Trastornos del espectro autista

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Trastorno del espectro autista
Especialidad psicología
eMedicine med/3202 ped/180

Los trastornos del espectro autista (TEA) es un grupo de trastornos del desarrollo cerebral.[1]​ Aparece en la infancia y engloba diagnósticos relacionados con déficit en la comunicación, dificultades para integrarse socialmente, una exagerada dependencia a las rutinas y hábitos cotidianos, y una alta intolerancia a cualquier cambio o a la frustración.[2]

Clasificación

En el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM, según sus siglas en inglés) se incluye por primera vez la categoría "trastornos del espectro autista" en la edición de 2013 (DSM-5).

En la edición de 1994 (DSM-IV) se usaba la categoría de trastorno generalizado del desarrollo, que incluía 5 subcategorías: el autismo, el síndrome de Asperger, el síndrome de Rett, el trastorno desintegrativo infantil y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado (PDD-NOS, en inglés).[3]

En el DSM-5, como queda dicho, el término "trastorno generalizado del desarrollo" se sustituye por el de "trastornos del espectro autista", sin subcategorías (queriendo así reflejar el consenso científico[4]​ de que síndromes anteriormente considerados como subtipos son en realidad manifestaciones diversas de un mismo trastorno[3]​), y se excluyen de él el síndrome de Rett y el trastorno desintegrativo de la infancia.

Habría que añadir que, aunque no haya sido incluido en el DSM-5, actualmente se diagnostica en Reino Unido un síndrome bautizado como PDA o síndrome de evitación patológica de la demanda como una condición perteneciente al espectro autista.[5]​.

Los tres criterios contemplados en el DSM-IV para el diagnóstico (Disfunciones sociales, del lenguaje y comportamientos reiterativos), pasan a ser dos en el DSM-5, que reagrupa los dos primeros en uno solo.

Anteriormente, en el DSM-III (1980) se consideraba una sola categoría, la de "autismo infantil", siendo la primera edición de este manual que incluyó el trastorno; anteriormente, aunque el autismo había sido ya identificado como entidad específica, los comportamientos autistas eran desacertadamente asimilados a la esquizofenia.

Cuadro clínico

Según el DSM-5, el autismo se carateriza por retraso o alteraciones del funcionamiento antes de los tres años de edad en una o más de las siguientes esferas: interacción social y comunicación; patrones de comportamiento, intereses y actividades restringidos, repetitivos y estereotipados.[6]

Etiología

Aunque no se reconocen causas específicas de los trastornos del espectro autista, varios factores de riesgo han sido identificados y es posible que contribuyan al desarrollo del TEA.[7]

Factores de riesgo genéticos

Los resultados de estudios en familias y en gemelos sugieren que los factores genéticos tienen un papel en la etiología del autismo y otros trastornos del desarrollo.[8]

Factores de riesgo prenatales y perinatales

Una serie de complicaciones prenatales y perinatales han sido reportadas cómo posibles factores de riesgo para autismo. Estas incluyen diabetes gestacional, edad materna y paterna mayor a 30 años, hemorragias luego del tercer trimestre, uso de medicación (ej. valproato) durante el embarazo y meconio en el líquido amniótico. Aunque las investigaciones no son concluyentes respecto de la relación de estos factores con el autismo, cada uno de estos ha sido identificado más frecuentemente en niños con autismo, en comparación con sus hermanos no autistas u otros niños con desarrollo normal.[9]

Controversia sobre la vacuna

La afirmación más controvertida respecto a la etiología del autismo fue sobre la vacuna SRP.[10]​ Originada de un caso de fraude científico,[11]​ sugería que el autismo resultaba del daño cerebral causado por componentes de la vacuna.[12]​No hay evidencia científica convincente que soporte esta hipótesis.[13]​ En 2014 un meta análisis que incluyó a 1.25 millones de niños de diferentes partes del mundo concluyó que ninguno de los componentes de la vacuna llevaban al desarrollo de TEA.[14]

Diagnóstico

La revisión del DSM 5 modifica el enfoque anterior del DSM IV. Se pasó de categorizar a los diferentes trastornos a un enfoque dimensional para diagnosticar los trastornos que se son comprendidos dentro del espectro autista. Así, se considera que todos los trastornos antes mencionados son mejor representados en una sóla categoría diagnóstica porque muestran los mismos tipos de síntomas y son diferenciados de mejor manera atendiendo variables clínicas (ej., dimensiones de severidad) y características asociadas (ej., trastornos genéticos, epilepsia, discapacidad intelectual).[4]

La terminología, a veces, puede resultar confusa. Autismo, síndrome de Asperger, PDD-NOS son a veces llamados trastornos autistas en vez de trastorno del espectro autista,[15]​ mientras que el autismo propiamente dicho es frecuentemente llamado trastorno autista, autismo infantil, o autismo de la niñez.[16]​ Aunque la denominación anterior trastorno generalizado del desarrollo (pervasive developmental disorder)[17]​ y la más reciente trastorno del espectro autista se sobreponen en gran parte,[18]​ la primera fue acuñada para describir una serie de etiquetas diagnósticas específicas, mientras que la última postula un abordaje tipo espectro, vinculando varias condiciones.[19]​ El TEA sería entonces, una subcategoría del fenotipo autista ampliado (broader autism phenotype o BAP) que describe a personas que pueden no tener TEA pero tienen rasgos similares al autismo tales como evitar el contacto vistual.[16][20][21][22][21][4]

Tratamiento

Los objetivos del tratamiento son disminuir los déficits y aminorar el impacto familiar, mejorar la calidad de vida y la independencia funcional. Ningún tratamiento se ha establecido como superior y generalmente debe ser adaptado a las necesidades del niño.

Programas de educación especial, intensiva y sostenida, y terapias conductuales en etapas tempranas de la vida pueden ayudar a los niños a adquirir habilidades de cuidado personal, sociales y de trabajo.[23]​ Los programas de intervención temprana (de 0 a 6 años de edad) han demostrado su eficacia en la contención o eliminación de síntomas autísticos, en mejoras perceptivas, de atención, cognitivas, comunicativas o de las habilidades sociales. Es necesario, además, que la intervención se lleve a cabo con una perspectiva holística, e incidir de manera interdisciplinaria sobre todos los aspectos que ofrezcan disfunciones, bien sea en la conducta social, en el manejo de la comunicación y del lenguaje o en el comportamiento. Se trata de mejorar la situación del niño con TEA y sus habilidades, pero al mismo tiempo su bienestar, su calidad de vida y la de su familia.[24]

Véase también

Referencias

  1. «Guía para padres sobre el Trastorno del Espectro Autista». National Institute of Mental Health. Estados Unidos. Consultado el 16 de octubre de 2013. 
  2. «Autism Spectrum Disorder (ASD)». DSM-5. Consultado el 13 de octubre de 2014. 
  3. a b «Highlights of Changes from DSM-IV-TR to DSM-5. Changes made to the DSM-5 diagnostic criteria» (en inglés). DSM-5. Consultado el 13 de octubre de 2014. 
  4. a b c Autism Spectrum Disorder. DSM-5 Autism Spectrum Disorder Fact Sheet. Consultado el 14/10/2014.
  5. Manzanera Lidón, R. (2015) http://www.autismo-pda.com
  6. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5ª ed.). Washington, D.C.: American Psychiatric Association. 2013. 
  7. Tager-Flusberg H (2010). «The origins of social impairments in autism spectrum disorder: studies of infants at risk». Neural Netw 23 (8-9): 1072-6. PMC 2956843. PMID 20800990. doi:10.1016/j.neunet.2010.07.008. 
  8. Rutter, M (2000). «Genetic studies of autism: From the 1970s into the millennium». Journal of Abnormal Child Psychology 28 (1): 3-14. PMID 10772346. doi:10.1023/A:1005113900068. 
  9. Gardner, H; Spiegelman y Buka (2011). «Perinatal and Neonatal Risk Factors for Autism: A Comprehensive Meta-analysis». Pediatrics 128 (2): 344-355. PMC 3387855. PMID 21746727. doi:10.1542/peds.2010-1036. 
  10. Flaherty, DK (2011). «The vaccine-autism connection: a public health crisis caused by unethical medical practices and fraudulent science.». The Annals of pharmacotherapy 45 (10): 1302-4. PMID 21917556. doi:10.1345/aph.1Q318. 
  11. Godlee, F; Smith, J; Marcovitch, H (2011). «Wakefield's article linking MMR vaccine and autism was fraudulent.». BMJ (Clinical research ed.) 342: c7452. PMID 21209060. doi:10.1136/bmj.c7452. 
  12. Tan; Parkin (2008). «Route of decomposition of thimerosal». International Journal of Pharmacy 24: 13299- 13305. 
  13. Waterhous, Lynn (2008). «Autism overflows: Increasing prevalence and proliferating theories». Neuropsychological Review 18 (4): 273-286. doi:10.1007/s11065-008-9074-x. 
  14. Taylor LE, Swerdfeger AL, Eslick GD (junio de 2014). «Vaccines are not associated with autism: an evidence-based meta-analysis of case-control and cohort studies». Vaccine 32 (29): 3623-9. PMID 24814559. doi:10.1016/j.vaccine.2014.04.085. Resumen divulgativonews.com.au. 
  15. Freitag CM (2007). «The genetics of autistic disorders and its clinical relevance: a review of the literature». Mol Psychiatry 12 (1): 2-22. PMID 17033636. doi:10.1038/sj.mp.4001896. 
  16. a b Piven J, Palmer P, Jacobi D, Childress D, Arndt S (1997). «Broader autism phenotype: evidence from a family history study of multiple-incidence autism families» (PDF). Am J Psychiatry 154 (2): 185-90. PMID 9016266. 
  17. Prevalencia de los factores de riesgo perinatales en los Trastornos Generalizados del Desarrollo
  18. «Autism spectrum disorders (pervasive developmental disorders)». National Institute of Mental Health. 2009. Archivado desde el original el 22 de noviembre de 2015. Consultado el 23 de abril de 2009. 
  19. Klin A (2006). «Autism and Asperger syndrome: an overview». Rev Bras Psiquiatr 28 (suppl 1): S3-S11. PMID 16791390. doi:10.1590/S1516-44462006000500002. 
  20. Trastornos del espectro autista (TEA). Signos y síntomas. Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Consultado el 14/10/2014.
  21. a b «TRASTORNOS DEL ESPECTRO AUTISTA». Grupo de Estudio de Trastornos del Espectro Autista Instituto de Investigación de Enfermedades Raras- Instituto de Salud Carlos III. Consultado el 16 de octubre de 2014. 
  22. Trastorno del espectro autista (ASD por sus siglas en inglés): Información sobre el trastorno. NIH. Consultado el 14/10/2014.
  23. Myers SM, Johnson CP, Council on Children with Disabilities (2007). «Management of children with autism spectrum disorders». Pediatrics 120 (5): 1162-82. PMID 17967921. doi:10.1542/peds.2007-2362. Resumen divulgativoAAP (29 de octubre de 2007). 
  24. Millá MG, Mulas F. Atención temprana y programas de intervención específica en el trastorno del espectro autista. Rev Neurol 2009; 48(Supl 2):S47-S52.

Enlaces externos