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Referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN

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Referéndum consultivo en relación con la Alianza Atlántica
¿Considera conveniente para España permanecer en la Alianza Atlántica en los términos acordados por el Gobierno de la Nación?
Fecha 12 de marzo de 1986
Tipo Referéndum

Demografía electoral
Hab. registrados 29 024 494
Votantes 17 246 458
Participación
  
59.42 %
Votos válidos 15 926 930 (92,35 %)
Votos en blanco 1 127 673 (6,54 %)
Votos nulos 191 849 (1,11 %)

Resultados
 –
Votos 9 054 509  
  
56.85 %
No –
Votos 6 872 421  
  
43.15 %

El referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN fue un referéndum celebrado el miércoles 12 de marzo de 1986 en España, país que pertenecía a la OTAN desde el 30 de mayo de 1982.[1]​ Fue convocado el 31 de enero de 1986 por el gobierno socialista presidido por Felipe González.[2]

Historia

El cambio de posición del gobierno de Felipe González respecto de la OTAN

Tras la entrada de España en la CEE llegó el momento de convocar el prometido referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN. Pero Felipe González y su gobierno anunciaron que iban a defender que España siguiera en la OTAN, aunque bajo tres condiciones atenuantes: la no incorporación a la estructura militar, la prohibición de instalar, almacenar o introducir armas nucleares y la reducción de las bases militares norteamericanas en España. Previamente González había tenido que convencer a su propio partido en el XXX Congreso celebrado en diciembre de 1984, y además el giro respecto de la OTAN provocó la dimisión del ministro de Asuntos Exteriores Fernando Morán en desacuerdo con él.[3]

Según Santos Juliá, los principales factores que influyeron en el cambio de actitud del gobierno del PSOE fueron «las presiones de Estados Unidos y de varios países europeos; la relación entre la permanencia en la OTAN y la incorporación de España a la CEE y la actitud favorable a un estrechamiento de vínculos con la Alianza adoptada desde muy pronto por el Ministerio de Defensa». A esto se añadió la idea de que era imprudente salirse de la OTAN en un momento en que se agudizaban las tensiones de la segunda guerra fría.[4]

Cartel de propaganda de Herri Batasuna en contra de la OTAN: OTAN NO

Ante el «viraje» del PSOE, la bandera del rechazo a la OTAN fue recogida por el Partido Comunista de España —ahora dirigido por el asturiano Gerardo Iglesias que había sustituido a Santiago Carrillo, quien acabó abandonando el PCE para fundar Mesa de Unidad Comunista— que formó una amplia coalición de organizaciones y de partidos de izquierda —incluidos socialistas que abandonaron el PSOE al estar en desacuerdo con el cambio de posición de su partido—, de la que surgiría Izquierda Unida, coalición que se presentó a las elecciones generales de junio de 1986. Por su parte, la proatlantista Alianza Popular optó paradójicamente por la abstención, dejando solo al gobierno, lo que constituyó, en palabras de David Ruiz, una «penosa estrategia… que desacreditará la carrera política de su fundador, Manuel Fraga, en tanto que aspirante al gobierno del Estado».[5]

La controversia

Cartel de Unitat del Poble Valencià a favor del NO

Uno de los motivos por los que este referéndum resultó polémico fue el hecho de que el PSOE se había manifestado en contra del ingreso en la OTAN antes de entrar en el Gobierno, usando el lema "OTAN, de entrada no". En el referéndum propuso el sí a la permanencia.

Por otra parte, Coalición Popular, que siempre había sido partidaria de la entrada en la OTAN, recomendó la abstención en el referéndum.

Otro de los motivos fue la redacción de la pregunta, que la opinión pública consideró tendenciosa para encaminar hacia el "sí" en el referéndum. De hecho el Gobierno hizo campaña por el "sí".

La pregunta

En el referéndum se presentó a los españoles mayores de 18 años una papeleta con el siguiente texto y pregunta:

El Gobierno considera conveniente, para los intereses nacionales, que España permanezca en la Alianza Atlántica, y acuerda que dicha permanencia se establezca en los siguientes términos:
  • 1.º La participación de España en la Alianza Atlántica no incluirá su incorporación a la estructura militar integrada.
  • 2.º Se mantendrá la prohibición de instalar, almacenar o introducir armas nucleares en territorio español.
  • 3.º Se procederá a la reducción progresiva de la presencia militar de los Estados Unidos en España.
¿Considera conveniente para España permanecer en la Alianza Atlántica en los términos acordados por el Gobierno de la Nación?[6]

El resultado

En contra de lo esperado, Felipe González —que anunció que dimitiría si ganaba el "NO", lo que parece que influyó en muchos votantes— consiguió finalmente darle la vuelta a las encuestas y el "SÍ" acabó imponiéndose en el referéndum que se celebró el 12 de marzo de 1986, aunque por un estrecho margen. El "NO" triunfó en cuatro comunidades: Cataluña, País Vasco, Navarra y Canarias.[7]​ En el País Vasco la campaña antiOTAN favoreció el crecimiento de Herri Batasuna, el partido de la izquierda abertzale, que conseguiría cinco escaños en las elecciones de octubre de 1986.[8]

  • Censo: 29.024.494 electores
  • Votos contabilizados: 17.246.452 votantes (59,42 %)
  • Votos a favor: 9.054.509 (52,5 %)
  • Votos en contra: 6.872.421 (39,85 %)
  • Votos en blanco: 1.127.673 (6,54 %)
  • Votos nulos: 191.849 (1,11 %)

La participación fue del 59,4 por ciento.

En Canarias tenían derecho al voto un millón de personas. A nivel de todo el archipiélago ganó el "NO" por un 50% con respecto al "SI" con un 43%.

El presidente de la plataforma cívica que propugnaba el «no» al ingreso de España en la OTAN fue el escritor Antonio Gala.[9]

El resultado del referéndum, «la más dura prueba de su prolongado mandato»,[10]​ reforzó el liderazgo de Felipe González, tanto en su partido como en el conjunto del país, como se pudo comprobar en las elecciones generales celebradas ese mismo año en las que el PSOE volvió a conseguir la mayoría absoluta, aunque con 18 diputados menos que en 1982. No fue ajeno a ello que se había superado la crisis económica y se había entrado en una fase de fuerte expansión que se prolongará hasta 1992.[11][8]

Evolución posterior de la relación de España con la OTAN

En 1997, durante el mandato de José María Aznar, España se incorporó a la estructura militar integrada de la OTAN (incumpliéndose el primer condicionante del acuerdo). El segundo precepto fue enmendado, introduciéndose una cláusula por la que Estados Unidos puede instalar, almacenar o introducir armas nucleares en territorio español, previa autorización del Gobierno de España. Además, desde 1986 no se ha procedido a la reducción progresiva de la presencia militar de Estados Unidos en España, sino que ha ido aumentándose paulatinamente, con lo que se puede considerar el tercer precepto también incumplido.[cita requerida]

Según el acuerdo al que se llegó, los estados firmantes del tratado para el caso de Ceuta y Melilla, no están obligados a defender la sobería española de un posible ataque exterior[12]

Referencias

  1. «Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)». Ministerio de Defensa de España
  2. El gobierno somete a referéndum el 12 de marzo su decisión de permanecer en la OTAN
  3. Ruiz, 2002, p. 81-82.
  4. Juliá, 1999, p. 266-267.
  5. Ruiz, 2002, p. 80; 86.
  6. Boletín Oficial del Estado de España - Real Decreto 214/1986, de 6 de febrero, por el que se somete a referéndum de la Nación la decisión política del Gobierno en relación con la Alianza Atlántica
  7. Ruiz, 2004, p. 82-83.
  8. a b Ruiz, 2002, p. 86.
  9. Françoise Dubosquet Lairys, «Intelectual y prensa: Antonio Gala y El Independiente», página oficial del Instituto Cervantes, consultado el 9-IV-2013.
  10. Ruiz, 2004, p. 83.
  11. Juliá, 1999, p. 268-269.
  12. Eric Solsten and Sandra W. Meditz. «Spain». countrystudies.us. Consultado el 18 de diciembre de 2016. «Spain also hoped that membership in NATO, while providing no security guarantee to Ceuta and Melilla, might make Morocco's King Hassan II less likely to move against territory belonging to a NATO member». 

Bibliografía

Véase también

Enlaces externos