= Valle alto.

LOARRE= castillo románico ordenado edificar por el rey pamplonés Sancho III el Mayor a comienzos del s.XI. (Escrito "Luarre" en documento del año 1134 de Ramiro II. AHN Montearagón, núm 1067).

IZARBE, ermita de= Situado a 2 km de Anzánigo. Proviene de IZAR-PE (bajo las estrellas).

LÁRREDE, ermita de= Situada a unos 7 kms al norte de Sabiñánigo, a la entrada del Valle de Tena. El nombre proviene de LARRE EDER (bello prado).

AIERBE= Municipio de la Hoya de Huesca.

ASPE= Pico situado en la parte alta del valle de Aisa. La palabra viene de AITZ-PE (bajo la peña)

Otros: Acher (pico) en Hecho; Obarra (monasterio de, originalmente "Ubarra"); Gamueta (pico); Escuer (municipio de Tena); Urriés (municipio, Urroze en euskara antiguo); Biscarrués (municipio, Bizkarroze); Escarra (pico); Benasque (municipio); Benabarre (municipio).

Referencias[editar]