Oratorio (música)

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El oratorio (del lat. oratorium = casa de oración, del lat. orare = orar) es una forma de la música clásica europea, que consta comúnmente de coros, arias, recitativos y pasajes instrumentales, interpretado por solistas, coro y orquesta. Comúnmente, el oratorio tiene una trama derivada de la religión cristiana, aunque desde el siglo XIX también se han escrito oratorios de contenido no religioso. Un oratorio se compone por diversas partes en las que se describen las acciones de la trama o que comentan lo ocurrido.

El término deriva del latín "oratorium" y significa "casa de oración". Eso debido a que los comienzos de la forma se encuentran en contemplaciones religiosas, pero no litúrgicas. A diferencia del castellano, en otros idiomas hay términos diferentes para el oratorio musical y el oratorio como casa de oración. Este último se denomina en inglés "oratory", en francés "oratoire"; mientras que la forma musical se denomina "oratorio" en ambos idiomas.

Diferencias con la ópera

A diferencia de la ópera, el oratorio es interpretado en forma de concierto, sin representación escénica: su trama se narra a partir de los textos y la música. Además, mientras que las óperas se ponen en escena normalmente en un teatro construido especialmente para este género, el oratorio suele representarse en iglesias.

Forma

El oratorio temprano tenía, generalmente, dos partes. Esto da una idea de sus inicios. En las contemplaciones filipinas, la música servía como marco del sermón, que se daba también en dos partes. Su duración era de 40 a 50 minutos, mientras que los textos tenían alrededor de 350 a 450 líneas en forma de un poema, comúnmente rimado. Hasta mediados del siglo XVII, las partes narrativas, representadas por un solista ( el "testo" , del lat. testo = testigo) eran el estándar. En la segunda mitad del siglo XVII se implementó también una forma dramática, sin partes narrativas.

En oratorios tempranos, el número de cantantes ("interlocutori") era comúnmente de 3 a 5. El canto a cinco voces deriva del madrigal italiano. En oratorios tempranos era común encontrar grupos o masas de cantantes; hasta el fin del siglo XVII se disminuyó su uso. A su vez, partes contemplativas o de comentario fueron compuestas para grupos o coros. En su estructura, el oratorio empezó a parecerse a la ópera: la secuencia de recitativo y aria reemplazó a la forma continua de la ópera inicial. El elemento decisivo fue el orden en pares de recitativo y aria, cuya estructura semejaba a la de la ópera barroca.

El oratorio luterano alemán se basa en textos bíblicos, especialmente en los que narran la pasión de Cristo, muchas veces en formas que mezclan los textos de los cuatro evangelistas. Domina la forma de la Brockes-Passion. Un narrador, llamado Historicus, Testo o evangelista, cuenta la trama, mientras que otras personas hablan en forma de arioso, monodia o recitativo.

Esos son acompañados por textos de comentario, presentados por coro y solistas, quienes comentan e interpretan lo ocurrido o lo complementan con estrofas de corales. Las partes de comentario se componían como aria da capo para solista o elenco con acompañamiento y bajo continuo. El coro tiene una triple tarea: representa las voces de las multitudes, comenta en forma de aria de coro o representa la comunidad de los creyentes y oyentes de la misa, cantando corales.

De ese reparto de textos surge el llamado dramatismo de tres planas, característico del oratorio: La primera plana es la trama, representada por el narrador y las personas, la segunda es la reacción emotiva, representada por las arias con recitativo, la tercera es la comunidad de los creyentes, representada en los coros. Aunque se han dado muchas variaciones de esa forma, la estructura básica sigue vigente hasta las obras de hoy en día, aun representando figuras no derivadas del universo cristiano.

Historia

Antecedentes y formación

El Concilio de Trento (1545-1563) limitaba el uso de música a un marco estrecho. Solo fueron admitidos el órgano y el canto, con la condición de que no se usen de forma "exuberante" y "vana", y de que el texto sea siempre inteligible.

En oposición del concilio, se formaron varios movimientos de reforma católica que tuvieron influencia en la vida eclesiástica del siglo XVI, entre otros la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri. En los ambientes de esa orden, el llamado "oratorio", las congregaciones se daban en italiano en vez del latín. Se intercambiaban oraciones, sermones y piezas musicales. La lauda, un canto de varias voces sobre textos populares sacramentales de Italia, tenía especial importancia.

En 1600 se estrena una obra del poeta de laudes, Agostino Manni, en forma musical y escénica, la Rappresentazione di anima e di corpo. La música es de Emilio de' Cavalieri (1550-1602). Fue escrita en el entonces "estilo moderno", intercambiando canto solístico, ensembles y coros. Se presentan figuras bíblicas y alegóricas, como el intellecto, el consejo, el ángel de la guardia, el mundo, las almas perdidas en el infierno, las almas dichosas en el cielo. La obra contenía mucha más vida y era más intensa que las Laudes, de forma similar a la ópera que surgió en la misma década.

Otro precursor son los madrigales sacrales de Italia, en forma de diálogo. El representante más importante fue Claudio Monteverdi con «Il Combattimento di Tancredi e Clorinda» en el Libro de Madrigales n.8 (1638).

Siglo XVII

Compositores de importancia son Marco Marazzoli, Domenico Mazzocchi, Pietro Della Valle, Luigi Rossi, Giacomo Carissimi, Francesco Foggia, Alessandro Stradella, Alessandro Scarlatti, Vincenzo De Grandis, Giovanni Carlo Maria Clari, Antonio Caldara, Carlo Francesco Pollaiolo, Tommaso Pagano, Donato Ricchezza y otros.

A mediados de siglo, el oratorio se establece también en Viena, gracias a dos dignatarios venecianos con funciones musicales en la corte Giovanni Priuli (ca. 1580-1629) y Giovanni Valentini (1582-1644).

En seguida se estableció el tipo del «Oratorio al Sepolcro als Venerdi Santo», también denominado «Sepolcro de vienna». Los oratorios de Vienna del siglo XVII raramente se denominan "Oratorio", sino "Rappresentazione sacra al Sepolcro", "Azione sacra" o "Componimento sacro al Sepolcro". Tienen como característica la representación escénica y la estructura de una sola parte. Varios maestros de la capilla real y compositores de ópera escribieron obras. En el siglo XVII Giovanni Felice Sances, Antonio Draghi y Giovanni Battista Pederzuoli, en el siglo XVIII Marc’ Antonio Ziani, Johann Joseph Fux, Antonio Caldara y Francesco Bartolomeo Conti. El emperador Leopoldo I también compuso varios oratorios. En la segunda mitad del siglo XVIII Georg Christoph Wagenseil, Carl Ditters von Dittersdorf, Antonio Salieri y Joseph Haydn destacan con oratorios sobre textos italianos. Los libretistas predilectos en vienna fueron Nicolò Minato, Pietro Metastasio y Apostolo Zeno.

Después de la muerte de Carlos VI se extingue la línea de Habsburgo en Austria. Con eso termina también la época gloriosa de la corte de Viena. Con las actividades musicales se extingue también la producción de oratorios.

En Francia, las Guerras contra los Hugonotes y el absolutismo causaron una pausa de casi un siglo, especialmente en el campo de la música eclesiásticas. Bajo esas condiciones, ni la ópera del tipo italiano ni el oratorio podían establecerse. Marc-Antoine Charpentier (ca. 1645-1704) compuso algunos oratorios. Sin embargo, su obra fue un acontecimiento atípico cuya influencia en la historia fue muy limitada.

Barroco

Italia

Durante el siglo XVIII, Italia sigue siendo uno de los centros de creación de oratorios. Alrededor de 1750, el bajo continuo es remplazado por los medios de la época clásica (orquesta del tipo Mannheim). El dominio de la ópera napolitana influye en el oratorio de tal manera que el aria da capo es parcialmente reemplazada por otras formas de aria como cavatinas y rondós). El número de coros, elencos y piezas instrumentales aumenta. Sin embargo, el oratorio se muestra estilísticamente más conservador que la ópera. Ni los elementos característicos de la ópera bufa, ni el manejo de motivos y temas clásico encuentran uso en el oratorio. La mayor parte de las obras está escrita sobre textos italianos.

Entre 1730 y 1740, el poeta Pietro Metastasio escribió siete libretos de oratorios que fueron puestos en música innumerables veces durante las décadas siguientes. En esos libretos hay un intercambio permanente entre recitativo y aria. El recitativo tiene un carácter altamente narrativo, contemplativo y moralizador. Un evangelista o testigo como instancia narrativa central normalmente no existe.

La mayoría de los compositores de esa época eran empleados de las grandes instituciones eclesiásticas. Los más importantes fueron Niccolò Jommelli, Giovanni Battista Casali y Pietro Maria Crispi en Roma, Giovanni Battista Martini en Bolonia, Baldassare Galuppi en Venecia y Domenico Cimarosa in Nápoles.

El oratorio protestante de Alemania del Norte

El oratorio protestante en Alemania toma un desarrollo independiente al de Italia. Los inicios son Pasiones en forma responsorial e historias. Los textos no se limitan a la Biblia, sino que contienen comentarios y meditaciones. En el marco alemán, los Kleine Geistliche Konzerte, las exequias musicales (1635) y las siete palabras de Cristo en la cruz (1645) de Heinrich Schütz, escritas durante la Guerra de los Treinta Años (1618 - 1648) fueron tempranas obras cumbres. Schütz estableció el rol central del evangelista y la dramaturgia de tres planos. El instrumentario fue limitado, acomodándose a las circunstancias del país devastado por la guerra.

Las obras de Schütz posteriores a la guerra (Pasiones según San Lucas (en 1664), San Mateo (1665) y San Juan (1666) y la Historia de Navidad (1664) recurren a instrumentarios más amplios y precisamente definidos y a la dramaturgia de tres planos con testa, personae y coro. La forma puede considerarse el modelo para el oratorio protestante.

Dietrich Buxtehude, cantor en Lübeck, escribió Abendmusiken (músicas para la tarde) para el uso eclesiástico. Sus composiciones tenían cinco partes. Como textos usaba versos de la Biblia y poemas y corales eclesiásticos. La forma tenía semejanza al oratorio italiano.

El primer oratorio del siglo XVIII fue «Der blutige und sterbende Jesus», compuesto por Reinhard Keiser, cantor en Hamburgo. De esa obra solo ha sobrevivido el libreto de Christian Friedrich Hunold. El estreno fue en 1704 en Hamburgo.

Lo nuevo de la obra es que el libreto no consiste en el texto bíblico, sino de una paráfrasis en forma de verso rimado. El tratamiento libre del texto fue razón de fuertes críticas por parte de la dirección eclesiástica de Hamburgo. Los mismos también criticaban el desarrollo ágil de la ópera de Hamburgo. Por lo tanto, ni los oratorios de Keiser, ni los de Johann Mattheson o Georg Philipp Telemann fueron presentados en iglesias. Por lo tanto, en Hamburgo el oratorio perdió su lugar dentro de la liturgia y se convirtió de un género eclesiástico en un género de concierto.

El oratorio «Der für die Sünde der Welt gemarterte und sterbende Heiland» de 1712 sobre un texto de Barthold Heinrich Brockes con música de Reinhard Keiser es de suma importancia. El libreto, la llamada «Brockes-Passion», fue utilizado posteriormente por varios compositores de renombre, como Georg Friedrich Händel (1716), Johann Mattheson (1718), Georg Philipp Telemann (1722), entre otros. Con el texto de Brockes, el género del oratorio llegó a tener éxito duradero en Alemania.

Los temas de oratorio barroco en Alemania se limitaban comúnmente a la Semana Santa y la Navidad. Fuera de Hamburgo, solo pocos oratorios se conocen antes de la obra monumental de Johann Sebastian Bach. Hay oratorios de Semana Santa de Carl Heinrich Graun (Dresde), Gottfried Heinrich Stölzel (Gotha) y Christian Friedrich Rolle (Magdeburg). Otros centros fueros temporalmente Danzig, Schwerin-Ludwigslust, Berlín y Leipzig.

El oratorio en la Gran Bretaña Georgiana

"Hallelujah" de El Mesías de Handel
Grabado en 1916.

El época georgiana vio a un monarca de origen alemán y compositor nacido en Alemania, define el oratorio inglés. George Frideric Handel, más conocido hoy por su El Mesías, escribió también otros oratorios basados en temas de la mitología griega y romana, así como temas bíblicos. Asimismo se le atribuye la escritura del primer oratorio en lengua inglesa, Esther. Imitadores de Handel se encuentran el italiano Cristiano Giuseppe Lidarti que trabajó para la comunidad judía de Ámsterdam componiendo una versión en hebreo de Esther.

Oratorios notables

Oratorios de J. S. Bach

La culminación del oratorio alemán protestante son las pasiones de Johann Sebastian Bach:

Bach mismo había estudiado intensamente los oratorios hamburgueses de Reinhard Keiser y los había presentado en su función de cantor de iglesia en Leipzig. Bach prestaba las formas musicales de sus antecesores Keiser y Telemann, pero los llenaba con una expresión musical propia. En diferencia a las Brockespassion, los textos de madrigal y coral no fueron usados como introducción al texto bíblico, sino como interpretación teológica. No fueron obras de sentido misionero, sino música para el cristiano creyente, intelectual y consciente de sus tradiciones.

Los otros oratorios de Bach (Weihnachtsoratorium, BWV 248, Osteroratorium, BWV 249, Himmelfahrtsoratorium, BWV 11) fueron obras derivadas de cantatas de uso litúrgico. Fueron compuestos inicialmente como cantatas y posteriormente titulados como cantatas. Como es costumbre en las cantatas, en eso "oratorios", el centro temático no es el texto bíblico, sino el coral atribuido a la semana eclesiástica.

Oratorios de G. F. Haendel

Haendel representa la cumbre del oratorio con obras como:


Referencias

  • «Oratorium» en Die Musik in Geschichte und Gegenwart, ed. Ludwig Finscher. Stuttgart: Metzler, 1994.
  • Leopold, Silke & Scheideler, Ullrich (ed.): Oratorienführer. Stuttgart: Metzler 2000, ISBN 3-476-00977-7
  • Massenkeil, Günther: Oratorium und Passion. 2 tomos. Laaber, 1998-1999. ISBN 3-89007-133-3, ISBN 3-89007-481-2
  • Smither, Howard E.: A history of the oratorio. 4 tomos. Chapel Hill: Univ. of North Carolina Press, 1977-2000.