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Perula

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Varias piezas de la cacharrería española del siglo XVII componen un bodegón en este óleo atribuido a un joven Diego Velázquez (1620). Junto a la cantarilla con una naranja cubriendo su boca para perfumar el agua, aparece una alcuza o perula esmaltada en verde y delante, unas piezas de vajilla y un juego de almirez. El cuadro se encuentra en el Wellington Museum, Apsley House (Londres).

Perula es una vasija de supuesto origen romano, vidriada en verde y con forma de damajuana. Suele presentar cuerpo globular, con un asa "ahombrada" en su boca (que es estrecha y con un pequeño pico para facilitar el vertido del líquido contenido). Se le conocen diversas utilidades en la cocina. En algunas zonas de Andalucía se usa como aceitera sustituyendo a la alcuza.[1]​ Esta "perula andaluza", que en el Diccionario de materiales cerámicos se define como "aceitera globular", suele ser de pequeño tamaño y es pieza tradicional de la alfarería jienense.[2]​ En otras ocasiones se utilizada para transportar, conservar o servir el vino, como una damajuana. Por su parte, el etnólogo José Guerrero Martín, la definió como barrila de un asa usada para conservar aceite, vinagre o licor.

En ocasiones, según la estética o fábrica del alfarero, se muestra con apariencia similar a diversas vasijas y botijas. No se debe confundir la perula con la botija perulera, que servía para el transporte de alimentos desde España hasta sus posesiones de ultramar colonial como Nueva España o Perú.[3]

La perula que se hizo cántaro

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Julio Romero de Torres: La niña del cántaro (1927).

En 1927, Julio Romero de Torres, tópico y típico pintor de Córdoba y la mujer morena, agranda la modesta perula regordeta hasta convertirla en una cantarilla totalmente vidriada en verde oscuro, como la loza tradicional producida en Lucena o Triana.[4]​ Una cantarilla perulera que "se llena pacientemente en la fuente, porque ya se ha hecho mayor". La escena recuerda un pasaje de Azorín glosando la ciudad de Córdoba: "...una fuente deja caer un hilo de agua. Cada media hora, una moza aparece con una cantarilla y la llena en la fuente... En esta hora... se escucha el alma de las cosas".[5]

Referencias

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  1. Alfarería y cerámica popular lucentina. Archivado el 4 de marzo de 2016 en Wayback Machine.
  2. Diccionario de materiales cerámicos: Carmen Padilla Montoya, Equipo Staff, Paloma Cabrera Bonet, Ruth Maicas Ramos. Subdirección General de Museos. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Secretaría General Técnica. Centro de Publicaciones, 2002. ISBN 8436936388
  3. «Consultado en 9 de agosto de 2012». Archivado desde el original el 5 de julio de 2012. Consultado el 9 de agosto de 2012. 
  4. En el Museo de Costumbres y Artes Populares de Sevilla, las perulas expuestas tienen una altura media entre 20 y 22 cm. Cerámica popular de Andalucía, Editora Nacional, Madrid, 1984; p. 62. ISBN 84-276-0648-6
  5. Julio Romero de Torres. Catálogo de la Exposición. Museo de Bellas Artes de Bilbao. Bilbao, 2002. p.272. ISBN 84-87184-70-7