Rebelión de Barlovento

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Rebelión de Barlovento
Parte de Guerra de Independencia de Venezuela
Fecha 24-30 de julio de 1812
Lugar Valles del Tuy
Resultado Victoria realista
Combatientes
Realistas
Esclavos rebeldes y pardos libres leales al Imperio español
Patriotas
Primera República de Venezuela
Comandantes
Desconocidos Juan Pablo Ayala Soriano

La rebelión de Barlovento fue una sublevación de esclavos ocurrida a mediados de 1812, durante las fases finales de la Primera República de Venezuela. El movimiento fue violento y tuvo un carácter monárquico, acabando con la victoria de Domingo de Monteverde.

Antecedentes[editar]

El 3 de mayo de 1812, el capitán de fragata Domingo de Monteverde entraba en Valencia[1]​ y poco después derrotaba un ataque republicano que buscaba recuperarla.[2]​ El gobierno de la Primera República de Venezuela estaba en crisis y el generalísimo Francisco de Miranda en La Victoria declaró la Ley Marcial el 19 de junio,[nota 1]​ ordenando que todo hombre libre de 15 a 55 años debía tomar las armas para defender Caracas.[4]​ Posteriormente, dos días más tarde,[nota 2]​ sucedió el Acto sobre la conscripción de los esclavos,[6]​ «La Cámara de representantes del Estado soberano de Caracas ha resuelto que se proceda á la conscripción de mil esclavos, que comprará el Estado, pagándolos cuando fuese posible»; también se decidía ofrecerles la manumisión después de cuatro años de servicio (o antes si destacaban).[7]​ Según se dice, unos 2.000 negros fueron reunidos en La Victoria, pero varios lograron escapar para evitar luchar.[8]

Rebelión[editar]

La reacción fue inmediata. El 24 de junio estalló una rebelión servil promovida por los realistas en los valles del sudeste de Caracas[9]​ en nombre del rey Fernando VII de España.[10]​ Fueron instigados por los hacendados peninsulares Isidoro Quintero, Manuel Elzaburu y Gaspar González y los criollos realistas Ignacio Galarraga y José de las Llamozas.[11]

Miguel José Sanz[nota 3]​ menciona que se vieron involucrados los esclavos de los valles de Curiepe, Capaya, Tacarigua, Mamporal, Guapo, Riochico, Panaquire, Tapipa y Caucagua.[14][15][16]​ Según él, eran 4000 a 5000, incluyendo hombres, ancianos, mujeres y niños,[14][17]​ «de los cuales habrá 500, 600 ó 1,000 de armas, y que con la gente libre que puede juntarse, habrá cuando más un tropel de 2,000 sin disciplina».[14][18]​ En otro documento,[nota 4]​ Sanz afirmaba «de los cuales habrá 500 á 700 de armas: y gente libre de armas no puede llegar á mil; de manera que sin contar con los que pueden agregarse, es difícil se junten 2,000 hombres entre libres y esclavos en una dispersión considerable».[17]​ Consideraba que estaba muy dispersos para ser una amenaza real y aunque Curiepe podía volverse su centro de operaciones, la geografía les impedía actuar unidos y concentrarse en un valle.[17]​ Afirmaba[nota 5]​ que lo importante era impedir que recibieran auxilios por mar, pues tenían pocas armas, salvo viejas escopetas de diversos calibres y «en todos los valles apenas habrá 2,000 hombres de armas: que los valles no pueden socorrerse mútuamente con facilidad».[21]

El oficial realista Manuel Bonalde señala que fueron 3000 los esclavos alzados en armas en Capaya, Curiepe, Guapo y otros pueblos.[8]​ El francés radicado en Venezuela desde 1810, Luis Delpech, señala[nota 6]​ que «más de 4.000 negros conducidos por Llamosas y los curas, se levantaron en los valles del Tuy».[23]

En un principio, dirigidos por un oficial español, capitán de milicias Gaspar González, los negros y mulatos rápidamente empezaron a masacrar a todo blanco que encontraban y cometer todo tipo de violencia hasta que los mismos hacendados que los alzaron huyeron de la zona.[24]​ Mataban sin distinguir a patriotas y realistas.[25]

Finalmente, el 1 de julio, el gobernador militar de Caracas, coronel Juan Pablo Ayala Soriano, ordenó que Sanz fuese enviado con un piquete de hombres armados a cargo del comandante Lino de Clemente. Sanz tenía haciendas y conocimiento de la zona, pero sólo llegó a Guatire, donde le robaron el caballo. Los rebeldes avanzaron hacia Caracas y tomaron Caucagua y Guatire, forzando el 2 de julio al gobierno caraqueño a discutir una propuesta para declarar la abolición de la esclavitud con el objetivo de calmar la situación y ganarse el apoyo de los negros, pero fue rechazada. También se pidieron hombres a Miranda, pero aquel pudo enviar muy pocos porque estaba ocupado luchando en La Victoria.[24]​ Para empeorar la situación, los prisioneros realistas en Puerto Cabello se amotinaron y tomaron el castillo San Felipe, quitándole a la República su principal almacén de armas.[26]​ El 28 de julio, el coronel Casas hizo embarcar media compañía de infantería a las órdenes del comandante Miguel Carabaño y los subalternos Francisco Ribas y José de Austria para contener a los esclavos que se aproximaban por la costa a Naiguatá. Tal maniobra fui inútil por los eventos posteriores.[27]

Consecuencias[editar]

Atemorizado por la violencia, el arzobispo de Caracas, Narciso Coll y Prat, quien había animado en secreto la revuelta,[28]​ envió al cura de Antímano, doctor Pedro de Echezuría y Echevarría, a negociar con la vanguardia de los negros en Guarenas.[29]​ También le escribió a Monteverde para que apresurara su marcha a la capital.[8]​ Logró contener a los rebeldes hasta que Monteverde entró en Caracas con su ejército durante la noche del 30 de julio. Esto calmó la situación y se restableció el orden.[30]​ Sin embargo, grupos de cimarrones (esclavos fugitivos) huyeron a los montes y formaron cumbes (pueblos), sumándose a los llaneros del coronel Francisco Rosete cuando invadió los valles del Tuy.[31]

Notas[editar]

  1. Ley Marcial, firmada por Francisco Espejo, Juan Germán Roscio, Francisco Javier Ustáriz, Francisco Iznardy y José Fermín de Sata y Bussy, palacio federal de La Victoria, 19 de junio de 1812 (documento xvi).[3]
  2. Acto sobre la conscripción de los esclavos, Felipe Fermín Paúl, Caracas, 21 de junio de 1812.[5]
  3. Carta de Miguel José Sanz a Francisco de Miranda, Guatire, 10 de julio de 1812.[12][13]
  4. Carta de Miguel José Sanz a Francisco de Miranda, Guatire, 7 de julio de 1812.[19]
  5. Carta de Miguel José Sanz a Francisco de Miranda, Guatire, 12 de julio de 1812.[20]
  6. Relación sucinta de los últimos acontecimientos de Caracas, Luis Delpech, Londres, 27 de febrero de 1813.[22]

Referencias[editar]

  1. Restrepo, 1858, p. 70.
  2. Restrepo, 1858, p. 71.
  3. Rojas, 1884, p. 637-641.
  4. Rojas, 1884, p. 639.
  5. Dávila, 1950, p. 412-413.
  6. Carrera Damas, 1979, p. xv.
  7. Dávila, 1950, p. 413.
  8. a b c Bonalde, 1813, p. 38.
  9. Mitre, 1888, p. 327.
  10. Heredia, 1895, p. 51.
  11. Encina, 1958, p. 250.
  12. Rojas, 1884, p. 305-306.
  13. Dávila, 1950, p. 61-62.
  14. a b c Rojas, 1884, p. 305.
  15. Rojas, 1884, p. 301.
  16. Dávila, 1950, p. 61.
  17. a b c Rojas, 1884, p. 302.
  18. Dávila, 1950, p. 62.
  19. Rojas, 1884, p. 300-303.
  20. Rojas, 1884, p. 307-308.
  21. Rojas, 1884, p. 308.
  22. Parra Pérez, 2018, p. 184-186.
  23. Parra Pérez, 2018, p. 185.
  24. a b Quintero Montiel, 2005, p. 134.
  25. Carrera Damas, 1979, p. xvii.
  26. Quintero Montiel, 2005, p. 135.
  27. De Austria, 1857, p. 158.
  28. Quintero, 2005, p. 136.
  29. Coll y Prat, 1960, p. 226.
  30. Parra Pérez, 1992, p. 545.
  31. Carrera Damas, 1979, p. xx.

Bibliografía[editar]